Naya era una joven estudiante de pedagogía de una universidad muy prestigiosa, ella se sentía sumamente inferior a sus demás compañeros y compañeras, pues era de escasos recursos; aspecto que se notaba a la hora de expresarse a través de su lenguaje oral.
Sus profesores la consideraban una estudiante inteligente y responsable.
Ella vivía con su abuela, una mujer de roble y notoria personalidad, ella quería mucho a su amada nieta, pues claro la había criado, prácticamente era como su madre.
Naya:
Hoy debo hacer lo mismo de siempre, levantarme, bañarme y arreglarme para la universidad. Menos mal queda este semestre para poder licenciarme y poder ser más independiente. Pensaba, mientras se levantaba lentamente de su cama para dirigirse al baño a ducharse.
Toma tranquilamente su baño, en lo que piensa en el tiempo que le queda para su graduación y como desea que su abuela esté allí con ella para acompañarle, mientras las gotas de agua caen por su cuerpo y limpian cada mala energía absorbida de cada día y de aquellas pesadillas que la aquejaban todo el tiempo. Pero solo había una cosa que realmente la quejaba más que esas pesadillas, perder a su abuela.
Naya:
Listo ya estoy lo suficientemente lista para irme a la universidad, pero no puedo irme antes de preguntarle a mi leli ( así le llamaba a su abuela) si necesita algo o dejarle comida, necesito mantenerla sana y saludable.
Leli: buenos días pequeña, ya te levantaste.
Naya: si leli, antes de irme quería saber si necesitas algo. ¿Quieres algo de comer?.
Leli: jajaja, mi pequeña, solo necesito una cosa, que te sientes a mi lado y que almorcemos juntas. He preparado tu comida favorita.
Naya: Oh leli , pero yo debo ser quien cuide de ti, no debiste haber cocinado, sabes que yo amo cocinarte.
Leli: lo sé amor, pero hoy quería regalonearte, así como tú lo haces conmigo cada día.
Naya: gracias abuela, no sabes lo feliz que soy a tu lado. ( la mira con sus ojos llenos de lagrimas, pues ella sabe que es la única persona que la ama de verdad).
Naya se sienta a comer con su abuela antes de partir a la universidad. Le lava los trastes, pues cree que su abuelita ya hizo mucho al hacerle el almuerzo. Agradece su rica comida y se despide de ella con beso en su frente. Su abuela la mira y le dice que la quiere mucho, que siempre será su pequeña niña, y que está ansiosa de verla en su graduación.