Ya habia pasado un año de escuela. Desde que decidí vivir sola por problemas familiares, las clases no eran una preocupación para mí. Todo iba relativamente bien, recién comenzábamos el segundo año. Hasta que al equipo ingreso un chico de cabello azul oscuro, ojos amarillos, se veía diferente a las demás personas de la escuela, era todo un friki, además tenía un aura totalmente rara.
Pero yo preferí mantener mi doble vida oculta de la sociedad e intenté evitar hablar con él. Hasta que pudiera investigar que le sucedio a ese chico.
Los días pasaban y poco a poco el grupo nuevo de la escuela se adaptó al equipo. Ya era casi un integrante más, solo que su presencia le daba cierta incomodida a la mayoría. El entrenador no lo podía sacar aunque también se sintiera afectado por el. Solo lo dejaba y esperaba la ocasión perfecta para sacarlo.
Mientras tanto yo vivia una vida diferente a lo que el resto de mis compañeros pensaba. Era una cazadora. Actuaba desde las sombras y ayudaba al resto de la gente a mi alrededor, sin que estos se dieran cuenta.
Esto lo hacía unas tres veces por semana. Cada vez que me hacían un llamado, de alguna regularidad en mi celular, recurría lo más rápido y posible a la escena. hacia exorcismo, liberaba lugares de demonios y espíritus malignos, reportaba todo al comando central, la paga no era muy buena, pero lo suficientemente para vivir sola y no depender de nadie más. Sin nosotros este mundo sería un verdadero caos.
Hasta que un día antes de salir de mi entrenamiento, me llegó la notificación de una presencia extraña, en un barrio cercano. Era apareció un espíritu extraño, según los reportes, pero un simple nivel uno, nada del otro mundo, pero daba una advertencia de lo negativo que esté podría ser. En medio del entrenamiento salí y pedí permiso.
Caminé hasta la autopista y observé el cielo y claramente iba a llover, así que debía terminar lo más rápido posible. Tome un taxi que me llevará a la zona. Preparaba mi ropa y mi dispositivo para la misión. Evite que aquel hombre las viera y se asustara.
Al llegar al sitio, vi un gran número de personas pasar, y me fui a un callejón. Utilice mi dispositivo para evitar que alguien me viera, volviendo imposible para el ojo humano. Era un modo que llamamos cazador. Nadie mas me podía ver, mientras avanzaba a aquel ser, entre la multitud. Podía ver a aquel ente, ser traspasado por las personas que poco a poco iban cambiado al hacer contacto con el, solo empezaron a sentir frio repentino y tristeza.
Lo único que tenía que hacer es regar sumerio de .........por la zona, para que poco a poco, el espíritu fuera afectado. Y así lo hice evitando hacer contacto con la gente que pasaba, pero se movió hacia un callejón y yo lo seguí. Empezó a llovisnar un poco, mientras me dirigí hacia el.
Y por un charco de lluvia que se estaba creando, pude ver
un hombre con traje de médico, calvo y con gafas y una sonrisa enferma que me mirabs y con un bate trato de golpearme. Logre esquivar sus ataques, no parecía muy ágil, no estaba a mi nivel, pero aquel espíritu parecía estar conectado con él, porque de un momento a otro cambio de color, antes era negro y de un momento a otro era completamente rojo con tonos carmesí y me ataco también, y con una gran velocidad me alcanzo a rayar el brazo derecho.
Aquel sujeto saco una inyección de color azul. Lo que sucedía jamás me había pasado. Habia hecho decena de misiones y esta era la más extraña de todas.
Ya no era tan fácil como creía, mandé un mensaje como pude hacia la central de ayuda, el cielo se empezó a oscurecer más y la lluvia cai sin contemplacion alguna. Dificultadome más la visión.
Toda la tarde me la pase huyendo de esos dos, hasta que llego la noche, había recibido varios ataques en el cuerpo tenía muchos golpes, todos causados por aquel espíritu, lo único bueno que pude lograr es que ese hombre no me inyecto con esa extraña sustancia. O eso pensé, porque al tener herido el brazo derecho no sentí la punzada que tenía de esa inyección. Que note poco después de acercarme a un parque.
A pesar de estar herida nadie me podía ayudar, pues estaba en modo cazadora, y prefería no ir a un hospital pues iría la policía y preguntaría que pasaba, en la organización era una regla alejarse de los entes gubernamentales a toda costa y evitar involucrar a personas a este mundo.
Caminé hasta mi casa en medio de la lluvia, incapaz de tratar de buscar ayuda de una persona normal, sabiendo lo que podría pasar y vi a una persona que se acercaba a lo lejos se parecía a aquel chico.
No le preste atención pues él no podía verme. Mientras ambos nos cruzábamos, escuche su voz.
-¿Que te sucedió?-me pregunto el, un poco sorprendido.