bien, a lo que él solo respondió que era la emoción de ver que su madre ya era una abuelita, lo que provocó que Candy lo persiguiera por toda la sala. Neizan era otra cosa, el esposo de Zafiro lo estaba analizando a él, lo sabía, podía sentirlo en cada mirada que el ruso le daba y Felipe comenzó a estresarse.
- ¡Tío Feli! - el grito de Horus calentó el corazón del rubio, los había extrañado, y no solo al pequeño de 7 años, había extrañado a todos, la frialdad de Mateo, el carácter de demonio de Stefano y la arrogancia de Ámbar, incluso la inocencia de Vicky, pero ellos parecían estar pensando en otras cosas, era como si no lo notaran o quizás era el hecho de cargar con tantos secretos... quizás deseaba que lo descubrieran, quizás...
- ¿Me extrañaste hermoso? - Lucero siempre lo llamo de esa forma, desde que era un niño de 12 años, pero en este momento lo último que quería era que le dijeran hermoso.
- Princesa. - respondió en un siseo y Lucero lo vio mal, solo Neri la llamaba así y a veces su esposo Eros.
- ¿Dónde rayos esta Rosita? - la voz de Hades irrumpiendo en la sala no presagiaba nada bueno.
- Ella no pudo dejar botado su nuevo trabajo hijo, la conoces, es responsable. - Melody era una asesina, su mano no temblaba al disparar, mucho menos le temblaba la voz al mentir.
- ¿Por qué rayos se fue a China? Estoy seguro de que tus reclamos tuvieron que ver en eso. - acuso el nuevo ángel de la muerte, ese era el título que cargaba Hades, apuntando a su prima Zafiro.
- Si es tan estúpida para sentirse herida por nuestra discusión, es mejor que no regrese. - Zafiro, la reina fría como muchos la llamaban, un diamante del lado que se la vea, fría y dura, pero es que la vida la había hecho así.
- ¿Sentirse herida? Zafiro le gritaste "te tendrían que a ver secuestrado a ti no a Victoria" - Hades sentía ganas de matar a su propia prima, pero esta solo clavo sus ojos color azul profundo en él.
- No me reclames algo que tu no entenderías primo. - y caminando por su lado agrego. - Aun no aprendes a ver el amor en los ojos de los demás, tienes un excelente ojo para matar, pero no para amar. - Zafiro podría a verle dicho que ella vio la desesperación de Vincent cuando se enteró que Rosita estaba herida y que casi fue secuestrada, pero estaba demasiado ocupando, culpando al hombre por todo lo sucedido, él fue la razón por la que Vincent se alejó de Rosita, algo que la morena desconocía y que Zafiro sabía bien.
Lucero por su parte se sentía incomoda, el nombre de Hades seguido de la palabra amor, aun la hacía sentir mal, aunque habían pasado 7 años, Hades no podía verla a los ojos, y ella se seguía sintiendo culpable por a verse aferrado a él para tratar de olvidar a Eros, algo que nunca sucedió, y al final fue Hades quien no solo perdió a su hermana, también a su sobrino y a Lucero, fue ese momento donde Felipe vio su oportunidad.
-Lu, ¿qué te parece si damos un paseo por el jardín? me dijo mamá que es hermoso.
- Vamos.
Solo habían dado unos pasos, Felipe tenía pensado pedir su favor, pero no podía quedarse en silencio con lo que estaba pasando Rosita, quien no se había quedado en China, la joven morena los había acompañado, pero les pidió que no le contaran a nadie, ni a sus padres adoptivos, quería un tiempo sola y visitar las tumbas de sus verdaderos padres.
- ¿Qué crees que hará Hades cuando sepa que el primo de tu madre, quien es 20 años mayor que Rosita la embarazo y la boto?
- En su defensa él no sabe que Rosita está embarazada y...
- Vamos Lu, aun así, él la hecho y la trato como una...
- Lo se Felipe, pero tu debes comprender, Vincent... él no solo perdió tres hijos, a él se le murieron dos esposas en el parto, es uno de los que más padeció la maldición que pesaba sobre mi familia, no justifico lo que hizo, pero es una persona a la cual le cuesta amar, o mejor dicho teme amar, porque tiene miedo de perder una vez más y quedar solo. - Felipe podía comprender aquello, o casi, él también tenía miedo a amar, mejor dicho, él tenía miedo de que cualquier desconocido se le acercara.
- Necesito tu ayuda, no como mi cuñada, sino como una Bach. - los dijo de golpe, como le salió, porque ya no lo soportaba, se estaba asfixiando con tantos secretos.
- ¿Qué sucede Fely? Sabes que puede contar conmigo, yo...
- No puedes decirle a nadie, ni a Eros, yo me metí en esto y yo saldré. - antes necesitaba su palabra, sabía que el mundo podía ser destruido, que podrían torturara hasta la muerte a la castaña, pero si ella le daba su palabra, no había marcha atrás, no podría decir nada, lo que le dices a un Bach, se queda con los Bach.
- Me estas asustando. - Felipe tomo la mamo de Lucero y la apretó con fuerza, pero solo era para darse valor a él mismo.
- Necesito quedarme aquí, no puedo regresar a China, y mi familia no debe saberlo, ellos deben creer que sigo en la universidad. - los quintillizos hacia menos de un año se habían separado, por primera vez en su vida, Ámbar se había ido a estudiar a España, Mateo a Canadá, Stefano a Rusia y Felipe a China, la única que había quedado en casa, fue Victoria, quien por su ceguera no quiso ir a ningún lado, pero al poco tiempo de que sus hermanos se fueron ella había sido secuestrada por la mafia Italiana a cargo de la sombra, pero parecía que la desgracia no solo había llegado a la joven ciega, parecía que los quintillizos sufrían, como si de un cruel destino se tratara, si uno sufría, todos lo hacían.
- Será así y no debes de darme explicación alguna sino quieres, pero sabes que estoy aquí...
- Me violaron. - aquella verdad salió tan rápido y débil que si Lucero no hubiera estado prestando toda su atención a Felipe no la hubiera escuchado.
- No. - Felipe podía sentir como la princesa Bach estaba a punto de hacer arder el mundo entero.
- No te diré más y no quiero que nadie lo sepa, ya tienen suficiente con lo de Vicky, Rosita y con el pasado que pesa sobre nuestra familia, no quiero que recuerden lo que paso Zafiro... lo que Eros te hizo. - Felipe no podría decirle a Zafiro su pesar, a la reina frían nada la detendría, pero si a Lucero, ella sabía y comprendían lo que era ser violado o abusado, no por eso dejaba de ser menos doloroso o vergonzoso, siendo él un hombre, quizás era aún peor que lo que ellas pasaron.
- Dime quien y lo matare...
- No, no te enviare a una guerra con otro continente, ya tienes de sobra con los enemigos que te cargas en México como para sumarte a China a la lista.
- Es mafioso. - dedujo con ojos brillantes.
- Por favor, Lucero, solo... consígueme algo aquí, sin que nadie sepa, sé que puedes.
- Lo hare, eres mi cuñado, eres mi familia Felipe. - el joven sonrió y brazo a su cuñada, justo cuando Alejandro, el novio de Victoria les informaba que el almuerzo estaba servido, pero las sorpresas no terminaban allí, ese día seria recordados por muchos.
Felipe no desperdicio su tiempo y en el momento que Neri fue a dejar a Lukyan a su cuna, tomo el salero más próximo y aflojo su tapa, necesitaba alejarse del escrutinio del ruso, no en vano era conocido como EL VIDENTE, lo que menos quería Feli era que el ruso viera su suerte o su pasado, por lo que sabía que si arruinaba su comida Neri se enojaría y dejaría de prestarle atención, dejo el salero cerca del plato del ruso, ya todos estaban sentados esperando por él, pero entonces apareció una empleada.
- Señora una niña pregunta por usted. - Felipe se congelo al ver a la niña que no tendría más que 7 años, era hermosa, de pies a cabeza.
- ¿Quién? - pregunto Vicky, y Felipe sintió su corazón doler, como cada vez que la ceguera de su hermana quedaba al descubierto y es que ella no parecía ciega, sus ojos brillaban con tanta luz, que incluso se olvidaban de ese detalle.
- Mamy. - ¿Qué mierda? Se pregunto el rubio y estaba seguro de que era la pregunta que todo se hacían.
- ¡Estefi! - todos quedaron en silencio, no comprendían nada, su hermana había corrido siguiendo la voz de la niña y ahora se abrazaban.
- ¿Quién es? -Candy la veía con ojo crítico, el parecido de la niña con Alejandro, el novio de Victoria era mucho.
- No lo sé. - dijo el italiano y solo entonces Felipe se dio cuenta que no estaba sorprendido, ni preocupado, o asustado, estaba... carente de toda emoción, como quien oculta algo y Felipe sabia de eso.
- Vicky, ¿qué es lo que sucede? ¿Quién es esta niña? - la voz de Ámbar provocó que dejara de temblar, y como acto reflejo Felipe hizo sonar los huesos de su cuello, ellos estaban conectados, si estaban juntos era más notorio, si uno estaba ansioso, los otros reaccionaban de diferente forma, una conexión que siempre tendrían.
- Es mi niña. - el tono firme y protector de Victoria causo aún más preguntas que respuestas.
- ¿Cómo que es "tu niña"? - Mateo fue el primero en llegar a su lado, su hermana necesitaba apoyo psicológico y él lo sabía.
- Te dijo Mamy. - Felipe como si fuera atraído por un hilo invisible se puso a su otro lado, estaban tomando posiciones, algo en su interior les dio a entender que algo se desataría.
- Pequeña ¿De dónde conoces a mi hermana? - Eros camino hasta cubrir el pequeño cuerpo de Estefi de la mirada de Alejandro, quien estaba clavado al piso.
- Estefi ¿Dónde está tu padre? - Vicky ignoro a todos y solo hablo con su niña.
- Murió, él se murió, era malo y la gente mala merece morir.
Vicky cayo de rodillas y todos creyeron que era para consolar a la niña quien la abrazo de inmediato, mientras ambas lloraban, sin embargo, Candy comprendía que las lágrimas de su hija eran por el padre de la niña, por lo que rápidamente concluyó quien era.
- Es la hija de quien te secuestro. - asombro y pena, fue todo lo que dejo ver Candy, el verdadero padre de su nieto estaba muerto, el hombre que su hija amaba aun sin merecer dicho amor ya no existía.
- ¡¿Qué?! - Amir al fin hablo, mientras el odio se dejaba ver en sus ojos azules. Matt saco su arma, al igual que Hades, mientras Alessandro se preparaba para matar a cuantos hiciera falta para darle tiempo a su hija de huir.
- Si la tocan me matan. Si alguien hace algo... los mato. - Victoria dejo salir su amenaza mientras abrazaba aún más fuerte a Estefanía, tratando de cubrir su cuerpo. Felipe reacciono ante las emociones que sentía su hermana y junto a Mateo cubrieron a ambas, si alguien perdía el control primero tendrían que acabar con ellos, el niño dorado se sorprendió al ver que Eros se colocaba en frente de ellos, también protegiéndolos, pero mayor fue el asombro cuando su madre se puso frente a Eros, la familia estaba dividida y quienes apoyaban a Victoria estaban dispuesto a todo, la pregunta era... ¿qué harían los demás?
- Victoria reconoce a esta niña como su hija y ustedes también lo harán. - dijo con voz firme y rostro de asesina la matriarca de la familia y solo entonces Felipe respiro aliviado, no quería luchar con su familia, pero era Vicky quien lo necesitaba, lo sentía en su corazón, en su alma, ella sufría aún más de lo que su rostro dejaba ver.
- Candy. - Amir era el más reacio a aceptar aquello, no por Estefanía si no por el secuestrador de su niña.
- Estoy segura qua Vicky hablara con nosotros luego, ¿acaso mi esposo tendría el alma tan negra para lastimar a una pobre niña? - dijo para presionarlo una vez más, sabía cuál era el punto de quiebre de su esposo.
- No, claro que no lastimaremos a la pequeña, pero estoy seguro de que es una trampa, ¿Cómo es que llego hasta aquí la niña? Estoy seguro de que ese hombre no está muerto. - Candy pensaba lo mismo que su esposo y Matt estaba seguro de que Alejandro era un asesino aún más despiadado que él, pues hasta el momento no había movido ni un musculo, sin asombro, pena o indignación, nada, una máscara perfecta cubría su rostro, pero ¿Qué era lo que ocultaba?
- Ven conmigo. - Victoria se levantó con ayuda de Mateo y comenzó a caminar a su habitación, fue recién en ese momento que Alejandro se movió para seguirla, pero fue detenido por Eros.
- Creo que lo mejor es que te quedes aquí con nosotros, mi hermana te llamara si te necesita. - Felipe se tensó al ver el rostro de su hermano mayor, conocía ese brillo en sus ojos, Eros estaba a muy poco de mostrar su verdadero rostro y Felipe se preguntó qué sucedería si él hablaba de lo que sucedió con Ming... el infierno, eso era lo que pasaría, Eros convertiría la tierra en un infierno.
- Gracias por el consejo, pero esa es mi familia.
- Alejandro Ferro, creo que llego la hora de que todos sepan la verdad. - Victoria ya había llegado a la planta alta acompañada de la pequeña.
- ¿Qué verdad mamá? - Eros tenía los ojos clavados en el italiano, y Felipe se preguntó si debería protegerlo, después de todo su hermana amaba a ese hombre.
- Alejandro no es el padre del bebé que espera Vicky. - Soltó su madre sin preámbulos y Felipe sentía la necesidad de cubrir el cuerpo del italiano, podía ver como Ámbar deseaba matarlo, al igual que Stefano, pero Victoria lo amaba ¿acaso solo él podía sentir eso?
- ¡¿Qué?!- Zafiro ya no era la reina fría, Felipe sabía que alguno de sus hermanos mataría a ese hombre y solo rezaba porque Vicky regresara para salvarlo.
- Victoria se enamoró del tal Alessandro mientras fue su cautiva, no quería que lo mataran ni que fueran tras él, por lo que no dijo nada de lo que sucedió entre ellos y cuando se dio cuenta del embarazo, no le quedo más que mentir. - no, eso no era así, Felipe quería decirle a su madre que Vicky amaba a Alejandro y podía jurar que Mateo sentía lo mismo, si, ellos siempre estarían conectados.
- ¿Cómo pudiste ocultar esto? - Eros miraba con reproche a su madre.
- Debía descubrir todo, saben cómo es Vicky, había algo más para que lo defendiera y ahora entiendo que es... esa niña, ella la ama como si fuera su hija, ¿no vieron el brillo en sus ojos cuando escucho su voz? ¿No es la misma forma en la que Amir y yo vemos a Rosita? - sus hijos no tenían nada que decir, pues era así como su madre decía, Victoria protegería a esa niña aun con su vida.
- Eso no importa, no lastimaremos a esa niña, pero el maldito de Alessandro... - el fuego en los ojos de Matt decía que no cambiaría su forma de pensar sin importar nada.
- Ese bastardo ha perdido todo, su propia hija reconoce que es una basura, no sé cómo llego, pero estoy segura de que no es una infiltrada, incluso un maldito como él debe tener un poco de amor por su hija, además esa niña se ve dolida, traicionada, estoy segura de que se escapó y llego hasta aquí. - Alejandro seguía inmóvil a mitad del comedor, escuchando cada palabra que Candy decía, y fue entonces cuando Felipe lo vio, el dolor en sus ojos negros, esa niña era su hija y lo odiaba.
- ¿Qué tanto sabes tú de todo esto? ¿Y qué es lo que ganas ayudando a mi hermana? - Felipe ya no sonreía como lo había hecho desde que llego, el muchacho gracioso y bromista de hace unas horas ya no estaba, en su lugar un glacial se hizo presente, estaba frente al hombre que secuestro a su hermana... pero que también la amaba solo eso lo detenía de tratar de matarlo.
- Solo busco ganarme el amor de Victoria, nada más, no me interesa su dinero si eso te preocupa. - el rubio le dio la oportunidad de decir la verdad y la desperdicio, ahora solo complicaría las cosas, Felipe tenía ganas de llevar a ese enorme italiano fuera y decirle "Hey estúpido, si yo te descubrí mi madre también, mejor di la verdad o sufrirás" pero entonces Mateo dejo salir todo o casi todo lo que tenía guardado en su corazón.
- ¿Dinero? Crees que eso nos preocupa o así sea importa, daríamos todo lo nuestro con tal de que mi hermana sea feliz, ¿alguna vez has sentido que el mundo es injusto? Que una persona que es realmente buena y dulce solo merece ser feliz, pero sin embargo el destino se ensaña con ella, ¿nunca te has puesto a pensar que las cosas malas solo le deben pasar a la gente mala? - Felipe sabía que con lo de "dulce" se refería a su prima, todos cargaban con ese dolor, ella era tan buena, tan Dulce, y Vicky se le parecía tanto.
- Tú no eres hombre para mi hermana, esa es la verdad, un pobre diablo que está dispuesto a criar un hijo ajeno, a mentir por ella, no la mereces. - Ámbar destilaba desdén por cada poro.
- Ese bebé es mío, yo seré su padre. - se defendió el mafioso y Ámbar rompía a reír.
- Eres patético, mendigando amor, ella ya se enamoró y no fue de ti, estoy segura de que no lo sabes, pero nosotros solo entregamos nuestro corazón una vez sin importar nada, y mi hermana ya lo hizo, lo viste tú mismo, te puedo jurar que si tu mueres hoy aquí o dentro de 100 años, ella no derramara ni la mitad de las lágrimas que derramo por su secuestrador, Dios, Vicky realmente ve luz donde solo prevalece la oscuridad. - Con esa frase su hermana dejaba saber que tan rara era Victoria.
- Victoria ve lo que nosotros no, solo ella sabe que fue lo que paso en Sicilia, ¿Qué pudo hacer ese hombre para que se enamorara al punto de mentirnos? - Melody estaba aturdida con todo lo sucedido.
- Eso ya no importa. - la voz de Victoria sonaba seria y fría, estaba parada al pie de las escaleras.
- Hija. - Amir se apresuró a ir a su lado.
- Estoy bien papá, Alejandro, necesito hablar contigo.
Felipe veía el rostro preocupado de su familia, estaba a punto de decirle a Mateo lo que había descubierto, que ese hombre era el tal Alessandro, pero su teléfono sonó y como acto reflejo atendió, solo para tratar de pensar en otra cosa que no sea el caos que se había desatado.
- Dig...
- Regresa, por tu bien regresa, no creas que le temo a la susurradora, si aún están con vida, es porque ella salvo a mi madre, pero si no regresas a la universidad el lunes, iré por ti y no me importa a quien deba matar para tenerte, eres mío hermoso. - Ming termino la llamada y Felipe pego un brinco al sentir la mano de Mateo en su hombro.
- ¿Que te sucede Feli? - Felipe veía el celeste de los ojos de su hermano, el único de todos los Zabet que había heredado el color de ojos de su tío Matt y las palabras no le salían.
- ¿Por qué siento miedo Felipe? ¿Qué es lo que ocultas hermano?
Ellos tenían una conexión, Mateo estaba a punto de descubrirlo, la caja de pandora fue abierta y parecía que el secreto del italiano no sería el único en salir a la luz.