Una Luna para el Alfa
img img Una Luna para el Alfa img Capítulo 5 JÚRALO
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Capítulo 6 ¿NUEVO HOGAR img
Capítulo 7 ME LLAMO ANNE img
Capítulo 8 LA LUNA ES HUMANA img
Capítulo 9 NO ES AMOR img
Capítulo 10 LA LLEGADA DEL ENEMIGO img
Capítulo 11 ESTA ES MI MANADA img
Capítulo 12 LLAMADA DEL ALMA img
Capítulo 13 MIRADA DE SANGRE img
Capítulo 14 ANNE img
Capítulo 15 AULLIDOS EN LA OSCURIDAD img
Capítulo 16 MORDIDA Y LUZ img
Capítulo 17 DESEO DE PODER img
Capítulo 18 GUARDANDO LA VERDAD img
Capítulo 19 FRONTERA NORTE img
Capítulo 20 FUNCIONES DE LUNA img
Capítulo 21 MANADA DEL SUR img
Capítulo 22 ¿POR QUÉ img
Capítulo 23 SORPRESAS img
Capítulo 24 24 img
Capítulo 25 25 img
Capítulo 26 26 img
Capítulo 27 27 img
Capítulo 28 28 img
Capítulo 29 29 img
Capítulo 30 30 img
Capítulo 31 31 img
Capítulo 32 32 img
Capítulo 33 33 img
Capítulo 34 34 img
Capítulo 35 35 img
Capítulo 36 36 img
Capítulo 37 37 img
Capítulo 38 38 img
Capítulo 39 39 img
Capítulo 40 40 img
Capítulo 41 41 img
Capítulo 42 42 img
Capítulo 43 43 img
Capítulo 44 44 img
Capítulo 45 45 img
Capítulo 46 46 img
Capítulo 47 47 img
Capítulo 48 48 img
Capítulo 49 49 img
Capítulo 50 50 img
Capítulo 51 51 img
Capítulo 52 52 img
Capítulo 53 53 img
Capítulo 54 54 img
Capítulo 55 55 img
Capítulo 56 56 img
Capítulo 57 57 img
Capítulo 58 58 img
Capítulo 59 59 img
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Capítulo 5 JÚRALO

Ante la presencia de su pequeña Luna, Lían tomó consciencia de su desnudes, por ello se movió hasta que la parte baja de su cuerpo fue cubierto con el mueble de su padre. Por su parte, Anne estaba tan aterrada con las palabras que había escuchado antes, que poco o nada le importaba la desnudez del contrario, no podía verle como a un hombre, ante sus ojos, él simplemente veía un monstruo; uno que estaba dispuesto a destruir todo a su paso con tal de obtenerlo que desea, y para su mala suerte, aquel monstruo la desea a ella.

- Iré contigo, - dice con tono vacilante. - pero debes prometer que no levantarás un solo dedo contra mi pueblo.

- Pequeña. - Llama el Alfa.

- ¡Júralo! - demanda con fuerza, aun cuando no sabe de dónde sale ese valor. - Si no lo haces, voy a escapar de ti en cada oportunidad que consiga.

Tras aquellas palabras, la habitación quedó sumida en un profundo silencio, ni Lían ni su padre dijeron nada. El mayor, porque aquello no era su asunto, pero en silencio, siente orgullo de ver que aun con miedo, la pequeña humana es capaz de retar a su testarudo hijo, al final, la Madre Luna le dio una digna compañera a su cachorro.

Mientras, Lían está perdido en aquellos ojos azules, mismos que están nublados por el llanto y el terror. Cuando dijo que arrasaría y mataría a todos los poblados hasta encontrar a su Luna, no lo dijo en serio, hacer eso no solo pondría en peligro a su manada, sino que podría desatar una guerra entre lobos y humanos, pero al parecer, su imprudencia al hablar tan a la ligera, terminó afectando a su pequeña pareja. Esta no es la forma en la que quería lograr mantener a la contraria a su lado, pero al parecer, tendría que tomar esta oportunidad.

- Lo juro, - afirma con tranquilidad. - pero a cambio, tú debes prometer que no volverás a escapar de mí.

Anne ya no podía estar más devastada, aquellas palabras simplemente fueron la firma a su sentencia de muerte. Dando un suspiro profundo, caminó hasta quedar frente a la barra de la cocina, dejando sobre esta la vainilla, da una última mirada a aquel hombre que intentó ayudarla, aunque fuese un poco. Dejando un leve asentimiento de cabeza, camina a la salida, dejando a los dos hombres dentro de la estancia.

- Espero que puedas valorar a tu Luna.

- ¿Y eres tú quien me lo dice? - Lían responde a su padre con el mismo tono tosco con el cual le habló desde que llegó, pero en el fondo, sabe que este tiene la razón. Su mirada por un momento se fija en el frasco que la contraria dejó sobre el mesón, vainilla, eso explica por qué no había logrado sentir su aroma dentro de la casa.

- ¿Piensas ir con ella en ese estado?

Las nuevas palabras de su padre le sacan de su pensamiento. Fijándose nuevamente en su desnudez, suspira ante la situación, si la contraría fuese una Loba, no tendría ningún problema en lo que refiere a su falta de ropa, para los lobos aquello es algo normal, pero para su Luna no es así, ella es una humana, y se sabe que los humanos son más pudorosos con ese tema.

- Te daré un poco de ropa. - son las palabras del contrario mientras se encamina a su habitación.

Anne observa fijamente a los caballos mientras seca sus lágrimas, espera encontrar la resignación necesaria para acostumbrarse al cautiverio justo como aquellos ejemplares.

- Son hermosos, ¿verdad? - dice suavemente la voz a su espalda.

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Aisling sentía su corazón latiendo en su garganta. En los últimos días, su Padre solo habían llorado la perdida de Annette, pero nadie en el pueblo se mostró dispuesto a ingresar en el bosque y buscar a su hermana. La noche anterior pidió la ayuda de Wen, que por favor interviniera ante los cazadores para que estos la buscasen, pero incluso él se negó a ayudarla: "ningún cazador se arriesgaría a entrar a la zona de los lobos solo para recuperar un cadáver". Esas palabras le hicieron sentir náuseas, su hermana no estaba muerta, podía sentirlo en su corazón e iba a demostrarlo a todos.

- Espérame Anne - susurra al aire mientras sigue recorriendo la empedrada ladera.

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La presencia de aquel hombre a su espalda le hace sentir incómoda. Sin responder a sus palabras, simplemente se aleja de la puerta del tranquero, pero solo alcanza a dar unos tres pasos cuando su intento de alejarse es detenido por el agarre en su muñeca.

- Sé que no estamos teniendo un buen comienzo, pero, ¿podemos intentar comenzar de nuevo? - Lían, pregunta aquello con un tono bajo. - Me llamo Lían, Alfa de la manada del Sur y tú...

- Yo solo estaré a tu lado mientras cumplas tu palabra. - dice con premura. - No me importa quién o lo que seas, solo me importa mantener mi aldea resguardada de ti.

Aquellas palabras dejan un mal sabor de boca en Lían, sabe que las palabras dichas en su momento de insensatez serán una fuerte lapida en la relación con su pequeña Luna.

- ...

Por un momento, Lían tuvo la idea de decir algo, pero su sentido común le advierte que ese momento, lo mejor es dejar las cosas como están. Fijando su mirada en la contraria, por primera vez repara totalmente en ella. Apenas si llega hasta la altura de su mentón, su hermoso rostro es decorado por unas suaves e imperceptibles pecas, que quedan ocultas bajo el suave tono sonrojado de sus mejillas, sonrojo que contrasta con el negro de su cabello; una nariz pequeña de botón y dos hermosos ojos azules que son como ver el cielo en un día despejado. Su figura esbelta resalta magníficamente al estar enfundad en el vestido negro de encaje.

- ¿Me estás escuchando?

Es la pregunta que lo regresa a la realidad.

- ¿Qué? - pregunta de vuelta. - Lo siento, no estaba escuchando.

- Te pregunté si ya nos vamos, - repite su pregunta. - va a llover.

Ante las últimas palabras, Lían se extraña un poco; el sol se muestra radiante en el cielo, agudizando sus sentidos, deja viajar su olfato y su audición, pero nada en las cercanías le advierte de un cambio en el clima.

Sin querer contradecir sus palabras, Lían comienza su caminar hacia la salida de la propiedad su progenitor, siendo seguido de cerca por Anne.

Dentro de la cabaña, Cilliam observa a la pareja irse, y si bien espera que sus diferencias puedan ser resueltas, también espera que la pequeña chica, patee con fuerza el arrogante trasero de su cachorro.

- Te agradaría nuestra nuera, Hanna - dice ante de levantar su vista al cielo. - aunque es humana, como advertiste, y por momentos se ve como un pequeño conejo asustado, es lo que siempre deseamos para Lían.

                         

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