Encontrarte
img img Encontrarte img Capítulo 5 Pensando en ella
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Capítulo 6 Llegó el día img
Capítulo 7 ¿Pero qué me pasa img
Capítulo 8 Una nueva amiga img
Capítulo 9 La pre-despedida img
Capítulo 10 Perdona, ¿nos conocemos img
Capítulo 11 La chica de la joyería img
Capítulo 12 No hay de qué preocuparse img
Capítulo 13 Día en familia img
Capítulo 14 Solo un sueño img
Capítulo 15 ¡Vaya día! img
Capítulo 16 Esto no es mío img
Capítulo 17 Él img
Capítulo 18 Ella (de nuevo) img
Capítulo 19 El amor está en el aire img
Capítulo 20 Soy Katie img
Capítulo 21 Os presento a Katie img
Capítulo 22 Baile img
Capítulo 23 No sabía que sabía bailar img
Capítulo 24 La cena en casa de Luke img
Capítulo 25 Katie cena en casa img
Capítulo 26 Ese sueño img
Capítulo 27 Organización img
Capítulo 28 Videojuegos y deberes img
Capítulo 29 Día perezoso img
Capítulo 30 El regalo perfecto img
Capítulo 31 Riley vuelve a casa img
Capítulo 32 La fiesta de mi 18 cumpleaños img
Capítulo 33 La fiesta de cumpleaños de Katie img
Capítulo 34 Todo el mundo está aquí img
Capítulo 35 Que empiece la fiesta img
Capítulo 36 Los regalos img
Capítulo 37 Que siga la fiesta img
Capítulo 38 El baile img
Capítulo 39 Katie me saca a bailar img
Capítulo 40 El beso img
Capítulo 41 Me lanzo img
Capítulo 42 El anuncio de Derek img
Capítulo 43 Derek anuncia img
Capítulo 44 Una mala sorpresa img
Capítulo 45 ¿Qué hace ella aquí img
Capítulo 46 La noche perfecta img
Capítulo 47 Una gran noche img
Capítulo 48 Mi primera vez img
Capítulo 49 La primera vez img
Capítulo 50 Ruta por la ciudad img
Capítulo 51 Turismo por la ciudad img
Capítulo 52 La abuela img
Capítulo 53 Abuelita img
Capítulo 54 Tarde de chicas img
Capítulo 55 El visto bueno de la abuela img
Capítulo 56 Papá se va donde merece estar img
Capítulo 57 Encarcelan a mi suegro img
Capítulo 58 Una tarde de helados img
Capítulo 59 Tarde de helados con mi cuñado img
Capítulo 60 Los vestidos de la boda de Blair img
Capítulo 61 La charla con Derek img
Capítulo 62 En busca del anillo perfecto img
Capítulo 63 Derek actúa raro img
Capítulo 64 La boda de Derek y Blair img
Capítulo 65 La pedida img
Capítulo 66 La fiesta de compromiso img
Capítulo 67 Celebrando nuestro compromiso img
Capítulo 68 Padrinos y damas de honor img
Capítulo 69 Mis padrinos y sus damas de honor img
Capítulo 70 El niño de los anillos img
Capítulo 71 Mi cuñado llevará los anillos img
Capítulo 72 Este es mi vestido img
Capítulo 73 Mi traje de novio img
Capítulo 74 Eligiendo los vestidos de las damas de honor img
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Capítulo 5 Pensando en ella

LUKE

Es domingo. He decidido tomarme el día libre de llamadas, Whatsapps, emails... y gente. Normalmente, los domingos suelo salir a dar una vuelta. Pero hoy no. No me apetece. Lo que quiero es quedarme estirado en mi cama escuchando música y pensando en ella.

Eso es lo que hago. Después de desayunar vuelvo a mi cuarto, cojo el móvil, lo pongo en modo avión, le conecto los cascos, abro el reproductor de música y le doy al play. La lista de reproducción está en aleatorio. La primera canción que suena es The second star to the right de la película Peter Pan. Sonrío. Me recuerda a ella. Por lo menos me recuerda a la Katie de seis años que no paraba de cantarla. Era su canción favorita de su película favorita.

Un rato después entra mi madre hablando, pero como llevo los cascos y la música está con el volumen al tope, no la oigo. Me los quito.

-¿Qué? – pregunto.

-Hijo, hace rato que estoy llamando a tu puerta, pero como he visto que no abrías he decidido entrar – me dice. Alzo las cejas. – Han venido a verte.

-¿Quién? – quiero saber. Pensé que había quedado claro que no quería ver a nadie hoy.

-Hola, Luke.

-Queenie.

Queenie Williams. Es una chica muy guapa y atractiva, pero tiene un pésimo carácter. Es mi ex. La relación no funcionó. Yo le gustaba a ella y me pidió salir. Yo no estaba seguro de si ella me gustaba a mí o no, pero le dije que sí. Estuvimos saliendo durante tres meses. Tres meses en los que intenté quererla como ella me quería a mí. O decía quererme. Pero todo se complicó. Ella me puso los cuernos, yo mismo fui el que la pilló, se lo dije y rompí con ella. Ella me pidió perdón y quiso que volviéramos, pero le dije que no, que si quería seguir viéndome y salir conmigo a algún lado, tenía que ser como amigos. Para mi sorpresa, aceptó. Somos buenos amigos, pero ella es muy pesada cuando intenta camelarme para volver a ser pareja, sin éxito. Últimamente, se comporta con posesividad. Se comporta así desde que le hablé de Katie. Respecto a qué hace en mi casa, no tengo ni idea. Ayer envié un mensaje en el grupo de Whatsapp para decir que no podía quedar porque tenía otros planes. Se me queda mirando fijamente. Mi madre sale de la habitación para dejarnos solos.

-¿Estos son tus planes? ¿Quedarte aquí tirado mientras escuchas música? – Me mira enfadada. Yo asiento. – Mira, si es por esa tal... Katie de la que me hablaste, olvídate. Olvídate de una vez por todas de ella. ¿¡No te das cuenta de que no la vas a volver a ver en tu vida!? ¡Abre los ojos, Luke, vuelve al mundo real! Hay chicas de verdad, a tu alrededor, a las que les gustas y se mueren por salir contigo y ser tus novias.

-¿Entre las que te incluyes tú? – le pregunto arqueando una ceja. Ella no responde. – Ya, lo imaginaba. Pues para empezar: no voy a volver contigo, te lo dejé bien claro en su momento. Segundo: ¡estoy en el maldito mundo real, desgraciadamente! Y tercero: Katie es la única que me gusta y me ha gustado siempre, y tú no eres quién para decir que no la volveré a ver jamás, porque no tienes ni idea, maldita sea. Estoy seguro de que, en algún momento, nuestras vidas volverán a unirse y podremos estar juntos, sin que nos importe lo que digan los demás. – Dichas estas palabras, me vuelvo a poner los cascos y me tumbo de lado, dándole la espalda. Pero ella seguía hablando. Había aflojado el volumen de la música así que podía oírla.

-¡Oh, venga ya! ¡Tenías siete años la última vez que la viste, tú mismo lo dijiste! Han pasado muchos años, Luke. Puede que no sea la misma chica que conociste. ¿Pretendes que siendo de una familia de "aristócratas" quiera salir contigo? Seguramente saldrá con gente de su nivel. Y tú no lo estás. Otra cosa es, ¿cómo narices se supone que la vas a reconocer? ¿Por arte de magia? Porque de físico también habrá cambiado mucho. Quizás hasta te llevas una decepción al verla porque esté gorda y sea fea. Además, seguramente ya no viva ni en esta ciudad.

Queenie no se calla. Quiero que se vaya de mi casa y deje de decir estupideces, pero sobre todo quiero que deje de hablar tan mal de Katie. Ella ni siquiera la conoce. Pero sé que no es ella quién habla, sino sus celos.

-Queenie – le digo. - ¿Por qué no te callas de una vez y te marchas? No haces más que decir estupideces. ¿Por qué una chica gorda tiene que ser fea? He visto chicas gorditas que son mucho más guapas que tú y mejores personas, sin duda. Y deja de hablar así de Katie. No la conoces y ¡yo tampoco te permito que hables así de ella! ¿Queda claro? Y ahora, vete, lárgate, fuera. Nos vemos mañana en clase. Adiós.

Está claro que le afectan mis palabras. Pero es lo que pienso y es la verdad. Tiene que aprender a controlar sus celos y sus palabras. Aunque quizás me haya pasado y debería haber usado otras palabras más suaves. Lo entenderé si mañana no me dirige la palabra. Mi madre vuelve a entrar, esta vez sorprendida.

-¿Qué ha pasado? ¿Tan mal ha ido la conversación? – me pregunta. Me encojo de hombros. – Luke...

-Vale, puede que no haya elegido las mejores palabras para decirle a Queenie lo que pienso. Puede que me haya pasado un poquito.

-¿Es por eso que se ha ido tan enfadada? – Yo asiento. Ella se me queda mirando con una ceja arqueada y los brazos cruzados. Sé perfectamente lo que quiere decirme.

-Sí, mamá – le digo. – Mañana hablaré con ella, me disculparé e intentaré arreglar las cosas. Aunque no sé si va a querer escucharme. Ahora, si me disculpas...

-Muy bien. Tú a lo tuyo. Sigue escuchando música mientras piensas en Katie – dice antes de irse. - ¡Oh! Y si necesitas pañuelos, te he dejado un paquete en la mesita de noche – añade. Y se va.

He pasado todo el día con los cascos puestos. Mis padres han intentado que me los quitara a la hora de comer y a la de cenar, pero no lo han conseguido. He seguido llevando los cascos incluso en esas horas. Ya son las diez de la noche. Me preparo la mochila con los libros de mañana y la ropa que me voy a poner y me voy a dormir. Sé que es temprano pero, como ya he dicho, hoy no tengo ganas de absolutamente nada.

Lunes. Suena la alarma. Son las siete y media de la mañana. Me visto, cojo la mochila, me llevo algo de desayuno para el camino y me voy. Las clases empiezan a las ocho en punto, lo que significa que voy tarde. Llego a la parada justo en el momento que llega el autobús. Bajo en la parada que hay cerca de la universidad y voy corriendo a clase. No entiendo qué ha pasado, me fui a dormir temprano. Normalmente me acuesto tarde, casi no duermo y sin embargo, llego a clase puntual. Pero hoy no es uno de esos días.

                         

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