/0/10956/coverbig.jpg?v=4483cbb2001f0346ecc5d367631ea455)
- ¿Estás bien? - Intenté que mi voz saliera lo más consoladora posible, pero fue inutil, Mi voz es tan gruesa que no puedo escucharme tierno.
- No. - Respondió Bella. - Nada en mi vida está bien desde que mi padre hizo todo este problema y yo soy quien paga los platos rotos. - Las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas.
No podía refutar lo que decía porque simplemente tenía toda la razón.
- Bella, yo...no quiero que me veas como un enemigo, quiero que me veas como tu aliado, un ser en el que puedas confiar.
- En estos momentos no confío ni en mi propia sombra. - Responde ella limpiando las lágrimas que caían por sus mejillas. - Pero debo agradecerte por sacarme de allí, no sé qué hubiera pasado.
- No te preocupes más por Gastón, no creo que tenga más ganas de meterse en mi camino.
- Tu no lo conoces, seguramente se vengará.
- Pues aquí estaré esperandolo.
La luz de la luna se posa sobre Bella, haciendo que su piel blanquecina se viera más blanca de lo normal y la hacía lucir apetecible.
Mi polla de inmediato cobró vida, y Bella se tiró sobre mis brazos, inspiró su riquísimo aroma a rosas, ella entre mis brazos se sentía tan pequeña y frágil, pero la he visto resistir a las porquerías que Gastón hacía con su cuerpo.
- Bella. - Murmuró mientras trago en seco, al sentir su culo sobre mi polla semidura. - No quiero que me veas como un depravado, pero si no te bajas de mi regazo te voy a follar tan duro que no podrás caminar en días.
Bella rápidamente se aleja de mí dejando un gran vacío, pero era por su bien o quizás por mi propio bien.
- Eh... yo... - Bella mira hacia otro lado, pero su vista de inmediato baja a mi entrepierna, donde claramente se podía ver mi polla.
- Ve y toma una ducha caliente Bella, la señora Potts te está esperando.
La necesitaba lejos de mí en estos momentos en los que me encuentro vulnerable, para evitar cometer una locura de tal magnitud.
- Gracias por salvarme de Gastón. - Dice ella con una notoria sinceridad.
- Eres mi mujer después de todo, Bella. - Hablo. - Ahora ve con potts.
Bella asiente con su cabeza, para luego desaparecer de mi vista dejándome empalmado. Gruñí cuando pase mi mano por el bulto de mis pantalones, rapidamente su bi a mi habitación y busqué el espejo que me mostraba todo lo que Bella hacía.
Y justamente la veo cuando se está desnudando, la he visto incontables veces desnuda, pero esta vez es completamente diferente, porque ella ahora vive dentro de mi casa.
Bella se sumerge en el agua caliente con su cabello recogido en una coleta alta, le va echando poco a poco agua y sobre todo pasa sus manos por sus senos y resto del cuerpo. La veo sacar los pies del agua para colocarlos a casas lado de los bordes de la bañera.
Me muero por tener esas piernas blancas sobre mis hombros, mientras que la hago mia una y otra vez, Bella es el perfecto pecado que quiero cometer todos los días a toda hora y en todo momento. Sin medir más mis acciones, saco mi polla erecta de mis pantalones, la pequeña gota de un líquido transparente baja por todo mi largo falo deseoso de estar dentro de Bella.
Solté un fuerte gruñido, al tomarlo con mi mano para empezar a subir y a bajar en busca de un mayor placer.
Bella se refregaba el cuerpo con sus manos, jugueteaba con sus senos, pellizcaba sus pezones y en su rostro tenía una expresión de satisfacción.
Acelere el movimiento de mi mano, deseando que fuera ella quien lo hiciera, tengo una malditas ganas de salir de mi habitación e ir a la suya para tomarla, tirarla sobre la cama y comerle su lindo coño rosado como se merece. Tan rápido fue mi movimiento que mi esperma salió volando directamente al espejo en mi mano. Solté un fuerte gruñido que hizo estremecer todo el cuarto.
Este es el efecto que tiene Bella sobre mí y creo que también en otro hombre, ella no entiende la magnitud del poder que puede ejercer sobre un hombre con tan solo una mirada, con tan solo el movimiento de sus hermosas caderas, Bella facilmente podria ser mi perdición si mi corazón son fuera tan pequeño como una pasa.
...
El sol resplandecía en lo alto del cielo, los pájaros cantaban y la risa de Bella se escuchaba a través de la ventana.
Entonces me levanto de golpe. ¿A través de la ventana
? cuestione unos segundos mi cordura y me asomo por la ventana y justamente allí se encontraba ella junto a Chip y la señora Potts, quien le enseñaba algo sobre las plantas.
Sin esperar un segundo más, me muevo por toda la casa hasta llegar al patio.
- Buenos días. - Hablo
- ¡Hola! - Me mira con una hermosa sonrisa en su rostro para luego acercarse a mí y abrazarme.
Y ahí está de nuevo... una erección, trago grueso y rápidamente me separo de ella.
- ¿Qué hacen?
- Bueno, Chip y la señora Pott me decían que es difícil mantener plantas a los alrededores del castillo.
- Bueno... una mujer lanzó una maldición y nada puede florecer o crecer a los alrededores del castillo. - Le explico.
- Oh. - En su rostro se pudo ver algo de desconcierto. - Eso explica porque parte del bosque se ve desolado y oscuro.
- Exactamente. - Asiento con mi cabeza. - ¿Ya desayunaste? - cambio por completo de tema.
- No, de hecho estaba esperándote. - Ella vuelve a sonreír. - Te preparé unos riquísimos Waffles, solo espero que a ti te gusten.
Ella me tomó de la mano y me guia por todo el pasillo hasta ir a la cocina, giré mi cabeza hacia atrás completamente confundido y viendo a Pott quien ahora tenía una sonrisa en el rostro.
- No era necesario que lo hicieras, Pott se encarga de todo eso. - Hablo.
- Adam, no pienso ser una carga en este castillo.
Me detuve en seco cuando escuche que me llamó por mi nombre.
- ¿Cómo me llamaste?
- Adam. - Ella responde con una considerable preocupación. - Lo siento si te incomoda, pero es que no quiero llamarte Bestia.
- No tienes porque disculparte. - Hablo. - Es que viniendo de ti... se siente bien.
- ¿Por qué viniendo de mi? - Pregunta un poco más confundida.
- Porque eres mi mujer Bella. - Respondo.
- ¿Tu mujer? ¿De qué rayos estás hablando?
- Cuando tu padre vino buscando mi ayuda, me ofreció tu mano en matrimonio ¿Acaso no lo recuerdas?
Bella comienza a reír de forma sarcástica.
- Esto debe ser una maldita broma. - bufa. - Eres igual que Gastón, yo sabía que no podías ser tan bueno.
- ¿Qué? a mi no me compares con ese escuálido y poco hombre. - me acerco de forma amenazadora. - Yo no soy igual que él.
- Claro que si lo eres, y no solamente eso, eres un asesino, porque mataste a mi padre.
Podía sentir como mis pómulos comenzaban a arder de la rabia.