De secretaría a amor verdadera
img img De secretaría a amor verdadera img Capítulo 2 El compromiso
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Capítulo 7 La noche inolvidable img
Capítulo 8 No soy una cualquiera img
Capítulo 9 te someterás a mí, Mujer img
Capítulo 10 Te atreves a apostar conmigo img
Capítulo 11 Wendy Cienfuegos img
Capítulo 12 El primer trabajo img
Capítulo 13 la persona que debe ver la realidad img
Capítulo 14 Cena con hombre img
Capítulo 15 Un encuentro inesperado img
Capítulo 16 Nueva cita img
Capítulo 17 En la misma noche img
Capítulo 18 Estafador img
Capítulo 19 el miedo img
Capítulo 20 Las malas siempre llegan img
Capítulo 21 Trampa de los Ticiano img
Capítulo 22 Trabajo img
Capítulo 23 Buena noticia img
Capítulo 24 La astuta img
Capítulo 25 Cambio repentino img
Capítulo 26 Verdad tardía..y desconsolada img
Capítulo 27 Te llevo a casa img
Capítulo 28 El visitante misterioso img
Capítulo 29 Papa noel img
Capítulo 30 Un trabajo de tiempo parcial img
Capítulo 31 Ropero de Edmund img
Capítulo 32 Eliana y su aprendiz img
Capítulo 33 La fiesta de Ticiano img
Capítulo 34 Una preferencia inesperada img
Capítulo 35 Nuevo secretario. img
Capítulo 36 Cena con otros Ticianos img
Capítulo 37 La tristeza bajo el corazón que nadie lo conocía img
Capítulo 38 Sueños pasados de Edmund img
Capítulo 39 Adiós img
Capítulo 40 La historia de los Ticianos. img
Capítulo 41 Un deseo img
Capítulo 42 El presente precioso img
Capítulo 43 Cita con la madre de mi jefe img
Capítulo 44 Edmund ! img
Capítulo 45 La gran noticia img
Capítulo 46 Mudanza de repente. img
Capítulo 47 En la mansión de Ticiano. img
Capítulo 48 Otro compromiso ! img
Capítulo 49 La quiebra que debía evitar img
Capítulo 50 Las cosas pasadas img
Capítulo 51 Tiempo para relajarse img
Capítulo 52 La entrevista con Padre img
Capítulo 53 El que se dio cuenta. img
Capítulo 54 La investigación img
Capítulo 55 Los agresores... img
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Capítulo 2 El compromiso

Para Elizabeth nunca pensó que iba a preocuparse en dinero. La vida de los primeros 20 años era linda y feliz como un sueño, pero se despertó por el hecho de que la empresa de su padre está casi en bancarrota. Las cartas de los socios, de los accionistas, llevando las quejas y los regaños que volaban como marea.

Porque Elizabeth sabía que ya no podía hacer más para remediar. Ella era hija única del Señor Vizconde, fue mimada como princesa del imperio, del imperio empresarial de Vizconde.

Era caótico para Elizabeth, su padre estaba hospitalizado por un infarto de corazón. La muchacha sentada al lado de su cama de la sala, hasta ahora notó que su padre ya no era joven, era viejo y cansado por los negocios. Supo los esfuerzos que se hiciera por Señor Vizconde. No perdonaría al tipo que planeó todo para tender una trampa a su padre.

Para pagar las cuentas del hospital, la joven vendió todos los bolsillos y joyas. También despidió a todos los sirvientes de su mansión, porque ya no podían pagar los salarios a tiempo. Incluyendo Julio, pero él rechazó e insistió en acompañar al lado de los vizcondes.

-No te preocupes señorita, lo que ahorré toda la vida puede mantenerse una vida bastante bien por años.-

En realidad ayudó mucho en cuidar al padre de Elizabeth.

Aparte de la riqueza y reputación de su padre, Elizabeth solo era una universitaria corriente. Si la chica quería ayudar a su papá, la graduación es la primera tarea.

Estaba preocupada por los gastos de estudios, deseó que pueda solicitar la beca con éxito, para que termine la carrera lo más rápido posible.

Se abrió la puerta, Lucia y David entraron en la sala.

-¿Está bien señor Vizconde?- Lucia interrogó en voz baja, como si temiera molestar al padre de Elizabeth.

El señor Vizconde estaba en coma, los zumbidos del electrocardiograma hicieron la habitación más silenciosa.

-¿Está todo bien Eli? pienso mucho en ti.- David, el fiances de Elizabeth dejó el ramo de flores al lado de la cama, la abrazó a su prometida con esfuerzo.

Lucia la miró los dos en silencio, llevaba una expresión descontenta en un abrir y cerrar de ojos, pero la pobre no se dio cuenta.

-Gracias..gracias, entiendo que vuestras familias no querían meterse en problemas.. Pero gracias por venir, de verdad.- Era princesa de la familia Vizconde, pero ahora tiene menos valor que los vagabundos de la calle.

Ella no supo quien tenía el pecado en planear las trampas en los negocios, pero como una hija de comerciante, sabía que solo los equipos superiores del mundo tienen la capacidad, el tiempo y la finanza para realizarlo.

-No seas decepcionada eli, aunque no podemos ayudarte en los asuntos financieros..Por lo menos, estamos de tu lado.- oyendo las palabras de David, la joven sintió una tranquilidad sin razón entre los brazos valientes.

-Sí, David y yo venimos para avisarte una buena noticia!-

- ¿Qué?

-Cariño, ruego a mis padres que te ofrezcan una beca para seguir tu carrera...- Su voz era baja y temblorosa, sin terminar.

-Ya no puedo agradecerte más David..- Era muy buena noticia para ella por ahora, pero la joven no entendía lo que temiera su novio,

-Pero...el compromiso, mis padres me pidieron que se cancelara el compromiso. Es la única condición para aprobar tu beca. - La expresión de David era embarazoso, pero ese joven ya no tenía más ideas.

La familia Ticiano tenía una historia larga y de fama. Aunque los miembros no eran millonarios como los Visconde, se activan como los mejores eruditos, artistas, modelos en ámbito correspondientes, entre ellos, los padres de David eran miembros de la mesa directiva de la universidad más anticuada del país, tenían la capacidad de intervenir en otorgar las becas.

-Entiendo.Gracias David, gracias por tu apoyo.- Sabía que

tendrían este final cuando supo la bancarrota de la empresa de su padre. De hecho los padres de David tampoco les gustaba Elizabeth, no iban a perder esa buena oportunidad para cancelar este matrimonio.

Aun así, Elizabeth no podía odiar a su amor verdadero. Supo que ya había hecho todo lo posible.

-Gracias..acepto.- no quería mostrar la debilidad y decepción delante de su príncipe.

-Lo siento Eli, deseo que tendrías una vida más suave a futuro.-

El joven abrazó con esfuerzo, al mismo tiempo lanzando un guiño a Lucia.

Elizabeth enterró su cabeza en su pecho, sin saber la traición que llegaría pronto.

            
            

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