Conociendo el paraíso
img img Conociendo el paraíso img Capítulo 5 EL ARMA ENTRE MIS PIERNAS
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Capítulo 6 ELECCIÓN img
Capítulo 7 ¿DESPUÉS DE LA TORMENTA EL CIELO SIEMPRE ES AZUL img
Capítulo 8 LA PROPUESTA img
Capítulo 9 SOSPECHAS CERTERAS img
Capítulo 10 ¿VIDA img
Capítulo 11 PENSAR EN EL FUTURO img
Capítulo 12 TAL VEZ NO ES TAN MALO img
Capítulo 13 SUPER MODELO (de delincuentes) img
Capítulo 14 BELLEZA NATURAL img
Capítulo 15 CAFÉ CON CHARLA INCÓMODA, POR FAVOR img
Capítulo 16 PARTE DE MI VIDA img
Capítulo 17 DISPUTA ENTRE HOMBRES img
Capítulo 18 QUIERO img
Capítulo 19 LLENO DE MENTIRAS img
Capítulo 20 ¿PARAÍSO O INFIERNO img
Capítulo 21 EL COMIENZO DEL PLAN img
Capítulo 22 FESTIN CON COSAS INCONCLUSAS img
Capítulo 23 LA VERDAD TOCA MI PUERTA img
Capítulo 24 24. CAMINO FÁCIL img
Capítulo 25 EL LADO BUENO DE LAS COSAS img
Capítulo 26 SUEÑO E IMAGINACIÓN img
Capítulo 27 CULPABLE img
Capítulo 28 DE ÉL img
Capítulo 29 UNO DE ELLOS img
Capítulo 30 AL OTRO LADO img
Capítulo 31 NUEVO OFICIO img
Capítulo 32 COMO UNA REINA img
Capítulo 33 JOSUÉ img
Capítulo 34 ENCANTO img
Capítulo 35 TRABAJO DURO img
Capítulo 36 PROPUESTA img
Capítulo 37 ENCUENTRO img
Capítulo 38 AMENAZAS img
Capítulo 39 PRIVADO img
Capítulo 40 SORPRESA img
Capítulo 41 TODO ESTO ES UNA LOCURA img
Capítulo 42 VOLVERNOS A VER img
Capítulo 43 SUBJEFE img
Capítulo 44 LÍDER img
Capítulo 45 REUNIÓN DE FIERAS img
Capítulo 46 ¿VAS A ACEPTAR img
Capítulo 47 PÉRDIDAS img
Capítulo 48 LADOS img
Capítulo 49 FUGAZ img
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Capítulo 5 EL ARMA ENTRE MIS PIERNAS

La cena estuvo muy rica, en una de las tantas charlas en esta mesa, me enteré que Susana lo había preparado, "con ayuda de la cocinera" para sentirse orgullosa de su platillo principal, un lomo con papas y champiñones salteados con una crema. La entrada fue una especie de guarnición de huevos de un extraño color con zanahoria, y de postre lo más rico y tentador, helado de frutilla.

-Bien, creo que ya se va haciendo la hora para irme.

Abel se levanta de repente diciendo.

-Yo la llevo.

-Oh, tranquilo, hijo, el chófer puede llevarla, vos estás muy cansado, trabajaste toda la semana, necesitas descansar este finde. Que la lleve el chófer... mejor te llevo yo -lo miro de inmediato -, no quiero pagar un sueldo extra.

-No se preocupe, vine caminando y me iré caminando.

-Que no muchacha, sería un mal tipo y una mala persona si dejo irte sola -sacó unas llaves de su bolsillo trasero-, el auto nos espera.

Sin más que decir, tuve que ir con el sujeto, con el dueño de todo esto. Por más que sea un señor de unos casi 60 años, se veía muy bien para su edad, aún tenía unos músculos trabajados, y ese traje negro muy elegante lo hacía ver atractivo... pero Abel es el campeón mundial, es el Ledesma más atractivo que hay.

En el camino no dijimos ninguna palabra, hasta que él rompió el silencio.

-¿Te gustó el collar? Me encantaría vértelo puesto.

-Señor, yo no me vine por este camino, ¿a dónde me está llevando?

-Quiero tener una... una cita con vos, o como quieras llamarle, no sé cómo le llaman ahora.

-Yo no accedí a ninguna cita, usted no me interesa.

-¿No te intereso? Sabías muy bien quién era Julieta, si te desagrado no hubieras venido a mi casa. Tal vez te intereso un poco y estabas con curiosidad de conocer al viejo que te dio ese collar.

Suspiro.

-Ok, me atrapó -ladeo mi cabeza para poder descifrar en qué calle me encontraba, porque de la ciudad no me saco-, me lleva a uno de sus hoteles.

-Así es, te daré un momento de lujos esta vez.

Él tenía razón, me había despertado el interés cuando vi ese collar junto con la plática que tuve con Paola, quería saber de qué era capaz este señor por mí ¿Un millonario era capaz de dármelo todo?

-Me dijeron que usted amó mucho a su esposa.

-Sí, la amé, pero mi filosofía es que no tengo que atarme a una persona, le guardo el respeto, jamás he hablado mal de ella, fue una persona absolutamente maravillosa, pero no me voy a quedar sentado ahí sin darme placeres con el dinero que tengo.

-Me permite darle un consejo.

-Solo porque mi nieta te admira.

-Se ve que su familia tiene un gran amor, y usted está en lo correcto de divertirse, pero no juegue junto con las personas malas, usted ya es millonario, ¿por qué más?

-Siempre tenemos que superarnos.

Noto que llegamos al lugar cuando detiene el auto, estábamos en frente de uno de sus lujosos hoteles. Él sale primero y da la vuelta por su automóvil para abrirme la puerta, lo hace pero yo no consigo salir, me quedo pensando en lo que estoy haciendo, esta realmente no era yo. Finalmente salgo sin tomar su mano.

-Mejor me voy Señor Horacio, fue un placer conocerlo.

Me alejo caminando de ahí, hago unos cuantos metros en la calle completamente iluminada, hasta que lo pierdo de vista y levanto mi mano para llamar a algún taxi, ninguno quería levantarme.

-¿Rosario? -escucho una voz, me giro y veo que Paola sale de un bar- ¿Y esa pinta muchacha? ¿A dónde tan linda?

Miro al suelo y solo levanto la mano para que pare algún auto amarillo, no quería hablar con ella después de lo que casi pasó con ese hombre.

-¿Se metió con algún ricachón?

-Dejame en paz, Paola -digo de manera seca.

-Pero es que no encuentro ninguna explicación para que estés por acá a estas horas...

-Mejor explícame vos -me acerco a ella de forma amenazante- ¿Te acordás de Abel?

-Sí, el muchachito flaquito y alto.

-Sabías que era un Ledesma.

-Ah sí, no podía decírtelo porque me tenía amenazada -sacó su teléfono celular de su bolso para ver la hora y volvió a guardarlo.

-Fui a cenar al Paraíso, porque la nieta de Horacio es mi alumna, y Abel estaba ahí, el maldito estaba ahí.

-Uy uy uy, eso sí me lo tenés que contar -agarra mi mano y me lleva a alguna parte, pero yo consigo detenerla.

-¿A dónde me vas a llevar? -me suelto de ella de manera brusca.

-Conseguí ganar en un juego de casino con una mujer, apostó una noche en un departamento, pero no voy a dormir con ella, sino que yo dormiré sola y ella va a pagarlo, servicio a la habitación... todo Rosario, es mi gran suerte de esta noche y vos vas a disfrutar conmigo. Tengo mi celular en el bolso, podés llamar a tu mamá que vas a llegar mañana.

-¿Mañana? Pero cómo voy a llegar una mañana de domingo así al barrio, voy a parecer una... una... eso.

-¡Ay! Podés decirlo que no me ofende, soy una zorra a mucho orgullo. Te doy un poco de dinerito para que te comprés una ropita tranquila...

-Ay Paola, no -niego con la cabeza. Realmente era demasiado lo que estaba haciendo por mi.

-Que sí Rosario, ahora vamos al departamento.

Entramos al departamento, dijo que me dé una ducha mientras ella iba a disfrutar un momento en el jacuzzi que quedaba cerca del balcón, cuando termino de mojarme el cuerpo, me pongo una bata blanca muy suave. Voy a donde ella y me siento en un escaloncito, a mi derecha se encuentra una bandeja de cristal con frutillas, tomo una de ella y la como.

-¿Un poquito de champagne?

-No, suficientes lujos por hoy -me levanto y veo la gran vista del lugar- ¿Cómo lo hacés para no sentirte culpable?

-¿A qué te referís?

Muerdo mi labio inferior, y mis manos se ponen inquietas.

-Casi accedo a la propuesta de Horacio, casi me voy a un hotel con él... hasta era capaz de acostarme con él.

-Wow, al menos es un avance.

-No quiero avanzar, quiero luchar solita, no quiero buscar a alguien que me facilite las cosas

-¿Y te vas a quedar esperando ahí en el barrio que tu "príncipe azul" te siga diciendo que te va a mantener? Esto también es un trabajo, cuesta hacerlo, no es para nada fácil.

-Pero no voy a hacerlo.

Me examina de pies a cabeza.

-Mmm... algo más pasó en esa casa... Ay es que yo soy adivina -chasqueó sus dedos y se puso contenta como una niña-, te encontraste con Abel y todo te da vueltas.

-Nos dimos un beso.

Se levanta del jacuzzi, por suerte tenía traje de baño y no podía verla desnuda.

-Eso sí es una buena noticia, debería ser noticia principal del mundo mundial, y por tu cara no hablamos de solo un beso, sino de varios y muchas caricias. Realmente tenés el arma entre tus piernas, dos hombres enamorados de vos.

-El Señor Horacio me dijo que no está enamorado de mí, que solo busca divertirse conmigo.

-Es lo que dicen los millonarios fríos, él solo quiere que no te asustés para que estés con él, el viejo está perdidamente enamorado. Ay chica, yo que vos dejo abandonado al "humilde" de Mariano, y me voy con uno de ellos... o mejor, manejo bien las cosas y le saco cositas a los dos... Rosario, despertá, todo se te está presentando para que lo hagás.

¿Tenía que hacerlo?

                         

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