- ¿Cómo conoces al dueño? - Le pregunto muy intrigada, porque Diane muy poco sale de casa y prefiere estar todo el día en su pastelería.
- Una vez fue a la pastelería, coqueteamos un poco una cosa llego a la otra, tenemos sexo exporadico y me dijo que cuando quisiera ir al club, solo deberia enseñar esto. - Diane de su bolso de manos saca una tarjeta que tenía en letras grandes y rojas "VIP solo para invitados"
- ¿Por qué no me habías contado de eso? - La cuestiono mientras me cruzo de brazos.
- Porque estabas triste por la ruptura del idiota de Cliff, pero gracias a Mike Scott y a su pase VIP vas a olvidar Cliff de una buena vez por todas. Ahora vamos a divertirnos.
Diana tira de mí y nos acercamos a la entrada donde se está un hombre gigante.
- Señorita deben hacer la fila para entrar. - Su voz sonó descomunalmente gruesa.
- Tenemos esta tarjeta por parte de Mike Scott. - Diane enseña la tarjeta al hombre. Él la toma y la levanta al aire para que le de la luz y justo se pudo dividir un sello.
- Adelante, puede pasar. - El hombre le devuelve la tarjeta a Diane.
Ambas nos miramos realmente sorprendidas y entramos al club, donde la música resonaba en todo el lugar y el ambiente era realmente agradable, sobre todo por la temática del gran Gatsby.
- ¡Diane, bella mia!
Un hombre vestido de traje se acerca a mi mejor amiga con una sonrisa en su rostro y con los brazos abiertos, ambos se funden en un fuerte abrazo, dejándome más confundida de lo normal.
- Mike te presentó a Jesse West, mi mejor amiga.
- Mucho gusto. - El tal Mike se acerca a mí y me da un fuerte abrazo como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo. - Los amigos de Diane, son mis amigos, así que vengan conmigo, la fiesta es muchísimo mejor cuando se está en la zona VIP.
Mike se adelanta un poco y tomó a Diane del brazo. Pero aquel tipo, Mike Scott se notaba que no era heterosexual
- ¿Te acuestas con un hombre gay? - Le pregunto sorprendida.
- No es gay, simplemente no discrimina géneros. - Diane se encoge de hombros.
- No sabía que te interesaba esa clase de hombres.
- Hay una primera vez para todo.
No sabía qué pensar realmente, pero si a Diane le gustaba esa clase de juegos, no tenía más nada que hacer porque después de todo es su vida.
Seguimos a Mike hasta llegar a un balcón donde habían pocas personas, pero se notaba a leguas que tenían muchísimo dinero, las chicas disfrutaban de la música, mientras que los hombres las veían bailar como si de un burdel se tratara.
Miro con reproche a Diane mientras observo la escena ante mí. Ella simplemente me responde con una sonrisa y un encogimiento de hombros, como si quisiera restarle importancia a la situación. La música seguía sonando y Diane comenzó a moverse al ritmo de la melodía. Vi a Mike acercarse a ella con una sonrisa en el rostro y pasar su brazo alrededor de la cintura de mi amiga, pegándola a su cuerpo. En ese momento, me sentí como un mal tercio, como si sobrara en ese rincón de la fiesta, y decidí apartar la mirada para no sentirme incómodo.
Pero como si estuviera sonando una canción dramática de fondo, mis ojos se toparon con otro par de ojos, unos ojos ámbar que me miraban fijamente. Sentí como si estuvieran escudriñando cada uno de mis movimientos, como si estuvieran analizando cada gesto y cada expresión que cruzaba por mi rostro. Esa mirada penetrante me hizo sentir vulnerable y expuesto.
La conexión que se estableció en ese instante fue impactante. No sabía quién era el dueño de esos ojos ámbar, pero sentía que de alguna manera me conocía profundamente. La intensidad de esa mirada me hizo preguntarme qué pensaba de mí, qué podía ver en mis acciones y emociones. Era como si estuviera siendo sometido a un escrutinio silencioso y profundo.
Mientras continuaba observando esos ojos ámbar, me di cuenta de que esta noche podría tomar un giro inesperado. La presencia de esa persona desconocida y su mirada cautivadora prometían que la noche aún tenía muchas sorpresas guardadas, y no podía evitar sentirme intrigado por lo que vendría a continuación.
- ¡Chicos les quiero presentar a dos amigas! - Mike se detiene justo en frente de aquel chico que no quitaba su mirada de mi. - Está hermosa dama se llama Diane y esta otra hermosa dama Jesse, quiero que la hagan sentir parte del grupo. Chicas ellos son mis amigos, Justin Wex, Alec Leinster, Nicholas Leinster y Elijah Morgan, este último ya lo tienen de los huevos. - Mike se mofa de su amigo y este simplemente coloca los ojos en blanco.
Mike señala a cada uno de sus amigos, incluyendo especialmente a aquel que no me quita la mirada de encima. Es curioso cómo su mirada tiene el poder de hacerme sentir como si estuviera completamente desnuda, vulnerable, y necesitara su cuerpo para protegerme.
Observo detenidamente a este enigmático individuo. Su fino cabello color caoba enmarca su rostro de manera perfecta, y su traje negro le sienta como un guante. La perfección de su barba acentúa aún más su apariencia elegante y cuidada. Normalmente, este tipo de hombres no suelen atraerme, pero él es diferente. Existe un hermetismo innegable en su presencia, algo que me intriga profundamente.
- Pueden sentarse. - Hablo Nicholas con una gran sonrisa en su rostro, para luego hacer un pequeño espacio a su lado. Pero justo también queda un espacio al lado de el tal Alec.
Diane rápidamente se sienta a su lado dejándome como única opción estar al lado de ese hombre.
Me debato seriamente entre sentarme y quedarme de pie, pero estoy segura de que pronto mis tacones comenzarán a matarme, así que me siento a su lado bajo su mirada, su exquisito perfume penetró mis fosas nasales y unos matices amaderados me embeleso