-Eres realmente adorable -me acerqué hasta él y apreté sus mejillas, era tanta mi emoción de tenerlo frente a mí que era difícil de ocultar -¿Te has hecho algo en el rostro? Te ves más lindo de lo normal.
-No y ya déjame, solo me estás molestando como siempre -dijo mientras se alejaba del escritorio y se acostaba en su cama.
-Incluso me gusta tu cara malhumorada -no le hice caso y seguí diciéndole cosas así, él sabía mejor que nadie lo mucho que me gustaba decirle cosas así, no era como si le estuviera mintiendo.
Zack cubrió su rostro con su almohada pero luego de un rato volvió a prestarme atención.
-¿Y a que has venido? ¿Ahora si me vas a decir que ocurre?
Quería decirle pero sabía que si lo hacía tal vez no me creería, incluso yo todavía no me lo creía, ni siquiera sabía lo que estaba pasando.
-Ahora estoy bien, gracias por preocuparte por mí pero dime ¿Que quieres hacer hoy? Podemos jugar a las cartas, también podemos ir a comer algo, haremos lo que tú quieras -dije esbozando una gran sonrisa.
Quería pasar más tiempo con él, si esto de verdad era un sueño, no sabía en que momento podía despertar.
-Aunque también podríamos estudiar, los exámenes están a la vuelta de la esquina y no creo que quieras reprobarlos.
-Iré a un internado de chicas -solté de repente, justo cuando Zack iba a decir algo volví a sonreír- solo bromeo, iré a la misma escuela que tú -su cara lo decía todo, cuando le dije que iría a un internado, se miraba asustado pero cuando le dije que iría a la misma escuela que él se miró aliviado, no pude evitar tener un sentimiento de culpa. Zack, realmente no querías que me alejara de ti ¿Cierto?
-Por bromas como esas es que ya no te creo nada de lo que me dices -dijo regresando a su escritorio y tomando sus apuntes volvió a estudiar.
-Fue un buen día pero tristemente ya está por acabar -dije viendo el reloj de pared de su habitación- gracias por venir a verme.
Zack dejó de estudiar y me volteó a ver.
-¿De que hablas? Tú fuiste la que me vino a ver a mi casa.
Sonreí fingiendo que todo estaba bien, el llanto estaba dentro de mí amenazando con salir.
-No es nada, solo digo que... Gracias por haberme brindado tu amistad por tantos años, gracias por todos esos años vividos... Por las sonrisas que me sacaste, hemos jugado, hemos reído y llorado juntos... Gracias Zack -lo abracé por la espalda y sin pensarlo, le deposité un beso en su cabeza- gracias por las vivencias, siempre serás alguien importante para mí y siempre estarás en mi corazón.
Lancé unas palabras de despedida.
Él no me contestó, se tocó la cabeza extrañado de mi comportamiento, quizás todo el día había estado rara pero no podía evitarlo... Solo quería detener el sueño, que no se terminara.
-Gracias por regalarme un poco de tu tiempo, pero es hora de decir adiós -dije antes de cerrar la puerta, seguramente estaría confundido por mis palabras.
Quería quedarme más tiempo con él, pero tenía miedo de estar presente en cuanto él comenzara a desvanecerse.
Marian dijo que mamá llegaría hoy pero estaba segura de que despertaría de este sueño antes de que pudiera verla.
Llegué a casa algo cansada de tanto correr, debido a la adrenalina del momento no me había puesto a pensar en eso pero ahora que mis sentidos habían vuelto en sí, podía sentir el dolor en mis piernas, no soy una persona muy atlética que digamos, saber defensa personal ya es algo para mí.
-Bienvenida a casa señorita, me alegra que esté bien, me tenía preocupada con eso de que se fue muy rápido y no dijo a dónde iba -dijo Marian al recibirme.
-¡Marian! -la abracé con fuerza, era tanta mi emoción de haberlo visto una vez más que me era imposible ocultarla.
-¿Ocurrió algo bueno señorita?
-No te imaginas lo que me acaba de pasar -iba a decirle sobre mi deseo a la estrella fugaz y sobre como me había concedido este sueño que estaba teniendo cuando escuché que la puerta principal se estaba abriendo.
En ese momento mamá venía entrando al recibidor, se veía agotada, seguramente no había dormido bien.
-Hola mamá, bienvenida a casa.
Me dedicó una sonrisa tierna y se dirigió a la sala principal, hacía un mes que no venía a casa pero verla llegar solo para saber porque escuela me había decidido me hacía sentir muy querida, mis padres casi nunca están en casa por sus trabajos pero aún así se toman algo de su tiempo para preguntar por mí aunque sea solo por llamada.
Ahora me dirijo a la sala junto a ella ya que seguramente me preguntaría la decisión que había tomado, incluso para ser un sueño, se veía demasiado realista.
-Bien, se que no es momento para hablar de eso pero, ¿Ya has tomado una decisión? El registro debió haber quedado hace una semana pero tú querías un poco más de tiempo para pensar bien las cosas y ya ha pasado mucho tiempo.
Asentí rápidamente.
-Quiero estudiar en el colegio Hebram.
Mamá se sorprendió por mi respuesta, ella seguramente había pensado que elegiría el internado femenino, pero su rostro no mostraba desilusión, más bien se encontraba... ¿Feliz?
-Que bueno cariño, no sabía que decirte si llegabas a elegir el colegio femenino, ¡Estoy tan feliz! ¡Debemos preparar los papeles inmediatamente! -habló con emoción y tomó mi muñeca izquierda llevándome directamente al estudio a buscar mis documentos, incluso para ser un sueño, las emociones de mi madre eran tan realistas.
De mi dulce madre fue de quién heredé su personalidad. Realmente se veía emocionada cuando le dije que asistiría a Hebram. Esto me hizo recordar de la vez que le había dicho a mi madre que asistiría al internado Rose, cuando pasó eso, lo único que me dijo fue:
"Okey, está bien."
Justo ahora sentía como si mi vida fuera un juego de esos dónde se toman decisiones, dónde dependiendo de las decisiones que tome me llevarán ya sea a la ruta buena o a la ruta mala.
-Bien, aquí están todos ordenados de manera correcta, iré por el chófer para que me lleve -dijo tomando el folder que estaba sobre el escritorio y empezó a acomodar los documentos con delicadeza.
-¿Ahora? Ya es de noche, ¿Viste lo oscuro que está afuera? -apunté hacia la ventana del estudio- ni siquiera los maestros trabajan hasta tarde.
Ella se hechó a reír.
-Es verdad, entonces será mañana.
-¿Por qué estás tan emocionada en que vaya a estudiar ahí? Recuerdo que tú dijiste que estudiaste en el internado Rose.
Mamá miró al suelo con melancolía en su mirada.
-Así es, yo estudié en el internado Rose pero tu papá estudió en el colegio Hebram y también... Una amiga.
Me sorprendí ante la confesión de mi madre, sé que no debería preguntar pero quería saber más acerca de ello.
-¿Y por qué no me habías dicho nada? Dime, dime -dije con emoción- ¿Quién es esa amiga? ¿La conozco?
-Ella vivía en la misma ciudad que yo pero debido al trabajo de sus padres se mudó aquí y se matriculó en Hebram.
Quería seguir preguntando pero se miraba triste, pensé que diría algo más pero una lágrima cayó por su mejilla, supuse que esa amiga había tenido el mismo destino que Zack, quería saber más pero tenía miedo de que si seguía preguntando, mamá terminaría por romperse.
Aunque... Me pregunto si esto es producto de mi sueño o esa "amiga" de verdad existió.
-Bien, voy a dejar esto aquí arriba del escritorio, voy a decirle a Ana que le diga al ama de llaves que le diga a una de las empleadas que me prepare el baño, estoy tan cansada que quiero dormir un poco.
Asentí mientras veía a mamá salir del estudio.
Primero Zack, ahora mamá. Ahora me doy cuenta que cada persona guarda secretos que no le pueden decir a nadie.
Regresé a mi habitación para poder estudiar un poco, ya eran pasadas las 12:00 AM. Y aún no sabía en que momento el sueño terminaría. Cuando entré, una caja que estaba arriba de mi cama llamó mi atención, era una caja algo pequeña envuelta cuidadosamente con un color plateado.
Creí que alguien me había dado un regalo así que lo abrí.
-Es hermoso
Era un brazalete dorado con una piedra azúl incrustada en medio, su diseño era simple pero sin duda alguna era hermoso, revisé la caja para ver si tenía remitente pero no había nada, quizás era de algún admirador secreto. Me lo puse sin siquiera dudar un segundo y lo miré frente al espejo, hoy había sido un día agradable.
**
Salí del baño después de darme una ducha, mi teléfono estaba sobre la cama cuando comenzó a sonar, lo tomé rápidamente y me emocioné al ver que era una llamada de Zack.
-¡HOLAAA! -grité emocionada, por el otro lado del teléfono escuché un quejido.
"No grites tan fuerte, me dejarás sordo"
-Perdón, es la costumbre. ¿Se te ofrece algo? -contesté entre risas- si sigues despierto es por algo ¿No?
"Sí, ¿Que vas a hacer mañana?"
-Estaré todo el día en casa ¿Por qué? ¿Me vas a invitar a salir? -bromeé un poco.
"¿Ah? Claro que no, quería saber si no harás nada para que estudiemos un poco, es aburrido estar solo todo el día"
Hubo un silencio por parte de mí, Zack temía estar solo, yo sabía eso y aún así lo abandoné. Apreté fuertemente mi teléfono y un sentimiento de culpa me inundó ¿Por qué tengo que pasar por esto otra vez?
"¿Bueno? ¿Emma? ¿Sigues ahí? Voy a colgar si no contestas en cinco segundos"
-¿Eh? Sí. Perdón, aquí sigo, me encantaría estudiar con mi querido amigo de la infancia jeje -reí tratando de ocultar mi voz entre cortada.
"Bien, estaré ahí temprano y Emma... Gracias por haber elegido el mismo colegio que yo, estoy seguro que este será un gran año, nos la pasaremos genial"
-No tienes que agradecer, yo siempre estaré aquí para t... -¿Eh?
Mi cabeza comenzó a doler y un zumbido empezó a sonar en mis oídos -sin darme cuenta solté un quejido.
"¿Estás bien? Te escucho un poco rara"
-S-sí... Lo estoy... Te veo mañana -dije mientras colgaba el teléfono, no lo quería preocupar.
Me levanté a como pude de la cama pero caí en el intento.
-Estúpido -se escuchó la voz de un chico, poco a poco comencé a ver una sombra.
-Te vas a arrepentir por haberte cruzado en mi camino tanto que hasta llorarás cada vez que escuches mi nombre -se escuchó la voz de otro chico, eran voces que jamás en mi vida había escuchado- vas a desear no haber nacido nunca.
Todas esas palabras eran dirigidas... ¿A mí?... No puede ser... Ni siquiera conozco a esas personas...
El dolor cada vez comenzó a ser más intenso. Imágenes comenzaron a aparecer frente a mis ojos, era como si estuviera viendo lo que otra persona veía, esa persona estaba tirada en el suelo mientras era golpeada por otras personas que no se les alcanzaba a ver el rostro, mi cuerpo comenzó a doler como si fuera yo la que recibiera los golpes.
-Y-ya... D-dejen de... M-molestarme... P-por favor -Habló un chico con la voz entre cortada, reconocí esa voz enseguida, era de Zack.
Estaba viendo los recuerdos de Zack, en este momento yo estaba viendo las cosas con sus propios ojos.
-¡AGH! -grité, el dolor se volvió cada vez más intenso.
En este momento yo estaba en el cuerpo de Zack pero no tenía voluntad propia, solo estaba dentro del cuerpo de Zack pero era mi amigo el que estaba haciendo cada uno de los movimientos y gestos, estaba tirado en el suelo mientras era golpeado por otros chicos, la ropa estaba manchada de sangre, su mirada se dirigió a una silueta que solo se limitaba a observar desde atrás, Zack no dijo nada pero parecía querer ayuda pero esa silueta en vez de ayudarlo solamente lo ignoró a pesar de que de sus labios salió un "lo siento", una tras otra silueta se hacían presentes y todos solamente le dedicaban un "lo siento"
Quería llorar tras todo lo que estaba viendo pero no podía, aún seguía siendo manejada por los sentimientos de Zack, ese fue el sufrimiento que vivió mi amigo hasta el final de sus días. El dolor se iba intensificando cada vez más hasta que desapareció.
De un momento a otro ya no estaba en el cuerpo de Zack pero estaba parada a un lado de él viendo la escena.
«Así que estos son tus recuerdos»
Mi amigo estaba tirado en el suelo cuando dos siluetas se acercaron a él, una de las siluetas se agachó y le extendió la mano.
-Ven, levántate, no tienes por qué soportar esto -la voz provenía de una chica- mi nombre es Asteria y él es Aster y desde ahora... Ayudaremos a cambiar este futuro.
Quería escuchar un poco más, quería saber quiénes eran esas personas hasta que poco a poco comencé a perder el conocimiento, antes de cerrar mis ojos logré ver a una chica parada frente a mí llamándome por mí nombre, al verla un poco mejor, pude darme cuenta que era yo.
La silueta de la chica y del chico misterioso se colocaron detrás de mi otra yo y aunque no podía verle el rostro a esos dos podía sentir sus miradas en mí.
Mi otra yo comenzó a caminar hacia mí y cuando estuvo de frente me dijo unas palabras que quedarían retumbando en mi cabeza.
"Emma, tienes que salvarlo... Por favor... Salva a Zack de aquél destino trágico"