El Alpha Millonario ©
img img El Alpha Millonario © img Capítulo 4 3-La Cena
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Capítulo 7 6-Una Corredora img
Capítulo 8 7-Flashes img
Capítulo 9 8-Seran o No Serán img
Capítulo 10 9.Yo No Me Llamo Luna img
Capítulo 11 10-Puede que seas mía img
Capítulo 12 11-Agua Fría img
Capítulo 13 12-Su Mirada img
Capítulo 14 13-Sucesos img
Capítulo 15 14-En el Bar img
Capítulo 16 15-Recuerdos img
Capítulo 17 16-Apuros img
Capítulo 18 17-Ajetreado img
Capítulo 19 18-Libro img
Capítulo 20 19-Atención img
Capítulo 21 20-Bosque img
Capítulo 22 21-Fiesta img
Capítulo 23 22-Perdida img
Capítulo 24 23-Explicación img
Capítulo 25 24-Ordenes img
Capítulo 26 25-Nota img
Capítulo 27 26-Sus Brazos img
Capítulo 28 27-Marca img
Capítulo 29 28-En el avión img
Capítulo 30 29-Cosas img
Capítulo 31 30-Compras y Secretos img
Capítulo 32 31-Ultima vez img
Capítulo 33 32-No Puedo img
Capítulo 34 33-En Su Lugar img
Capítulo 35 34-Casi Imposible img
Capítulo 36 35-Calor img
Capítulo 37 36-Juegos y Miradas img
Capítulo 38 37-Día Agotador img
Capítulo 39 38-Descubierta img
Capítulo 40 39-Calabozo img
Capítulo 41 40-Grave Error img
Capítulo 42 41-Adios img
Capítulo 43 42-Encargada img
Capítulo 44 43-Tuyo img
Capítulo 45 44-Oscuridad img
Capítulo 46 45-No te conozco img
Capítulo 47 46-Ojos Cerrados img
Capítulo 48 47-Agua img
Capítulo 49 48-Amir, Fiesta y Él img
Capítulo 50 49-Combate img
Capítulo 51 50-Emociones img
Capítulo 52 Epilogo img
Capítulo 53 Extra-1 img
Capítulo 54 Extra-2 img
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Capítulo 4 3-La Cena

Capítulo tres

A pesar de que se llama La Antorcha, lo que tengo a mi vista no le queda al nombre rústico. Volteo a ver a Wade quien me observa expectante con sus manos en los bolsillos.

-¿Te gusta? -sonrió.

-Como no me va a gustar, esto es impresionante -volteo-Discúlpame, es que nunca he estado en un restaurante.

Sonríe-Claro, pero ven, siéntate- saca la silla de madera con delicadeza, hago caso a su petición y me asiento.

-En serio, discúlpame-observo su atractivo rostro mientras él me mira divertido.

-No te preocupes, Sara, yo digo cosas como esas todos los días.

Por sus ojos pasa una pizca de maldad-Eso es una confesión muy personal, ¿no lo cree así?

Suspira-¿Qué te dije con lo de señor?

-Oh, disculpa es que estoy tan acostumbrada a llamar a mi madre Elizabeth o madre que para mi son términos grandes o por así decirlo-me encojo de hombros.

-Disculpen -habla una voz a nuestro costado y puedo deducir por su tono que es la chica agradable-Aquí está su carta para ordenar, estaré en la puerta hasta que decidan.

Miro el libro en mis manos y bajo mis hombros decepcionada.

¡Rayos!

Debí prestarle más atención a mamá cuando me daba esas clases de cocina. Observo a Wade de reojo y este parece pensar en que escoger.

Sé que lo siguiente que haré no me concierne a mí. Carraspeo-Wade, ¿puedo pedir? -él alza su vista, asiente y cierra la carta rápidamente.

Hago una señal para que la chica venga y ésta se acerca.

-Yo quiero lo que el Chef me recomiende o decida y ¿para ti? -volteo a verlo.

-Lo mismo, dile al Chef que me sorprenda -habla con un tono de voz divertido y ronco.

La camarera asiente con una hermosa sonrisa y se va de nuestro lado-¿Sabes como se llama la chica? me agrada más que la anterior.

-Creo que se llama Arelis. He estado un poco aquí y ella no me atiende mucho -mira en dirección donde se ha ido.

Suspiro-o sea que pocas veces estás en esta zona.

-Sí, yo por lo general no vengo mucho y cuando vengo es a comer algo rápido y eso lo puedo hacer desde la primera planta.

Se ve como un tipo cálido.

Coloco un brazo sobre la mesa y apoyo mi cara en mis manos -A pesar de que eres millonario, eres amable-¿eso lo dije en voz alta?

Retrocedo y miro hacia otro lado tratando de evitar su mirada. Lo observo de reojo y su aspecto está algo desencajado-No lo creo así.

Junto mis cejas -¿Por qué?

-Porque tengo secretos y defectos, y no preguntes más sobre eso o me dejara la impresión de que eres -su tono frío retumba por mis oídos y llega hasta mi corazón.

Eso me dolió y como no lo conozco, no puedo decir ni una palabra. Alzo mis cejas y aplasto mi boca, miro todo el lugar y no vuelvo a hablar hasta que llega la cena.

Comemos en silencio y rápido, aunque, no sé si le pueda llamar comer rápido a llevarse grandes bocados de papa rellena con carne a la boca. Siento su mirada en mí como un maldito león cuando asecha a su presa y eso me molesta, y mucho.

Yo soy la presa.

Termino de comer y me levanto-La cena estuvo genial, gracias por la invitación-salgo lo mas rápido que puedo de ahí.

No dejaré que alguien me hable así.

Llego a la recepción del segundo piso y Arelis me observa extrañada.

Abro y cierro la boca agitada-Ábreme la puerta, rápido-mi mirada asustada hace que se alarme.

-pero... -vuelve a decir y la interrumpo.

-Ahora -observo hacia atrás y noto que Wade está a pocos pasos de mí, veo en dirección en donde estaba mi madre y no hay nadie.

Perfecto, eso quiere decir que ya están abajo.

O tal vez ya se han ido.

Ella abre la puerta y entro rápidamente, lo único que puedo ver es como trata de llegar a nosotras deliberadamente.

-Espera- lo último que escucho de él y ella cierra la puerta.

Suspiro-Gracias, muchísimas gracias.

-No te preocupes y disculpa si soy entrometida, pero ¿Qué paso? - voltea a mí ya habiendo cerrado la puerta con llave.

-No siquiera yo lo sé, le hablé normal y gentilmente, pero de repente se puso extraño.

-Oh, no te puedo decir nada porque yo no lo conozco, pero lo que si te puedo decir es que te salve de una-su cálida sonrisa me reconforta y su mirada dulce me hace sentir segura de ella.

Nuestros pasos se detienen al principio del corredor y ella saca sus llaves para abrir la gran puerta refinada.

-Adiós-saludo con la mano y salgo del lugar.

Antes de encaminarme a cruzar las puertas del restaurante giro para cerciorarme de que ella y él no estén dentro. La decoración de abajo ahora me parece más estupenda que la de arriba y sin duda es un buen lugar para venir a comer.

Claro porque aquí no pasaste pena y ya concéntrate tarada, encuentra rápido a tu mamá.-

Mi vista recorre cada espacio del lugar y no veo a mis buscados, salgo a pasos agigantados del lugar y siento todas las miradas en mí, los susurros son estresantes y para más acabar me encuentro a la primera rara que encontré aquí en esta ciudad.

¿Cómo es que se llamaba?

Natalia.

Ríe por lo bajo cuando paso cerca de ella -Sabía yo que solo era otra más-me detengo.

Volteo y la miro directamente a los ojos-Mira, no sé que problema tienes conmigo, pero no te gustará lo que tengo para decirte, así que...-ríe incontrolablemente, mientras agarra un mechón de cabello rubio-Pongamos esto así. Tú eres de aquí y yo de otro lado, pero ¿sabes cuál es la diferencia ahora que estoy aquí? -alzo mis cejas- que a mí no me conocen como tú -volteo, tiro mi cabello hacia atrás y sigo caminando, abro la puerta y la escucho decir algo por lo bajo.

Al bagazo poco caso.

Mi vista busca el carro de los tortolos y rápidamente doy con el, pero hay algo extraño, el carro se mueve mucho.

Por favor, que no sea lo que estoy pensando.

Camino hacia ellos y observo tras la ventana de copiloto donde me encuentro a una muy sonrojada Elizabeth junto a un Matías algo normal, pero con los labios hinchados. Toco la ventana y automáticamente sus ojos viajan a mí, Matías abre la ventana escucho el que paso de mi mamá.

-¿Puedo venir con ustedes? -pongo mi mejor sonrisa.

En este caso es lo mejor, además de que quiero, no, no quiero, necesito que me lleven con ellos.

-Matías, entonces ¿Qué dirás? -mi madre me mira con mala cara, pero ahora es lo que menos importa, la cuestión es no irme con Wade. Giro hacia las puertas del restaurante y lo veo saliendo y mirando para todos lados.

-¡Matías dime sí o no! -lo miro fijamente sin parpadear hasta que al fin decide.

-Súbete -quita el seguro de la puerta trasera y entro rápidamente. Balbucea algo que no entiendo y lo tomo sin importancia.

Veo a Ricky Ricón caminar hacia el auto-Arranca-grito.

Pero que hombre tan sexy, lastima que no me gusta que me griten.

Matías arranca y salimos del estacionamiento para incorporarnos en la vía. Puedo ver hacia atrás a un Wade jalando su cabello, el cabello que me gustaría tocar, me pregunto si tendrá cuadritos ovalados.

Obvio, no vez que es grande, apuesto, musculoso, millonario, puede que mujeriego y tú tienes la intención de preguntar si tiene cuadritos ovalados. Eres una bruta, debes pensar más.-

NO TE HARÉ CASO, ERES MI MENTE, NO MI MAMÁ Y YA CÁLLATE FEA.*

Te estás dando cuenta de que te estás diciendo fea a ti, ¿no? -

...*

Genial, la ley del hielo, sabes mejor me voy.-

Maravilloso.*

Sacudo mi cabeza y observo el panorama a mi alrededor, detengo mi vista en la casa al frente. Específicamente una inmensa casa.

-Llegamos-todo queda en silencio.

Matías me observa a través del retrovisor-Como no respondiste en todo el viaje a lo que te decíamos...

*Torpe mente.

Cállate y escucha.-

Bien, pero tu no me dices que hacer, tarada.-

Soy tu conciencia y ya presta atención*.

-Sara, SARA-tapo mis oídos ante tal grito de mi queridísima madre.

Que por favor no se note el sarcasmo.

Observo a Matías y este sigue con su charla-Te decía, decidí tomar la decisión con tu madre. Está no es mi casa, pero es donde vivo y como ustedes no tienen camas ni donde dormir, las traje aquí para que duerman bien mientras consiguen algunos muebles -asiento.

Tengo sueño y lo que menos quiero ahorita es pelear con la susodicha de Elizabeth.

Bostezo -Si solo me quería decir que dormiríamos aquí hubiese empezado desde ahí y estaría bien, ya tengo sueño y antes de que me preguntes, Elizabeth.

-Mamá -me interrumpe.

-Sí, Mamá. Sí puedes dormir con él- bajo del coche antes de que proteste en mi contra con sus argumentos de que no lo haría.

Me estiro y jorobo con pereza, ellos bajan y caminan a la entrada, los sigo y me abrazo a mi misma por el frío intenso que recorre cada centímetro de mi piel.

-Sara, como me contaste que tienes sueño te llevaré a donde dormirás y te daré algo de ropa, solo espera aquí que llevo a tu madre al cuarto y regreso por ti-asiento. Él sube con mi madre detrás de él y desde ya puedo verla contorneando sus caderas.

Algo hará.

-No se demoren, quiero dormir-suspiro.

Echo un vistazo a la mayoría de cosas refinadas y con estilo, esto solo es para ricos, dudo mucho que alguien de mi categoría podría comprar algo así. Camino hacia las gigantes ventanas a mi izquierda y observo todas las mansiones, autos y luces, la entrada se abre y curiosamente veo un carro igual al de Wade.

No, pero, no puede ser él.

Sacudo mi cabeza y giro en dirección a las escaleras. Yo solo quiero dormir -Matías apúrate, deja de hacer cosas con mi madre -bajo mi cabeza con sueño y siento sus pasos bajar rápidamente por las escaleras.

-Vamos -levanto mi cabeza y achico mis ojos. Lo sigo escaleras arriba hasta llegar al final de estas.

-Solo una sugerencia -respiro agitada-pongan un elevador para gente como yo-apoyo mis manos en las rodillas y lo veo cruzado de brazos-¿Qué? Como y no engordo, tampoco hago ejercicio y es por eso mi condición física -doy un último suspiro hasta reincorporarme.

-Oh, sígueme-camina hacia el pasillo izquierdo, al final de este veo una puerta negra con dorado y una figura de un lobo aullando en oro en la parte de arriba, él abre y puedo ver a una enorme habitación color azul rey y la gigantesca cama blanca.

Hoy se duerme como reina.

-Sarita, aquí está la ropa que usarás -me da unos pantalones de lana gigantes junto a una franela.

-Todo lo de aquí es grande-me quejo y lo empujo fuera-necesito privacidad y ya voy a dormir aunque no sea tu casa -le cierro la puerta en la cara. Volteo y corro hacia la cama, me tiro y reboto en ella, el techo es de color blanco, tengo puertas a mi derecha y a mi izquierda, los conductos del aire en una esquina superior, las lámparas a cada esquina del cuarto y unas enormes cortinas color verde oscuro donde averiguaré que hay detrás de ellas cuando haya descansado.

Me levanto y voy a la primera puerta con la ropa tratando de dar con el baño, pero con lo que me encuentro es con un armario enorme lleno de ropa y zapatos de hombre, todo tipo de relojes y pulseras, collares, lentes, accesorios, marcas, zapatillas, sin duda este debe ser el armario de Matías.

¿Por qué compra ropa tan grande de brazos si él no es de tener mucho músculo?

Salgo de ahí y voy a la segunda puerta donde hay un enorme espejo y productos de hombres en la encimera de cuarzo, el lavamanos doble y gavetas abajo de este, las abro y me encuentro con afeitadoras, depiladoras, una máquina de cortar cabello, en otro encuentro toallas, me voy a el armario de madera doy con toallas blancas grandes, súper grandes, doblo hacia la esquina y veo un jacuzzi y a la otra esquina una bañera en forma de lluvia.

Camino a la bañera y me despojo de toda mi ropa, entro a bañarme y termino rápidamente, salgo de ahí, me pongo un bóxer que encuentro envuelto dentro de la ropa, luego los pantalones y de último la franela, agarro mi ropa para doblarla y la dejo en la encimera, camino a la cama, me acuesto y me tapo de pies a cabeza.

Siempre duermo así.

A mi mente llegan vagos recuerdos de él. Seguro debe estar en su casa durmiendo plácidamente sin siquiera acordarse de lo que paso en la cena.

Y tú pensando en él, Sara.

La lluvia empieza a caer y ese sonido relaja mis sentidos, el frío y ese olor encantador me hacen caer rendida y quedarme completamente dormida.

...

            
            

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