-¿Cuántos años tienes ciento dieciocho? Déjame trabajar y haz algo bueno, busca a Camilo.
-No quieres hacerlo porque sabes que soy más rápido que tú- Elevo la comisura de mis labios. ¿Ahora mi hermano es competitivo? Suspiro cansado. En los años que llevo como Alpha de la manada he tenido que lidiar con mi hermano menor, ya que nuestros padres fueron asesinados por vampiros. Desde entonces Alan adoptó una actitud diferente hacía mí, viéndome como una figura de autoridad en lugar del vínculo de hermandad que me gustaría tener con él.
-Sabes que voy ha ganar, no tiene caso que pruebes algo que no vas a conseguir
-Estaba por replicar cuando la puerta del despacho es abierta y mi Beta entra por ella.
-Alpha, Alan, ¿Qué pasa? ¿Y esas miradas?
-Reto a Christopher a una carrera pero tiene miedo de perder.
-Debería, eres uno de los más rápidos de la manada -le giñe el ojo a mi hermano.
«¿Qué ya no hay respeto?»
•Al parecer la manada a olvidado tu fuerza y destreza. Ahora pareces más un bibliotecario que un guerrero•
Gruñí interiormente a mí Lobo.
Quizás un poco de ejercicio me venga bien.
-Haremos está estúpida carrera, pero rápido, tengo muchos asuntos de la manada que terminar. Y quiten esa sonrisa de sus caras-. Accedí más que nada porque necesitaba descansar la vista, estirar las patas, y digamos que odio los desafíos.
-¡Genial! Ahora, ¿Por qué no hacemos esto más interesante?- Mi Beta se cruzó de brazos. Alan y yo lo miramos con duda, Camilo era un tipo aficionado a la bromas y juegos, algo tenía en común con mi hermano, sin embargo yo me mantenía alejado de ello, me entregué a los deberes y trabajo. Ya hace varios siglos dejé incluso de buscar a mi mate, supe que la diosa luna prefería que estuviese solo, para así, cumplir mejor con mi deber como líder de la raza Licana.
-Vamos a hacer una apuesta – Soltó con un hilo de superioridad.
-¿Y qué clase de apuesta?- Apreté el puente de mi nariz estresado.
-Ya lo verá Alpha- Camilo llamó a Alan y ambos se mantuvieron viendo fijamente, sabía que se estaban comunicando por su link de lobos. No deseaban que supiera lo que tramaban. Luego de un par de minutos se separaron, me vieron con burla.
-Si Alan gana la carrera, irás a otro país a impartir clases como maestro suplente de Filosofía por quince días-. En cuanto las palabras entraron a mis oídos y fueron digeridas por mi mente, una sonora carcajada salió de mi garganta, no tenía ni idea cuánto llevaba riendo pero si lo suficiente para que una lágrima escapará de mis ojos. Bien no había reído en mucho tiempo.
-Eso es ridículo, ¿no sé les ocurrió algo más irreal?-Espeté molesto.
-Llevas encerrado en estas oficinas casi un siglo, te vas a pudrir, ambos queremos que salgas y conozcas, no se, otros aires-. El rizado hizo movimientos con la mano dando a entender que lo que decía era en serio.
Suspiré y me puse de pie, si ellos querían que jugara está bien, jugaría, pero con las mismas reglas.
-Si yo gano, Alan trabajará en la construcción de las nuevas casas, durante un año y tú-señalé a Camilo- Serás destituido de tu puesto Leal, por el doble de tiempo de Alan-. Ambos abrieron los ojos desmesuradamente, asintieron con la cabeza a duras penas.
-Tienes que ganar cueste lo que cueste Alan.
Reí para mis adentros, salí del despacho dejándolos solos, debía prepararme para el dichoso juego. Nadie le gana a un Alpha y menos al Alpha supremo.
Luego de darme una ducha y ponerme algo cómodo, salí de mi habitación, bajé las escaleras del castillo sin apresurar los pasos, debía estirar los músculos. Al salir me topé con ya todos reunidos, y cuando digo todos esto incluía a varios de mis subordinaros que tengo a mi guardia. Cory la mate de Camilo, Stela la mejor amiga de mi hermano al igual que dos compañeros de batalla, Yulian y Lía.
-Si querías público para ver tu derrota debiste haber traído a toda
la manada- murmuré ligeramente.
-Eso lo veremos hermano-Nos adentramos al bosque, la ruta ya había sido colocada meticulosamente. Aquel que fuese el primero en pasar el lago de la luna ganaría la carrera.
Yulian y Lía se quedaron al frente mientras los demás ya estaban listos para observar detrás de la meta. La loba de cabellos violetas poseía la habilidad de observar movimientos a gran distancia de forma tan lenta, que formaba parte de una buena estrategia en la batalla.
-¿Empezamos Alpha?- Yulian traía consigo un cronómetro en la parte interior de su muñeca, a diferencia de los demás, sus sentidos le permitían localizar a grandes kilómetros, la energía corporal de toda creatura, dando alerta en caso de que un intruso sin invitación merodeara por el territorio.
-En la cuenta de tres-Gritó Lía.
-Uno, dos ...
Y escuché un gruñido de la morena cuando rápidamente tomé la delantera transformándome en un enorme lobo negro, era el único de ese color en la manada. Alan rápidamente consiguió alcanzarme, su lobo era de un color canela combinando con sus ojos.
Aceleré mis pasos queriendo terminar antes que nada, esto para volver al trabajo.
•No debiste apostar Christopher•
Tenía mucho tiempo sin hablar con Carter mi lobo interior. Y cuando asimilé lo que me dijo maldije mil veces. No sé cómo demonios Alan estaba yendo más rápido, obligué a mi cuerpo a dar el límite pero no podía alcanzar a mi hermano.
•Esto te pasa por estar tantos años encerrado sin entrenar•
Le gruñí a Carter y a mi mismo cuando Alan cruzó el lago proclamándose ganador.
Traspase la laguna, notoriamente avergonzado.
Camilo tenía una sonrisa cínica que al mostrarle mis dientes y enojo quitó de inmediato. Cory se acercó brindándome una tierna sonrisa, colocando un par de prendas detrás de las rocas en el bosque, lo mismo hizo Stela con Alan. Cambié mi forma a la de un hombre y me vestí.
•Parece ser que nos vamos de viaje• Zarandeó Carter alegre, me quedé pensando por un instante, esto no podría ser una coincidencia. Salí de entre las rocas para ver cómo felicitaban a mi hermano. Me crucé de brazos y todos callaron al ver mi expresión.
Yulian y Lía llegaron a los segundos viendo el resultado. Fruncí el ceño al ver como Cory le entregaba algo a Camilo y este se acercaba hasta mí.
-Aquí tiene Alpha-me tendió una carpeta. Lo miré dudoso y me hizo una seña para que la abriera. Al hacerlo ahí se encontraba un boleto de avión a México y varios documentos tal como un permiso falso de profesor en la carrera de Filosofía y Letras extranjeras.
«Hijos de la Luna»
-Lo tenían todo planeado- Murmuró furioso. Los presentes me sonrieron y asintieron, todos habían sido cómplices.
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-¿Por qué diablos escogieron ese país?, ¿A caso no existía un lugar más lejano? Espero que no haya ningún inconveniente que necesite de mi presencia, les juro que les cortaré las extremidades si...
-¡Chris! Relájate, sigue haciendo las maletas. Nada va a pasar en tu ausencia hermano.
-Alan tiene razón, buscamos opciones en países exóticos, Cory encontró una publicación en una red social para vacantes, fue el destino. Su seguridad digamos que no es excelente así que los papeles no deberán meterte en problemas, a parte dicen que su gastronomía es fantástica, hablas todos los idiomas de este mundo, será fácil.- rodé los ojos y volví a lo que estaba haciendo.
-Relájate tómalo como unas vacaciones- Fulminé con la mirada a mi hermano menor y cerré el equipaje.
Habían pasado dos días desde la carrera mismos que ocupé en planear como rayos iba a actuar como profesor. Lo bueno de todo esto es que la materia se me facilitaba gracias a los años de experiencia.
-Cuando vuelva si no encuentro todo en orden, despertarás en una fosa con tarántulas- mi compañero palideció, una de sus fobias eran las arañas.
Salí del castillo. Algunos lobos me escoltarían hasta las afueras del territorio.
«Solo serían dos semanas ¿Qué podría pasar?».
. Gracias por leer.