"No tiene competencia a ser mi esposa. Si el matrimonio es obligatorio, desentierra a los dos viejos y que se casen ellos mismos".
Una promesa que se dio hace 100 años entre dos viejos ahora se ha convertido en un matrimonio obligatorio para él. Además, ella era una chica de la familia Ruan.
Al decirlo, Hiram se marchó furiosamente. Carl, al oir las palabras de su primo, se asustó un poco, si esto lo escucharan los antepasados de la familia Rong, seguramente saldrían del cementerio y darían una buena lección a su descendiente desobediente.
Cuando Rachel volvió, se dirigió directamente a la puerta principal, no quería quedarse por aquí ni un segundo más. Justo antes de que saliera por la puerta sonó su teléfono, era una llamada de su madre.
"Rachel, ya es la hora de comer, volved lo antes posible. No le hagas preocupar a tu tita Rong ¿De acuerdo?"
"Mamá... yo, no tengo ganas de comer, quiero volver primero, pídele disculpa a la tita Rong".
Al terminar, Rachel colgó el teléfono, el hombre podía tener dos personalidades pero ella no, no podía hacer como si no hubiera pasado nada. Si las cosas estaban tan claras entonces no había necesidad de comer juntos.
Al volver a casa, se cambió de ropa y entró a la cocina para preparar ramen como su almuerzo. Tras terminar de comer, Rachel comenzó a preparar la maleta para volver a la ciudad.
Justo cuando estaba preparando, sonó el timbre de la puerta.
"¡Rachel! Dime lo que ha ocurrido hoy, no irás a ninguna parte hasta que dejes las cosas claras".
Cuando volvió su madre, quiso marcharse directamente pero su madre la detuvo.
Sabía que su madre le iba a regañar, dio un suspiro y se dio la vuelta, "Madre, en realidad, Hiram no quiere casarse conmigo, ¿por qué le tenéis que obligar?"
"¿Qué tonterías estás diciendo? A la hora de comer Hiram ha dicho que eres una buena chica, la realidad es que tú no te quieres casar con él y no le eches la culpa a Hiram". Fannie no le creía en absoluto.
"Yo..." se dio cuenta de que el hombre no era nada simple, se sintió impotente y agitó la cabeza, "Está bien madre, entonces yo no me quiero casar con él ¿te parece? Tengo que resolver algunos asuntos de la empresa, volveré ahora mismo".
"¡Detente!" Fannie frunció el ceño, caminó delante de ella y dijo: "Sé que te estoy forzando para casarte con un tío que ha aparecido de la nada, pero si el chico fuera malo, no lo aceptaría ni yo misma. Pero ya has visto, Hiram es un chico perfecto, sin ningún defecto, además, toda la familia Rong estaba en sus manos, tiene que estar muy capacitado, él es guapo, incluso se podría decir que es el más guapo de toda la ciudad, lo que no entiendo es por qué no te gusta, o por lo menos prueba estar con él".
Fannie no entendía los pensamientos de Rachel, en teoría a todas las chicas les gustaba hombre guapo y rico. ¿Por qué su hija no estaba interesada en un hombre de este tipo?
"Pero bueno, ya expliqué todo a tu tita Rong, todo está resuelto, justo ahora Hiram tiene que trabajar en la ciudad también, aprovecha la oportunidad para relacionarte con él".
Rachel no sabía cómo seguir explicando, dijo sin muchas ganas, "Madre, ¿por qué no me crees? el hombre ese no es tan bueno como tú crees, yo, ¿qué es lo que tengo que decir para que me creas?"
Si fuera lo habitual, ella no tendría problema en casarse, la familia Rong estaba muy adinerada, además de tener varias empresas. Rachel no tenía por qué rechazar esta oportunidad.
Pero, solo que ahora... Temía que el hombre lo matara antes de conseguir el dinero.
"Aunque yo te crea, querida hija, ¿por qué no sacas la confianza que tienes en tu interior? Aunque Hiram no te quiera, aunque él te odie, ¿por qué no intentas cambiar su forma de pensar? ¿No crees que conquistar a un hombre es un reto que se merece a cualquier mujer?" Fannie cambió otra forma para convencer a su hija, estaba mirándola con una mirada de ánimo.
Rachel respiró fuerte, sonrió un poco pensando en que si no aceptara la propuesta de su madre, ella no pararía, "Está bien, lo intentaré".
"¡Eso es! Justo ahora, ¿no tienes que volver a la ciudad?, ya se lo he dicho a Hiram para que te lleve también". Fannie parpadeó los ojos y dijo seriamente.
'¡Maldita sea!' Rachel se quedó sin palabras por lo que acababa de decir su madre.
Fannie empujó a su hija hacia la puerta y vio al Maybach oscuro aparcado en la puerta.
Rachel se quedó unos segundos pensativa, sin tener más remedio, se acercó al coche, caminó al lado de la puerta del copiloto, pensando en que el hombre no conduciría el coche y que podía estar en el asiento trasero. Según esto, ella podía deducir que en el asiento del copiloto no había nadie. Antes de abrir la puerta, alguien la agarró y la puso al lado de la puerta trasera.
"Rachel, no le de problemas a Hiram durante el camino". Dijo Fannie a medida que abría la puerta trasera del coche, metiendo a su hija con toda la fuerza en el coche.
Aprovechando esto, saludó a Hiram sacudiendo las manos, "¡Buen viaje!"
Tras cerrar la puerta, el coche se marchó lentamente, desapareciendo poco a poco.
Estos días llovió mucho y ahora mismo el cielo seguía nublado, parecía que estaba a punto de llover otra vez.
Antes de que Rachel dijera algo, Hiram dijo sin levantar la cabeza: "Para".
"Primo, esto..." Carl no comprendía por qué su primo quiso parar el coche tan de repente, pero siguió sus palabras y lo estacionó al lado de la entrada del pueblo.
Rachel lo comprendió, él no tenía la intención de llevarla de vuelta a la ciudad, o a lo mejor, quería que se retirara del coche.
Justo cuando quiso abrir la puerta y marcharse, comenzó a caer gotas de lluvias, ella recogió la mano y se dio la vuelta para mirar al hombre que estaba a su lado. "¿Puedes llevarme de vuelta? Te pagaré la gasolina".
Estaba lloviendo muy fuerte y además ahora mismo no había autobuses, si bajara ahora, no podría hacer nada más que esperar.
Hiram estaba mirando los documentos que tenía en la mano y dijo fríamente: "No permito a una persona que no puede cumplir sus palabras que coja mi coche".
'¿No cumple sus propias palabras?' Está bien, Hiram estaba en lo cierto, esta vez era Rachel quien no había cumplido con su promesa.
Sin embargo, de todos modos ella hoy no tenía trabajos, podía perder el tiempo hablando con él, el tiempo de Hiram era mil veces más importante que el de Rachel, ella quería ver, quién tenía realmente prisa.
Hiram, al ver que no dijo nada, levantó la cabeza lentamente para verla. "¿De verdad crees que no puedo hacer nada contigo?"