Ana extendió la mano y tocó la superficie fría del espejo, sintiendo una corriente eléctrica recorrer su piel al contacto con el vidrio roto. Cerró los ojos por un momento, dejando que la sensación la envolviera, y luego los abrió de nuevo, preparada para enfrentar lo que sea que estuviera por venir.
Y entonces, en medio del silencio del desván, Ana sintió que algo cambiaba a su alrededor. Una sensación de presencia, como si alguien o algo la estuviera observando desde las sombras. Se volvió lentamente, con el corazón en la garganta, y vio una figura borrosa que se materializaba lentamente frente a ella.
Está vez ana decidió hablarle aquella figura , y preguntarle que quien era y cuál es su relación con el espejo. La figura no dijo nada solo señaló el espejo, ana entendió que la figura le quería decir algo acerca del espejo, pero su imagen no duró mucho se esfumó como el humo.
Ana permaneció en el desván, con la respiración agitada y el corazón aún latiendo con fuerza en el pecho. La visión fugaz de la figura borrosa la había dejado desconcertada, pero también había avivado su determinación de descubrir la verdad detrás del misterioso espejo roto.
Con manos temblorosas, Ana se acercó al espejo una vez más, sintiendo una mezcla de temor y fascinación mientras examinaba la superficie fracturada. ¿Qué secreto ocultaba el espejo roto? ¿Y qué conexión tenía con su propia vida?
Decidida a encontrar respuestas, Ana comenzó a buscar en el desván en busca de pistas adicionales que pudieran ayudarla en su búsqueda. Registró cada rincón, revisando cajas y estantes en busca de cualquier indicio que pudiera arrojar luz sobre el enigma que la había atrapado.
Entre los objetos polvorientos y olvidados, encontró una caja antigua que parecía haber sido olvidada en un rincón oscuro del desván. Con manos temblorosas, levantó la tapa y miró dentro, encontrando una serie de objetos antiguos y documentos amarillentos.
Entre los objetos, Ana encontró un viejo diario que parecía pertenecer a su abuela. Con una sensación de anticipación creciente, abrió el diario y comenzó a leer las páginas desgastadas por el tiempo.
A medida que leía, Ana descubrió relatos de experiencias extrañas y visiones perturbadoras que sugerían una conexión profunda con el espejo roto. Su abuela había descrito encuentros con una presencia misteriosa en el desván, así como visiones de lugares y personas que parecían pertenecer a otro mundo.
Las palabras en el diario de su abuela resonaron en la mente de Ana, haciendo eco de las sensaciones inquietantes que había experimentado desde que encontró el espejo roto en el ático. ¿Podría ser que el espejo estuviera relacionado de alguna manera con las experiencias de su abuela? ¿Y qué significaba todo eso para ella y su propia vida?
Con el corazón lleno de determinación, Ana continuó leyendo el diario, sabiendo que cada página la acercaba un paso más a la verdad detrás del misterioso espejo roto y su conexión con su familia.
Pero hubo una palabra que llamaron mucho la atención de Ana y era un escrito de su abuela dirigido a ella en el que decía, mí querida Ana si encontraste mi diario es porque buscas desesperadamente el enigma del espejo y has llegado a especulación que la maldición que hay sobre las mujeres de la familia tiene que ver con ese misterioso espejo y si hay una relación muy estrecha entre una cosa y otra pero es algo aún más profundo de lo que cree, pero te advierto que la verdad es aún más oscura de lo que cree.
Este espejo no solo te muestra la verdades ocultas sino que puede llevarte a dimensión peligrosa por favor no indagues mas y olvida todo.
Pero ana estás palabras la intrigó más y quizo seguir investigando más.