Capítulo 4 ¿Tienes algún problema con la forma en que mimo a mi hija

Wendy comprendió de inmediato lo que estaba sucediendo en la habitación: el hombre y la mujer probablemente estaban en una cita a ciegas, y la niña que la sostenía de la mano era la hija del hombre. Como no le gustó la cita de su papá, la detuvo y la empujó dentro para arruinar la agradable cena que tenía lugar en ese momento.

Ahora que Wendy finalmente había podido entender todo, comenzó a sentir dolor de cabeza.

Lo menos que esperaba en ese momento era estar involucrada en una situación como esa.

Se puso en cuclillas al nivel de la niña para hablarle:

"Escucha, pequeña....". Pero no pudo continuar al ser interrumpida de inmediato.

"Mami, sé que te han hecho mucho daño". La niña había inventado una historia y estaba evidentemente involucrada en sostenerla lo más posible. Entonces, de repente, sus ojos se humedecieron con lágrimas y se arrojó a los brazos de Wendy: "El abuelo y la abuela no te quieren, por lo que no permitirán que te cases con papá. Así que solo pueden estar juntos en secreto, pero no te preocupes. Puede que no les agrades a ellos, pero yo te amo muchísimo, ¡y papá también! ¡Eres la única mujer a la que él ama! Te prometo que nunca nos separaremos, estaremos juntos los tres porque somos una familia".

La pobre niña lloraba desconsolada contra el pecho de Wendy mientras hablaba, humedeciendo su ropa con el calor de las lágrimas.

Sin duda, le dolía el corazón al escuchar los sentimientos de la chica.

¡Pobrecita!

Tal vez su padre quería conseguirle una madrastra, pero ella temía que su trato cambiara una vez que la encontrara. Por eso era tan indiferente a la mujer con la que su papá estaba teniendo una cita en ese instante.

Al darse cuenta de todo esto, Wendy sostuvo a la niña en sus brazos con amor, dándole palmaditas en la espalda para consolarla gentilmente:

"Cariño, no llores".

Pero no sirvió de nada, el llanto se intensificó mucho más.

Mientras tanto, en la mesa, el rostro pálido de la mujer se contrajo en una mueca de disgusto.

Su reacción era más que razonable, nadie estaría feliz de ser tratado así por una niña.

Luego de una pausa incómoda, dijo acariciando la mano del hombre:

"Ryan, sé que no le agrado a tu hija, pero ella es demasiado descortés".

La niña lloró aún más fuerte al escuchar esto, pero a Wendy no le importó. Lo que la molestó fue cómo, después de que la mujer hablara, cambió de manera drástica la temperatura en la habitación. En un día tan caluroso, incluso sintió escalofríos por la espalda.

"¿Qué acabas de decir?", el hombre finalmente habló. Su voz baja y de barítono fue inesperadamente agradable de escuchar, pero emanaba un aura intimidante a su alrededor.

Con evidente miedo en su rostro, la mujer tragó antes de decir balbuceando:

"Yo... Quiero decir, Precious es demasiado descortés. Ryan, ya tiene cuatro años, es hora de que empieces a disciplinarla un poco".

El hombre alejó su mano del agarre de la mujer y, con voz severa, le reclamó: "Así es como mimo a mi hija. ¿Tienes algún problema con eso?".

La mujer, atónita, se quedó sin habla. Intentó enmendar el problema:

"Ryan, yo no....".

"¡Te puedes ir ahora!", ordenó él sin permitirle decir algo más.

Ella se quedó inmóvil. Le costó mucho lograr una cita con Ryan Olivar, quien era demasiado esquivo con las mujeres. ¡Pero ahora la estaba echando como si nada solo porque decía que su hija era descortés!

"Ryan, por favor...".

"¡Sal de aquí ahora mismo!".

Al ver lo enojado que estaba, la mujer inmediatamente tembló de pavor. No se atrevió a decir nada más y, en cambio, recogió con rapidez sus pertenencias y se levantó para salir de la sala VIP.

Pasó al lado de Wendy mirándola con odio, pero ella solo la ignoró y, en su lugar, se frotó la nariz inocentemente.

Un estallido resonó en toda la habitación, cuando el sonido de la puerta al ser cerrada con violencia explotó en sus oídos.

Wendy estaba a punto de consolar a la niña nuevamente, cuando el hombre sentado en la mesa de repente se volteó, descubriendo su rostro.

¡Al instante, el corazón de Wendy se detuvo!

¡Qué hombre tan guapo!

Lucía un traje negro azabache, que resaltaba sus hombros anchos y la cintura estrecha.

Viéndolo desde allí, parecía medir casi dos metros de altura. Luego se levantó y se acercó a ella, haciendo que Wendy se sintiera diminuta a su lado. Su rostro era tan hermoso que parecía esculpido: tenía la mandíbula afilada, las espesas cejas eran negras y los ojos oscuros brillaban.

En el momento en que frunció el ceño frente a ella, se dio cuenta de lo autoritario y dominante que era.

¡Pero más que eso, pensó que le parecía extrañamente familiar!

Si hubiera visto antes a un hombre tan guapo como él, seguramente lo recordaría.

Por eso estaba tan perturbada y ensimismada con esos pensamientos, que de repente dio un respingo cuando él habló.

Su voz era profunda y llena de advertencia cuando dijo:

"Precious Oliver, ven aquí".

"Sí, papi. ¡Ya voy!", respondió la niña de inmediato y saltó de los brazos de Wendy. La mujer bajó la mirada y se dio cuenta de que aún había lágrimas en el pequeño rostro, y aunque se suponía que debía estar triste, Precious plasmó una cálida sonrisa en sus labios.

'¿Solo estaba actuando?', pensó para sí misma, bastante aturdida por lo rápido que la chica había cambiado su actitud.

"Ven aquí", ordenó el hombre sin emoción, mientras la niña corrió hacia él y se agarró de su pierna con actitud aduladora.

"Papi, no te enojes conmigo. No quise arruinar tu cita, pero dijiste que pedirías mi opinión antes de buscarme una mamá. ¡Esa mujer era muy fea! ¡Ella no te merecía en absoluto! ¿La viste bien? Era su primera cita contigo y, sin embargo, ya se atrevió a regañarme por ser descortés. Si realmente se convierte en mi madrastra, ¿crees que me tratará bien a juzgar por su comportamiento hoy?".

"¿Entonces qué es lo que quieres, Precious?". La voz de Ryan sonaba impaciente.

"¡Me gusta esta dama!". La niña de repente señaló a Wendy, haciendo que Ryan se enfocara por completo en ella.

En el momento en que la vio, un destello repentino de diversión brilló en sus ojos profundos. Pero solo duró unos segundos, pues sus cejas se torcieron rápidamente y la expresión en su rostro se transformó.

¿Por qué parecía ser tan hostil con ella?

"Mi amigo todavía espera por mí, no les molestaré más. Adiós", dijo Wendy, preparándose para irse, ya que sintió que no era bienvenida allí por él.

El hombre guardó silencio mirándola fijamente, pero su hija se mostró reacia a dejar que Wendy se fuera

"¡Adiós, hermosa señorita!", dijo la niña con entusiasmo, agitando sus pequeñas manos en señal de despedida.

"¡Adiós!".

Tan pronto como Wendy se fue, los ojos de Ryan se enfriaron. La niña se había acostumbrado durante mucho tiempo a la cara fría de su padre, por lo que no estaba asustada en absoluto.

"¿Quién te trajo hasta aquí?", preguntó Ryan, sin saber cómo diablos había aparecido su hija en ese lugar.

"¡Fue el tío Luke!", respondió la niña sin dudarlo.

Afuera de la sala VIP, Luke Olivar no pudo evitar abrir la puerta apenas escuchó que su nombre era revelado.

"¡Precious Oliver! ¿Eres consciente de lo que haces? ¿No dijiste que eras lo más cercano a mí y que yo era a quien más amabas? ¿Por qué me delatas ante tu papá? ¡Eres una niña mala! ¡Nunca más te sacaré a pasear o a hacer cosas divertidas!".

"Tío Luke, no seas así...", refutó Precious.

Con un sonido de rechazo, Luke Olivar volteó la cabeza con arrogancia y la ignoró.

Pero luego la niña trepó por su muslo y, temiendo que se cayera, Luke la agarró por las nalgas mientras ella envolvía sus brazos alrededor de su cuello y le daba un cariñoso beso.

"¡Jum! ¡No creas que un beso puede compensar lo que hiciste!".

Poniendo los ojos en blanco, Precious le dio otro y otro y otro beso en su mejilla.

Sin poder contener más la sensación de ternura que lo dominaba, Luke sonrió ampliamente con una carcajada:

"¡Esa es mi buena chica!".

Una vez contentos, reanudaron la cena en la sala VIP. Como típica niña perezosa que era, Precious se quedó dormida justo después de comer. Ryan rápidamente se quitó la chaqueta y la envolvió en sus brazos, mirando a su hija con ojos suaves y tiernos, muy diferentes a su fría expresión habitual.

Sin embargo, cuando enfocó su mirada hacia Luke, sus ojos habían vuelto a estar fríos como de costumbre.

El corazón de Luke se hundió instantáneamente, lleno de indignación.

'¡Maldita sea! ¿Cómo puede tratarnos de forma tan diferente? ¡Soy su hermano!', pensó para sí mismo.

"¡Luke!", exclamó Ryan.

"¿Sí?", respondió el otro.

"¡Necesito que obtengas toda la información que puedas sobre esa mujer! ¡Lo necesito en una hora!", la voz de Ryan cuando daba órdenes era implacable.

"¿Te refieres a la desconocida que fue empujada dentro de esta habitación hace unos minutos?", preguntó Luke, confundido sobre por qué su hermano quería saber quién era esa mujer. Pero después de unos segundos, se dio cuenta de algo y agregó:

"¿Sospechas que ella se acercó deliberadamente a tu hija y la usó para involucrarse contigo?".