En un Océano de Pasión
img img En un Océano de Pasión img Capítulo 5 Operativo Fenix
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Capítulo 9 Sinceramientos img
Capítulo 10 Recuerdos de la Traición img
Capítulo 11 Abrumado img
Capítulo 12 Punto cero img
Capítulo 13 Cara a Cara img
Capítulo 14 Intrigas y Secretos img
Capítulo 15 Forjando Alianzas img
Capítulo 16 Primer contacto img
Capítulo 17 Segundo encuentro con Makis. img
Capítulo 18 Reencuentro y Reflexiones img
Capítulo 19 Despertar a la Realidad img
Capítulo 20 Decisiones img
Capítulo 21 Reconocimiento de Habilidades img
Capítulo 22 Revelaciones y Sombras del Pasado. img
Capítulo 23 El Toque de la Fortuna img
Capítulo 24 Recuerdos Latentes. img
Capítulo 25 Memorias Encadenadas img
Capítulo 26 La Misión de Javier img
Capítulo 27 Salida de la Isla img
Capítulo 28 Frente a la costa de el Pireo img
Capítulo 29 Incursión nocturna img
Capítulo 30 Revelaciones del destino img
Capítulo 31 Las cartas sobre la mesa. img
Capítulo 32 Quien escucha su mal oye img
Capítulo 33 Sombras Cegadoras img
Capítulo 34 La Llegada a Tierras Italianas img
Capítulo 35 Malas Noticias img
Capítulo 36 Encuentro en el Aire img
Capítulo 37 La Caída de Stavros img
Capítulo 38 En la Sombra del Cementerio img
Capítulo 39 El legado del enemigo img
Capítulo 40 Entre olas y recuerdos img
Capítulo 41 Pasos en la Arena img
Capítulo 42 Retorno img
Capítulo 43 Revelaciones y Testamentos img
Capítulo 44 Despertar Junto al Mar img
Capítulo 45 Desayuno en Familia img
Capítulo 46 Recreo en el Barco img
Capítulo 47 El hombre en las Sombras img
Capítulo 48 La Última Casa de Seguridad img
Capítulo 49 El Atardecer en Crotona img
Capítulo 50 Navidad en Crotona img
Capítulo 51 Entre Susurros y Promesas img
Capítulo 52 Sorpresas Matutinas img
Capítulo 53 Conversaciones Nocturnas img
Capítulo 54 El Día de la Independencia: Parte II img
Capítulo 55 Sombras del Ayer img
Capítulo 56 El Espectro img
Capítulo 57 En las Sombras img
Capítulo 58 Compromisos y Recuerdos img
Capítulo 59 Las intenciones de mi Abuelo img
Capítulo 60 La Promesa img
Capítulo 61 El primer tesoro img
Capítulo 62 Misterios Entrelazados img
Capítulo 63 Espera y Revelaciones img
Capítulo 64 Precauciones img
Capítulo 65 Recuerdos y Profundidades img
Capítulo 66 Despertar en el Adriático img
Capítulo 67 Intrigas y Fortalezas img
Capítulo 68 Descenso Fin de Año img
Capítulo 69 Desembarco y Toma img
Capítulo 70 Sorpresa de Año Nuevo img
Capítulo 71 Año Nuevo en Italia img
Capítulo 72 Llámame img
Capítulo 73 Al día Siguiente img
Capítulo 74 La Llamada de las Sombras img
Capítulo 75 En Terreno Minado img
Capítulo 76 La Cacería img
Capítulo 77 Planes de Venganza img
Capítulo 78 Consecuencias y Revelaciones img
Capítulo 79 Historias y Heridas img
Capítulo 80 Fuga y Trampa img
Capítulo 81 Decisiones en Atenas img
Capítulo 82 Comprometidos en Italia img
Capítulo 83 Órdenes de un Líder Despierto img
Capítulo 84 Retorno a Brindisi img
Capítulo 85 Escaparon por mar img
Capítulo 86 Previa de la boda img
Capítulo 87 La Boda img
Capítulo 88 La Recepción img
Capítulo 89 Noche de Bodas img
Capítulo 90 Luna de Miel img
Capítulo 91 Promesas en la Orilla img
Capítulo 92 Entre la Tranquilidad y el Caos img
Capítulo 93 Noticias img
Capítulo 94 Entre la locura y la Realidad img
Capítulo 95 Trás la fugitiva img
Capítulo 96 Reunión en Atenas img
Capítulo 97 Reajuste img
Capítulo 98 Juego de Traiciones. img
Capítulo 99 Justo antes del amanecer img
Capítulo 100 Traiciones y acuerdos img
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Capítulo 5 Operativo Fenix

22/11/70 Atenas

Thanos

El aire se volvía denso mientras me preparaba para el inminente ataque contra los activos de Dionisio. Me equipé con todo lo que teníamos disponible, vistiendo ropas tácticas oscuras, y podía sentir mi corazón latir al ritmo acelerado de la adrenalina. Cada detalle de nuestro plan había sido meticulosamente elaborado, y lo he repasado en mi mente infinidad de veces. Todo estaba previsto y sincronizado para maximizar el impacto de nuestro ataque.

Subimos al Eleni, listos para partir hacia Atenas, menos de tres horas de viaje para enfrentarnos a nuestro enemigo.

Veo a mí alrededor como cada uno estaba concentrado en su equipo, preparado. Nuestro objetivo era claro: neutralizar al enemigo, asegurarnos de que no hubiera rehenes en los depósitos y luego de saquearlos, destruirlos por completo. Las mafias debían entender que con nosotros no se jugaba. Y el plan era dejarlos fuera de combate.

Cada punto estaba marcado en el mapa y teníamos guardias de enlace en cada uno de ellos, tomando información y asegurando que todo saliera según lo planeado. Debíamos ser rápidos, silenciosos e invisibles hasta el final para evitar ser descubiertos por la milicia o cualquier otra interferencia. Las fuerzas militares estaban implicadas con Dionisio y era necesario que estuvieran primero distraídas de nuestros planes, y luego ocupadas con los depósitos más lejanos a nosotros. Eventos pasados nos confirmaban la infiltración de la mafia en los distintos niveles del gobierno actual, desde antes de la llegada del gobierno de los coroneles.

Mientras nuestros hombres se adentraban en los depósitos, saqueándolos y prendiéndoles fuego, mucho más lejos, nosotros nos dirigíamos hacia el edificio donde sabíamos que Fenix se ocultaba. Nuestro jefe de seguridad, un ex militar ruso condecorado, lideraba el equipo, entrenado para cualquier situación.

Adentrándonos en un complejo industrial bastante deteriorado, nos dirigimos al edificio aparentemente abandonado, pero que se veía en buenas condiciones.

En formación, aseguramos posiciones en los distintos puntos, rodeamos el lugar ocultándonos, mientras los gemelos y su grupo buscaban posibles puntos de ingreso.

-Perímetro asegurado-, anunció Ming desde uno de los techos. -Hay movimiento dentro del edificio-. Con una señal, comenzamos a infiltrarnos por distintos lados, nuestro grupo se dividía para cubrir todos los posibles puntos de ingreso.

Junto a Miguel, Javier y un puñado de nuestro personal de seguridad, franqueamos una puerta trasera, neutralizando a varios hombres de Fenix que quedaron tendidos en el suelo. Nuestros movimientos eran rápidos, metódicos y precisos, sin dejar margen para errores.

Fue entonces cuando nos encontramos con Ioanis, el hombre que había secuestrado a María, conocido como Jan. Estaba con otros sujetos en el sector de depósito.

Viendo a Rafael, y Makis del otro lado señalo lo que acabamos de encontrar. En los ojos de Rafael brilló el reconocimiento al ver al traidor que había secuestrado a su mujer hace dos años, cuando estaba embarazada.

Nuestros hombres están, dentro del edificio, en distintos puntos del depósito, apuntando a los objetivos. Los gemelos y sus acompañantes van bajando sigilosamente desde distintas partes del techo, como si fueran arañas. Ya había perdido la cuenta de cuántos hombres neutralizados teníamos y seguían apareciendo. Dionisio había logrado reunir una gran cantidad de ayuda.

Sin dudarlo, nos lanzamos a una pelea cuerpo a cuerpo, con armas de fuego retumbando en el oscuro interior del edificio. Rafael acertó un tiro a Jan, dejándolo gravemente herido, mientras Makis hirió a Dionisio, quien al verse rodeado, logró encontrar una brecha para escapar en una motocicleta.

Pero el enfrentamiento más intenso fue entre Fenix y yo. Nos tiroteamos mutuamente, en una frenética batalla de vida o muerte. La primera bala rozó mi hombro, la sentí como una gran picadura de avispa, quemaba pero no me iba a detener. Al buscar una mejor posición para alcanzarlo un disparo impactó en mi abdomen, el dolor casi me hizo caer al suelo, me costaba horrores respirar con normalidad, mi vista comenzaba a nublarse, pero no me iba a rendir, la sed de venganza me mantenía en pie. La sangre tibia brotaba de mis heridas, pero no iba a rendirme. Con todas mis fuerzas, continuamos el combate hasta que finalmente encontré la oportunidad y disparé con precisión, alcanzando la cabeza de Fenix. El estruendo del disparo resonó en mis oídos mientras él caía al suelo, derrotado. Ese maldito. Todo se volvió oscuro a mi alrededor, sintiéndome agotado y debilitado por la pérdida de sangre. Sin embargo, la misión estaba cumplida.

Narrador:

Cuando el equipo de seguridad finalmente tomó el control del lugar, encontraron a Thanos tirado en el suelo, su cuerpo marcado por las heridas de la batalla. Después de frenar un poco el sangrado, con cuidado y premura, fue levantado por varios hombres y trasladado al hospital.

Mientras tanto, Javier, con seriedad marcada en su rostro, dio la orden de localizar a Basil y comunicarle la situación de su nieto. Miguel llamó a Andreas, sospechando que era la única persona que podía localizarlo, y no había tiempo que perder.

En el hospital, Basil y Aria estaban cuidando del sueño del pequeño Kaisar, que daba muestras de recuperación, cuando una llamada entró en la extensión de la habitación. Basil, que se encontraba cerca del teléfono, respondió.

-Soy Andreas. Thanos ha sido herido; lo están trasladando en este momento a emergencias. - Al escuchar estas palabras, Basil se puso de pie y colgó rápidamente, dirigiéndose hacia la puerta sin decir nada más.

- ¿Qué está pasando?- Preguntó Aria alarmada al ver palidecer al hombre.

-Thanos ha sido herido y viene hacia aquí.- Ambos corrieron hacia la entrada.

Casi dos años de espera por ver al amor de su vida, y que sea en estas circunstancias, la dejaba totalmente fuera de balance. Su respiración era agitada y veía luces ante sus ojos, pero intentó mantenerse en pie para confirmar que estaba vivo.

Los minutos pasaron hasta que una serie de vehículos se detuvieron con un chirrido de neumáticos. Todos los ocupantes salieron apresurados para sacar a los heridos del interior. El primero en ingresar a emergencias fue Thanos, que rápidamente fue colocado en una camilla. Estaba consciente apenas, pero lúcido. Al ver a su abuelo, sonrió tratando de tranquilizarlo. Su gesto de dolor era evidente. Su mirada pasó a la persona parada al lado de su abuelo y todo se congeló.

Las miradas de Aria y Thanos finalmente se conectaron después de tantos meses de separación.

El verla fue un golpe violento; su rostro quedó transformado. Todo el dolor de la traición, la soledad, la frustración, hicieron erupción en un instante. De manera violenta, con las últimas fuerzas que poseía, intentó incorporarse en vano.

-No quiero volver a verte- murmuró antes de desmayarse.

            
            

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