- Sinceramente no es la primera vez que tienes estos ataques de angustia. Y cuando intente escuchar que te ocurre, casualmente la culpa siempre es mía. Asique si prefieres andar echando culpas a los demas en lugar de tomar responsabilidad no es mi problema. Y tampoco estoy obligado a escucharlos.-
- A no. ¿No estas obligado a escucharme? Yo crei que las parejas se acompañan en las buenas y en las malas. Crei que dos personas que se aman siempre se sostienen de las manos ante cualquier circunstancia y nunca se abandonan. Ni mucho menos tienen la intencion de dañar a la persona a quien dicen amar.- Lia alzó la vos en un intento de hacerle entender que el es causante de su sufrimiento.
- Mira Lia, lo que paso ya paso. Y me has perdonado por eso. Y Ahora parece que no se te olvida.
- Es muy difícil olvidar ahora que puedo ver cuanto dolor atravesó mi corazon y tu ni siquiera lo consideraste.
Lia dio media vuelta y salio nuevamente azotando la puerta. No podía creer lo incrédula que había sido todos esos años. Encendió un cigarrillo y aspiro con cuidado para no marearse,no era el mejor momento para caer al suelo. Volvio a tomar la postura que tenía sobre el césped esperando recuperar esa sensación de vacío y calma que había conseguido momentos antes. Asi volvio a pasar otra hora pero de nada sirvió, la indignación era demasiado.
Entro en la casa y tomo su abrigo para salir a caminar. Realmente no lo necesitaba puesto que es pleno verano. Pero de alguna manera tenia que llamar la atención de Gio dando una nueva oportunidad de demostrar sus sentimientos hacia ella.