Enamorada del doctor
img img Enamorada del doctor img Capítulo 4 Sal y ve a firmar tu carta de despido
4
Capítulo 31 Ángela dijo que eres un monstruo. img
Capítulo 32 Ángela ha pedido una licencia img
Capítulo 33 ¿Cuál es su respuesta img
Capítulo 34 El hombre que viene a nuestro hogar es nuestro invitado img
Capítulo 35 Ángela Gu img
Capítulo 36 Ella es mi mamá img
Capítulo 37 Lo siento img
Capítulo 38 : Álvaro no es tu hijo img
Capítulo 39 ¿Qué le pasa a mi hermana img
Capítulo 40 Por su estúpida idea img
Capítulo 41 ¡Qué agradable y atractivo rostro! img
Capítulo 42 Ella lo envenenará hasta la muerte img
Capítulo 43 Una mala mujer que engañó a su novio img
Capítulo 44 Estaba ampliamente difundido que Ángela fue criada en un entorno acomodado img
Capítulo 45 Él debe ser el hombre más sobresaliente. img
Capítulo 46 Fui demasiado lejos con mis acciones img
Capítulo 47 Alvi img
Capítulo 48 Quiero terminar con Rafael img
Capítulo 49 Muchas gracias, Estrella img
Capítulo 50 No te lo mereces img
Capítulo 51 Mammy Rong img
Capítulo 52 Ahora estoy soltera img
Capítulo 53 No es más que una joven ingenua. img
Capítulo 54 No tienes novia, ¿verdad img
Capítulo 55 Ángela comenzó a ponerse alegre img
Capítulo 56 Capitulo Mírame img
Capítulo 57 ¿Quién te crees que eres img
Capítulo 58 Viviendo con Álvaro img
Capítulo 59 ¡Gracias por estimarme tanto! img
Capítulo 60 La conocida entrenadora de Taekwondo img
Capítulo 61 Te llevaré al hospital img
Capítulo 62 Voy a tomar más fotos img
Capítulo 63 Eres tan agradable img
Capítulo 64 Sé su hermano. img
Capítulo 65 Irme a casa img
Capítulo 66 Durmamos en habitaciones separadas img
Capítulo 67 ¡Álvaro estaba besando a una chica! img
Capítulo 68 Aarón tiene futuro como profeta. img
Capítulo 69 Ahora la verdad salía a la luz img
Capítulo 70 Álvaro está viviendo con una mujer. img
Capítulo 71 Tendrás que sobornarme img
Capítulo 72 Qué hacer con esos muñecos img
Capítulo 73 ¿Estás bromeando img
Capítulo 74 Se preocupaba muchísimo por esa chica img
Capítulo 75 Ya Quisieras img
Capítulo 76 Adivina img
Capítulo 77 Me siento feliz cuando estoy con él img
Capítulo 78 Mañana es el cumpleaños de Álvaro img
Capítulo 79 ¿Por qué estaba mintiendo img
Capítulo 80 No me gusta Nita img
Capítulo 81 Fiesta de cumpleaños en casa de la familia Gu img
Capítulo 82 Todo es mi culpa img
Capítulo 83 Álvaro, realmente te odio img
Capítulo 84 Primero pide un deseo img
Capítulo 85 Te dí de comer img
Capítulo 86 Álvaro debe sentirse triste img
Capítulo 87 No quiero prepararme para el examen de posgrado img
Capítulo 88 También soy hija del director de un hospital img
Capítulo 89 Ángela, eres tan tonta img
Capítulo 90 Los papeles han cambiado img
Capítulo 91 Yo traje a Ángela aquí img
Capítulo 92 La pregunta img
Capítulo 93 Son diez millones de dólares. img
Capítulo 94 Simón, ten cuidado img
Capítulo 95 Aprovecha la oportunidad img
Capítulo 96 Ángela debe haber hecho algo malo img
Capítulo 97 Encontré un tesoro img
Capítulo 98 Tenemos algunas noticias. img
Capítulo 99 Fausto Li img
Capítulo 100 Me Ayudaste a Recuperar mi Visión img
img
  /  4
img

Capítulo 4 Sal y ve a firmar tu carta de despido

"¡Ángela Si!" Esta voz escalofriante debilitó las piernas de Ángela y de Nancy, y ambas comenzaron a temblar. Tuvieron que abrazarse para no desplomarse en el suelo.

Encarándola, Álvaro ignoró su temblor y le preguntó: "¿Por qué estás aquí?"

Ángela murmuró sin mucha satisfacción: "¡Hubiera preferido morir antes que venir aquí de haber sabido que usted era el dueño de este hospital! ¡Es terrible!" Este hombre frío y sin sentimientos que ahí estaba parado enfrente de ellas era agradable a la vista, pero cuando comenzaba a hablar, las cosas cambiaban drásticamente.

Sus ojos reflejaban rabia. "Entonces, el Hospital Chengyang ha sido cerrado bajo la administración de Gonzalo, ¿no es así?"

Ángela se sintió ofendida por esta acusación difamatoria en contra de su hermano. Poniendo los ojos en blanco, dijo: "¿De qué diablos está hablando? ¡Mi hermano es un gran médico! ¡No dejaría que el hospital cerrara bajo su dirección! En cuanto a usted, ¡es realmente un milagro que no haya ahuyentado a todos los pacientes del Hospital Yao con esa cara de maniático sin escrúpulo!".

¡Qué irrespetuosa era! Ya estaba bastante impresionado de ella, aun así le preguntó: "Entonces, ¿a qué viniste aquí? ¿Viniste sólo a alterar la tranquilidad de mi hospital? ¡Para mí eres un desastre!"

"¿Qué? Mire, señor caradura ala congelada..."

Él la interrumpió con voz fría: "¿Cómo me llamaste? ¡No te atrevas a llamarme así otra vez!"

"¡Lo llamo como se me antoje! ¡Señor caradura ala congelada! ¿Cómo se atreve a decir que soy un desastre? ¡Recibiré mi certificado pronto! ¡Con eso me respetará!"

Su atrevimiento obligó a Álvaro a cerrar los ojos con rabia. Cuando los volvió a abrir, ya se había calmado. "¡Ven a mi oficina!"

"¡Pero tengo que ir a almorzar!" ¿Acaso era tonta? ¡No quería ir a su oficina para nada! Estaba actuando de manera muy arrogante, pero no la presionó. Simplemente le dijo a su asistente: "Ve e investiga quién la contrató". Después de decir eso, caminó hacia su oficina.

"Sí, Sr. Gu."

Su asistente, Conrado Jiang, sacó el teléfono celular e hizo una llamada telefónica.

Ángela se impacientó. Soltó la mano de Nancy y le dijo: "Querida Nancy, ve a almorzar. Lo seguiré a su oficina y veré qué quiere ese hombre frívolo..." Cada vez que hablaba más, menos confianza tenía.

Sentía que se debilitaba cada vez que él la miraba. ¿Cómo podría lidiar con él bajo estas condiciones?

"Ángela, ¿deberíamos llamar a Gonzalo?" Nancy estaba muy preocupada por ella.

Ángela agitó las manos y le dijo: "Tengo que hacer esto primero".

El ascensor estaba a punto de cerrarse, pero ella hizo un gran esfuerzo para abrirlo de nuevo y logró colarse en el último momento.

En la oficina del subdirector en el piso 36.

Su oficina era muy grande y luminosa y, lo más importante, estaba muy limpia. Todos los muebles, tales como el alféizar de la ventana y las mesas lucían impecables.

Álvaro colocó en una mesa los registros médicos que habían sido recogidos y agrupados por su asistente. Luego se quitó su bata blanca y la colgó en el perchero, entonces procedió a lavarse las manos.

Ángela estuvo pensando un rato y fue la primera en hablar. "Sr. Gu, lo siento mucho. He sido demasiado impertinente".

El hombre, que estaba ocupado lavándose las manos, no respondió ni se dio la vuelta.

"... Sr. Gu, sé que es un gran hombre y que rara vez alberga rencor por los errores del pasado. Por esta vez perdone a esta pobre enfermera, ¿sí? Tenía algo urgente que resolver, por eso mi comportamiento con usted fue muy imprudente. Por favor, tenga piedad de mí".

Después, en un tono más alto agregó, "Álvaro Gu! ¡Decídate! ¡Dígame qué tengo que hacer para que me dejes ir!" Sería algo vergonzoso si la despidieran en su primer día de trabajo, ¡y no podía quedarse de brazos cruzados!

Después de cerrar el grifo, él sacó una toalla blanca y limpia del armario de desinfección y se secó las manos. Luego lo arrojó a una pequeña cesta a su lado.

Entonces preguntó bruscamente: "¿Qué significa ala?"

Ella estaba estupefacta. ¿Cómo se lo tenía que explicar? Si le decía la verdad, ¿la echaría sin más ni más?

Él la miró fijamente, y Ángela parpadeó y respondió de manera llana, "No significa nada. ¡Simplemente me gustan mucho las alitas de pollo!"

"No quieres decirme, ¿verdad? Sabes lo que haré..." Estiró lentamente el brazo hacia el teléfono...

Ángela se rindió y le dijo: "¡Le diré lo que eso significa! ¡Álvaro suena similar a ala!"

... De pronto se hizo un silencio profundo en la oficina. Álvaro se recostó en su silla y la vio directamente en los ojos.

Ella podía sentir cómo su cuero cabelludo hormigueaba bajo su mirada. "Al... Al.. Álva..."

"¡Qué!" Él interrumpió sus tartamudeos de manera fría e indiferente.

"Ángela Si. ¿Cuál es tu objetivo al venir al Hospital Yao?" En realidad no quería hablar de esas cosas inútiles con ella.

Ella parpadeó y se sonrojó avergonzada. ¿Cómo podía decirle que había venido aquí por Rafael?

Esta chica inteligente y astuta llevaba puesto el uniforme de colores rosa y blanco de las enfermeras. Sus mejillas estaban un poco rosadas. Se veía tan atractiva que Álvaro casi se olvidó de respirar.

"¿Puedo... negarme a responder esa pregunta?"

"Por supuesto que puedes. Y también puedes dirigirte a la salida de este hospital ahora mismo".

Ángela se frotó las manos y los dedos y se sonrojó. "Está bien, se lo diré... ¡Pero no puede decírselo a nadie más! ¡Prométamelo!"

Ella realmente se sentiría avergonzada si todos supieran su secreto.

Álvaro resopló. Con ese gesto ni accedía ni se negaba a nada, pero Ángela, pura e inocente, le contó su secreto. "Tengo un compañero de clase... que entró a trabajar en el Hospital Yao después de graduarse. Quiero... verlo y estar cerca de él todos los días... por eso..."

Al escuchar esto, Álvaro frunció sus hermosas y tupidas cejas. Él sabía lo que ella estaba pensando porque su expresión facial mostraba su deseo por el amor, y era fácil darse cuenta de que a ella le gustaba su compañero de clase.

Con extrema frialdad le dijo, "Un hospital es un lugar sagrado y la profesión de médico también es sagrada. ¿Cómo puede ser posible que quieras empañar ese hecho viniendo aquí con un propósito tan frívolo como ese? ¡Sal y ve a firmar tu carta de despido!"

El corazón de Ángela se hundió inmediatamente y su timidez se convirtió en odio. "Ya le dije la razón, ¿por qué insiste en despedirme? ¡Esto es injusto!"

"¿En algún momento dije que te perdonaría si me contabas el por qué? No recuerdo haberlo dicho".

Ángela se quedó sin saber cómo responder a su pregunta. Efectivamente parecía que él no había dicho eso, así que frunció el labio y dijo: "Está bien, ahora mismo me iré. Deja de interrogar. No involucre a nadie más en este lío".

Álvaro enarcó las cejas. Nunca pensó que ella pudiera preocuparse por los demás. "Quieres irte, ¿no es así?"

"La cosa es que yo no quiero, ¡pero usted insiste en que yo lo haga!", lo corrigió angustiada. ¡Había sido muy mala suerte para ella el hecho de conocerlo en su primer día! ¿Por qué no pudo conocer a otra persona en su lugar?

"¿Quién sabe?, quizá seas una espía enviada por Gonzalo. Nuestro hospital está investigando y desarrollando varios programas médicos importantes en este momento. Sospecho que quieres robar nuestras fórmulas. ¡Así que no puedes irte hasta que estés libre de toda sospecha!"

... ¡Ángela juraba que nunca antes había odiado a un hombre tanto como a él! De modo que respondió en voz baja, "Lo que tú digas."

¡Realmente se arrepentía de haber venido aquí! Ahora ya no quería quedarse, ¡pero ya no podía irse! ¡Dios! ¡Qué mala suerte había tenido!

"¡Sal de mi oficina!", le ordeno él con una voz muy severa.

Ángela se frotó la frente y salió.

En el comedor.

Nancy ya había pedido comida para Ángela, y la puso delante de ella. Luego la escuchó quejarse, "... Ya lo he visto varias veces y nunca lo he ofendido. ¿Por qué no me quiere dejar en paz? ¿Sabías que él cree que la razón por la que vine aquí es para robar los programas médicos del Hospital Yao? ¡Nunca estaré a cargo de nuestro propio hospital!"

"Come primero. Deberías evitarlo y no dejar que te vuelva a ver. Entonces puede que se olvide de lo que pasó y no te cause problemas". Nancy miró a Ángela con preocupación en sus ojos. ¡Ángela había sido muy desafortunada al conocer a Álvaro, quien era una persona muy fría y falta de humanidad!

Ángela comió un poco de arroz y asintió con la cabeza. "Tienes razón. Lo evitaré de ahora en adelante. No quiero meter a otros en problemas".

"Estás comiendo muy despacio. ¿Quieres que llame a Gonzalo? Quizá él conozca a nuestro director, ¿no es cierto?"

            
            

COPYRIGHT(©) 2022