Alfa Teddy
img img Alfa Teddy img Capítulo 5 Cuatro
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Capítulo 28 Veintisiete img
Capítulo 29 Veintiocho img
Capítulo 30 Veintinueve img
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Capítulo 34 Treinta y tres img
Capítulo 35 Treinta y cuatro img
Capítulo 36 Treinta y cinco img
Capítulo 37 Treinta y seis img
Capítulo 38 Treinta y siete img
Capítulo 39 Treinta y ocho img
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Capítulo 5 Cuatro

Narración por TEDDY

Supuestamente en la vida había que aprovechar las oportunidades y según mi amigo yo no lo había aprovechado. Yo tenía que ocuparme de mis negocios, ya había pasado días fuera de mi imperio, yo necesitaba un descanso y aproveché el momento exacto para hacerlo. Entonces decidí tomar un tiempo más extenso.

-Teddy... Michelle me dijo que está en la ciudad de una amiga, creo que tú deberías de aprovechar esta oportunidad y dejar todo el rencor atrás.

Suspiré profundamente y medité por unos segundos através de una ventana, pero yo no tenía deseos de viajar a aquella ciudad, era mejor dejarla fluir y viviera su momento.

-No te preocupes Leo. Hay mucho tiempo para todo.

-¿Tiempo? El tiempo se va Teddy.

-No me fastidies Leo.

-No, tú a mí no me fastidies Teddy.

Resoplé frustrado, Leo podría resultar insoportable y tenía una locura desmedida por mi vida que me provocaba sacarlo de mi vida.

-¿Cuándo vas a trabajar?

-No me molestes Leo.

-¿Ah no? ¿No te hace falta cruzarte con aquella mujer voluminosa y alta?

-Leo tú solo piensas en sexo -le reclamé a él.

-¡Eso no es verdad! Y pensándolo bien... ¿Por qué no salimos a dar una vuelta? -sonrió él.

-Eres un descarado Leo -lo miré mal.

Leo solía cambiar de temas muy constantemente, yo sabía muy bien que era lo que él quería buscar. Quería que nos enrredáramos con algunas mujeres de la ciudad. Que de por cuerto Leo era muy activo sexualmente.

-Vamos a visitar a las mujeres aquellas -sugirió Leo.

-¿Cuáles mujeres tú me estás hablando?

-¿Te vas a hacer como el que no sabe? Las hermanas Smith, estúpido.

Lo fuliminé con la mirada.

-Después de la última vez que tuvimos allá, yo quedé sin gusto de volver. Y no quiero ir para allá -le dije la verdad con respecto a aquello que él me proponía.

-Pero solo fue un incidente amigo.

-¿Incidente Leo?

Recordaba aquel día en la que Leo y yo habíamos ido para allá, todo estuvo muy bien y en la noche pero al día siguiente nos topamos con la sorpresa de que alguien había muerto. Supuestamente había sido un accidente pero habían cosas que no me cuadraban. Yo no podría pensar de que algún amigo mío fuera un asesino, eso era lo que yo entendía.

-¿Y tú estás con las dudas aún Teddy?

-Sí, Leo. Alguien asesinó a aquella muchacha.

-Olvidemos ese asunto y vayamos. Ellas viven en otro lado además ya eso pasó.

Me quedé callado pensando si ir o no. Sólo íbamos a ser mi amigo y ellas nada más. Nadie estaría con nosotros. Pero me surgía algunas dudas.

«¿Y si fueron ellas las que provocaron aquel incidente? ¿O una de ellas?».

Decidí ir por esa vez, pero yo no iba a volver, ya que podría ocurrir cualquier cosa y aún no me inspiraba confianza esas mujeres.

-Voy a ir, pero será la última vez -fue lo último que yo dije.

Entonces en la noche Leo y yo acordamos en ir a la nueva casa de las hermanas Smith, se veía linda y confortable, se respiraba paz y tranquilidad. Marta nos había recibido con mucha alegría para ella había sido una sorpresa y nos dijo de que su otra hermana había tenido problemas con alguien y que se había retirado hacia unas horas. Entonces nos acomodamos a conversar con ella.

-Vaya Leo, cada día estás más hermoso -le dijo Marta.

Mi amigo como un estúpido se ruborisó y yo pensando qué diría Natalia si lo viera.

-¿Se te olvida amigo de que tienes novia? -después de yo haberle preguntado eso, me eché a reír.

-Y tú Teddy como siempre de importuno -se expresó él.

-Ah...

-¿No van a pelear? -cuestionó Marta mirándonos a ambos.

Leo se giró hacia Marta.

-Descuida Marta, nosotros somos así. No te imaginas que así pasamos todo el tiempo -le explicó Leo y ella lo escuchaba muy atentamente.

-Bueno. Entonces todo bien -dijo ella.

-¿Y no nos vas a buscar chicas para que nos haga compañía? -le preguntó Leo a Marta.

-¿Qué te crees tú que soy? Dime Leo... -le respondió Marta.

-Eres mi Celestina -le dijo Leo.

-Debiste de habérmelo comunicado con anterioridad, las cosas no se dicen luego, además hoy no estoy muy de humor -se expresó Marta.

-Marta que yo sepa, tú nunca estás en humor -articuló Leo para molestar.

-¿Por qué no nos vamos para un bar entonces? -sugirí de repente.

Vi como ambos me prestaron atención. Esa era una buena idea, estábamos como si no existiéramos en este mundo. Decidí quedarme callado esperando una respuesta de ellos.

-Es buena idea -dijo Marta.

-Vamos, todos queremos -pronunció mi amigo.

Marta se movilizó y supuse para qué, mi amigo y yo la esperamos mientras ella retornaba. Volvió hacia nosotros con una linda sonrisa. Rápidamente nos movilizamos e íbamos conversando un poco acerca de nosotros. Una vez en el bar, nos ubicamos en una mesa y pedimos whisky, todo iba muy bien hasta que se apareció un tipo que había tomado a Marta por el brazo obligándola a ir con él.

-¡Suéltame! -gritó Marta.

-¡Suéltala maldito! -le gritó Leo al hombre.

Veía como mi amigo se movilizó hacia donde el sujeto que sostenía a Marta a la fuerza y le propinó un golpe en la cara. Entonces mi sentido de alarma en mí me alertó de que yo debía de moverme a así lo hice, rápidamente llegué hacia ellos y agarré al sujeto dándole tambien, desde lejos escuchaba a los empleados de que pararan y tuve que hacerlo.

-Ese mal nacido -dijo Leo.

Me movilicé hacia donde Marta, se encontraba asustada y yo le di un abrazo, los seguridad lo sacaron del bar, pudimos quedarnos más tranquilo al ver que todo se había calmado.

-¿Y quién es ese tipo Marta? -yo le pregunté.

-Es mi ex.

Alcé una ceja.

-¿Y por qué te trata así? ¿Qué ha sucedido con ustedes?

-Él quiere que yo esté con él por obligación.

-Desgraciado -musité.

            
            

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