Capítulo 4 ¿Es su esposa

Una semana después, en Rozand...

"Belinda, de verdad has perdido mucho peso", comentó Madisyn, colocando comida ante su amiga. Dejó escapar un suspiro antes de agregar: "Llevo dándote bastante comida toda la semana y, sin embargo, sigues adelgazando".

Mientras la aludida pelaba camarones, con la mirada perdida, replicó: "Creo que me veo mejor así. ¿No estás de acuerdo?".

"¡Pero has adelgazado demasiado!", exclamó Madisyn con lástima. "Antes llenabas mis vestidos de noche, mírate ahora. Tendremos que buscar nuevos conjuntos para la fiesta que se acerca".

Al echar los camarones pelados en el tazón del gato y hacerle una señal a Fluffy para que se acercara, Belinda preguntó en voz baja: "¿Qué fiesta?".

"¿No lo recuerda? Tenías planes para lanzar tus diseños de joyas al mercado dentro de tres meses". Hizo una mueca y continuó: "Hablé con varias empresas. Pueden encargarse de pedidos personalizados, pero la producción en serie y el lanzamiento llevan más tiempo. Para cumplir el plazo de tres meses, necesitamos a alguien que pueda agilizar el proceso y apreciar tu estilo. Me enteré de una fiesta esta noche, en la que no solo estarán presentes joyeros locales, sino también comerciantes y diseñadores de otras ciudades. Pensé que podría ser una oportunidad para ver si alguien está interesado en tus diseños".

La dedicación de su amiga despertó una emoción en Belinda. Mientras acariciaba a Fluffy con suavidad, dijo: "Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que asistí a una fiesta. No puedo quedarme encerrada en casa para siempre".

Notando la brillante sonrisa de su amiga, Madisyn hizo una pausa antes de opinar: "¿Recuerdas cuando te invitaba a las fiestas? Siempre preguntabas quién estaría ahí y considerabas mucho, porque estaba preocupada por Kristopher y no querías disgustarlo". Su sonrisa vaciló por un momento. "Y ahora, ¿ni siquiera quieres saber?".

La sonrisa de Belinda era tan suave como triste. "Aún me estoy recuperando. Mantengamos el tema de mi exesposo fuera de nuestra velada, ¿de acuerdo?".

Al anochecer, la sala de banquetes del Hotel Summit estaba bulliciosa. Belinda hizo una llamativa entrada con un vestido de noche rojo intenso que destacaba por su escote pronunciado, un diseño sin espalda y una atrevida abertura alta. A su llegada, su esbelta figura, acentuada por el atrevido rojo, atrajo inmediatamente las miradas envidiosas de la multitud.

Al percatarse de esto, Madisyn se inclinó hacia ella y le susurró: "Ves, te dije que este vestido llamativo y seductor te favorecía. Siempre elegiste esos atuendos tan dignos y elegantes, que encajaban con el papel de la señora Cox; pero nunca te sentaban bien".

La joven le dedicó una encantadora sonrisa. "Lo recordaré".

Tras una semana de recuperación, estaba preparada para una vida nueva.

Un hombre se le acercó y le pidió un baile. Belinda aceptó con una inclinación de cabeza y lo siguió con elegancia a la pista.

Arriba, en un salón, Kristopher escuchaba el informe de su ayudante Marc Lewis. Sin embargo, la atención de este fue atraída por una persona en la pista de baile, lo que lo hizo detenerse.

"¿Por qué paraste?". La voz de Kristopher era tan fría como distante.

Marc recuperó enseguida la concentración y terminó su informe.

"¿Alguna noticia de ella?", preguntó el joven después de escucharlo.

Marc vaciló antes de responder: "Su madre me envió un mensaje esta mañana. Dijo que su esposa sigue descansando en casa. Todo va bien".

Al oír esto, Kristopher se burló en tono despectivo: "Desalmada".

Luego procedió a recorrer sus mensajes con Belinda. En el último, de hacía una semana, ella le aconsejaba que redujera su consumo de café en el trabajo. Normalmente, le enviaba mensajes sin cesar, casi como una madre autoritaria.

Pero llevaba ya una semana sin decirle ni una palabra. Ninguna explicación sobre su aborto secreto. Si no fuera por las actualizaciones diarias de su madre asegurando que Belinda se estaba recuperando en casa, Kristopher podría haber pensado que desapareció por completo.

En el pasado, cualquier desacuerdo entre ambos daba lugar a que ella se disculpara en un par de días. Sin embargo, esta vez parecía decidida a mantenerse firme.

Marc observó a su jefe con un pequeño suspiro. Era consciente de que Kristopher era de lengua afilada, pero no una persona terrible. Manifestaba en público su indignación, esperando al parecer una disculpa de Belinda; pero en secreto, hacía que su madre se ocupara personalmente de ella y comprobaba a diario su estado.

Marc se tomó un momento para ordenar sus pensamientos antes de preguntar por fin: "Señor Cox, ¿es esta dama su esposa?".