Dejo salir un gran suspiro y me jorobo -Ven lo mal que está vestida y fuera de eso no tiene una posición recta-me enderezó y ruedo mis ojos. Mi mirada va al chico sentado en frente mío y alzo una ceja curiosa.
Ojos azules me observa divertido, sus ojos se encuentran con los míos y esa expresión de diversión es reemplazada por una de odio y repulsión.
¿Por qué los cambios de animo tan repentinamente?
-Y para acabar esta sorda-todos sonríen -Ve a sentarte gorda, ya estás lo suficiente humillada como para tener que lidiar más conmigo-¿qué? ¿Cómo me acabo de llamar?
¿No se supone que un profesor debe dar el ejemplo?
El profesor de química Aldo Cogley lo dio, ¿Por qué ella no?
Trago grueso y bajo mi cabeza. No llores, no llores y como si mi mente mandara ordenes distinta a mis ojos dejo caer una lágrima.
Paso al último puesto y coloco mi trasero en la silla finalmente. Limpio mis ojos con las muñecas para quitar algún indicio de haber derramado una lágrima y saco mis cosas.
Profesora Delfina González, soy su Alpha y la próxima vez que insulte a mi mate usted será expulsada de la manada.
Pero que mierda.
Ya he escuchando esa voz antes y fue con Omar, ¿también está aquí?
Me estoy volviendo loca definitivamente.
Miro a la profesora quien traga grueso y asiente para proseguir a copiar en el tablero.
Junto mis cejas, ¿acaso tengo amigos imaginarios?
¿Tengo esquizofrenia?
Tendré una charla muy a mena con mis padres ahora que llegue a casa.
-Bien chicos, su primer trabajo será conocerse entre ustedes y que mejor manera que hacer una dinámica de presentación - inmediatamente todo el mundo protesta-si no quieren eso haremos la dinámica de decir algo con la letra final de la palabra que diga su compañero, levántense-hago caso a las palabras de la maestra -empezaremos por la fila a mi mano izquierda y terminaremos con la derecha, el juego comienza ya-y el niño de al frente dice una palabra y luego el otro y la otra hasta la niña al frente mío.
-Manada-ahora los ojos están puestos en mí.
-Alpha-voltean a verme y reconozco cada par sobre mí cuerpo.
Esto es incómodo.
Hago un gesto para que continúen y las cosas siguen hasta la fila del chico odioso-Lamborghini -una chica al frente de él lo mira picara y este voltea a mi dirección.
-Irina-¿Qué? ¿Cómo ojos azules sabe mi nombre?
Sabes, no solo tú te llamas Irina.
Eso debe ser.
Es alguien que él conoce, pero no soy yo.
La dinámica termina entre risas y la profesora se retira, los demás salen del aula a pasos veloz para buscar su siguiente clase y yo saco la hoja donde están las clases que debo dar.
Historia.
Alzo mi mirada para encontrarme esos ojos nuevamente, bajo la mirada y los ojos de su novia también se posan en mí.
Oh no, estoy molestando con mi presencia.
Tiro mis cosas como sea a la mochila y salgo de ahí con la cabeza baja, pero no sin antes sentir ese rico aroma lilas y manzanilla.
Cruzo la puerta y me estrello con un pecho tonificado -Auch, lo siento-sin mirar a la persona me hago a un lado para caminar, pero me veo afectada gracias a una mano sujetando fuertemente mi antebrazo.
Volteo a ver quien es semejante bruto y me encuentro con el niño que me dejó a mitad de himno sola. Alzo una ceja-¿Acaso no quieres que seamos amigos? -sonríe.
Tiro de mi brazo-¿Lo dice la persona que primero me habla y luego se va?
-Eso fue... Eso fue... -muerde su labio -fue porque necesitaba ir al baño, si eso -desvía su mirada.
Achico mis ojos-esa no es la verdad, pero te creeré porque me tengo que ir al aula de historia -giro e inmediatamente observo como todas las personas caminan de un lado a otro super rápido.
Esto es un campo minado para alguien como yo.
-¿No quieres que te ayude? -suspiro y volteo hacia él.
Juro que si mi cara fuera emoji en estos momentos fuera el sonriente con la gotita en la cabeza.
Omar toma mi brazo y me guía con toda naturalidad, las personas en mi campo de visión nos miran como unos bichos raros y así paso el día.
Yo entraba a clases y cuando salía Omar estaba en la puerta esperándome, también choque dos veces con ojos azules, la primera fue en la cafetería, misteriosamente yo voltee y él estaba detrás mío y choque derramando mi jugo en su camisa blanca y la segunda fue en los pasillos cuando Omar me llevaba a mi tercera clase, solo me tire a un lado me estrelle con él.
En ninguna de las dos fue mi intensión,
pero es que lo veo en todos lados mirándome como si fuese un enorme moco y con desagrado total.
Sé que no soy del agrado a muchas personas por mi sobrepeso, pero él, él me mira como si fuera una basura y no sé porque duele.
Salgo de mi penúltima clase con sueño, el profesor de física, Luis Peñaloza, habla tan calmado y bajo que su clase parece una narración para dormir.
-¿Y qué tienes ahora? -tiro de mi mochila hacia adelante y saco el folder con el horario.
EDC. Física.
-La clase que odio con todo mi corazón-guardo el folder y doy un largo suspiro-me toca educación física, compañero-tiro de las maniguetas de mi bolsa.
-Vale, vayamos a tu casillero porque hay está el uniforme que usarás, y te aseguro que si ya no te gusta hacer deportes menos te va a gustar el uniforme -se adelanta a caminar y lo sigo.
-¿Por qué dices eso? -llego a su lado y sin decir ni una sola palabra llegamos a mi casillero, lo abro y volteo a verlo.
-Al fondo de la primera sección -meto mi mano y saco un empaque, me da señas para que lo abra y mis manos rompen la envoltura revelando el corto pantalón y un suéter que al parecer me quedará super pegado al cuerpo.
No.
ME REUSO A USAR ESTA BASURA.
Tendrás que usarlo y como disfrutaré de la vista. ]
¿Eh?
-¿Tú dijiste eso? - alzo la mirada encontrándome con las pepas azules pasando detrás de Omar, da una pequeña sonrisa ladina y desaparece de nuestras vistas.
-Yo no sé que es lo que hayas escuchado, pero te aseguro que no moví ni un segundo la boca-hace un zipper con sus dedos en su boca -ahora vamos que llegas tarde-tira de mi brazo-hoy sudaras como las grandes, además a las nuevas siempre le hacen maldad, así que será mejor que me des tus cosas para que yo las guarde, estaré en las gradas y cuando se termine tu hora y vayas a los vestidores espera a que todas se retiren, luego sales para avisarme que pueda entrar a darte tus cosas. Yo estaré adentro contigo-abro mis ojos tanto como puedo - tranquila no te haré nada, solo lo haré para asegurarte-llegamos a los vestidores de mujeres y me da un empujón -ve y cámbiate -trago grueso, me encamino por el pasillo y llego a un cuarto enorme donde hay más de veinte chicas hablando y riendo, cuando me ven entrar se callan y me miran con lastima.
Una pelirroja se acerca y toca mi hombro-¿Eres la nueva cierto? -asiento-pues te deseo suerte con la profesora Carmona -todas ríen y salen detrás de ella.
Bien, eso no era lo que me esperaba.
Por lo menos no me hicieron nada.
Me cambio rápido y acomodo mi uniforme un poco, el pantalón solo llega a tapar mi trasero si acaso y la camisa me queda muy pegada lo que hace que resalte todo mi cuerpo lleno de grasita.
Meto mi ropa a la mochila y salgo hacia el exterior con un poco de pena, Omar al sentir mi presencia alza la cabeza y sus ojos me escanean de arriba a abajo.
-No me mires, me da vergüenza -le tiro la mochila y él agarra antes de que se estrelle con su bonito rostro.
-Vamos que ya vas tarde-caminamos a la cancha y él sube las escaleras, voy hasta la que creo que es la profesora, toco su hombro y ella voltea para verme de pie a cabeza.
-¿Y tú quién eres? -gira a ver a los alumnos correr.
-Soy la nueva estudiante, Irina Warren -digo tímida.
-Con que eres la nueva, y ¿Por qué llegas tarde? -demanda.
Suspiro-Lo que pasa es que no encontraba el uniforme y cambiarme tampoco fue fácil -ella gira hacia mí con una ceja alzada.
-Eso no es excusa-habla fuertemente -tú debiste haber leído las reglas de esta institución y saber que a las clases no se puede llegar tarde, por incompetente vas a trotar cincuenta vueltas alrededor de la cancha. Ya, ya, ya, ya-Dios que señora tan jodida.
Salgo disparada escuchando como la doña esa me da ordenes una y otra vez hasta que ya no puedo más. Volteo en la dirección hacia donde esta y ya no la encuentro, de hecho, no hay nadie.
Perfecto, y yo haciendo cosas por el gusto.
Veo a Omar quien tiene mi bolsa en su cabeza, camino hasta la grada y subo las escaleras con un tremendo dolor de pies.
-¡Hey! DESPIERTA -remuevo su hombro.
-¿Eh? ¿Qué? -sonrío y niego, al verme pone mala cara y me tírala mochila.
-Muy graciosa-se levanta y bajamos. Mira su reloj- deben haber salido hace quince minutos ¿Tanto te tardaste en darte cuenta que se habían largado? -me encojo de hombros desinteresada.
Entro a los vestidores después de él y efectivamente no hay nadie -Justo en el blanco, campeón -le giño y me señala la puerta a mi izquierda.
-Si no me equivoco ahí están las duchas, adentro tiene que haber cosas de aseo personal y toallas, si necesitas algo aquí estaré -se asienta en un banco de piedra y saca su móvil.
Ruedo mis ojos. Entro a las duchas y como él había dicho esta todo. Las toallas con su respectivo nombre y los jabones de otro lado, también hay cientos de cosas para la limpieza personal en una gran encimera con un gran espejo y al final.
Algo me dice que el lujo aquí es algo primordial para todas.
Niego rotundamente y me despojo de la ropa dejándola a en la encimera, entro a un cubículo y cierro la puerta casi transparente detrás de mí, abro el grifo y dejo que el agua corra por mi cuerpo flácido y tieso en este momento, me doy un relajante baño y salgo del lugar con la toalla atada en mi cuerpo, un estruendo resuena por todo el lugar y salgo rápidamente a ver, mis ojos viajan a Omar quien yace en el suelo con golpes por todos lados.
Corro hacia él -¿Qué te paso? -hace muecas de dolor-¿Dime qué mierda paso? Omar-a duras penas se levanta y deja mi mochila en la banca, observa la salida y sin él pedírmelo corro hasta ella revelándome al único culpable.
Irina lo que harás será por tu nuevo amigo, pero no te conviene.
-Pedazo de idiota ¿Por qué no vienes a pegarle a alguien de tu tamaño? -genial, Irina. Genial.
Él es como dos veces más grande que tú y lo vas a retar.
Ojos azules voltea y su cara cambia, aprieta sus manos a los costados y por sus ojos pasa un breve destello rojo.
Oh Dios, en que me he metido.
Corro hacia adentro con él pisándome los talones, me escondo detrás del pobre Omar y a él no le toma ni un segundo estar en los vestidores mirándome con odio puro.
-Sal de aquí -habla-afuera, AHORA.
Omar me da una leve mirada por encima de su hombro -lo siento-susurra y camina fuera del vestidor.
¿Qué?
Pero...
No voy a dejarme intimidar por un niño inmaduro.
Alzo la mirada más y más mientras se acerca peligrosamente a mí -Repite lo que dijiste-habla entre dientes.
Sonrío -Es que lo tengo que hacer, porque aparte de idiota eres sordo -aprieta su mandíbula -Pedazo de idiota ¿Por qué no vienes a pegarle a alguien de tu tamaño? -lo observo de arriba a bajo y mi mirada se detiene en su tonificado abdomen sin camiseta.
¡Diablos!
¿Cómo no noté eso antes de gritarle?
Subo la mirada y encuentro una linda sonrisa de oreja a oreja -¿Tú me lo dices a mí? pequeña enana -alzo una ceja.
-Sí ¿y qué, me pegarás? porque si es así eres un tremendo hijo de fruta -alzo mis brazos tan alto como puedo para impactar mi mano en su bonito rostro, pero el nudo de la toalla se deshace haciendo que esta caiga al suelo.
Mierda.