Mi jefe, mi Alfa
img img Mi jefe, mi Alfa img Capítulo 6 Trabajando con el enemigo
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Capítulo 9 Pensamientos img
Capítulo 10 Fiesta en la oficina img
Capítulo 11 Problemas en el bar img
Capítulo 12 Confesión img
Capítulo 13 Avance img
Capítulo 14 Algo inesperado img
Capítulo 15 Responsabilidades img
Capítulo 16 Reunión inesperada img
Capítulo 17 Dudas img
Capítulo 18 Visitando al sabio img
Capítulo 19 Invitación img
Capítulo 20 Visión img
Capítulo 21 Desmayo img
Capítulo 22 Fuego en la oficina img
Capítulo 23 Ultimátum img
Capítulo 24 Almuerzo y respuestas img
Capítulo 25 Dibujos img
Capítulo 26 Noche juntos I img
Capítulo 27 Noche juntos II img
Capítulo 28 Desayuno y dudas img
Capítulo 29 Reunión con el sabio img
Capítulo 30 Problemas img
Capítulo 31 Día libre img
Capítulo 32 Terapia img
Capítulo 33 De mal a peor img
Capítulo 34 El despertar img
Capítulo 35 Respuestas img
Capítulo 36 Aceptación img
Capítulo 37 La transformación img
Capítulo 38 Desayuno familiar img
Capítulo 39 Familia img
Capítulo 40 Advertencia img
Capítulo 41 La fiesta img
Capítulo 42 Rastro img
Capítulo 43 Descubrimiento img
Capítulo 44 Ponerse al día img
Capítulo 45 Cita img
Capítulo 46 Marca img
Capítulo 47 Más poderoso img
Capítulo 48 Problemas en la reunión img
Capítulo 49 Despido y pastillas img
Capítulo 50 ¿Será verdad img
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Capítulo 6 Trabajando con el enemigo

POV CLARA

Salgo de la oficina de Hernán casi corriendo, con el corazón acelerado y las mejillas ardiendo. No puedo creer lo torpe que fui al interrumpir una reunión tan importante. ¿Cómo pude ser tan despistada? Y encima, me sonrojo como una colegiala ante la sonrisa coqueta de Daniel. ¡Qué vergüenza!

Llego a mi escritorio y me dejo caer en la silla, soltando un suspiro profundo. Trato de concentrarme en mi trabajo, pero la imagen de Hernán y Daniel no deja de rondar mi mente. Algo en la mirada de Hernán me inquieta, una mezcla de tensión y preocupación que no logro descifrar. Y ese aroma... cada vez que me acerco a él, un aroma embriagador me envuelve, haciéndome sentir extrañamente cómoda y segura.

«Sólo es tu imaginación, Clara», me digo a mí misma, tratando de sacudir esos pensamientos. «Es tu jefe, y tú estás aquí para trabajar, no para soñar despierta». Pero no puedo evitarlo. Hay algo en Hernán que me atrae de una manera que nunca antes había experimentado. Una especie de conexión que no puedo explicar.

Mientras intento enfocarme en los informes que tengo que revisar, mis pensamientos vuelven una y otra vez a esa primera entrevista. La manera en que retiró su mano tan bruscamente cuando me saludó, como si hubiera recibido una descarga eléctrica. Y hoy, ese gruñido bajo que apenas escuché cuando estaba saliendo de su despacho... ¿qué significaba todo eso?

Decido tomar un descanso y salir a tomar un poco de aire fresco. Necesito despejar mi mente y poner las cosas en perspectiva. Camino hasta el pequeño parque que está cerca de la oficina, y me siento en un banco bajo la sombra de un árbol. Las hojas susurran suavemente con la brisa, creando un ambiente tranquilo y relajante.

El aire fresco del parque parece hacer su magia, y poco a poco, los pensamientos sobre Hernán comienzan a desvanecerse. Observo a las personas que pasan, cada una absorta en sus propios mundos, y me pregunto si alguna vez sentirán lo que yo siento en este momento.

De repente, mi teléfono vibra, sacándome de mis reflexiones. Es un mensaje de Hernán: "Clara, necesito hablar contigo. ¿Puedes volver a la oficina?".

Mi corazón da un vuelco. ¿Será sobre la reunión interrumpida o hay algo más? Con una mezcla de ansiedad y anticipación, me levanto y comienzo a caminar de regreso a la oficina, preguntándome qué me espera.

Cuando llego a la oficina, toco la puerta de Hernán suavemente.

-Adelante -dice su voz desde dentro.

Entro y veo a Hernán sentado detrás de su escritorio, con una expresión seria. Me acerco, sintiéndome un poco nerviosa.

-Clara, gracias por venir tan rápido -dice, señalando la silla frente a su escritorio-. Siéntate, por favor.

Me siento y lo miro expectante. Hernán toma un respiro profundo antes de hablar.

-Quería hablar contigo sobre algo importante que ocurrió ayer -comienza-. Valeria González, la mujer que viste ayer, me informó de algo que creo que deberías saber, dado tu papel en la empresa.

Mis ojos se agrandan al escuchar el nombre de Valeria. La imagen de su figura imponente y su mirada penetrante vuelve a mi mente.

-Valeria mencionó que hay algunos cambios en la estructura interna de la empresa que afectarán a tu departamento -continúa mi jefe, entrelazando sus dedos sobre el escritorio-. Es algo que una secretaria debería estar al tanto para poder manejar adecuadamente las comunicaciones y las nuevas directrices.

Asiento con el ceño fruncido, tratando de entender la magnitud de lo que está diciendo.

-¿Cambios en la estructura interna? -pregunto, queriendo más detalles.

-Sí -responde Hernán-. Valeria está encargada de implementar estos cambios y quiere asegurarse de que todos estén preparados. Ella cree que tú, como mi secretaria, debes estar informada para coordinar y facilitar la transición.

Mis pensamientos corren rápidamente. Valeria parecía muy seria y dominante. La idea de trabajar más cerca de ella me pone un poco nerviosa, pero también sé que es una oportunidad para aprender y demostrarle cuánto valgo, ya que ayer sentí que me subestimó.

-Entiendo, señor Selton -digo finalmente-. Haré lo mejor que pueda para ayudar con la transición.

Hernán me observa con una mirada que mezcla preocupación y determinación.

-Sé que lo harás bien, Clara -dice con una leve sonrisa que hace que mi corazón dé un vuelco-. Confío en ti.

Sus palabras me reconfortan, y aunque aún me siento un poco abrumada, la confianza de Hernán me da fuerzas. Decido que enfrentaré este desafío con la mejor actitud posible.

-Gracias, señor Selton. Aprecio su confianza -respondo con una sonrisa.

Hernán asiente y se levanta, indicándome que la reunión ha terminado.

-Puedes volver a tu escritorio. Valeria te contactará para darte más detalles sobre los cambios.

Asiento y me levanto, dirigiéndome hacia la puerta. Antes de salir, me giro hacia Hernán.

-Señor Selton, si hay algo más en lo que pueda ayudar, por favor hágamelo saber.

-Lo haré, Clara. Gracias -dice, volviendo a sus papeles.

Salgo de su despacho con una mezcla de emociones. La incertidumbre sobre los cambios venideros y la curiosidad sobre el papel de Valeria en todo esto se mezclan y me siento ansiosa, no sé si podré trabajar con ella.

Vuelvo a mi escritorio y trato de concentrarme en mi trabajo, aunque no puedo evitar que mi mente vuelva una y otra vez a la conversación con Hernán. Su confianza en mí es un gran estímulo, y aunque Valeria me intimida, no voy a dejar que eso me gane. Necesito mantener este trabajo.

Poco después, escucho pasos firmes acercándose. Levanto la vista y veo a Valeria, su figura alta y elegante dominando la habitación. Me esfuerzo por mantener la compostura y la saludo con una sonrisa que siento demasiado tensa.

-Buenos días, Clara -dice Valeria con voz firme y arrogante, mirándome de arriba abajo-. Hernán me ha informado de que estarás ayudándome con la transición. Necesito explicarte algunos de los cambios que vamos a implementar.

-Claro, Valeria. Estoy aquí para lo que necesite -respondo, tratando de sonar segura de mí misma.

Valeria asiente y toma asiento en una silla junto a mi escritorio, desplegando una serie de documentos. Su mirada es fría y calculadora, y siento un leve escalofrío al pensar en la responsabilidad que recae sobre mí.

-Primero, quiero que entiendas que estos cambios son cruciales para la eficiencia de la empresa -empieza Valeria-. Habrá una reestructuración en varios departamentos, y tu papel será asegurar que la comunicación entre ellos sea fluida y que todas las instrucciones se sigan al pie de la letra. Quiero asegurarme de que entiendas cada detalle para que puedas facilitar la transición sin problemas.

-Estoy lista para tomar notas -respondo, sacando mi cuaderno y un bolígrafo.

-Perfecto. Primero, el departamento de marketing se fusionará con el de ventas. Hemos notado que hay una gran falta de comunicación entre estos dos departamentos, lo que ha llevado a varios proyectos fallidos. A partir de ahora, estarán bajo una sola dirección para mejorar la coordinación y la ejecución de nuestras campañas.

-Entiendo. ¿Quién estará a cargo de esta nueva dirección? -pregunto.

-Carlos Mendieta, nuestro actual director de ventas, tomará el mando. Tiene una amplia experiencia en ambos campos y creemos que puede manejar esta nueva estructura con eficacia.

Asiento, anotando el nombre de Carlos y los detalles de la fusión. Valeria continúa.

-En segundo lugar, vamos a implementar un nuevo sistema de gestión de proyectos. Este software permitirá un seguimiento más detallado de cada etapa de nuestros proyectos y mejorará la colaboración entre los equipos. Quiero que te asegures de que todos los empleados reciban la formación necesaria para usar este sistema.

-Eso suena bastante bien. ¿Cuándo empezará la formación? -quiero saber, tratando de mantener mi tono profesional, aunque ya me estoy mareando.

-La próxima semana. Ya he coordinado con el equipo de IT para que preparen las sesiones de capacitación. Tú serás responsable de asegurarte de que todos los empleados asistan y de que los recursos necesarios estén disponibles.

-Entendido, señora Valeria -digo, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre mis hombros.

-Finalmente, Hernán ha decidido delegar más tareas a los subdirectores de cada departamento para poder enfocarse en estrategias a largo plazo. Esto significa que tú, como su secretaria, tendrás que estar al tanto de las prioridades de cada subdirector y facilitar la comunicación entre ellos y Hernán.

Mientras habla, no puedo evitar notar la forma en que menciona a Hernán.

-Hernán es un líder excepcional -continúa, su tono de voz se vuelve un poco más suave-. Pero a veces necesita un poco de orientación en ciertos aspectos. Espero que puedas ser un puente eficaz entre su visión y la ejecución de nuestros planes.

Siento un nudo en el estómago al escucharla. ¿Está insinuando que Hernán no es completamente competente? Trato de no dejar que mis pensamientos se reflejen en mi expresión.

-Haré todo lo posible para cumplir con las expectativas, señora Valeria -digo con firmeza.

-Bien, eso espero -responde Valeria, mirándome fijamente-. Y Clara, una cosa más. Trabajar cerca de Hernán puede ser... complicado. Tiene sus maneras y, a veces, puede parecer distante o inaccesible. Mantén tu profesionalismo en todo momento.

-Entendido -respondo, sintiendo que hay algo más detrás de sus palabras.

Valeria se inclina un poco más hacia mí, bajando la voz.

-Hernán y yo tenemos una relación muy... cercana -dice, sus ojos clavándose en los míos-. Así que espero que no haya malentendidos ni confusiones. Él puede ser encantador y atento, pero recuerda siempre tu lugar aquí.

El significado de sus palabras es claro: Valeria está marcando territorio. Mi corazón se acelera y siento un calor incómodo en mis mejillas, pero mantengo la compostura.

-Por supuesto, señora Valeria. Estoy aquí para trabajar y ayudar en lo que sea necesario -respondo con firmeza.

-Bien -dice Valeria, sonriendo levemente-. Confío en que harás un buen trabajo. No me decepciones -concluye antes de salir, dejándome con un sentimiento de tensión y expectativa.

Miro los documentos que ha dejado sobre mi escritorio y respiro hondo. Esta es mi oportunidad de demostrar que puedo manejar lo que sea que Valeria me arroje, pero no puedo dejar de pensar en sus comentarios sobre Hernán. ¿Qué quiso decir exactamente con "cercana"? ¿Y por qué siente la necesidad de advertirme?

            
            

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