Me asome otra vez. Pensábamos ante una iglesia cuya torre vi ancha y baja contra el cielo, y cuya campana estaba tocando el cuarto. También ví una estrecha galaxia de lunes sobre una colina
Señalando una villa o aldea. Unos diez minutos más tarde, se apeo el cochero para abrir unas puertas, que se cerraron de golpe después de pasar
Nosotros subimos lentamente por una calzada hasta encontrarnos antes la fachada larga de una casa . Brillaba
una vela tras la cortina de un mirador las demás ventanas estaban obscuras el coche se
Detuvo en la puerta principal, abierta por una criada. Me apee y entré
-haga el favor de venir por aquí, señora -dijo la muchacha y la seguía a través de
Un vestíbulo cuadrado rodeado de puesta altas
Me acompaño a una habitación, cuya iluminación doble de velas y chimenea me deslumbró al principio, en contraste con la oscuridad a la oscuridad a la que se había acostumbrado mis ojos
. Sin embargo recuperare la visita se me presento delante un cuadro
Acogedor y agradable una habitación pequeña y cómoda una mesa redonda
Junto a un fuego alegre y , sentada en el sillón anticuado
De respaldo alto la señora mayor encantadora inimaginable, con velo de viuda
Negro de seda y delantal inmaculado de muselina blanca exactamente
Como había visualizado a la señora Fairfax, no solo un poco menos elegante
Y más placida hacia calceta , un gato grande estaba sentado gravemente a sus pies no falta detalles para contemplar
El ideal de la felicidad doméstica es difícil concebir mejor presentación
para una nueva institutriz ,no había esplendor que me abrumara , ni elegancia que
Se desconcertada. Al entrar yo , se levantó la anciana y se adelanto
amablemente para recibirme.