Capítulo 6 Fiesta sorpresa

Eileen la miraba con incertidumbre, aunque lograba enmascarar la emoción con sus densas pestañas. "Debería hacerle esa pregunta al señor Dawson", sugirió amablemente.

Vivian estaba atónita. "Ya se lo pregunté e insiste que no sabe nada, pero lo dudo. Aunque su abuela eligió a su esposa, él debe saber algo sobre ella. ¿No te parece?".

Como respuesta, Eileen asintió con la cabeza. "En todo el tiempo que llevo aquí, jamás he visto al señor Dawson buscar esa información. Pero no sé si mandó a otras personas para que investigaran el asunto".

Vivian se veía incrédula, ya que no aceptaba la idea de que Bryan no indagara personalmente en ese asunto

Eileen meditó un momento antes de agregar: "Tal vez el señor Dawson está esperando el momento adecuado y necesita la opinión de su abuela para tomar decisiones como el divorcio".

Vivian reflexionó sobre esa respuesta. "Sí, me parece válido. Pero persuadir a Stella será difícil sin el apoyo de su esposa".

La sonrisa en el rostro de Eileen comenzó a desvanecerse, ya que se estaba sintiendo culpable.

"Yo misma me encargaré de eso. Bryan no necesita más estrés", murmuró Vivian.

Apenas Kian salió de la oficina, su preocupada hermana corrió hacia él. "¿Qué sucedió? ¿Le hiciste algo a Bryan?", preguntó, ansiosa.

"Solo tuvimos una conversación", aseguró Kian, pero tenía los ojos fijos en Eileen.

Luego, se inclinó y apoyó las manos en el escritorio de esta última.

"Señorita Curtis, Vivian vendrá con más frecuencia. Me disculpas de antemano si ella rompe algunas reglas o rebasa sus límites".

"Entiendo", contestó la mujer, sosteniéndole la mirada con firmeza.

Kian se enderezó y le dijo a su hermana: "Vendré a recogerte esta tarde. Te quedarás en casa unos días, para que se calmen las aguas. Y como queremos que pases desapercibida, no podrás salir sola con Bryan".

Aferrándose al brazo de Kian, con una mirada pensativa, ella le pidió: "Ven a buscarme después de que almuerce con Bryan".

"¿Te cansas de Bryan?", respondió su hermano, dándole un suave golpe.

"Estoy planeando una sorpresa, no lo entenderías. Ahora puedes irte...", respondió Vivian.

Cuando Kian se fue, la joven regresó a la oficina de Bryan, dejando a Eileen sola con sus pensamientos. Había recuperado su compostura más rápido de lo previsto y su resolución era más firme. Independientemente de lo que pudiera revelar la búsqueda de Vivian, ella estaba dispuesta a afrontarlo sin miedo.

Después del almuerzo, la muchacha se fue con su hermano y le hizo un gesto a Eileen con su celular para indicarle que pronto la contactaría. "¡Mantente en contacto!".

"Por supuesto", respondió ella con una cálida sonrisa antes de regresar a sus tareas.

El torbellino de rumores que rodeaban a Bryan y Vivian se desvaneció tan rápido como había estallado, pero las ondas se sintieron en todo el Grupo Apex.

En medio del caos de ese día, Eileen realizó una serie de tareas urgentes y acudió frecuentemente a la oficina de Bryan para conseguir las aprobaciones necesarias.

Sus interacciones eran breves. A menudo, la mirada penetrante de Bryan se encontraba con la de ella, cargada de emociones sin expresar.

La asistente sabía que no debían interactuar más, así que se centró en su trabajo y mantuvo la distancia.

El día avanzó sin que pasara mucho entre ella y Bryan, y pronto llegó casi la hora de salir del trabajo.

Sin embargo, un mensaje de Vivian rompió su ritmo de trabajo.

"Le estoy preparando una sorpresa a Bryan esta noche en el Club D.V ¿Podrías llevarlo ahí?".

Bryan tenía una cena programada, pero se había terminado cancelando por culpa de los rumores, así que toda su agenda estaba libre.

Eileen comenzó a vacilar, pero antes de que pudiera decidir qué hacer, Vivian le envió los detalles.

"Club DV, sala 520, a las siete de la noche. ¡Muchas gracias!".

La asistente lanzó un suspiro para tranquilizarse y le confirmó que había leído el mensaje.

Al acercarse a la oficina de Bryan, tocó la puerta dos veces. La voz resonante y tentadora del hombre le indicó que pasara.

Eileen ingresó y dijo: "Señor Dawson, ha habido un cambio para esta noche. Tiene un nuevo compromiso para cenar".

Bryan miró el reloj que señalaba que estaba anocheciendo. "Podemos reprogramar las pequeñas reuniones".

"Esta es importante", respondió Eileen.

"Entrégame el papeleo. Mientras tanto, prepara el auto", respondió su patrón con determinación, poniéndose de pie.

Eileen le dio los documentos que había preparado sobre el asunto urgente con Quasar y se marchó sin demora.

Luego, se puso detrás del volante y sacó el auto del estacionamiento subterráneo. Bryan se unió a ella en la entrada, evadiendo las lentes indiscretas de la prensa.

El Club DV se alzaba resplandeciente en el vibrante centro de Onaland, un faro de opulencia.

Ninguno de los dos era ajeno al lugar. Directamente entraron al ascensor mientras Eileen presionaba el botón de su destino.

El espacio limitado la obligaba a acercarse inadvertidamente a Bryan, por lo que se vio envuelta en su distintivo aroma.

Al llegar a su piso, las puertas se abrieron con un suave timbre. El hombre avanzó con familiaridad y su mirada se posó en el número de la habitación: 520.

Con pasos rápidos, Eileen empujó la puerta para abrirla y se encontró sumida en la oscuridad. Bryan vaciló en la entrada cuando un repentino estallido de luz reveló la celebración sorpresa.

El lugar cobró vida, inundado de rosas y el suave resplandor de las velas que rodeaban a Vivian, hermosa en un vestido color salmón y un maquillaje que amplificaba su encanto.

Su mirada tierna y expectante se encontró con la de Bryan, quien no se veía complacido.

"¡Sorpresa!", gritaron amigos de su época universitaria, saliendo de sus escondites. Los presentes también habían sido compañeros de Vivian. Por su parte, Eileen mantuvo una expresión estoica, sin revelar nada de su agitación interior.

Con una mirada ilegible, Bryan se volvió hacia ella, quien permanecía inmóvil, atrapada en la incertidumbre.

Al darse cuenta de la reacción del hombre, la alegría de la muchedumbre comenzó a disminuir y los presentes comenzaron a alternar su atención entre él y Vivian.

Enfrentando el incómodo silencio, esta última se acercó y se colocó entre Bryan y Eileen. "Todo esto lo hice yo.. Deberías molestarte conmigo, no con Eileen. Yo estoy detrás de esta sorpresa", declaró, mirándolo a los ojos.

Sintiendo el peso de la mirada de Bryan, Eileen logró mantener la compostura, a pesar de haber sido la encargada de llevarlo allí.

¿No debería ser un momento de alegría para él, ya que su amada había orquestado un gesto tan elaborado?

Pero él no dejaba de mirar a Eileen, quien finalmente habló: "Fue mi culpa, señor Dawson. Estoy preparada para recibir el castigo que usted considere pertinente".

Queriendo defenderla, Vivian rápidamente tomó la mano de Bryan. "Por favor, no le eches la culpa. No sabes cómo le supliqué para convencerla".

Todas las miradas se posaron sobre el hombre, quien dio el mínimo indicio de una sonrisa, un gesto más diplomático que alegre. "Simplemente que no se vuelva a repetir".

Jacob, siempre el provocador entre sus amigos, no pudo evitar burlarse: "Vamos, tú disfrutas ser el centro de atención, ¿no?". Su tono ligero cortó la tensión mientras reprendía a Bryan por no apreciar los esfuerzos de Vivian.

Los amigos se acercaron a estos dos con asentimientos y murmullos, atraídos por el ambiente festivo que la joven había creado meticulosamente.

Desde una cuidadosa distancia, Eileen notó la tensión de Bryan. ¿Era una reprimenda tácita hacia ella?

Era riesgoso navegar por ese minado campo social. Hacer enojar a Vivian solo la lastimaría más, considerando la posición que tenía dentro de la familia Warren.

Mientras la fiesta avanzaba, Eileen mantuvo una respetuosa proximidad con su jefe. En ocasiones, su mirada se encontraba con la de él por encima del borde de su bebida.

Mientras Vivian conversaba con amigos, Jacob se deslizó junto a Bryan, con un cigarrillo en mano. Lo encendió para él y observó los anillos de humo que su amigo arrojaba, como si fueran un velo.

Luego, le echó un vistazo a Eileen con un travieso ceño fruncido y comentó: "Tienes una asistente muy sobresaliente, ¿no?".

En la escasa luz de la habitación, los ojos de Bryan se posaron brevemente en el rostro abatido de su asistente. "¿Qué quieres decir?", preguntó gélidamente.

"Quiero decir, ¿quién hubiera imaginado que se pondría del lado de Vivian para traerte aquí? ¿Crees que tu encanto se esté agotando?", preguntó Jacob con un tono ligero, pero inquisitivo. Había sido el primero en descubrir el amorío entre Bryan y Eileen, pero sabía guardar muy bien un secreto.

La aguda e inquisitiva mirada de su amigo se encontró con la suya. "Ve al grano".

Sin inmutarse, Jacob expresó la verdad que estaba percibiendo. "Parece más interesada en tu riqueza que en cualquier otra cosa". Dándole una palmada en la espalda, hizo una sugerencia aparentemente jovial: "Ahora que Vivian ha regresado, ¿qué tal si me das a Eileen?".

Pero esas palabras tocaron una fibra sensible. El rostro de Bryan se tensó y una tormenta se apoderó de sus ojos. Jacob retrocedió un poco al darse cuenta de que su broma se había vuelto amarga. "Tranquilo, solo era una idea. No la tomes a pecho. Solo me preguntaba cómo logró llamar tu atención, nada más. Olvídate de lo que dije".

Rápidamente se levantó y regresó a su asiento.

Bryan se reclinó en el sofá, con un cigarrillo en la mano mientras su brazo se encontraba con la comodidad del reposabrazos. Tenía una nobleza natural, realzada por su encantadora mirada.

El pálido reflejo de Eileen bailaba en sus ojos oscuros.

Era encantadora, incluso sin maquillaje, y él no podía negar su atractivo, tanto en la oficina como en la cama.

Eileen alzó la mirada y sus ojos se encontraron con los de su jefe. Después de un momento, se acercó a él. "Señor Dawson, ¿en qué puedo ayudarle?", susurró.

Bryan bajó la mirada y observó la delicada piel de su cuello. "Muy pronto la prensa nos estará rodeando. La Mansión Dawson y Villas Oak están fuera de discusión. Vayamos a tu casa más tarde".