Capítulo 5 ¿Sabes quién es la esposa de Bryan

"Tú...", empezó Ruby, pero Bailee la interrumpió. Acababa de llegar a la habitación y escuchó a su madre.

"Mamá, no tienes que preocuparte por los asuntos de Eileen", intervino, con la esperanza de que su progenitora se olvidara del tema.

La otra joven le agradeció con una sonrisa, agarró unos trozos de pan y un vaso de leche y encontró un lugar tranquilo para disfrutar de su comida.

Ruby miró severamente a Bailee. "Siempre das problemas, ¿no?".

A pesar de ello, Bailee tenía una energía contagiosa. Pronto hizo que su madre se riera entre dientes, desviando cualquier conversación sobre conseguirle pareja a su hermanastra.

Después del desayuno, Eileen tuvo que irse a trabajar. Bailee y ella hablaron un poco mientras bajaban en el elevador.

"Me estoy preparando para mi pasantía", declaró la primera.

"¿Quieres que mueva alguno de mis contactos para ayudarte?", le ofreció Eileen, tras pensarlo unos segundos.

"No, debo forjar mi propio camino. Es muy importante para mí", rechazó la oferta su hermana.

Eileen esbozó una sonrisa irónica, pues su reacción había sido completamente diferente a la egoísta de Judie. Anoche Roderick había intentado atraerla con una invitación para cenar, pero ella ya se dio cuenta de su intención y se negó directamente.

"Muy pronto ganaré dinero", declaró Bailee con determinación. "No solo me defenderé yo sola, sino que también contribuiré. Y cuando pueda, te pagaré todo lo que gastaste en mamá".

Sus palabras no eran puro alarde, sino resultado de una fuerte resolución.

Al salir del ascensor, las recibió el zumbido del vestíbulo. Eileen se detuvo cuando escuchó a Bailee y ambas se voltearon a ver.

En un gesto reconfortante, la mano de la primera se posó sobre el hombro de su hermana.

"No te preocupes por el dinero. Nunca esperé que me lo devolvieras. La verdad, fue el apoyo y el valor de mamá lo que me dejó llegar hasta donde estoy y yo decidí retribuirle para no ser una malagradecida. Pero si deseas contribuir, por mí está bien", la tranquilizó.

Una mirada culpable solía nublar el rostro de Bailee, lo que a Eileen le parecía desgarrador. "Solo asegúrate de ganar dinero trabajando arduamente. Es muy importante", le advirtió.

Una sombra se apoderó de los normalmente brillantes ojos de Bailee. Solo ella conocía el secreto del sacrificio de Eileen por Ruby.

"A partir de ahora, el apoyo de Bryan no es una opción, así que cuidemos juntas de mamá, ¿de acuerdo? Solo avísame si sucede algo", insistió Bailee.

Los ojos de Eileen se abrieron como platos. La noticia del regreso de Vivian se había extendido rápido en el mundo empresarial y la alta sociedad. Sin embargo, ¿cómo sabía eso su hermana, quien todavía estaba en la escuela?

Al ver la expresión de Eileen, Bailee sacó su celular.

"¿No escuchaste? Anoche Bryan y Vivian salieron juntos, primero fueron a cenar y luego a ver una película. Luego, regresaron a la casa de Bryan. Toda la ciudad habla de eso".

Eileen miró la pantalla sintiendo un torbellino de dolor y confusión.

"Bueno, tengo que irme a trabajar ahora", respondió con calma, a pesar de la tormenta en su interior. "Regresa con mamá. Recuerda, si tienes algún problema con la pasantía, yo estoy aquí".

Tras esas palabras de despedida, se dio vuelta y se alejó. Había estado demasiado apresurada esa mañana, así que se enteró muy tarde de la noticia que sacudió su mundo.

"Cuídate...", murmuró Bailee. Su voz sonó con un suave eco en el concurrido pasillo. Estuvo mirando a su hermana hasta que ella se perdió en la distancia y luego se dio la vuelta para regresar a la sala de Ruby.

La paciente se apresuró a expresar su descontento cuando ella volvió a entrar. "Me interrumpiste cuando tu hermana y yo no habíamos terminado de hablar. No está saliendo con nadie, ¿verdad? Estoy segura de que sigue con ese viejo amor de hace seis años...".

Bailee, quien estaba arreglando el lugar, comentó: "¿Qué tal si me buscas un novio a mí? Me graduaré en el segundo semestre del año, pronto seré una pasante...".

Mientras tanto, en Villas Oak, había varias personas paseando afuera de la casa de Bryan.

Eileen se dio cuenta de que las tranquilas figuras eran en realidad miradas indiscretas de la prensa. Ella les bloqueó la vista con su auto, escribió el código de seguridad con facilidad e ingresó en la propiedad.

Su mirada se posó en unos tacones altos, indudablemente los que había usado Vivian el día anterior.

A su lado, estaban los zapatos de Bryan. Un peso se instaló en el pecho de Eileen.

¿Vivian se había quedado a dormir en casa de Bryan?

Eileen se dio cuenta de que no tenía el código de acceso por intimidad, sino por utilidad, ya que ayudaba a Bryan a entrar a casa cuando estaba borracho.

Ella era simplemente su herramienta para satisfacer las necesidades, nada más.

Perdida en sus pensamientos, Eileen escuchó unos pasos que la devolvieron al presente. Al parecer, venían del comedor.

Inhaló profundamente para tranquilizarse, esbozó una sonrisa cortés e ingresó.

Al entrar, descubrió que solo estaba Bryan, vestido únicamente con un pantalón gris.

Sus abdominales estaban visibles, y eran increíblemente sensuales.

A pesar de que conocía muy bien su constitución atlética y su apariencia llamativa, Eileen siempre sentía que su corazón latía con fuerza cada vez que lo veía.

Sin embargo, con el paso de los años, se había convertido en una maestra ocultando sus sentimientos.

"Señor Dawson, hay muchos periodistas afuera", anunció con voz plana. "¿Le gustaría que creara una distracción para que escape con la señorita Warren?".

Con un vaso de leche en mano, Bryan le dedicó una mirada tan intensa que desentonaba con el momento casual. El atuendo de Eileen estaba un poco arrugado y despedía un leve olor a desinfectante mezclado con su aroma familiar.

El hombre no pudo evitar fruncir el ceño. "Vivian no está aquí".

Eileen mostró una sorpresa genuina antes de recuperar el aplomo.

Sin ofrecer más detalles, Bryan tomó un sorbo de leche y subió las escaleras, tal vez para cambiarse.

Eileen anticipó el siguiente movimiento, así que salió para preparar el auto. Cuando vio a Bryan salir, tomó su lugar al volante, encendió el auto y esquivó a los periodistas con facilidad.

Su huida fue tranquila, pero ella pudo ver por el espejo retrovisor que los periodistas los estaban siguiendo en sus autos.

Al llegar a la empresa, Eileen se detuvo en el estacionamiento subterráneo y salió con Bryan. Su subida hacia el último piso fue silenciosa y rápida en el ascensor del director ejecutivo.

Como llegaron temprano, no se toparon con ningún otro empleado en el camino. Bryan le hizo un gesto a Eileen para que fuera a su oficina.

Frente al escritorio de Bryan, ella entregó su actualización. "En el camino, alerté al equipo de relaciones públicas. Ahora se están preparando para gestionar las noticias. Los rumores no deberían afectar a la empresa".

El hombre se detuvo en la entrada del cuarto y arqueó una ceja. "Olvídate del frenesí mediático, ven a darte una ducha".

Eileen se mostró muy confundida y abrió los ojos de sorpresa. "¿Una ducha ahora?".

Normalmente le gustaba llevarla al baño, la iluminación tenue del lugar hacía que ella brillara, un ambiente que Bryan prefería.

Antes, solía hacer todo lo que él le pedía, pero ahora...

"¿Por qué estás dudando?", la cuestionó el hombre, al que se le había acabado la paciencia.

Antes de que pudiera resistirse, la empujó al interior del baño.

Bryan permaneció afuera mientras hablaba a través de la puerta cerrada. "Adentro tienes ropa de repuesto de nuestro último evento. Cámbiate una vez que termines de ducharte".

Y el sonido de la puerta indicó que se había ido.

En el silencio, Eileen estaba luchando con un torbellino de emociones. Si bien había eludido la amenaza inmediata, un vacío asomaba en su interior.

No soportaba que Bryan estuviera cerca de Vivian en un momento y luego se acercara a ella.

Pero su actual distanciamiento también la hacía sentir mal.

Resignada a esa situación, se desvistió y dejó que el agua se llevara sus penas. Solo se demoró diez minutos en ducharse.

Cuando salió con el cabello húmedo, no encontró secadora, así que recurrió a una toalla, que la ayudó a deshacerse un poco de la humedad.

Bryan se acercó a ella y se inclinó ligeramente para olerla.

"Así está mejor", señaló. "Infórmale al departamento de relaciones públicas que no es necesario que contengan el escándalo. En su lugar, generaremos publicidad".

Eileen conocía a Bryan desde hacía tres años, pero los recientes acontecimientos habían desdibujado al hombre que creía comprender.

De todos modos, respondió obedientemente: "Sí, señor Dawson".

Acto seguido, salió del lugar, llevando en su mano su ropa sucia, la cual ya estaba impregnada del aroma antiséptico del hospital.

Antes de darle instrucciones al equipo de relaciones públicas, guardó sus prendas.

En la oficina, escuchó el zumbido de la productividad cuando una secretaria se inclinó con una expresión preocupada. "Eileen, el señor Warren y su hermana parecían bastante molestos cuando entraron a la oficina del señor Dawson. Y todavía no han salido. ¿Crees que haya problemas?".

"Todo está bien. No tienes nada de que preocuparte", respondió con tranquilidad.

Como Bryan ya estaba casado, las últimas noticias no habían dejado bien parada a Vivian. Era perfectamente comprensible que Kian estuviera enojado.

Pero lo que sorprendió a Eileen fue que su jefe no tomara medidas para calmar la creciente tormenta en las noticias.

Apenas se había acomodado en su silla cuando Vivian salió furiosa de la oficina.

"Señorita Warren", la saludó Eileen mientras se levantaba.

Bastante frustrada, Vivian se acercó y se desplomó en la silla de la asistente. "Es mi hermano. Está tan furioso que quiere enfrentarse a Bryan. Estoy un poco preocupada".

La empleada se limitó a escucharla.

"Eileen, ¿por qué no entras para ver cómo están? Así podrías asegurarte de que la situación no empeore. Yo lo haría, pero mi hermano me prohibió entrar; sin embargo, tú puedes hacerlo", propuso la joven.

Eileen se mantuvo impasible. "No se preocupe, señorita Waren. El señor Dawson es lo suficientemente capaz como para ocuparse del problema por sí solo. Además, dudo que mi presencia cambie el curso de sus acciones".

La otra joven lanzó un profundo suspiro y caminó hacia la puerta, buscando consuelo al escuchar a escondidas.

Eileen permaneció en su lugar, viendo cómo giraba la silla sobre la que había estado Vivian. Con un toque suave, la detuvo.

"Incluso sin saber su discusión, me tranquiliza que no estén peleando", comentó la hermana.

Luego, regresó hacia Eileen y se sentó de nuevo. "¿Sabes quién es la esposa de Bryan?", preguntó con una voz tan baja que casi parecía un susurro.