Hoy me he levantado con un dolor de cabeza de los mil demonios.
Ugh no vuelvo beber de esa manera...
Un rayito de sol se cuela por la cortina de mi habitación y lo miro enfurruñada, me giro dándole la espalda y me tapo la cabeza con la almohada.
Un momento ¡Sol!
De inmediato me pongo de pie y corro a ver la hora en mi celular. Lo busco por todos lados y no soy capaz de dar con él, la cabeza me taladra y cierro los ojos incómoda tratando de recuperar el equilibrio, toco toda mi ropa y me doy cuenta de que lo que llevo puesto no me pertenece ¿qué demonios?
Bajo rápidamente las escaleras, como siempre, un día me voy a matar corriendo. Llego apresurada a la cocina buscando por todos lados el reloj de pared y me alarmo al darme cuenta que son las 7:00 am
Dios, Dios ¡¡¡Dios!!!
Papá va a matarme...
Me giro asustada y miro a mi alrededor, repaso toda la planta baja con la mirada y me percato de que papá no está en casa, así que decido dar un recorrido por las demás partes de la casa asegurándome de que realmente se haya ido. Lo compruebo justo cuando paso por su escritorio y no veo su portafolio por ninguna parte.
Es lo más lógico, que se haya ido, este es el horario que debe cubrir generalmente en su trabajo, aunque la verdad me extraña mucho que no haya ido como loco a mi habitación y haya tirado la puerta. Qué raro.
Respiro profundamente, porque sé que a su regreso las cosas no estarán bien, nada bien.
Subo de nuevo a mi habitación para asearme y darme una ducha fría me refresca y relaja la tensión en mi cuerpo. Como si de un interruptor se tratase, junto con el alivio del dolor surgen una secuencia de flashbacks de la noche anterior.
Fiesta
Alcohol
Baile
Aiden
Beso
¿Beso? ¿Qué?
Besé a Aiden
¡Oh por Dios!
La vergüenza se aproxima a mis mejillas y sé que estoy toda roja porque recordar con claridad ese beso me pone muy nerviosa y de cierta manera no se siente mal... de hecho fue... fue... buenísimo.
Me llevo las manos a la cara y a pequeños flashes recuerdo de haber vomitado ¡Qué vergüenza! Y después... después todo lo que recuerdo es oscuridad hasta que abrí mis ojos y vi a Peter.
¿Qué tiene que ver Peter?
Como si el universo me respondiera y se empeñara en hacerme sentir ridícula, todo conecta en mi cabeza y me invade más vergüenza al recordar que Peter me tuvo que ayudar a bañar. Él me vio... ¿Me vio desnuda? Definitivamente no vuelvo a beber de esa manera. Eso es todo lo que recuerdo y que luego me trajo a casa.
Tengo que buscarlo y hablar con él.
Salgo de la ducha envuelta en la toalla y voy directo al closet en busca de unos shorts y una blusa sin mangas, cómoda y fresca. Me visto y me coloco unas sandalias, también cómodas, recojo mi cabello en un moño alto, giro frente al espejo y me echo una mirada rápida.
Bien... no estoy tan mal para ir a ver a mi crush
Claro, pongamos de lado que parezco oso panda por las bolsas negras bajo mis ojos, pero no es nada de lo que haya que preocuparse, las ojeras son parte del outtfit.
Por un segundo pasa por mi mente el beso con Aiden anoche y envía sensaciones agradables por todo mi cuerpo. Siento un cosquilleo en mis manos y las paso a los costados del short para limpiar las pequeñas gotas de sudor que se formaron.
- Despierta tonta
Me regaño y busco un gloss con brillitos, que me encanta, me lo pongo y emprendo mi camino a casa de Peter.
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Peter
Hoy me levanté más tarde que de costumbre, estoy dándome un baño bien frío para liberar la tensión y espabilarme, aún sigo con sueño, y eso que he hecho mi rutina de ejercicios matutinos.
Salgo del baño solo en toalla y veo movimiento cerca de la puerta, giro mi rostro hacia ese punto y me encuentro con una Regina toda roja, con el rostro de medio lado evitando mirarme, sonrío internamente y me coloco frente a ella con los brazos cruzados, cediéndole la palabra.
- Peter, yo... yo quiero saber qué pasó anoche – me dice avergonzada.
Le doy una mirada tranquilizadora y la tensión en el ambiente disminuye un poco.
- Puedes estar tranquila - la tranquilizo – Aiden me llamó para que fuera a buscarte y te traje aquí para no buscar problemas con tu padre.
Noto como ella se tensa un poco y ladeo mi rostro mientras la miro, presionándola para que diga exactamente qué sucede.
- Pero... tú me... me viste – hace una pausa, incómoda – ya sabes...
- ¿Desnuda? – pregunto completando la frase por ella y veo como sus mejillas se tornan más rojas
- ¡Peter!
- Sabes que te respeto mucho, Regina. Yo solo cuido de ti, me extraña que creas que me aprovecharía de una situación así – hago una pausa perplejo – en verdad pareciera que no me conoces.
Ella se queda en silencio ante mi comentario y yo camino a vestirme con normalidad. Cuando ella me ve quitarme la toalla se espanta...
- Es... es mejor que me vaya – carraspea torpemente – te-tengo que hacer algunas... eh... cosas.
Me limité a responder con un asentimiento e cabeza y la vi retirarse de mi habitación. Esta chica va a lograr que mi cabeza explote algún día.
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Regina
Cuando salí de la casa de Peter pensé que iba a explotar de la pena, mi cara al verlo en toalla debió ser un poema y más aún cuando se la quitó.
Decidí aprovechar lo que me quedaba de día y realicé las tareas de la casa para prepararme en el momento que papá llegara. Lo cual fue unas horas después de terminar con mi trabajo, la verdad es que la casa era un desastre. En el momento que llegó solo me dedicó una rápida mirada de aprobación, tras comprobar el estado de la casa, luego de su pequeña inspección se fue hacia su despacho y ahí se pasó el resto de la tarde encerrado.
Su actitud me continuaba sorprendiendo, esta mañana no me levanté antes que él a preparar el desayuno, eso en esta casa era una falta grave, no me explico cómo lo dejó pasar. Pero tampoco me quejo.
Papá siempre se encierra en su despacho, evita cualquier contacto conmigo hasta la hora de cenar o desayunar, raras veces está en los horarios de almuerzo y en esos momentos solo compartimos unas pocas palabras, a veces creo que es lo mejor. En mi mente ya no quedan casi recuerdos del padre amoroso que una vez tuve, solo hay pequeños momentos fugaces y recuerdos nublados por los golpes y los maltratos de su parte.
Eso me entristece mucho, extraño tanto a mamá...