Justo ahora lo más complicado de hacer para mí es entrar al enorme edificio.
Dhall Holdings
Antes de entrar le hecho un vistazo a las personas de un lado a otro con ropa profesional y perfectamente coordinadas, cada uno se apoya entre sí y no dejan de llevar papeles por todos lados.
Creo que aquí hasta la hormiga trabaja.
Doy un largo suspiro y muevo mis pies por si solos dentro, el aire acondicionado del edificio está a tope cuando siento el frío golpear mi piel y una pequeña ráfaga de electricidad pasa por mi espalda haciendo que me erice.
Y la pregunta aquí es, ¿qué hago en la empresa del Alpha?
Sencillo. Al Quero ser escogida ganó, eso significa que podía escoger lo que sea y por motivos que ya sabemos escogió el poder trabajar aquí como asistente de la asistente para verlo un poco más seguido.
Yo nunca voy a poder entender cómo es que el amor hace que uno haga ese tipo de cosas, desde mi perspectiva es algo absurdo e irracional.
Oculta tu olor si no quieres que él te note.*
¿CÓMO? ¡¿ELIÁN ESTÁ AQUÍ?!+
Sí, cariño. Nuestro machote está en este mismo edificio.*
Que no es nada mío, ni tampoco quiero tener algo con él.+
Corto la conexión con mi loba e inmediatamente oculto mi aroma, con paso seguro paso a recepción y una esplendorosa rubia corta el teléfono y me observa de pie a cabeza -¿Desea algo?
Asiento -Sí, estoy buscando a...
Me corta rodando sus ojos -El señor Elián Dhall no está en la empresa, si quiere puede dejar un mensaje y regresar después.
Dejo el regalo sobre la mesa y amenazante poso mis manos delgadas sobre la mesa negra de ella -Yo no estoy aquí para ver a ese inútil, yo estoy aquí buscando a mi mejor amiga Quero González -vuelvo a tomar el regalo y resoplo -¿me va a decir dónde está?
-Eh, -me tenso al oír esa voz -por primera vez encuentro a alguien que comparte el sentimiento conmigo en decir que Elián es un inútil.
Me giro lentamente viendo esos ojos verde escanearme, a su lado se posa Kayla y se cruza de brazos -Aunque de cierta manera también pienso lo mismo, no puedo negar el hecho de que todos tenemos un propósito y que Elián tendrá el suyo, así que les pido amablemente a los dos que se callen la boca -los ojos mieles de ella conectan directamente conmigo sin vacilar -tu amiga está trabajando en el último piso y no puedes ir a verla hasta el almuerzo a medio día, ya que la secretaria de mi padre es una mujer muy exigente y dedicada que ha estado trabajando con nosotros por años, en conclusión, no te dejará verla.
-¡Ahhh! -me quejo -¿y dónde está la sala de espera? -cuestiono y ella me indica que la siga hasta el elevador, entro y toca el botón del último piso, en cuestión de segundos las puertas se abren y del otro lado del ascensor veo a una doña con traje profesional y atrás de ella veo a Quero pasarla realmente mal.
Oculto mi sonrisa de burla.
¡¿Pero tú no eras la que querías trabajar aquí?!
-Señores -la mujer se hace a un lado para dejarnos pasar -me alegra verlos una vez más, el señor Elián ya ha terminado la reunión con los socios y justo ahora esta en la sala de juntas con su asistente.
-No es de extrañar que aún no hayan salido de ahí -dice Yannick y Quero instintivamente mira el suelo con sus mejillas rojas -Sofía, dile que pase al despacho, que lo estaremos esperando ahí -el enorme chico de ojos verdes da conmigo, abrocha un botón de su saco azul y ve a Quero con la cabeza baja -y llévalas a ellas dos al igual que la secretaria de Elián -nos señala -a la sala de descanso hasta que terminemos nuestra reunión -con aires de grandeza abandona nuestro pequeño círculo y su hermana asiente en mi dirección antes de irse justo por donde desapareció su hermano dándome la certeza de que todo estará bien.
-Siganme -la tal Sofía nos conduce por un largo pasillo y al final de este abre las hermosas puertas de color mármol -estarán aquí hasta que yo finalice la reunión con los dueños, no toquen nada -nos empuja prácticamente dentro y cierra las puertas rápidamente.
Mi mejor amiga da vueltas en su eje mientras lleva sus manos a la frente, sus ojos al fin dan conmigo -Es... Él es...
Junto mis cejas y dejo la caja sobre el refinado sofá -¿Él es qué? ¿Quero? -tomó sus manos y las aprieto.
-Sigo en shock aún -la llevo con cuidado a uno de los sillones individuales y me agacho a su altura.
-Respira, tranquilízate, -su cuerpo inhala y exhala gran cantidad de aire antes de volver a hablar.
-Jexi, ese hombre tan imponente y guapo que estuvo delante de mí es Yannick, es mi crush y me enamoré mucho más de él al escucharlo -en su cara se hace notar una sonrisa de boba y sus ojos miran a la nada.
Niego.
¡Ay el amor!
Me levanto palmeando sus piernas y agarro mi pomposo regalo, se lo pongo encima de su falda negra y parece salir del trance en el que está, me da una mirada de confusión y empieza a desenvolver la caja.
-Este regalo es para que me disculpes por dejarte sola en un día importante para ti -muerdo mis mejillas por dentro con nerviosismo -espero que me puedas disculpar y al fondo del todo hay un regalo que tal vez te vuelva loca -parpadea varias veces mostrándome esas pestañas envidiables de forma curvada y sus manos tiran a un lado todo el papel de relleno que le metí, sin importarle lo demás deja la caja en el suelo cuando encuentra el álbum y al abrirlo pega un grito que me hace tapar mis oídos.
-Estás más que perdonada -se abalanza contra mí y caemos de lleno al piso, sonrío devolviéndole el abrazo y la puerta se abre mostrándome la pechugona que estaba con Elián el día que descubrí mi desgracia.
¿Qué hace esa aquí?
Viene observando sus uñas de un largo y color escandaloso mientras mastica chicle de una forma que me recuerda a las vacas cuando están comiendo paja, sus ojos me ven a través de esos lentes de contacto ridículamente falsos y rueda sus ojos desinteresada, toma asiento en uno de los sillones grandes del lugar y agarra una revista de moda y tendencia de la mesa.
Creo que lo mejor será irme.
Hago que Quero se levante de encima mío y me paro sacudiendo mis manos sucias, sobo sus hombros y le doy una cálida sonrisa -Yo ya me tengo que ir, procura pórtate bien y deja la pena a un lado o será muy notorio, ¿de acuerdo?
Ella abre su boca para contestarme y suena el teléfono de la chica detrás de nosotras, lo coge y su voz inunda la sala -Si querida, soy la secretaria personal de Elián Dhall y no creerás lo que me dijo justo después de terminar una reunión -cierro mis ojos sintiendo una odiosa molestia pasar por mi cuello hasta llegar a calentar mi cabeza -me dijo que era la única y que me convertiría en su luna -giro mi cuerpo hacia ella de manera amenazante y una sonrisa de suficiencia surca mis labios -bueno te dejo porque aquí hay bichos inferiores a mí escuchando lo que digo, chao, besitos -lanza besos al teléfono y cuelga, se cruza de piernas y finalmente se dirige a mí -¿qué quieres que no has dejado de mirarme? ¿Acaso quieres ser mi empleada? ¿Quieres que le diga a mi Alpha que te de puesto en esta empresa como mi asistente así como tu amiga lo es con la asistente del jefazo? -se para y acomoda su camisa de color blanco con unos botones sueltos mostrando más de lo que debería -si es así deberías hacerme un tecito-señala la tetera con las tazas en la mesa- que me siento algo agotada.
Levanto mi cabeza a lo blanco del techo y suspiro -Claro, con mucho gusto te hago tu té -doy un paso hacia ella y siento las manos de mi amiga tomar mis hombros.
-Ah, y te pido otra cosa -se acerca a mí -no me trates de tú, tratame de usted, porque -me ve de arriba a abajo -no somos iguales.
-Por... -me zafó del agarre de Quero -supuesto, señora de Dhall -con delicadeza sirvo la taza de té.
-Así me gusta, vez, ya empezamos bien -le doy con cuidado la taza y espero que beba su primer sorbo para tirarselo encima de la ropa -¡¿PERO QUE HACES ESTÚPIDA?! -la puerta se abre de repente mostrándome a tres hermanos nada impactados por la escena y una secretaria negando desaprobatoria.
Algo me dice que estoy en problemas.