Dulce Debilidad
img img Dulce Debilidad img Capítulo 5 Gabrielle
5
Capítulo 6 Tyler + Gabrielle img
Capítulo 7 Tyler + Gabrielle img
Capítulo 8 Tyler img
Capítulo 9 Gabrielle img
Capítulo 10 Tyler img
img
  /  1
img

Capítulo 5 Gabrielle

Gabrielle:

La semana se ha pasado más rápido de lo que esperaba. Y hoy finalmente se ha cumplido el pequeño plazo que le he dado a Mark Cameron. Hoy solo tiene dos opciones: o pagarme mi dinero o aceptar su destino.

Pienso en eso mientras observo detenidamente las fotografías frente a mí.

En particular una.

La de un chico rubio y de ojos color miel, el cual su ficha dice que tiene dieciocho años y que es el hijo menor de Mark Cameron. No hay mucha información más que la preparatoria en la que estudia y algunos otros datos tontos.

Luego está la otra ficha, la de

Mike Cameron, el hijo mayor. Veintidós años, cabello rubio y ojos marrones, exactamente los mismos rasgos que su padre. Al parecer el ya está estudiando en la universidad de Harvard, listo para instalarse en el mundo de la política.

Y por último la esposa de Mark, Amalia Cameron. Una mujer unos cuantos años más joven que su esposo, de cabello castaño y ojos oscuros, con unos rasgos delicados, los cuales enseguida me doy cuenta que son los que su hijo menor heredó.

Me he pasado un buen rato mirando los expedientes, analizando la información de cada uno.

Sigo en ello pero entonces mi teléfono suena, al mirar la pantalla veo el nombre de mi primo en ella. Descuelgo y me llevo el teléfono a la oreja.

- primo.- saludo.

- Gab.- el me devuelve al saludo.- ¿Cómo estas?

- bien, estoy algo ocupado, investigando unas cosas.

- ya.- escucho que suspira.- podrías haberme dicho que ibas por Cameron.

Cierro los ojos con fuerza y formo una fina linea con mis labios.

- Fabri necesitaba venir solo, esto es un tema que yo tengo que resolver y creeme que ya estoy en eso. No te preocupes, tu tienes bastante trabajo por allá.

La verdad es que me apetecía encargarme del asunto por mi mismo, normalmente me gusta hacer las cosas a mi manera, por eso no suelo involucrar a mi familia.

- está bien Gab, pero al menos dale su buen merecido a ese idiota.

- claro que lo haré.- le aseguro y luego de unos segundos pregunto.- ¿Cómo está Ari?

- bien, no la he visto mucho porque no he estado en tu casa, pero tus hermanos si han estado y la han visto. No te preocupes por ella.

- no puedo no hacerlo.- suspiro.- en fin, voy a encargarme de ese asunto y hoy mismo me regreso, cuando llegue ya te contaré.

- muy bien, suerte.

Una sonrisa egocéntrica se forma en mi rostro.

- sabes que no la necesito primo.

Luego cuelgo la llamada. Pero en lugar de dejar mi teléfono lo que hago es marcar el número de Mark. Luego de sonar unas tres veces escucho que contestan.

- estaré en tu oficina en diez minutos, no tardes en llegar o la próxima vez que la veas será en llamas.

Cuelgo sin dejarle tiempo a responder nada, simplemente teniendo que aceptar mi orden.

Me pongo de pie y salgo de la oficina, mis hombres ya están listos para irnos. Me acerco a Leonel.

- es momento de ir a cobrar lo que nos pertenece Leo.

Este asiente.

- muy bien seño, vayamos.

Salimos del lugar en el que nos hemos estado quedando y nos dijimos al coche.

Al llegar al edificio le ordeno a mis hombres que se dispersen, algunos rodeando el edificio por si acaso, otros que se queden a lo lejos y por supuesto, un par - incluído Leonel - entran conmigo.

Paso por la recepción, sin importarle que la chica que está ahí intente detenerme para que no vaya pues se supone que necesito un permiso para entrar.

Al llegar a la oficina, sorprendentemente Mark ya está ahí.

- vaya, si que eres puntual.- entro seguido por Leonel, quien se queda parado a mi lado.

- Gabrielle...

- espero que ya tengas mi dinero Cameron, porque he venido justo para eso.

- lo sé Gabrielle, es que yo...- suspira y se lleva las manos al cabello, tirando un poco de este.- no tengo el dinero- quisiera decir que me sorprende su respuesta pero la verdad es que no lo hace para nada. Vine aquí bien conciente de que el no tendría mi dinero, pero eso no significa que me iré con las manos vacías.- pe-pero si me das más tiempo te prometo que puedo conseguirlo, te juro que lo haré. No puedo enviar nada ahora porque las fronteras están muy cuidadas, pero en cuanto se calme un poco la cosa y pueda hacerlo sacaré un buen dinero, te pagaré todo lo que te debo, solo necesito un poco más de tiempo.

Suelto un suspiro y niego con la cabeza. El me observa a la expectativa pero su rostro muestra una mueca de terror cuando de un movimiento saco mi pistola y lo apunto con ella.

- pues es una lástima Mark, porque como te dije no soy un hombre paciente. Te di una semana para que me pagaras y no lo has hecho, dime una razón por la que no debería meterte un tiro entre los ojos ahora mismo.

Levanta las manos, buscando cubrirse y empieza a negar dando pasos hacia atrás.

- Gabrielle te lo juro, te juro que te voy a pagar, incluso... Te pagaré los intereses, te daré aún más dinero pero... Solo necesito el tiempo.

- debo regresar a Italia hoy mismo y no pienso irme sin algo que me asegure que realmente vas a pagarme.

- te daré lo que sea por ahora, dime lo que quieres y es tuyo, puedo darte uno de mis autos o...

- tus autos no valen ni la cuarta parte de mi dinero.- le recuerdo.

Asiente de acuerdo y entonces sigue pensando alguna idea, algo para evitar que lo mate aquí mismo. Es un cobarde.

- entonces dime lo que quieres, enserio lo que sea, puedes tenerlo en lo que consigo el dinero que te debo y así te aseguras de que no miento.

- pues si, pero no será alguna mierda como la que estás pensando. No me interesan tus propiedades porque te recuerdo que tengo el doble que tú y podría conseguir más si eso quisiera.- digo con simpleza.- para una persona como tu, lo material es esencial, eres un ambicioso y un bastardo pero... Supongo que por más mierda que seas, un hombre de familia tiene una debilidad mayor y no se trata del dinero.

- ¿Que... Que quieres decir?

- quiero algo que de verdad te vaya a doler perder.

- ¿Que cosa?- puedo oir el nerviosismo en su voz aunque estoy seguro de que no se está ni imaginando a que me refiero.

A paso tranquilo comienzo a caminar por la oficina, puedo notar como se tensa cuando paso por su lado pero no se atreve a moverse. Aún así gira la cabeza cuando quedo detrás de el, viendo hacia donde me dirijo.

Voy hasta el escritorio y allí, tomó el pequeño cuadro y lo volteo para mirarlo. Una foto familiar.

Parece ser de hace unos cuantos atrás pero aún así se me hace fácil identificar a cada uno. La imagen de la familia perfecta.

Dos niños sonrientes, uno de pie a un lado de su padre, este sentado en un sofá elegante y fino, junto a el una mujer sonriente de cabellos oscuros, la cual tiene en sus piernas a el más pequeño. Su mirada no ha cambiado en nada.

Me doy vuelta para volver a quedar cara a cara con Mark. En cuanto este ve lo que tengo en las manos se horroriza.

- Gabrielle...- Levanto el cuadro y señalo con mi dedo al chico mientras sonrió de forma cínica.- el se apresura a negar sin dejar de mirarlo.- no puedo hacer eso, sabes que no puedo...

- puedes.- le corto sus estúpidas palabras.- y lo harás a no ser que prefieras pagar como de verdad deberías el haberme robado mi dinero. Sabes bien que solo me cuesta unas palabras a mis hombres para que tú familia deje de existir, así que tú decides.

- Gabrielle por favor, es mi hijo. ¿que le voy a decir a mi mujer? ¿Que va a pensar la gente cuando ya no lo vean?

Me encojo de hombros indiferente.

- ese no es problema mío Mark, yo solo te estoy dando una salida, está en tus manos si la tomas o la dejas.

Y esas palabras lo desestabilizan por completo porque sabe que no tiene otra opción. Aún tengo la pistola en mi mano para recordarle pero sé que no será necesario usarla porque desde el primer momento he tenido claro que va a aceptar.

Aún así me muestro paciente cuando se voltea y camina hasta el enorme ventanal que da vista a la ciudad, totalmente nervioso y pensativo.

Sonrío y le hecho una mirada a Leonel, el cual me la devuelve, sabiendo también que hemos ganado. Pero aún así puedo notar confusión en el, está claro que esto no es normal. Jamás me ha visto dar segundas oportunidades, mucho menos terceras. Pero por alguna razón esta vez me apetece hacerlo, me divierte la idea de pensar que podré seguir jugando con Cameron durante un tiempo más.

Llevarme a ese chico a mi territorio significaría tener todo mi poder sobre Mark Cameron, todo el poder de chantaje que se me venga en gana. Si quiere mantener con vida a su hijo tendrá que doblegarse a mi.

El dinero no es algo por lo que realmente esté apurado así que no me haría daño jugar un rato.

Finalmente, luego de unos largos minutos Mark se voltea.

Su camisa está floja y sus pelos desordenados, haciendo notar el caos mental en el que lo he sumergido.

Sus ojos me miran por un instante en el que parece pensarlo una ultima vez y finalmente cede.

- está bien.- dice con voz temblorosa.- te... Te daré a mi hijo.- toma aire.- lo tendrás contigo en lo que dura el plazo de los tráficos, cuando consiga tu dinero y te lo entregue tu me lo devolverlas.

- no necesito que me expliques lo que tengo que hacer Cameron, aquí el que pone las reglas soy yo.- digo determinante.- tendrás un plazo de cuatro meses.- señalo el número con mis dedos, asegurándome de que le quede bien claro.- en ese tiempo tendrás que hacer lo que sea para conseguir mi dinero.

- está bien pero... Solo déjame poner una condición.- lo escucho a pesar de que no le importa lo que vaya a decir, quiero hacerle creer que tal vez si.- no puedes hacerle daño a mi hijo, no lo lastimes, solo quedatelo por ese tiempo y luego devuélvemelo sano y salvo. Necesito saber que no lo dañarás.

Le muestro una pequeña sonrisa arrogante y me acerco más a el, quedando casi pegados.

- no voy a hacerle nada mientras cumplas con lo acordado.- le concedo y eso parece aliviarlo bastante, puedo notar como suelta el aire que estaba conteniendo y relaja sus hombros.- pero...- agrego.- si por alguna razón fallas a esto, si se te ocurre hacer alguna estupidez, si siquiera sospecho que intentas mentirme, entonces ahí si, le haré mucho mucho daño.

Aún tembloroso asiente sin más opciones.

Finalmente, con todo ya hecho sonrío nuevamente y camino hasta la puerta.

- es un gusto hacer negocios contigo Mark.- digo de forma sarcástica.- me iré hoy por la noche así que quiero a mi seguro por la tarde conmigo. Leonel luego te enviará la dirección de a dónde tienes que llevarlo.

Y me marcho de ahí con una sensación de victoria, a pesar de no haber conseguido lo que realmente quería, me llevo diversión para un buen tiempo.

Y lo mejor de todo es que al final tendré mi dinero. Cómo de costumbre, siempre consigo lo que quiero de una forma u otra. Ahora tengo a Cameron bajo mi completo control, será divertido jugar con el a través de su hijo.

- ¿Que acaba de hacer?- pregunta confundido Leonel.

A pesar de que nunca ha dejado de hablarme con formalidad, ya llevamos demasiado tiempo juntos como para que haya una gran confianza entre nosotros.

- no lo entenderás todavía Leonel porque es difícil verlo en este momento, pero si Cameron sigue por ese camino, con todas las puertas que tiene pronto se meterá más en este mundo, y cualquier oportunidad que tengamos para quedarnos con lo que queramos, la tomaremos. ¿Lo entiendes Leonel?

- claro señor.- asiente.- pero... ¿Que vamos a hacer con ese chico allá?

- de eso me encargaré yo, no te preocupes.- le aseguro.

                         

COPYRIGHT(©) 2022