Mientras en diferentes departamentos lamentaban lo que está por suceder, tanto Marcus se cuestionaba el descuido por lo que Claribel resultó embarazada, Avy sollozaba entre sus sueños por perder al dueño de su corazón. En el departamento de la futura señora Santiz celebraban dos personas, una despedida muy íntima entre las sábanas planeando el siguiente paso.
-¿Estás segura de que tu futuro esposo no sospecha nada? -le pregunta Román su amante embistiéndola salvajemente.
-No, a Marcus lo tengo comiendo de mis manos, este embarazo cayó como anillo al dedo -contestaba Claribel entre jadeos -más, así, dame más -le pedía, mientras Román obedecía a sus deseos carnales.
-Solo espero que todo salga bien o lo perderemos todo, este bastardo tiene que ser de mucha ayuda, si descubre que no es su hijo no tendrás nada -le menciona Román separándose después de haber culminado la faena en qué se encontraban.
-No te preocupes, que en cuanto nazca esperaremos unos meses más y me divorcio, tendrá que darme la mitad de todo lo que tiene y le dejo a este niño para que lo mantenga -contesta Claribel sentándose en la cama y cubriendo su desnudez, -sabes que nunca he querido ser madre y tú nunca has querido ser padre, así que este niño nos va a dar una buena ganancia por su vida. Ahora vete que necesito descansar, mañana me caso y no quiero llegar con ojeras a mi boda -declara Claribel señalando la puerta de la habitación para que su amante salga por ella.
Todo estaba listo para la gran celebración de una boda en dónde una novia feliz se casaba con una sonrisa en sus labios, mientras el novio, con la mirada sombría que más que felicidad, mostraba arrepentimiento de casarse, en un rincón una mujer hermosa refleja una tristeza que apenas puede disimular.
-Señorita Claribel González¿acepta usted por esposo al señor Marcus Santiz en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separé? -preguntaba el oficial de la ceremonia
-Si acepto -contesta está con una gran sonrisa.
-Señor Marcus Santiz, ¿acepta por esposa a la señorita Claribel González para amarla y reportarla el resto de su vida? -le tocaba el turno a Marcus de contestar y se hizo un silencio ante todos los presentes.
-¿Cariño? Te están preguntando -susurra Claribel nerviosa al no obtener respuesta y Marcus la queda viendo.
-Acepto -contesta cerrando los ojos y buscando alguna mirada dentro de los invitados mientras Claribel sonríe y le da un beso en la mejilla.
-Si no hay nadie quien se oponga a este matrimonio, con el poder que me confiere el estado de Washington los declaro marido y mujer, puede besar a la novia -declara el oficial de la ceremonia, Claribel emocionada se voltea a ver a su ahora esposo esperando el tan anhelado beso, Marcus reacciona y deja un beso en la frente y un pequeño beso sin sentimientos en la boca de su ahora esposa.
-Vámonos de aquí, ya no quiero estar ni un segundo -le menciona Avy a Kelly tomando su bolso y parándose de la mesa donde estaban sentadas.
-Hija, ¿a dónde vas? ¿No piensas felicitar a Marcus? Recuerda que es tu amigo -menciona su madre al verla que ya está a punto de salir de ese lugar.
-Claro madre, voy a felicitarlo ahora mismo y después me voy, tengo cosas que hacer -le contesta viendo a su amiga que está con una sonrisita.
Juntas caminan hasta llegar donde todos están felicitando a la pareja de recién casados.
-Muchas felicidades, Marcus, deseo que sean muy felices -declara Avy abrazando a Marcus y este levanta la mirada de Avy.
-Parece que estuviste llorando -le menciona y Claribel se da cuenta de las miradas que ambos se han dado.
-Mi amor, estoy cansada, hay que sentarnos, tu hijo debe descansar -menciona tomando del brazo a Marcus -gracias por venir a nuestra boda, espero que seamos amigas y nos llevemos bien -espeta hacia Avy viéndola de arriba abajo.
-Felicidades a los dos, claro que podemos ser amigas, lo que no sé si a ti te gusta mi estilo de vida, no todas mis amigas les gusta como soy -contesta Avy de igual manera viéndola y retándola con la mirada.
-Avy, querida. Me da gusto que hayas venido, no me dijo tu mamá que ya estabas en la ciudad -le habla la señora Santiz dándole un abrazo a Avy y otro a Kelly.
-Llegue hace unos días madrina y como no me iba a perder la boda de Marcus si es como un hermano para mí -menciona mientras por dentro siente que se desgarra por el dolor, pero no lo demuestra.
-Qué bueno, hija, por ahí supe que estás por lanzar tu nueva colección, ya quiero verla para comprar un juego que vaya acorde al vestido que acabo de comprar -emocionada su madrina elogia lo que Avy hace en su empresa.
-Claro madrina, aunque si gusta puedo hacerle uno exclusivo solo para usted -le contesta con la misma emoción y en ese momento olvidó un poco su tristeza.
-¿Así qué diseñas? A lo mejor yo podría ser una de tus modelos exclusivas, me pondré en contacto con mi representante para concretar una cita contigo y ponernos de acuerdo -le habla Claribel dando por sentado que podrá modelar las joyas diseñadas por Avy Wong.
-Primero tendré que consultarlo con mi socio, él ya maneja una agencia quien en conjunto nos dan la oportunidad de mostrar al mundo nuestros diseños, espera mi llamada y te daré una respuesta -contesta educadamente, mientras Marcus las queda viendo.
-Avy, tenemos que irnos, la reunión de esta tarde no puede esperar -menciona Kelly sacando del momento incómodo a Avy.
-¿Cómo que te vas? Pensé que te quedarías un rato más en la fiesta -le habla su madrina con una cara de tristeza.
-Madrina, esta reunión, ya estaba acordada y es la única oportunidad que tenemos para hablar con estas personas, lo siento. Felicidades a los dos, que sean felices por siempre -menciona y se despide de su madrina con un abrazo y un beso, mientras para la pareja solo asiente con la cabeza.
Pasa a despedirse de sus papás y su hermano, quienes se quedan sorprendidos por la repentina salida de su hija y hermana.
-¿Por qué siento que a mi hija le pasa algo? En su mirada hay una gran tristeza, quisiera saber qué le pasa a mi hermosa hija -declara la señora Wong acariciando la mano de su esposo.
-Madre, yo también lo he notado, ha estado así desde hace unos días que regresó a la ciudad y se enteró de que nuestro amigo se casaba -menciona Eliezer, viendo hacia la salida y perdiendo de vista a su hermana.