Llegamos al club, él toma mi mano, pero me suelto.
-Es muy pronto -digo.
-Eres mi mujer -comenta.
-No soy tu mujer -contraataco.
Entramos al club, ya estaba la fiesta en su plenitud, principalmente en la mesa de nuestros amigos.
-Eileen Evans -grita Andrea-. Estás preciosa.
Le sonrío.
Saludo a Keira, a Aiden y a Dylan.
Liam va a la barra y me trae un whisky. Ni siquiera me pregunta qué es lo que quiero tomar.
-Otra de las mías -dice Dylan.
No sé a que se refiere, pero le sonrío.
-Liam cariño -se acerca una chica a nosotros, es de esas a las que yo les llamo no común. Le planta un beso en la cara a Liam, un poco más y es en la boca.
Todos se quedan en silencio en la mesa y yo me siento la mayor estúpida de la tierra.
Solo una vez lo miro, así como él me mira cuando está molesto. Liam la toma de la muñeca hasta la barra.
Todos siguen en silencio.
-No pasa nada. Ustedes ya conocen a Liam -expreso en alta voz.
Me pongo a bailar con las chicas, tratando de olvidarme de lo que sucedió antes, ya Liam se acerca a nosotros. No estoy de humor.
-Ei -me llama Jack a mi espalda. Lo abrazo-. Estás hermosa.
Vuelvo ser el centro de atención en la mesa. Andrea y Keira simulan una sonrisa, Dylan y Aiden observan a Liam, quién estaba furioso.
-Jack ellos son Keira y Andrea mis amigas -le presento a los de la mesa-. Él es Aiden el esposo de Keira, él es Dylan un amigo y él es Liam, un conocido.
Te estoy dando a probar unas goticas de tu propio veneno.
-Chicos él es mi novio -Liam descarga toda su furia sobre el vaso de whisky, apretándolo con toda su fuerza.
Lo mejor será qué me vaya de aquí.
Salgo a caminar con Jack, fuera del club.
-Lo pensé y no te gustan los clubes, así que no quería obligarte a estar donde no te gusta -le digo.
-Ei nunca me habías presentado a tu amigos. Pensé que yo era el único -comenta.
-Discúlpame Jack -respondo mientras nos sentamos en un parque-. No había tenido tiempo.
-¿Por qué ese hombre te miraba molesto? -pregunta difícil de responder-. Liam ¿no?. Creo que se llamaba así.
-Porque él es un tipo así, con un humor de perros -contesto lo primero que se me ocurre-. No le cae bien nadie.
-¿Estás bien? -otra pregunta más-. No hemos hablado más después de lo que pasó ayer.
-De hecho Jack -no sé como decirle-, necesito hablar contigo.
Noto su cara de preocupación y es que no lo amo como hombre, pero lo quiero muchísimo, él es mi amigo, no quiero hacerle daño.
-Olvídalo -le digo y lo beso-. Llévame a casa.
Jack un poco confundido me lleva a casa.
-¿Quieres que me quede contigo?-pregunta.
-Estoy cansada Jack -respondo y me despido-. Mejor mañana.
No tengo el valor de dejarlo, no tengo el valor de hacerlo sufrir. Me va a odiar.
Entro a la casa, con el asombro de mi abuela.
-Ei que guapa -comenta mi abuela acompañada de un cálido abrazo.
Le sonrío.
-¿Por qué siento que te sucede algo? -dice preocupada.
-Porque eres mi abuela -respondo-, me conoces. Pero no te preocupes, es problema emocional. Cuando esté preparada te cuento.
-Está bien mi niña, no voy a presionarte.
Entro a mi habitación y ahí estaba Liam.
-¿Qué coño haces ahí Liam? -le grito-. Me tienes cansada.
-¿Qué coño fue ese numerito en el club? -está cabreado y me alegro-. Te dije que tenías tres días para dejarlo. Espero que lo hayas hecho ya.
Me siento en la cama para quitarme los zapatos.
-No -él cierra su mano en un puño-. No lo voy a dejar.
-No juegues conmigo Eileen -me amenaza y asusta.
-Y tú si puedes jugar conmigo -le grito, estoy tan enojada como él-. Tú si puedes coquetear con la primera mujer que se te sitúe delante. No voy a hacer más el papel de estúpida contigo.
-Ella no significa nada ¡joder!. Ninguna significa nada. Tu sí.
-¿En serio? -digo irónica-. Pues no lo parece carajo.
Él se acerca a mí para besarme, pero me quito.
-Vete Liam -me quito el vestido y me acuesto en la cama-. No quiero hablar contigo.
-No pienso irme de aquí -responde serio.
-Voy a dormir -contesto de mejor manera-, así que márchate.
Liam estuvo en mi cuarto hasta que me quedé dormida. Me levanto en la mañana y no tenía bragas.
¡Buena estrategia!
Me levanto en la mañana y después de mi matutino diario de una ducha y mi desayuno con mi abuela, salgo para el trabajo.
Luego del interrogatorio de Andrea, llega Keira y vuelvo a hacer el mismo cuento.
-Eileen -dice Keira-. Aiden era así y tal vez peor, y yo aunque pasaba momentos malos, como el que tu tuviste ayer, solo recordaba los buenos, los buenos solo eran sexo. Se enamoró como tonto de mí y tuve suerte, pero la historia iba a ser diferente. Por favor, cuídate. Liam no es un mal hombre, es buenísimo pero como amigo y padrino también -sonríe.
-La parte buena -continúa-, es que primera vez en la vida que lo veo así. Estuve hablando con Aiden, que es su amigo desde pequeño y tampoco había observado ese comportamiento con una mujer.
-Si a ti te gusta -dice-, que sé que te gusta, adelante, pero llévale la contraria a veces, eso los vuelve loco.
-Habló la experta en hombres -dice Andrea con una sonrisa-. Yo siempre voy a optar por la libertad, por el sexo sin compromiso, ya con eso os digo todo. Además Ei, estás ilusionando a ese chico, Jack, no lo amas.
Keira se marcha, invitándome a una fiesta que se celebrará en cuatro días en su casa.
El día pasó, no hubieron muchos clientes en el gastropub, algo que agradecí infinitamente al de arriba. Después de despedirme de mis compañeros me fui a casa.
Los próximos dos días fue la misma rutina, trabajo-casa , no volví a ver a Liam y con Jack cené dos veces y acabé durmiendo anoche con él.
Créanme que he pensado en mi vida, en lo correcto o lo que quiero, no hay manera de cumplir con ambos parámetros, si hago lo correcto no va a ser lo que quiero.
Como otro día, la misma rutina matutina.
-Ei -llama mi atención Andrea, estaba tan distraída en mis pensamientos que no la saludé
-Buenos días -la saludo con un beso-. Estaba distraída.
-¿Qué sucede? -pregunta Andrea con cara de lástima.
-Nunca me había confundido tanto sabes -tomo el delantal-. Estoy entre hacer lo correcto o lo que quiero, claro está que lo que quiero no sería correcto.
Andrea ríe.
-¿Por qué te resulta tan complicado decidir? -inquiere Andrea.
La campana de la entrada del gastropub suena, y llegan los primeros clientes. Andrea los atiende.
-¿Sabes cuánto tiempo tenemos de vida? -pregunta y yo niego con la cabeza.
-Nadie lo sabe. Vive cada día, quizás uno de estos sea el último. Siempre haz lo que quieras hacer, tratando de hacer lo correcto, haras el bien para otro y no serás feliz tú, aunque eso te suene egoísta, no es así, cada quién se preocupa por su felicidad, si tú no velas por ser feliz, créeme nadie más lo va a hacer por ti.
-No es tan fácil Andrea.
Llegan nuevos clientes, Andrea entrega el pedido a la primera mesa y yo atiendo a los que acaban de llegar.
-¿Qué es lo que tú quieres? ¿A Liam?-dice bajo mi asombro- "Muévete mamasita".
Andrea y sus frases épicas. No entiendo exactamente qué me quiere decir. Así que la miro con mi cara de perdida en la palabrería que ha utilizado.
-Que tomes lo que quieres, es eso lo que quise decirte -expresa como si fuese obvio.
Yo río. No lleva ni siquiera un año siendo mi amiga, pero la verdad siento como si lo fuera. Ella es genial.
-Jack -continúa-, él es un chico increíble, es bueno, atento, te quiere -habla más fuerte en esa última frase-, pero no estás enamorada de él. Te estás haciendo daño tú al mentirle y estás jugando con él. ¿Acaso no es peor?. Estás haciéndole a él lo que no quieres que Liam te haga a ti.
-Ahora -sigue Andrea con su discurso-, te aclaro algo importante. Liam no nació para novio, marido, casamiento, etcétera. ¿Lo sabes no? -está clarísimo eso-. Liam es libre, será un caballero cuando el desee y no todo el tiempo, quizás un día dormirá contigo pero tampoco serán todas las noches, a veces te tratará como una reina, otras llevará a otras a su cama, en fin, todo lo hace cuando él quiere.
-¿Por qué lo conoces tanto? -pregunto curiosa y algo desconfiada tengo que admitirlo-. Acaso ya estuviste con él.
Las palabras salen de mi boca sin poder controlarlas.
Andrea ríe.
-Eileen Evans voy a hacerme la que nunca escuché esas palabras -contesta-. Soy una loca, que no le importa lo que digan, que vivo cada día como si fuera el último, pero de lo único que pueden estar segura de mí que no me involucro con los hombres de mis amigas, ni perdono que ellas se involucren con los míos. Si entre Liam y yo hubiese ocurrido algo, te lo hubiese contado desde el principio.
-Me gano la desconfianza -comento con una risa.
-Los conozco a ellos, Aiden, Liam y Dylan mejor que a nadie. He compartido tantos momentos con ellos en estos años que no me alcanzaría los dedos para contarlos.
-Ves como me llevo con el imbécil de Aiden -continúa-. En el fondo lo quiero, como a Liam, como a Dylan, hace algunos añitos atrás formamos una pequeña familia.
-Entiendo -contesto y damos por concluida la conversación, pues debemos atender los clientes que acaban por llegar.
El día en Upclide fue todo una locura, se puso de acuerdo medio San Francisco para visitar el local.
Después de despedirme de mis compañeros, salgo con Andrea.
-¡Oh mi Dios! -expresa Andrea con su vista hacia la derecha, lo que hace que yo busque con mi mirada lo que a ella le ha asombrado.
Liam estaba ahí. Una locura ¿no?