Sonreí con ironía. "¿Planeas golpear a tu madre?".
Lo que sea que cruzó por la mente de Samantha, eligió bajar la mano.
"¡La tía Karlee dijo que me presentará a herederos ricos! Pronto seré una persona de la alta sociedad. Me dijiste que estudiar era el único camino, pero ¿de qué sirve? Papá tenía razón: por más educada que seas, sigues siendo la sirvienta de alguien. La mejor salida es casarse con un rico y vivir como una esposa adinerada".
La arrogancia de Samantha hizo que mi corazón se hundiera.
No pude evitar preguntar: "Después de que tu papá logró tu custodia, ¿no continuaste tus estudios?".
"¿Para qué estudiar? ¿No es más divertido vivir la vida sin preocupaciones? ¿Por qué debería soportar la dificultad de aprender? Basta". Samantha agitó la mano con impaciencia. "Vine a decirte que firmes este acuerdo de separación legal. Siguiendo el consejo de mi papá, no es bueno mantener lazos contigo. Me siento culpable hacia él. Cuando me case, no pienses en venir como una pariente pobre a aprovecharte, ¿entendido? ¡Estoy en otro nivel!".
Mirando a la chica ingrata, suspiré profundamente.
En una vida pasada, ella había causado mi caída.
Pero eso ya no importaba.
Firmé el acuerdo y se lo devolví. "¿Crees que estoy dispuesta a ser tu madre?".
Ese día, Samantha se fue furiosa.
Continué con mi vida como de costumbre, solo que sin esa hija ingrata.
La vida era mucho más agradable.
En mi tiempo libre, encontré un gatito en la calle.
Me maulló y me siguió hasta casa.
No pude resistirme y la acogí, llamándola Bella.