Capítulo 8 Episodio 7

Dos días.

Dos malditos días llevaba en aquella habitación muriendo de aburrimiento y estando solo con E.C. ¿Acaso era sano que alguien estuviera encerrado en una habitación por dos días enteros y estando solo con un lobo? No, eso no debía ser sano ni para humanos ni para híbridos. Quería salir de ahí pero no sabía qué podía hacer así que solo permaneció en aquel horrible lugar solo.

- ¿Cuánto tiempo más crees que aguante?

-No lo sé, me sorprende que haya aguantado un día entero.

Connor sonrió mientras hacía picar la pelota contra el suelo y después corría hacia el aro para arrojarla y lograr encestarla ahí.

-Ese Omega va a volverse muy caprichoso si continúas así, Connor, créeme.

- ¿Y eso qué? No le veo nada de malo sinceramente. Además, no he hecho nada.

- ¿En serio? Lo echaste de tu habitación y lo mandaste a la habitación que era de Allison, la única a la que le cumplías caprichos, tanto así que logró tener una habitación para ella sola, una de las más grandes y con muchas comodidades.

-Estaba sin uso, por eso lo mandé ahí.

-Lo que digas.

Continuaron jugando básquetbol por unos minutos más y después Connor comenzó a sentir demasiado calor y una capa de sudor cubrir todo su cuerpo. Iba a darse un baño, no podía continuar así, estaba pegajoso y hasta le daba algo de asco.

-Voy a bañarme, luego tenemos que salir a hacer guardia.

-Bien, yo haré lo mismo.

Entró en la mansión y pudo ver a cierto Omega testarudo y caprichoso sentado en el sofá cambiando el canal de la televisión con algo de aburrimiento siendo esparcido por todo su rostro.

- ¿Ethan? ¿Qué haces aquí?

-Aburriéndome.

-No puedes estar aquí, Ethan.

- ¿Por qué no? Que yo sepa puedo ser libre por esta casa, ¿no es así?

-Sí, pero precisamente este lugar no es para Omegas.

Lo observó con seriedad desde su lugar mientras se pasaba una mano por la frente intentando despojarse un poco de las gotas de sudor que se encontraban por todo su rostro.

-Pero necesito entretenerme.

-Tienes un televisor enorme en la habitación siete, ¿por qué mejor no ves ahí?

-Porque se está muy solo, aquí al menos puedo ver pasar a algunas personas y ya no me siento como si estuviera en aislamiento.

-Vamos, no tienes que estar aquí, Ethan, hay demasiados Alfas.

-No me interesa, quizá alguno de ellos si quiera darme atención ya que tú no quieres.

-Vamos, Ethan.

Usó esa voz en él nuevamente. El moreno apagó la televisión y se paró de su lugar para mirar a Connor a los ojos. Su lobo se encontraba ronroneando un poco al encontrarse con el lobo de Connor.

-Vamos, te llevaré a tu habitación.

Aquello le había dolido en cierto modo, le había dicho que lo llevaría a otra habitación y Ethan realmente esperaba que le dijera que fuera con él, que volviera a su habitación porque lo extrañaba o algo por el estilo, pero Connor no mencionó nada al respecto así que él tampoco iba a sacar el tema a la luz, claro que no, no quería que Connor se diera cuenta de que estaba desesperado por volver con él, claro que no, Connor debía rogarle que volviera a la habitación.

Caminaron por el largo y extenso pasillo mientras el castaño se pasaba una pequeña toalla blanca, que tenía en sus manos, por la frente de vez en cuando para poder limpiar el sudor de alguna forma.

-Listo, vas a entrar ahí y quedarte ahí, ¿de acuerdo? Y si vas a salir que sea con Isabela o con Henry, no solo, en esta casa hay demasiados Alfas rondando como para que te des el lujo de andar por ahí como si nada.

-Lo sé, pero me aburría mucho, Connor, necesitaba salir de aquí y no tengo ni la más mínima idea de dónde están Isabela o Henry.

-Entonces supongo que vas a quedarte aquí hasta que lo sepas.

El castaño le dedicó una pequeña e inocente sonrisa con algo de maldad en ella. Se sentía algo triunfante porque creía que Ethan iba a arrojarse a sus brazos pidiendo que lo dejara volver con él. Estaba más que claro que el moreno ya no aguantaba estar en aquella habitación enorme solo, claro que no.

Ethan era muy similar a Allison. Connor comenzaba a creer que era por eso que Ethan le caía tan bien. Allison era igual de terca y caprichosa que él, solía insistir y siempre conseguía lo que quería de Connor o de cualquiera. Era demasiado demandante y le gustaba tener la atención sobre ella, justo como sucedía con Ethan. Además de todo eso, no había forma de que Allison fuera sumisa ante nadie, ni siquiera ante Connor, que era algo así como su protector.

En cambio Ethan, lo que tenía de distinto con respecto a la chica, era que él solía ser sumiso solo cuando usaba aquella voz en él y le ordenaba las cosas. Pero si Connor no lo hacía, el moreno iba a negarse a obedecerle.

-Connor.

-Dime.

-Yo... quería decirte algo.

- ¿Qué será, Ethan?

-Yo... olvidé algunas cosas en tu habitación.

- ¿Lo hiciste?

-Mmm... sí.

- ¿Qué fue lo que olvidaste exactamente?

Connor se acercó a él con una sonrisa algo malvada en su rostro mientras esperaba a que le respondiera, le parecía interesante la forma en la que Ethan buscaba que Connor lo llevara a su habitación de nuevo. Era interesante y divertido ver a Ethan de aquel modo buscando excusas.

-Yo... una camiseta.

- ¿En serio? ¿De qué color? Si me dices quizá puedo decirte si la vi o no la vi y te la puedo traer, no quiero que te esfuerces tanto y tengas que acompañarme hasta mi habitación y luego volver hasta aquí.

-Es que... no sé qué color es, es extraño. Tiene muchos colores.

- ¿En serio? He estado buscando ropa hoy, creo que no vi nada similar, sabes.

-Ya, por favor déjame volver.

El moreno miró hacia otro lado al decir aquello mientras tragaba saliva y una sonrisa triunfante tiraba de la comisura de los labios del castaño que se encontraba frente a él.

- ¿Qué es lo que acabas de decirme? Lo siento, no pude oírte bien.

-Por favor, no me hagas esto, Connor, solo, déjame volver.

-Bien, pero, ¿sucedió algo?

El tono de voz de Connor y su mirada cambiaron de un momento a otro, como si algo realmente malo acabara de suceder. Era extraño, Ethan no había entendido muy bien qué era lo que había pasado como para que el castaño cambiara tan rápido su estado de ánimo.

- ¿Eh? ¿De qué hablas Connor?

- ¿Sucedió algo mientras te encontrabas en esta habitación?

-No.

Ethan respondió cortante y sin más preámbulos. Estaba serio al igual que Connor en aquel momento, no quería que descifrara nada extraño en su rostro, lo mejor era mirarlo de aquella forma para que no pudiera decirle nada al respecto o que no supiera si estaba mintiendo o diciendo la verdad. Era Connor, seguramente iba a terminar dándose cuenta de ello.

El castaño miró hacia todos lados y después empujó a Ethan levemente hacia adentro de la habitación y entró seguido de él para cerrar la puerta con seguro detrás de ambos.

-Voy a preguntarlo una última vez más, Ethan; ¿sucedió algo mientras estuviste en esta habitación estos dos días?

-No.

Si Connor era terco y no aceptaba su respuesta negativa, iba a continuar diciéndola, no le importaba si le creía o no, esa era la respuesta de Ethan y Connor debía respetarla u oírla.

Pero se trataba de Connor Morris, claro que no iba a hacerlo, sabía que algo había sucedido y no lo iba a dejar pasar por alto, mucho menos si se trataba de Ethan. Claro que no, estaba más que seguro de que le estaba escondiendo algo y ya se imaginaba qué era.

-Bien. Acércate.

El moreno alzó una ceja y dio pasos algo torpes y tímidos hacia el chico castaño que tenía en frente. Cada vez lo sorprendía más, cuando hacía cosas como aquella, no entendía muy bien por qué, pero Connor siempre lograba descifrar qué sucedía.

Se colocó delante de él y aún lo miraba con confusión en su rostro, ¿para qué le había pedido que se acercara? ¿Qué era lo que iba a hacerle?

El castaño se agachó un poco y hundió su nariz en el cuello del moreno. Ethan pudo sentir el aire que Connor se encontraba inhalando en su desnuda piel. Se estremeció un poco y sintió su corazón latir con algo de fuerza en su pecho, parecía a punto de salirse de ahí.

- ¿Qué haces?

Connor no respondió, se quedó ahí en esa posición por unos segundos más, segundos que para Ethan parecieron horas ya que el tiempo parecía avanzar más lento para él encontrándose en aquella situación. Después de terminar de oler el cuello de Ethan, Connor se alejó de él y lo miró con el ceño fruncido.

Estaba molesto. Pudo notarlo más aún en cuanto sus ojos destellaron ese brillo tan intenso que pondría de rodillas a cualquiera que los mirara fijamente por solo unos segundos.

- ¿Qué sucede, Connor?

-Me mentiste.

- ¿Eh? ¿Yo qué?

-Que me mentiste, Ethan.

- ¿En qué?

-Lo preguntaré una vez más y prometo que si no me respondes sinceramente y con la verdad absoluta de los hechos, vas a conocer mi lado malo y no solo eso, déjame decirte que está directamente vinculado a mi lado animal, ¿de acuerdo?

El moreno, al oír aquel tono de voz del castaño no hizo más que asentir rápidamente con la cabeza, esperando la pregunta para poder responder. Connor le estaba dando miedo así que sí, iba a responder lo que sea que le preguntara con la verdad.

- ¿Sucedió algo mientras estuviste en esta habitación estos dos días, Ethan?

-Sí.

Soltó sin más, ¿para qué mentirle? Se había dado cuenta solo y ya no se lo podía continuar negando. Era Connor, ya lo sabía probablemente, estaba seguro de eso, más que seguro realmente.

-Dime, Ethan, el perfume que huelo en tu cuello, no es tuyo, soy consciente de ello, pero, ¿es de un hombre? ¿Alguien te ha venido a ver mientras yo no estaba?

-Sí y sí.

            
            

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