Capítulo 4 Uno mismo

- Hola bebé, cómo amaneció mi princesa- sus mensajes por las mañana me hacian el día, no podían faltar desde ese día, había pasado un mes ya

- Hola cariño, jajajaja, gracias a ti de muy buen humor - ahí estaba yo sonriendo como loca a la pantalla de mi celular

-¿Que harás después de clases?

- No tengo planes, por fortuna ya es viernes y puedo dejar mi tarea para mañana ¿Por?

- Iré para tu departamento, ¿te parece bien?

Vi por un momento a mi al rededor y aunque habían cosas fuera de lugar no parecía un desastre, así que accedí

- Claro que sí, me parece perfecto, te espero aquí

- Estoy cerca, te veo en 15 minutos

¿Cómo que llegaría tan rápido?... Su casa está a una hora, pensaba mientras corría de un lado a otro acomodando mi ropa, la cocina, el baño, la recamara

Ting, dong, sonó el timbre de mi departamento, di un último vistazo al departamento y todo lucía limpio y en su lugar

-Hola, ya estoy aquí, traje algunas cosas para comer

- Hola- respondí mientras me ponía de puntitas y le daba un pequeño beso en los labios -Suena a un buen plan de fin de semana, por cierto ¿cómo llegaste tan rápido?

- Estaba en casa de mi tía, fui a dejarle unas cosas que le envio mi mamá y pensé en ti

Sus palabras me hicieron sentir una calidez en mi interior, me sentía bien con él y entonces le tome de la mano mientras subíamos las escaleras

- Bienvenido a mi pequeña morada- le dije mientras entrabamos al pequeño departamento

- En realidad esto se ve mucho mejor que mi habitación y muy limpio además

- Bueno, trato de mantener el orden- dije mientras en mi mente pensaba en el desastre de ropa que había tras pasar toda la semana buscando el outfit perfecto para nuestras salidas

-Que te parece si vemos unas peliculas

- Suena a una buena idea- Iré por unos platos para lo que trajiste, frituras, palomitas, dulces y vino

- ¿Cuál es la contraseña de tu laptop?

- 1999

- El año en que naciste

- Poco original verdad

- En realidad muy práctico, no se te podría olvidar- sus dedos teclearon la contraseña y se movía entre las plataformas de internet para buscar una película de su agrado -ven siéntate a mi lado

La película ganadora fue una de acción, aunque hubiera preferido una romántica no me molestaba su elección, de hecho me gusta ese generó de películas

- Vaya, es una nueva

- Si, de hecho se estrenó este año pero aún no me había tomado el tiempo de verla

La película transcurrió conmigo gritando y emocionandome con cada escena, fue el quién se levantó a rellenar los platos de bocadillos, al terminar puso una más pero está era un poco más sugerente y intencionalmente no aparte mis ojos de la pantalla hasta una escena que era de sexo, parecía que él lo había hecho para entrar en ambiente, aunque nos habíamos dado muchos besos aún no habíamos tenido relaciones sexuales

Sus manos comenzaron a moverse sobre mis piernas, acariciaba hacia arriba y abajo por mi muslo y así siguió por unos segundos que se sintieron como horas, ya nos encontrábamos en la cama y una manta nos cubria pero ahora parecía una barrera, hábilmente sus manos se pasaron por debajo de las sábanas y dentro de mis pantalones, en ese momento sentí que llevaba demasiada ropa, quería más, sus dedos acariciaban mi clítoris, mi cabeza se recostó en el respaldo de la cama y no podía dejar de gemir, me sentía húmeda, sus dedos eran tan suaves con sus movimientos, de repente introdujo un dedo, metía y sacaba mientras su pulgar seguía acariciando mi zona mas sensible.

Sus labios se posaron en mi cuello besando, mi piel estaba tan caliente a su contacto, sentía como todo mi cuerpo respondía a él, era lo más electrizante que había sentido nunca, mis manos se movieron por inercia y lo empecé a desvestir quitándole la playera y desabrochando sus pantalones, en ese momento yo ya no tenía pantalones ni ropa interior sus labios me seguían besando pero está vez succionaban mis pezones, yo lo veía desde mí posición y sus ojos eran lo más hermoso que había visto tan llenos de brillo, tan llenos de pasión.

- Alec... Oh, Alec- susurra su nombre con mis gemidos

Podía sentir su erección dentro de su ropa interior, pero parecía que no tenía prisa, parecía querer más de mí y eso me gustó, mis manos se movieron al mismo ritmo que las suyas en su miembro, quería que sintiera lo mismo que yo, quería complacerlo

- No tan rápido...- me susurró con su respiración irregular

Su mano seguía en mi zona íntima y estaba tan mojada que se escuchaba el sonido que hacían sus dedos al entrar y salir, el me besaba los pechos y succionaba y yo le besaba su cuello y el lóbulo de su oreja, una mano en su miembro , nuestras manos libres entrelazadas, se sentía como el paraíso, en un segundo ambos liberamos nuestras manos, coloque las mías en su espalda y él las suyas sobre mi cabeza, su pelvis se movió cerca de la mía y se introdujo en mí, quería que esto fuera eterno, la sincronía de nuestros movimientos era perfecta y la delicadeza con la que me tocaba y me penetraban me hacia sentir segura de mi misma, despues de un largo rato entre gemidos y esa sincronía ambos llegamos a un punto de éxtasis y terminó.

Nuestras respiraciones eran rápidas mi boca había quedado seca, mi cuerpo entero temblaba por lo que acababa de pasar, enrosque mis piernas a su al rededor y mis labios se posaron en su frente

- Te amo- Le susurré

- Y yo a ti- me respondió con una sonrisa complacida

Intenté levantarme, pero no pude, él se dió cuenta

- ¿Tan agotada te dejé?- Tenía una sonrisa que le llegaba a los ojos satisfecho de si mismo

- En realidad, no estoy... Cómo te digo...- Mi rostro se sentía muy caliente, podía decir que estaba roja aún sin haberme visto

- Ven te ayudo- como si estuviera solo, se levantó sin una pizca de pudor y también sin una prenda, rodeo la cama y llegó a mi lado

- En realidad, creo que puedo sola- quería impedir que supiera lo que me pasaba

- No te avergüences, ya ví todo lo que tenía que ver, así que...- ya me había levantado tirando de mis brazos y sus palabras no terminaron de salir, solo me acercó más a su cuerpo intentando sostener mi peso - Era tu primera vez

Trate de esconder mi rostro en su pecho, pero el me tomó de la barbilla y me dió un profundo beso, sus brazos rodearon mi cintura y me cargó para volver a ponerme sobre la cama

- Dime qué no fui muy brusco, por favor- decía mientras ponía su frente contra la mía

- No lo fuiste, de haberlo sido te lo diría- le respondí mientras mis manos acariciaban sus mejillas

- ¿Por qué no me lo dijiste?

- Creí que no era importante

- Claro que lo es, habría ido más lento

- Yo en realidad quería más- dije mientras me sonrojaba

- Así que quieres más- su sonrisa ladeada no podía faltar y me hizo sentir avergonzada, solo pude evitar su mirada pero el me tomó nuevamente de la barbilla, y entonces me dió un beso más suave que ningún otro y la pasión se volvió dulzura, nuestros cuerpos pedían a gritos unirse de nuevo y él me trató con mayor delicadeza que antes.

            
            

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