Rubí - Miedo y Culpa
img img Rubí - Miedo y Culpa img Capítulo 5 Infierno
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Capítulo 8 Infiel img
Capítulo 9 Mentiroso img
Capítulo 10 Libertad o muerte img
Capítulo 11 Alta tención img
Capítulo 12 Atrapada img
Capítulo 13 Bajo arresto img
Capítulo 14 Deuda de sangre. img
Capítulo 15 Posesión img
Capítulo 16 Fuertes revelaciones. img
Capítulo 17 Salvada img
Capítulo 18 Te quedas aquí img
Capítulo 19 Propuesta img
Capítulo 20 Sin razones para vivir img
Capítulo 21 Memorias pasadas img
Capítulo 22 Intromisión img
Capítulo 23 Sentimientos reprimidos img
Capítulo 24 Lágrimas del alma img
Capítulo 25 Primo img
Capítulo 26 Cupido img
Capítulo 27 Inoportuno img
Capítulo 28 Amenaza telefónica img
Capítulo 29 Ataque de pánico img
Capítulo 30 Noches largas img
Capítulo 31 Bufón img
Capítulo 32 Planes definitivos img
Capítulo 33 Bajos instintos img
Capítulo 34 Ceder al placer img
Capítulo 35 Atentado img
Capítulo 36 Te lo advertí img
Capítulo 37 Misma ilusión img
Capítulo 38 Bomba img
Capítulo 39 Justo en el blanco img
Capítulo 40 Esto es guerra img
Capítulo 41 Un mes más img
Capítulo 42 Agradable compañía img
Capítulo 43 No puedo... ni debo img
Capítulo 44 Descubierta img
Capítulo 45 Infiltrado img
Capítulo 46 Sensaciones extrañas img
Capítulo 47 Indignante img
Capítulo 48 Heridas en el alma img
Capítulo 49 Alta tensión img
Capítulo 50 Mal momento img
Capítulo 51 Crueles verdades img
Capítulo 52 Si le temo img
Capítulo 53 Intervención nocturna img
Capítulo 54 Más que un sueño img
Capítulo 55 Susto de muerte img
Capítulo 56 Voluntariamente- Obligatorio img
Capítulo 57 La palabra con M img
Capítulo 58 Avergonzado img
Capítulo 59 Atesorando momentos img
Capítulo 60 Noche especial img
Capítulo 61 Pastelillo img
Capítulo 62 Rechazado img
Capítulo 63 Infiltrados img
Capítulo 64 Miradas necesitadas img
Capítulo 65 Son para mí img
Capítulo 66 Caricia al corazón img
Capítulo 67 No hay culpa, no hay arrepentimiento img
Capítulo 68 Jugueteo img
Capítulo 69 Traviesa img
Capítulo 70 Hay algo más img
Capítulo 71 Emociones intensas img
Capítulo 72 Traumas img
Capítulo 73 Sábanas de sangre img
Capítulo 74 Superarlo y continuar img
Capítulo 75 Hombre de una sola mujer img
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Capítulo 5 Infierno

La mujer esta sumamente aterrada y nerviosa, aún con la mirada baja puedo notar como sus piernas tiemblan ligeramente, ella empieza a hablar con tartamudeos su voz se entre corta por el miedo.

- Señor... yo... no sabía que ella, era su esposa... pensé que era una dama de compañía como yo

- ¿¡Dama!? Por favor, como puedes comparar a una prostituta como tú con mi esposa que ella si es una dama...- bueno... considerando la manera en que me hace vestir y el trato que me da ante los demás hombres cualquier desconocido lo pensaría, el valor de las prendas que llevamos puestas es lo único que hace la diferencia.– Llévenla a la cabaña enséñenla a respetar...

Levanto la cabeza rápidamente y mi mirada se topa con los ojos asustados de la chica, dos hombres llegan a tomarla de los brazos y arrastrarla entre la oscuridad del jardín a aquella bodega alejada de la casa principal.

- ¡No por favor! ¡Perdóneme! ¡Yo no sabía que ella era su mujer! ¡Lo lamento! ¡Perdón!

Esos gritos llenos de pánico y agonía se clavan en mi interior, lastimando mis oídos causándome una ansiedad creciente y un repentino aumento en mi ritmo cardíaco.

- Armando por favor, déjala ir.– Lo tomo del brazo al ver que él esta a punto de regresar a la fiesta como si nada hubiera pasado.

- No, ella tiene que aprender su lección, sabes que la falta de respeto es imperdonable para mí.

- Lo sé, pero ella no sabía que era tu esposa, solo... – él pone su dedo índice sobre mis labios para hacerme callar.

- ¿Qué pasa contigo? Normalmente eres muy obediente y callada, pero ahora me estás cuestionando... ¿Desde cuándo cuestionas mis decisiones?

Abro mucho los ojos y trago saliva lentamente, su voz baja y amenazante no es buena, una señal de alerta recorre mi cuerpo como la electricidad misma, dejo de sostener su brazo que hasta este momento me doy cuenta de que estaba apretando con fuerza, agacho la cabeza y junto mis manos al frente al nivel de mi vientre.

- Lo lamento... es solo que... tú sabes que no soy fuerte para ver esas cosas...

- No verás nada tranquila... ve a darte un baño, la fiesta está a punto de terminar, pero nosotros la seguiremos en la habitación.

No digo ni una palabra más, me voy tan rápido como mis tacones le permiten a mis piernas andar, al entrar a la casa me quito los zapatos para poder correr y subir las escaleras más rápido rumbo a la habitación.

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Me di un largo baño de burbujas que para nada logró relajarme... estoy acostada en la cama con la sábana tapando mi cuerpo completamente, mi corazón late acelerado, me siento nerviosa y ansiosa, aún puedo recordar a la perfección los gritos de la chica mientras se la llevaban, lo peor de todo es que no es la primera vez que escuchaba gritos de ese tipo, de personas que las llevaban a ese mismo lugar... los pasos de Armando acercándose a la habitación me ponen aún más nerviosa.

El sonido de la puerta abriéndose no se hizo esperar, después el ruido de sus zapatos siendo arrojados en diferentes direcciones de la habitación, siento a la perfección como la cama se hunde a mi lado, mi cuerpo se pone rígido tentándose al instante, el corazón en mi pecho late desesperado, de repente siento el calor de la mano de Armando paseando por el arco de mi cintura y cadera.

Cierro los ojos con fuerza lo peor esta por venir, él me da vuelta haciéndome quedar boca arriba para después subirse encima de mí, empieza a besarme de una manera tan descontrolada y enloquecida que me asusta, sus besos saben a tabaco y a una mezcla fuerte de alcohol que me repugna, mientras me besa y muerde mis labios con rudeza, pasea sus manos por mi cuerpo presionando mi piel como siquiera arrancarla de mis huesos.

Me muerde con fuerza causando que me queje del dolor, él se levanta de la cama y con movimientos rápidos y torpes se deshace de toda su ropa hasta quedar completamente desnudo, su miembro ya está levantando y firme.

- Levántate y quítate la ropa.

Hago lo que me ordena, me paro frente a él bajando la cabeza al suelo, a él no le gusta que lo mire a la cara, que nuestros ojos se encuentren cuando va a tomarme, empiezo a deshacerme de mis prendas, él me mira ansioso, como un animal salvaje hambriento, en cuanto quedo en total desnudez frente a él, me toma en sus brazos acercándome con fuerza a su cuerpo y de nuevo besándome de esa manera perdida y enloquecida metiendo su lengua en mi boca.

Me hace caer en la cama con él encima de mí, su cuerpo es tan pesado que siento que me asfixia y lastimaba las costillas, se levanta ligeramente abriendo mis piernas para después empezar a penetrarme como un salvaje, sus movimientos son bruscos y fuertes causándome dolor e irritación con cada embestida, no estaba preparada para esto, nunca lo estaría.

Él está ahogado en su propia lujuria incapaz de ver que me lastima como siempre o simplemente no le importa, yo solo quiero que termine rápido, tener relaciones es una completa tortura siempre.

- Te extrañé tanto mi amor, mi Renata, hoy tengo ganas de hacerlo por detrás también.

- ¿¡Qué?! Espera el lubricante se terminó y yo no...

Mis ojos se abren de par en par y mi cuerpo comienza a temblar, pero a él poco le importa lo que dijera o quería, sin dejarme terminar de hablar se levanta y me da vuelta poniéndome boca abajo, en ese momento entro en pánico, me giro intentando verlo para decirle que no lo hiciera, pero él pone su mano en mi nuca presionándome con fuerza a la cama impidiendo que me mueva.

De un movimiento brusco entra de nuevo en mi interior causándome un dolor extremadamente fuerte, grito de una manera tan desgarradora que parece excitarlo a un más, ya que comienza a penetrante más profundo y con más fuerza, deja caer todo su cuerpo sobre el mío y me tapa la boca para sofocar mis gritos, yo en verdad estoy sufriendo, mis lágrimas corren por mis mejillas atravesando sus dedos largos en mi rostro para después caer sobre la cama.

Empieza a morder mis hombros con fuerza mientras jadea excitado y toma grandes bocanadas de aire, para después arrojarme su aliento pestilente al lado del rostro.

El dolor es agudo, desgarrador, incomparable con las demás ocasiones, los segundos me parecen eternos, en este momento, me pongo a pensar, en este momento más que nunca que no quiero esta vida, no más, no quiero seguir al lado de este hombre, total, yo ya no tengo nada en la vida, nada que fuera mi ancla para aferrarme a vivir, prefería morir que seguir viviendo en este infierno.

            
            

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