Obligada a casarme con el CEO infiel
img img Obligada a casarme con el CEO infiel img Capítulo 1 La llama del primer amor
1
Capítulo 6 Una sabia y dolorosa decisión img
Capítulo 7 Un futuro compromiso img
Capítulo 8 Una increíble propuesta img
Capítulo 9 Serias amenazas img
Capítulo 10 Despedida de soltero, frustrada img
Capítulo 11 Inevitable atracción img
Capítulo 12 Adiós amor img
Capítulo 13 Hermanas rivales img
Capítulo 14 Sentimientos a flor de piel img
Capítulo 15 La boda img
Capítulo 16 El ramo de la novia img
Capítulo 17 Sensaciones extrañas img
Capítulo 18 Fuego y decepción img
Capítulo 19 Bésame img
Capítulo 20 Feliz regreso a casa img
Capítulo 21 Mi esposa y nada más img
Capítulo 22 ¡Felices veinte! img
Capítulo 23 Me es infiel img
Capítulo 24 Una vieja amiga img
Capítulo 25 Quiero el divorcio img
Capítulo 26 No voy a dejarte ir img
Capítulo 27 Besos que dejan huellas img
Capítulo 28 Entre celos y deseos img
Capítulo 29 Fatal accidente img
Capítulo 30 Noticias que te dejan sin aliento img
Capítulo 31 Un caos irremediable img
Capítulo 32 ¡Estás aquí! img
Capítulo 33 Pequeñas señales img
Capítulo 34 Sentimientos correspondidos img
Capítulo 35 Quédate conmigo img
Capítulo 36 Perdiendo su atención img
Capítulo 37 Los planes de Irina img
Capítulo 38 Recuperando la memoria img
Capítulo 39 Un laberinto sin salidas img
Capítulo 40 Enfrentar su castigo img
Capítulo 41 Final feliz img
Capítulo 42 Epílogo img
img
  /  1
img
img

Obligada a casarme con el CEO infiel

Escritora Rouss
img img

Capítulo 1 La llama del primer amor

Capítulo 1

La llama del primer amor

Se hacen las 6:23 de la mañana, como todos los días Elha tenía que cumplir con sus obligaciones.

Abrió sus ojos al sentir los primeros rayos de sol colarse por la ventanilla de su pequeña habitación. Estiró sus brazos y bostezó al mismo tiempo que se sentaba en su cama mirando fijamente el reloj, faltaba poco para que viniera Eva a tumbarle la puerta y resitarle la misma cantaleta de todas los días.

Bufó con desgana, sin ánimos de levantarse de su cama. Su cuerpo dolía debido al ajetreo del día anterior y quiso quedarse a dormir un poco más, pero era imposible, el peso de ser la primogénita de los Brucelli caía sobre sus hombros impidiéndole llevar una vida tranquila y normal.

La noche anterior no pudo conciliar el sueño gracias a que se mantuvo soñando despierta con Adrian; el chico con el que mantiene una relación amorosa a escondidas de todos por miedo al rechazo de sus padres ante la evidente diferencia de clases sociales.

-Joven Elha -Eva golpea la puerta con fuerza, siempre a una hora puntual- El profesor de música acaba de llegar, lo hice pasar al salón para que fuera preparando sus instrumentos mientras espera por usted. Mi niña debe llegar a tiempo, ya que en dos horas es su clase de idiomas.

La muchacha recibía educación dentro de la villa, a sus casi 19 años podía contar con los dedos de una sola mano, las veces que había salido de su casa.

-En seguida bajo, Nanis. Gracias -contesta con una sonrisa enorme en su rostro, lo que atrajo la atención de la anciana–.

Eva; el ama de llaves y nana de Elha desde hace 17 años, se adentró a la habitación y observó atenta los movimientos de la chica, se dio cuenta de que desde hace un tiempo ha adoptado un comportamiento distinto, se preocupa mucho por su apariencia, usa perfume, combina su vestuario y hasta se maquilla.

Cosa que en el pasado jamás le importó, ya que a duras penas se vestía con los andrajos que tiraba Anhia; su hermana menor.

"Esto se debe a una sola cosa -pensó la anciana, la que jamás pasaba por alto un solo detalle-, mi niña Elha se está enamorando o ya anda en plan de conquista".

Aprovechó para peinar el cabello de la muchacha y ayudarla a colocarse ese hermoso vestido color lila, señido al cuerpo que le quedaba hermoso.

-Te ve preciosa, mi niña -comentó con amabilidad y dejó un beso en su frente, antes de salir de la habitación-

-Gracias Nanis -Elha gritó con emoción-.

...

En el salón de música la esperaba Adrian, impaciente por tenerla entre sus brazos y volver a besar sus apetitosos labios.

Al verla cruzar la puerta se quedó atónito con tan despampanante belleza, esos hermosos ojos azules y cabellera negra azabache que lo cautivó desde el primer día en que la vio.

Siendo él algunos años mayor trató de abstenerse a la tentación que ella representaba, pero cayó rendido en el hechizo de su rostro angelical y su cuerpo de Diosa que lo mantenía embobado.

-No dejé de pensar en ti ni por un segundo -le habla el joven caucásico de metro ochenta y porte delgado.

Ella coloca el seguro a la puerta y corre a sus brazos, mientras que él la recibe gustosamente y planta un beso gentil en sus labios, mismo beso que se va intensificando, haciendo de ese momento, un encuentro mucho más acalorado.

-Para, para, aquí no. Nos pueden ver -Elha habla sobre los labios de Adrian y él sonríe fascinado de escuchar su voz entre cortada y esos pequeños jadeos que le aseguran que ella lo desea tanto como él-.

-No nos vieron ayer, posiblemente hoy tampoco -responde el muchacho con picardía y vuelve a besarla-. ¿No has escuchado que lo prohibido se vuelve tentador?

Adrian sonríe y la recuesta sobre el piano, Anhelando tanto besarla entera y adentrarse en ella como el día anterior, donde le regaló su primera vez y fue algo realmente maravilloso y placentero para los dos.

-Quisieras tú contar con la misma suerte, pero no. Vamos, que si no escuchan sonar ese piano ahora mismo van a entrar y nos verán así.

Dicho esto se ponen en marcha, mientras ella tocaba el piano con una destreza inigualable, Adrián con sutileza deslizaba su mano entre sus muslos, llegando a su intimidad donde ejerce pequeños movimientos circulares.

Poco tiempo después la sentó a horcajadas sobre él y comenzó a besarla desenfrenadamente. Elha; deseosa de conocer más acerca de esas sensaciones nuevas en su interior, se dejó llevar por el momento colocando sus brazos alrededor de su cuello y disfrutando de lo que era el verdadero placer con los ojos cerrados.

Ninguno de los dos se percató cuando las puertas del salón se abrieron, solo el sonido de la llave al estrellarse contra el piso de mármol interrumpió el acto de amor puro que se desataba en todo el lugar.

La chica se levanta avergonzada y acomoda su vestido, mientras que el profesor de música se da la vuelta y se sube la cremallera de su pantalón.

La profunda mirada de decepción en el rostro de Eva entristeció el corazón de la muchacha que ahora lloraba y le suplicaba a su nana que guardara silencio.

La clase de Francés estaba a media hora de comenzar, Eva mandó a la chica a su habitación, ordenándole que se diera un baño y se colocara un vestido más apropiado. Despachó al profesor de música y se encargó de limpiar el lugar.

Elha siempre fue una chica de su casa, buena estudiante, con una excelente reputación y conducta intachable. Habilidades únicas en música, arte, historia, matemáticas y todo lo referente a sus estudios, en resumen es el ratón de biblioteca de la familia Brucelli.

Sabía que si su padre se enterase de la aventura que está teniendo con ese muchacho de clase media, posiblemente la desherede y la mande a estudiar al extranjero, o quizás se deshaga de ella, como lo hizo con su madre biológica y eso la llenaba de miedos.

Estando en su habitación, cae en cuentas de lo estúpido que fue contar con que todas las veces estaría totalmente a solas con Adrián y comenzó a llorar. Ahora el sentimiento de culpa y terror la invadía por completo.

-Mi niña Elha, he preparado un té para usted -Eva le hace entrega de una taza de porcelana-. Debe tomarlo junto a esta píldora ahora mismo. Dese prisa antes de que suba Lissa con el vestido que debe usar para el almuerzo. Nadie puede saber que está tomando esto o nos meteremos en problemas.

-¿Qué es esto? -preguntó Elha con curiosidad- Yo me siento bien, no es necesario que...

-Ay, pero usted si es mucha boba, ¿No? ¿No se da cuenta de que eso es un té abortivo y una pastilla de emergencia? Lo que acabo de ver allá abajo no puede repetirse, ¿Entendido?. Sabe las consecuencias que eso conlleva y si don Ricardo se entera de lo que pasó allí, arderá Troya. Así que tómese eso hasta el fondo y mantenga distancia con ese muchacho.

La chica obedeció, tomó el té en su totalidad a pesar de que estaba casi hirviendo y le quemó hasta la tráquea. Sabía que Eva tenía razón, ella solo pensó en experimentar, pero no se preocupó por las consecuencias que sus actos traerían, de no haber aparecido Eva, seguramente un nuevo ser se estaría formando en sus entrañas.

Se hacen las 11:30 de la mañana, Elha se encontraba en medio de su clase de francés, mientras que Eva estaba al pendiente de ella y a cada rato iba a echarle un merecido vistazo.

La chica se distrajo tanto con su profesor de idiomas que no se dio cuenta de que su padre recién estaba llegando a Villa Esperanza.

Bruno; el mayordomo, interrumpe para darle aviso de que debe prepararse para almorzar con su padre.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022