135 (Luna de escarcha)
img img 135 (Luna de escarcha) img Capítulo 2 Hablemos
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Capítulo 6 Una prisionera img
Capítulo 7 Fuera de lugar img
Capítulo 8 La mujer img
Capítulo 9 Leo img
Capítulo 10 ¿Quieres esto, amor img
Capítulo 11 Él la llamaba su compañera img
Capítulo 12 No tenemos nada de qué hablar img
Capítulo 13 No me rendiré img
Capítulo 14 Una lenta y deliciosa tortura. img
Capítulo 15 ESPECIAL DE NAVIDAD img
Capítulo 16 ¿Quieres apostar príncipe encantado img
Capítulo 17 Mejor que nunca img
Capítulo 18 ¡Maldita mujer! img
Capítulo 19 Mía img
Capítulo 20 ¡Suéltame! img
Capítulo 21 ¿Dónde está él img
Capítulo 22 ¿Vas a ayudarme con mi compañera img
Capítulo 23 No iba a renunciar nunca a ella img
Capítulo 24 Matar, hacer daño... img
Capítulo 25 ¡Estás embarazada! img
Capítulo 26 Yo te acompaño... img
Capítulo 27 Yo también te amo, a ti y a nuestro cachorro. img
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Capítulo 2 Hablemos

Y como lo había pensado pasó.

Valentina la había llamado por la mañana histérica diciendo una sarta de cosas que realmente fueron ignoradas por Callista quien había dejado el teléfono en altavoz mientras se duchaba, solo había alcanzado a escuchar que iría a su casa.

Al llegar su hermana Callista se había sentado en el mueble mirándola caminar de un lado al otro casi absorta a su presencia.

- ¡¿Me comprometiste con un cambiaformas?!

Callista contuvo una risa burlona mordiendo el interior de su mejilla.

- ¡¿Yo?! Por el contrario hermanita, yo trate de que no aceptara esa locura de Theo pero conoces mi personalidad encantadora y lamento decirte que lo atraje aún más.

Valentina la fulminó con la mirada queriendo echarle las manos al cuello y ahorcarla.

- ¡Voy a matarte!

La menor entornó los ojos, fastidiada.

-Hablando enserio, Theo no me contó nada hasta que se dio cuenta que era yo y no tu. Y respecto al cambiaformas, no hablé mucho con él pero debo decir que es caliente como el infierno así que tienes suerte.

Valentina la miró horrorizada como nunca antes la había visto, sus ojos parecían perdidos en turbios pensamientos hasta que finamente soltó:

- ¡Suerte! -Exclamó como si su hermana hubiese perdido la cabeza-, ¡Yo amo a Keith!

-Entonces ten los pantalones de decírselo a Theo y por una vez en tu vida, haz lo que te dé la gana y no lo que él decida...Es tu vida Tina.

Ella negó frenética y sollozó.

-No puedo hacerlo.

- ¡Qué si puedes!

- ¡Deja de meterle cosas en la cabeza a Valentina Callie! -Amenazó su padre llegando junto a Valentina.

Callista bufó y se levantó del sofá sin siquiera mirarlo.

-No te dejes intimidar Tina, hablaremos luego.

- ¡Callista! -Llamó su padre-, ¡Callista!

Pero ella no volvió a mirarlo.

Aunque estuvieran en su casa fue ella la que salió de ahí.

Es que si no fuese porque somos gemelas dudaría que él fuese mi padre.

*

-Al fin te encuentro 135, y no creas que esta vez lograras escapar de mí.

Pese a que Rosie trató de que su tono de voz fuese amenazante, no lo logró en absoluto, solo habría que verla para derretirse en dulzura sin embargo ese hombre era el único que no sucumbía a sus encantos y siempre trataba de escapar de ella.

-No escapaba.

Rosie frunció el ceño y le pellizcó el bíceps izquierdo pero él ni se inmutó.

- ¡Quiero hablar contigo! No puedes pasar toda tu vida huyendo de mí, me dijeron que estabas en el bosque y fui a por ti, dos días pasé buscándote para que después me dijeran que habías venido a L'enfer entonces aquí estoy, tengo dos meses tratando de llamar tu atención pero tu fácilmente ignoras mi presencia...

-Yo...

- ¡Tu nada y déjame hablar que estoy a punto de explotar!

Él cerró la boca de golpe mirándola con incredulidad, en menos de 78 horas dos hembras lo habían dejado sin habla.

Ni él mismo se lo creía.

-No entiendo que es lo que te pasa -dijo con voz triste-, somos hermanos las pruebas lo determinaron pero tú no haces más que rechazarme...

Su voz dolida lo dejó clavado en el suelo claramente avergonzado por causarle daño cuando era todo lo contrario que quería.

-No te rechazo -Dijo con el ceño fruncido antes de suspirar-, solo no se cómo actuar cuando estoy cerca de ti, nunca he tenido una familia y justo cuando creo que puedo tener a alguien a quien amar lo pierdo, no quiero que eso te pase a ti ni a los niños.

Los ojos de Rosie se llenaron de lágrimas al oírlo entonces no pudo evitar lanzarse a sus brazos y él la recibió con el ceño fruncido, no estaba acostumbrado en lo absoluto a aquellas muestras de cariño, pero ¿Qué podía hacer? Después de todo ella era su hermana.

-Hey, me siento celosa ¿Debo amenazarte para que dejes de tocar a mi hombre?

Rosie soltó a su hermano y 135 se giró hacia esa voz tan conocida.

Y lo que vio lo dejó perplejo, nunca antes había visto tanta belleza junta.

Frente a ellos estaban dos mujeres sumamente preciosas, sus ojos eran de un bello verde azulado, en los de una se mostraba vida y alegría mientras que en los de la otra carecía aquello, en ellos se determinaba una aflicción profunda que le recordaba a la mujer que más había adorado en su vida, a su Tabbee.

El recuerdo lo golpeó con fuerza y fue inevitable no apartar la mirada.

Aquello seguía doliendo.

- ¿Estoy viendo doble? -preguntó Rosie divertida haciendo que saliera de sus desvaríos.

-Adivina quien habló -dijo una de ellas guiñándole un ojo.

- ¿Tú?

Una de las chicas entornó los ojos mientras que la otra sonrió con sorna.

Sin embargo ninguna de las dos volvió a hablar ya que su padre se había adelantado.

-135, debo disculparme por la vez anterior, Callista -señaló a una de las gemelas con una sonrisa coqueta en sus labios-, me ha engañado para traerla aquí, con quien deberás casarte será con Valentina -135 enseguida miró ahora a la chica que lucía tensa mirándolo.

Rosie frunció el ceño mirando a ambas chicas para después desviar la mirada a su hermano.

-No entiendo nada 135, ¿Qué es esto?

-Te lo explicaré luego, ahora necesito hablar a solas con Kafieri.

La pequeña cambiante de loba asintió y se despidió de él dejando un beso en su mejilla, para 135 no pasó desapercibido el olor a celos que ese gesto causó pero no pudo adivinar de cuál de las dos gemelas provenía.

Theo dio un paso adelante para luego murmurar un:

- Hablemos.

*

- ¿Lo ves? no está nada mal tu prometido.

Nada más decir eso Valentina la fulminó con la mirada.

- ¿Sí, entonces porque no te casas tu con él? -Gruñó Valentina al borde de la histeria.

-Yo no he sido la elegida -dijo con dramatismo su hermana-, has sido tú.

Valentina entornó los ojos y se cruzó de brazos mirando a su alrededor.

-Además hermana, yo nunca me casaría y mucho menos si es a petición de mi padre.

- ¿Y si es por petición mía? suplántame, solo tienes que actuar como yo frente a mi padre, ese hombre no nos conoce no notará las diferencias, por favor Callie -la súplica se notaba en su vos.

Sus manos temblaban frías tomando las de ella, no le gustaba ver a su hermana de ese modo pero ella tenía que tomar sus propias decisiones.

- ¿Estás loca? ya lo hice una vez y no pienso hacerlo de nuevo, imagíname a mí viviendo en el bosque, sabes que me gusta la libertad y viajar, aquí nunca lo haré -hizo una mueca mirando su alrededor-, no me gusta lo rústico, no me puedes pedir esto Tina.

Ella la soltó asintiendo con una mirada de aflicción que le rompió el corazón.

-Tienes razón, yo debo solucionar esto.

*

- ¡¿A qué estás jugando Theo?! ¡No me gustan las bromas! -gruñó golpeando la cabeza del hombre contra la pared detrás de él.

Su mano apretaba su cuello de forma intimidante mientras trataba de contener las ganas de golpearlo.

- ¡No juego, lo juro Callista me engañó!

135 lo soltó y Theo buscó el aire que el cambiaformas le había quitado llevándose una mano al cuello.

135 no quiso decir que él mismo se había dado cuenta de la diferencia de ambas con tan solo verlas pese a que apenas y las conocías, a parte de su olor ambas eran distintas, él sabía quién era Callista porque su carácter alegre y despreocupado la delataba mientras que la otra parecía llevar algo realmente duro en sus espaldas.

-Dijiste que...

-El trato era que te casaras con Valentina así yo encontraría tu pasado y el de tu hermana.

-Dijiste que ella estaba de acuerdo con casarse y puedo oler su renuencia a kilómetros.

La cara de Theo se puso blanca como un papel...

-Ella solo está nerviosa pero te aseguro que si hablas con ella...

-No voy a obligarla a nada -amenazó furioso.

-No lo harás ya verás, voy a buscarla.

135 lo vio marcharse a buscarla, no le gustaban nada los cambios pero no habría de otra si quería saber quien realmente era.

            
            

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