135 (Luna de escarcha)
img img 135 (Luna de escarcha) img Capítulo 5 Vuelve a acercarte y te mataré.
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Capítulo 6 Una prisionera img
Capítulo 7 Fuera de lugar img
Capítulo 8 La mujer img
Capítulo 9 Leo img
Capítulo 10 ¿Quieres esto, amor img
Capítulo 11 Él la llamaba su compañera img
Capítulo 12 No tenemos nada de qué hablar img
Capítulo 13 No me rendiré img
Capítulo 14 Una lenta y deliciosa tortura. img
Capítulo 15 ESPECIAL DE NAVIDAD img
Capítulo 16 ¿Quieres apostar príncipe encantado img
Capítulo 17 Mejor que nunca img
Capítulo 18 ¡Maldita mujer! img
Capítulo 19 Mía img
Capítulo 20 ¡Suéltame! img
Capítulo 21 ¿Dónde está él img
Capítulo 22 ¿Vas a ayudarme con mi compañera img
Capítulo 23 No iba a renunciar nunca a ella img
Capítulo 24 Matar, hacer daño... img
Capítulo 25 ¡Estás embarazada! img
Capítulo 26 Yo te acompaño... img
Capítulo 27 Yo también te amo, a ti y a nuestro cachorro. img
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Capítulo 5 Vuelve a acercarte y te mataré.

Callista lo miraba sorprendida en silencio.

¿Había escuchado realmente eso?

¿Ese cambiaformas había dicho que ellos iban a casarse?

¡Como si eso fuera a pasar!

Ella era una mujer libre y no se parecía en lo absoluto a su hermana, no iba a dejarse manipular ni iba a salir corriendo.

Caminó a su alrededor, su pecho estaba agitado y eso no podía evitarlo, admitió que estar cerca de ese hombre era perturbador y excitante a la vez, 135 era grande, serio pero tan malditamente caliente como el infierno.

Sin duda la tentación de cualquier mujer que posara sus ojos en él.

- ¿Qué te hace creer que yo quiera casarme contigo? -Se atrevió a decir luego de una guerra de miradas-. Nada me obliga a hacerlo.

Ella estaba enfrente de su espalda y con la uña de su dedo índice rasguñó la piel detrás de su cuello.

Lo sintió estremecerse entonces sonrió con picardía sintiéndose juguetona.

Rápidamente 135 se dio la vuelta tomándola por sorpresa en sus brazos pero esto no borró la sonrisa de sus labios por el contrario la intensificó.

-Te daría lo que quieras -susurró él con voz ronca cerca de su boca-, sólo pídelo y es tuyo.

Esto hizo que de inmediato arqueara una ceja con curiosidad.

-Me lo pensaré, ahora dime ¿Qué te está proponiendo Theo para que quieras casarte con alguna de nosotras?

De repente él la soltó haciéndola sentir vacía.

135 tenía un extraño poder sobre su cuerpo que ni ella misma entendía.

Se sentía como mantequilla entre sus dedos, el cambiaformas comenzaba a afectarla de una manera que no creía posible.

Él era tan masculino que hacía que su interés se activara con tan solo estar cerca cuanto más le hacia su toque deliberado. 135 era un dulce almíbar para su paladar, uno que cada vez que el tiempo pasaba quería degustar con más fervor.

-No sé qué es lo que busca con que me case con Valentina porque no sabe que sus planes cambiaron, ella se fue y tú estás aquí así que tenemos que hacerlo y respecto a tu pregunta de con que me manipula Theo, no lo hace, simplemente yo necesito algo de él y él algo de mí.

Callista tuvo que mantener su rostro sin expresión alguna cuando él dijo: ella no está, tu sí.

Se sentía una verdadera estúpida al sentirse decepcionada, entonces muerta de celos dijo lo que nunca había pensado decir:

-Acepto.

¿Podía gustarle a ese hombre que parecía tan indiferente a su presencia?

¿Lograría que 135 sintiera esa misma llamarada que sentía ella con tan solo un toque?

Callista no lo sabía pero se esforzaría por ello, después de todo iba a ser su esposa y que Dios la perdonara pero iba a aprovecharse.

*

Un día después vestía el vestido de novia que debía haber llevado Valentina y se sintió como una intrusa pese a que sabía de por sí que ni su hermana ni mucho menos el espléndido novio querían eso.

Theo Kafieri entró a la habitación sin sospechar siquiera que la que estaba frente a él no era otra que Callista, de pronto una perversa sonrisa cruzó por su rostro y le tendió la mano a su hija.

Con duda Callista la tomó nerviosa por el aura que envolvía a su padre y él se carcajeó.

-Muy bien, todo va respecto al plan Valentina, solo debes fingir un poco más...

Theo la obligó a caminar mientras que la duda hacia mella dentro de ella, ¿A qué se refería con fingir? ¿De qué plan hablaba?

Pero Callista no abrió la boca, si lo hacía él descubriría su verdadera identidad y esto le traería más de un problema.

Ambos llegaron al altar improvisado y ella sintió el golpeteo de su corazón desbocado, Callista no supo si se encontraba tan nerviosa por lo que había ocurrido anteriormente con su padre o si se trataba de la fijeza de la mirada de ese hombre cambiaformas que iba a desposarla. En sus ojos había una pasión salvaje que prometía fundirla con él a lo más profundo, y por Dios que ella así también lo quería.

Quería que él la tomara en sus grandes brazos la aferrara a él y le hiciera el amor como nadie nunca se lo había hecho, sin embargo, Callista sabía que su matrimonio sería todo menos convencional. No habría promesas de amor y sobre todo 135 jamás la haría su mujer, todo se reducía a un trato entre su padre y él, trato que ella habría aceptado sin replicar.

¿Y por qué?

Simplemente porque se sentía tentada a él, a su presencia dominante, a sus labios de pecado...

Despertó de su letargo cuando escuchó su nombre y la pregunta que ansiaba responder.

-Callista Kafieri ¿Acepta a Valerian Markov como su legítimo esposo?

En ese momento se dio cuenta de dos cosas, la primera era que 135 debía haberle dicho al hombre su nombre y no el de su hermana y lo segundo era que no lo habían llamado 135 y en su lugar había nombrado a Valerian y ella recordaba bien ese nombre.

La bilis se le subió a la garganta y se tornó pálida en un santiamén, no entendía absolutamente nada entonces sintió la mano de 135 en su brazo llamando su atención.

-Acepto -dijo enseguida y tan rápido como eso el hombre frente a ellos los casó.

Para cuando dijo la tan esperada frase de ahora puede besar a la novia Theo interrumpió con el ceño fruncido y los ojos llenos de cólera.

-135 ¿Qué es esto?

-Debemos hablar Theo pero ahora no es el momento, debo llevarme a mi esposa.

-Resulta que si es el momento porque acaban de llamarme y si no estamos allá tu madre se irá. No hay tiempo para hablar de este enredo con mis hijas, ya me lo explicarás pero es hora de irnos.

135 la miró con una visible disculpa clavada en sus ojos sin embargo asintió como si entendiera de que iba todo eso pero no era así.

Por alguna razón no le gustaba aquello.

La hacía sentir insegura y temblorosa.

Las manos de Valerian se posaron levemente en sus hombros antes de hacer una mueca y apartarse como si tocarla lo quemara.

-Espera a Danger, él te llevara a casa, lamento esto.

Sus grandes manos acunaron su rostro y Callista deseo que la besara pero eso no fue lo que hizo, simplemente se marchó.

Callista lo vio alejarse con el corazón encogido, lo había sabido. Tan pronto como Theo se enteró que había sido ella quien se casó con 135 lo había apartado de ella tan deprisa como pudo.

-Señora -dijo una masculina voz tras ella-, aparte de ser la mano derecha líder de la manada L'enfer o su beta, también soy el protector de las damas en peligro como usted, así que sígame, le diré dónde se quedará hasta que su compañero venga por usted y la reclame -añadió en tono jocoso una vez que ella se dio la vuelta-, soy Danger por cierto.

Él le guiñó un ojo con coquetería pero Callista no sentía ganas de bromear en ese momento.

-Yo soy Callista.

-Oh, yo sé perfectamente quién eres cariño.

Él le sonrió antes de comenzar a caminar.

Dejándola atrás.

¿Qué quería decir con eso?

¿135 le había hablado de ella? No era posible, ella no era nadie para él.

*

135 juró que no había visto nada más hermoso que Callista en vestido de novia, un instinto posesivo lo golpeó dejándolo casi sin aliento, quería marcarla, besarla y hacerla completamente suya y eso no se trataba en lo absoluto con el trato de su padre, él quería convertirla en su compañera a como diera lugar, era por ello que había dado su nombre en vez del de su hermana a la hora de casarse, de no ser así su matrimonio sería nulo y ella estaría en problemas por mentir sobre su identidad.

-Maldita tu suerte bastardo, esa mujer es sexy como el infierno.

¡Y lo era!

Fulminó a Danger y le gruñó en advertencia pero él simplemente rió divertido.

Él no quería que otros la vieran, ella era suya y que lo condenara si no iba a reclamarla cuanto antes.

Cuando estuvo a su lado pudo respirar tranquilo el aroma dulce de su piel era como una suave caricia a su alma y al momento que ambos aceptaron su unión el animal en su interior gruñó en aprobación ante la visión de su compañera, no había vuelta atrás, Callista era absolutamente suya y nunca dejaría de serlo.

Quería devorarla lentamente, lamer su piel de terciopelo y hundirse en lo más profundo de su calor donde sabía que pertenecía pero lamentablemente había llegado su padre para interrumpir sus pensamientos.

135 se disculpó con ella a regañadientes y siguió a Theo, no quería alejarse de su compañera pero había llegado el momento de enfrentarse a su realidad.

*

Él rugió furioso, maldiciéndose por ser tan estúpido.

Había caído en la trampa del miserable de Kafieri y por eso estaba ahí.

La mujer deslizó sus huesudas y frías manos por su pecho hasta llegar a la ingle donde tomó el pene grueso en sus manos comenzando a masturbarlo, 135 se removió asqueado por su toque, lo odiaba al igual que a ella. Quería matarla con sus propias manos, Helena había huido del primer lugar donde lo habían tenido y la maldita había logrado traerlo de vuelta.

-Eres la máquina de matar favorita de todos ¿Lo sabías? Por eso quieren que procrees, un asesino como tú dejando a sus crías como relevo, Valentina fue la primera opción pero ¿Adivina qué? Huyó de ti tan rápido como pudo entonces la siguiente fue su hermanita Callista quien tan pronto se casó supo que no podía tener sexo contigo sin asco de por medio, dijo que eres un animal, una bestia...

Y por eso estoy yo aquí, a mi sin embargo no me da asco tocarte.

Gimió al introducir el pene de él en su boca, 135 trató de apartarse dolido por sus palabras.

No por la mujer que lo tocaba sino por aquella que era su esposa, su compañera.

A Callista le daba asco tocarlo.

Ella también lo había engañado, a ella no le importaba.

Le asqueaba su toque.

Le doy asco.

Vio a la mujer quedar desnuda delante de él mientras que la furia y la rabia lo azotaban sin remordimiento.

-Vuelve a acercarte y te mataré.

Pero ella no hizo caso, soltó una carcajada y se dejó caer en su regazo empalándose con su miembro.

Furioso 135 como prometió llevó sus dientes de tigre al blanquecino cuello y mordió tan fuerte que la mujer murió en segundos entre sus brazos.

Asqueado por lo que había hecho la dejó caer hacia un lado.

Sus ojos se llenaron de lágrimas que no dejó caer recordando el pasado.

¡Eres un animal, le mataste, te aborrezco 135, te odio!

El rostro lleno de terror, asco y furia de Tabbitha era el recuerdo que más le dolía, él se había merecido sus palabras sin embargo, pero Callista no lo conocía y lo condenaba, su esposa lo había traicionado y él iba a vengarse.

Si todos lo veían como un animal entonces eso iba a ser.

                         

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