-Te dije que si estabas segura y dijiste que sí, para la próxima déjame manejar a mí.
-¿Y qué pasa cuando tú haces lo mismo? Si a esas vamos tú tampoco me dirás nada.
En un hábil movimiento colocó los auriculares en el celular y enciendo mi música, sé con certeza que ésta pelea podrá durar mucho y si vamos estar enfrascados en el tráfico no quiero estarlos escuchando, suficiente tengo con oírlos en casa como para que arruinen también mi día.
Acabamos de apartar el salón para mi fiesta de quince años, es muy lindo y amplio; la verdad no veo la hora de que llegué ese día y pueda disfrutarlo al máximo.
Por el espejo retrovisor puedo ver como mi papá mueve su boca aprisa, su ceño está fruncido...sí él tuviera bigote en estos momentos les aseguro que se lo quitaría con los dientes del coraje. Por otra lado, veo la cara de mi madre en el espejo derecho del auto, su cara está contraída y sus mejillas llenas de lágrimas.
Siento una punzada en el pecho, odio verla llorar y eso ha estado pasando muy a menudo en los últimos meses, es cómo si ellos tuvieran un interruptor para pelear a todas horas y por cualquier cosa, casi se pelean el otro día porque papá se acabó el papel del baño y no colocó otro nuevo en su lugar.
No soporto ver a mi mamá llorar, creo que ninguna mujer merece llorar...al menos que sean lágrimas de felicidad. Cada vez que veo que las lágrimas salen a mares de las cuencas de sus ojos siento una impotencia al no poder hacer nada para evitar que llore. Tampoco me gusta ver mal a papá, aunque nunca lo he visto llorar eso no quiere decir que no sufra, quizás en eso me parezco a él, podemos tener una sonrisa en el rostro cuando por dentro estamos mal.
Las cosas se están volviendo en casa un poco tensas y por más que odie admitirlo he llegado a pensar en que quizás si se dieran un tiempo, que se separaran un poco, o que fueran a un psicólogo podrían arreglar las cosas; obviamente no les he mencionado nada de eso a ellos ni mucho menos a Kristie, aunque las dos sabemos que eso sería lo mejor por el momento.
*****
¿Quién diría que dos semanas podrían pasar como un borrón?
Y todo es por culpa de los exámenes y trabajos que me han mantenido realmente ocupada, aún no acabo uno cuando ya estoy comenzando con otro. Ahora definitivamente no he tenido tiempo de hablar con Edison, ya no nos hemos juntado en los descansos, ni siquiera hemos hablado por mensaje. Sólo ha sido de un hola, cómo te va y adiós.
Desearía pasar aunque fuera tan sólo unos minutos a su lado, platicar de cualquier cosa sin importancia, hacer bromas estúpidas y sobre todo sentir sus brazos cuando me abraza y poder ver su sonrisa. Ahora pasa todo el tiempo con Marlene, lo bueno es que ya no duele cuando los veos juntos tomados de la mano y besándose............¿se lo han creído?
Ja, bola de ingenuos...
Aunque esa frase es la que me tengo que repetir a diario cuando los veo para ver si al menos de esa manera me entra en mi cabeza dura que no me debe importar, que él es feliz y que eso es lo que me debe importar. ¿Qué no dicen que si él es feliz, yo soy feliz? Pues el que lo hizo definitivamente tenía que haber estado loco o ciego, o ambas.
Quizás hasta cierto punto tiene razón, cuando Ed está con esa chica y lo veo sonreír no puedo evitar suspirar al ver su sonrisa gigante, muestra que es feliz, pero lo único malo de todo este asunto es que es feliz con otra persona y no conmigo. No sólo me dejaron sin el chico que me gusta y que quiero demasiado, sino que también me han quitado a mi amigo, ya sé que sueno demasiado egoísta por pensar de esa forma pero es difícil no pensar así cuando ya estás acostumbrada a estar tanto tiempo con una persona.
Las chicas me han tratado de buscar pareja...todos son unos chicos patéticos y mundanos que no valen la pena. También han tratado de hacer lo mismo con Diane, lo de ella y Joy no funcionó nada bien, al parecer sólo se enrollaron un poco y después de eso Joy le dejó muy en claro que no la quería volver a ver. Casi sufro un infarto cuando ella lo contó, quería ir hasta casa de ese tipo y descuartizarlo lentamente, mil formas distintas de asesinarlo se me ocurrieron y en realidad si las iba a hacer pero Kara me amenazó con decirle a Edison que me gusta.
Al parecer cuando hay algo que involucre a Ed me pongo vulnerable.
Por el momento estaba en mi habitación con música en volumen bajo para no quedarme dormida, tenía que acabar con este proyecto lo más rápido que pudiera, quizás así descansaría un poco más el fin de semana.
Tocan la puerta de mi habitación.- ¿Estás ocupada, hija?- dice mi mamá asomando la cabeza.
-No ma, pasa- en estos momentos haría cualquier cosa para distraerme aunque sea unos minutos de la tarea.
-Umm, tú eres buena con las computadoras ¿verdad?
-Pues hago lo que puedo ¿por?
-¿Podrías ayudarme con algo?
-¿Se te trabó la computadora de nuevo?- mamá sonríe tímidamente y niega con la cabeza.
-Necesito que consigas la contraseña del facebook de tu papá.
-¿Qué?- digo asombrada.- ¿Por qué?
-Sólo por curiosidad- se encoge de hombros como si fuera cosa de nada pero en su mirada puedo notar que hay algo detrás de todo esto.
-Entonces si es sólo por curiosidad y no hay nada oculto tras esto se la puedes pedir a él- su mirada se entorna y tuerce la boca, señal de que debo alejarme unos metros para que no me dé con la chancla...aunque si me alejo de todas maneras me alcanzaría.- Haré lo que me pides con una condición.
-¿Cuál?
-Dime la verdad.
-Shaleen, eres muy chica para entender esto.
-¿Soy chica para entender por qué quieres la contraseña de papá pero soy lo suficientemente grande como para hackearle la cuenta? Vaya, que extraños conceptos tienes mamá.
-No me estés reprochando nada niña, dime si me ayudarás o consigo a alguien más.
-¿Y a quién más le dirás? ¿A tus amigas? ¿Esas que ni siquiera pueden tomarse una foto sin haber tomado como 2 videos antes porque no sabían cómo funciona la cámara?
-Bien, lo diré pero por favor no quiero que cambies el concepto que tienes de tu papá.
-Mamá me estás espantando un poco...- mi corazón comienza acelerarse, tengo miedo de que pueda decir que mi padre es un traficante de órganos o algo parecido.
-Creo que está hablando con alguien más- la noticia me deja tan impactada que sólo puedo abrir y cerrar la boca como pececito.
-¿Me estás tomando el pelo? Mi papá sería incapaz de hacerlo.
-Shaleen sólo necesito la contraseña, si tu padre me está engañando creo que no podría perdonárselo nunca.
-Bien, te ayudaré- y desde ese momento supe que había aceptado algo que me podía causar quemaduras.
*****
No pude dormir bien por estar pensando en lo que me había dicho mi mamá. Me es extraño creer que mi padre la esté engañando...simplemente no lo creo del todo. Y por culpa de esa confesión ahora tengo unas ojeras de los mil demonios. Ah y ni hablar de que casi me estaba quedando dormida en todas las clases, creo que si no fuera por Kara los maestros se hubieran dado cuenta y me habrían mandado con la orientadora o a dirección.
La puerta de mi habitación se abre y entran mi mamá y mi hermana, ella lo supo antes que yo.
-¡Conseguiste la contraseña?- susurra Kristie a pesar de que sólo estamos solas las 3.
-Aja.
-Sí que eres una nerdaza con las computadoras.
-No tanto...
En realidad no tuve que hacer uso de mis pocos conocimientos computacionales, sólo estaba sentada a lado de él cuando introdujo la contraseña y yo únicamente vi lo que escribía...saqué a relucir mis dotes de detective profesional súper secreto.
Entro a facebook y pongo el correo y la contraseña de la cuenta de papá, mi mamá se coloca a mi lado derecho y mi hermana al lado izquierdo.
-Vete a mensajes- me indica mamá una vez que accedo a la cuenta y así lo hago.- Abre el que dice Shandal.
Continúo con las instrucciones y me regreso al primer mensaje que se han enviado en toda la conversación. Las 3 comenzamos a leer en voz baja. La conversación transcurre normal, sólo trata de dos viejos conocidos charlando y dejo de leer, pero una palabra llama mi atención y leo toda la frase. "¿Y aún recuerdas cuando dormíamos juntos?"
-Ahí- susurré apuntando la línea y escucho un pequeño gritito por parte de mi hermana. Leemos más a prisa y la conversación se vuelve más caliente, la sola acción de leer me duele, no creía capaz a mi padre de hacer esto, era como si se tratara de un completo desconocido el que escribía.
-¿Y ahora qué harás?- murmura Kristie que tiene los ojos rojos.
-Planearé como enfrentarlo, lamento que hayan tenido que ver esto- miro a mi madre y sus ojos están completamente cristalizados, sin dudarlo la abrazo y ella comienza a llorar.
-Tranquila mami, todo estará bien- le digo tratando de reconfortarla, aunque para ser sincera conmigo misma ni yo creo eso.
-¿Cómo pudo hacerlo?- se separa bruscamente de mí.- Me da coraje por todas las cosas que me ha reprochado, sus celos enfermizos y ahora sale con ésta estupidez.
Nos quedamos en silencio, Kristie y yo nos miramos, con la mirada que me da sé que estamos pensando lo mismo.
-Cualquier decisión que tomes estará bien para nosotras- digo velozmente. Mamá asiente y sale del cuarto.
-¿Estás bien?- pregunta mi hermana.
-Lo mejor que puedo estar, ¿qué tal tú?
-Estoy sorprendida...no lo creía capaz y mucho menos después de todas esas cosas que decía de Jerry, de perdido él no estaba casado y con 2 hijas.
-No, pero déjame recordarte que tenía novia y aun así la engañaba...o y esa novia resulta que eras tú.
-¿En serio dirás eso?- contesta molesta.
-¿Me dirás que es mentira? ¿Dime cómo es posible que una persona que se supone te ama, te engañe con cuanta chica vea y tú le perdones todo? ¿Qué no recuerdas todas esas noches que te hizo llorar? Porque yo sí, yo era la que recogía los pedazos rotos.
-Pues si no los querías recoger no lo hubieras hecho.
-¡Maldita sea Kristie!- grito frustrada.- Eres mi hermana, me duele lo que te hagan y más que nada me duele que no te des tu lugar, que a pesar de todo lo que ese imbécil ha hecho aún le quieras, yo no sé si te caíste de cabeza cuando eras chica o si ya eres bruta por naturaleza.
-No vuelvas a hablarme así.
-Entonces tú deja de ser tan estúpida cuando se trate de temas de Jerry.
****
Kristie sigue enojada, desde anoche salió hecha una furia de mi habitación y no ha vuelto a hablarme, pero está bien, porque si ella dijera algo en estos momentos cabe la posibilidad de que cometa un asesinato. Mamá no ha dicho nada, imagino que escuchó nuestra acalorada discusión ya que ambas estábamos gritando todo, hasta los vecinos deben saber que mi hermana es una idiota cuando de amor se trata.
Antes de bajar de la camioneta le doy un fuerte beso a mamá.- Te amo, no lo olvides.
-¿Algo quieres?- me pregunta sonriendo.
-¡Caray! Ahora uno ya no puede demostrar su amor tranquilamente- ella suelta una risita y me bajo contenta porque al menos ya le he sacado una sonrisa. Kristie me sigue hasta mi salón, de seguro ella sí que quiere dinero.
-Lo siento- dice Kristie antes de que me meta al salón.
-¿Eh?
-Perdón Shaleen, sé que tienes razón respecto a Jerry sólo que aún me es imposible no quererlo...si vivimos muchas cosas malas pero hubo más bellos que feos momentos. Cuando te enamores lo entenderás.
-¿Enamorarme yo?- suelto una risa.- No gracias, esas cosas son del diablo- abrazo a mi hermana y entro al salón, ya están mis amigas ahí y Kara como siempre me está apartando un lugar.
-¿Qué fue ese extraño abrazo con tu hermana?
-¿Qué tiene de raro que la abrace? Es mi hermana.
-Sí, pero parecía como que era un abrazo de reconciliación.
-Porque eso era Kara, justamente eso era.
Las clases pasan y yo estoy más distraída que nunca, los maestros dos veces me llamaron la atención, las plumas salían volando cuando las agarraba y en lugar de pasarle unas hojas a Kara se las pasé a Diane. No les he comentado nada a las chicas sobre el problema de mis padres a pesar que les tengo confianza hay algo que me lo impide, no me siento cómoda contándoles mi vita tan privada.
-Andas muy ida, Shaleen- dice Rosse mientras salimos del salón.
-No dorm...
-Shaleen- me interrumpe alguien a la vez que me atrapa en un abrazo de oso. Si no fuera por mi corazón palpitante y por la extraña sensación que siento en mi estómago y alrededor de todo mi cuerpo, no sabría quién es.
-Edison...¿qué pasa?- pregunto asustada.
-¿Por qué no me habías dicho nada?- murmura contra mi cuello, un escalofrío me recorre en la médula espinal.
-¿Decirte qué?
-Lo siento chicas- Ed se dirige a mis amigas en lugar de responderme.- Shaleen es toda mía el día de hoy. Cabe mencionar que mis amigas tienen un signo de interrogación más grande que no cabe en sus caras.
-No le hagas daño- amenaza Kara.
-Yo nunca le haría daño- responde con el ceño fruncido, todas nos volteamos a ver y sin poder evitarlo nos soltamos riendo a carcajadas...si él supiera.
-¿De qué se ríen?- pregunta Ed.
-De nada, olvídalo.
-Vámonos- dice tomando mi mano y jalándome para que camine.
-¿Hey y que hay de tu novia? ¿No irás con ella?- él se detiene y me toma de los hombros.
-Ahora lo más importante para mí eres tú, vamos- vuelve a tomar mi mano y camina. Yo simplemente sonrió como idiota, espero que no se dé cuenta, pero ¿y si todos lo notan? ¿Qué tal si todos pueden ver mi sonrisa bobalicona? ¿Estaré haciendo el ridículo?
¿Y si mis manos están todas sudorosas? ¿Edison lo notará? De repente suelta mi mano y esa es toda la respuesta que necesito para saber que sí lo notó; luego veo que con la mano que tenía entrelazada con la mía está saludando a lo lejos a sus amigos.
Después vuelve a tomarme la mano y mi corazón da millones de volteretas. Me mira y sonríe...obviamente le regreso al sonrisa. Observo hacia abajo y veo nuestras manos enlazadas, creo que es así como esto debería de ser, él y yo tomados de la mano como una pareja, y no él y otra tipa. Ed me lleva hasta nuestro lugar y se para enfrente de mí, es un poco más alto que yo pero no tanto, fácilmente podría pararme de puntitas y robarle un beso pero no, ya suficiente tengo con los problemas de mis padres como para ir y echarme bronca encima con Edison.
-¿Por qué no me habías dicho?- dice serio.
-¿Decirte qué?- por su mirada siento como si él ya supiera que me gusta.
-Lo de tus papás, Shaleen- al mencionarlo me quedo sin palabras.- ¿No me tienes confianza?
-¿Qué? ¡No es eso!- digo elevando un poco la voz.
-¿Entonces?- deja la mochila a un lado y se sienta, tengo que esforzarme en recordar no ser un bicho raro y ponerme a tomarle fotos, se mira demasiado lindo así.
-Para que te iba a molestar, tú estás bien, feliz y yo no tengo por qué llegar y arruinarlo todo...además no es gran cosa- hace una seña para que me agache y lo hago, quedo enfrente de él.
-¿Y quién dijo que lo arruinarías? No porque tenga novia quiere decir que no me puedas contar lo que te pase, si me necesitas ahí estaré así como estoy ahorita, ven- toma mi mano, él abre las piernas y hace que me siente en medio con mi espalda pegada a su pecho, termina por abrazarme-. Pase lo que pase siempre estaré contigo, muñequita- susurra en mi oído.- Aunque yo la esté pasando peor estaré ahí para ti.
-¿Y si estamos lejos? No podrás estar ahí.
-¿Por qué no? En donde quiera que estés iré por ti y estaré contigo.
Mis ojos se llenan de lágrimas, pero éstas son de emoción, es muy dulce de su parte que me diga esto a pesar que en los últimos días él ha estado ocupado con su novia.
-Si mis padres estuvieran pasando por lo mismo creo que me volvería loco, no podría soportarlo...toda mi vida viéndolos juntos para después ver cómo se separan, no podría. Así que ¿cómo te sientes?
-Estoy bien.
-No, no lo estás, a veces se te olvida que te conozco como a la palma de mi mano.
-No entiendo como lo pudo hacer- la voz se me quiebra al final y me odio aún más cuando siento una lágrima rodar por mi mejilla.- Siempre lo he visto como mi héroe, nunca creí que él escribiría todas esas cosas, no...no...- las palabras no querían salir, sentía que el nudo en mi garganta me impedía expresarme como era necesario.
-Tranquila nena, desahógate poco a poco.
-Por un momento llegué a aborrecerlo, eso dañó a mi mamá; la hubieras visto Ed, sus ojos cristalizados, su mirada llena de odio pero a la vez tan perdida- recordar la cara de mi madre no me ayudaba a tranquilizarme, pero le hice caso a Ed, tenía que desahogarme antes de que terminara hundida yo sola.
-Llora si lo necesitas, aquí estoy para ti, nunca me iré de tu lado muñequita- al oír sus palabras no pude hacer otra cosa que no fuera llorar, me sentía bien con Edison dándome apoyo.
-Creo que ha destrozado una parte de mí...
-No te preocupes por eso muñequita, yo te volveré a reconstruir esa parte.
Poco después mis sollozos desaparecieron, aunque de todas maneras Ed seguía abrazándome de forma sobreprotectora. De repente siento sus labios en mi hombro; hago caso omiso, lo más probable es que haya sido un error. Pero luego siento otra vez que sus labios pero ésta vez un poco más arriba que la vez pasada, me quedo quieta, quizás estoy tan mal que ya estoy alucinando...pero no, Ed me vuelve a besar a la mitad de mi cuello y ésta vez suelto una risita, en mi cuello me dan muchas cosquillas así que inclino mi cuello hacia un lado para que no lo pueda volver a hacer.
Cuando estiro de nuevo mi cuello, Ed vuelve a besar el mismo punto, sin embargo hay algo diferente, pude sentir su sonrisa en mi cuello.
-Ed para, ahí me dan muchas cosquillas.
-¿Ah sí?- giro mi cabeza para verlo y su sonrisa me provoca un escalofrío, no debí de haberle dicho eso.
Antes de que pueda reaccionar comienza a besarme en el cuello y yo me rio como una tonta. Al unísono me empieza a hacer cosquillas en la panza y mi risa aumenta.
-¡¡Edison!!- digo riendo. Intento liberarme de las cosquillas y lo único que consigo es que caigamos a un lado encima de nuestras mochilas, apenas puedo ver la cara de Ed que sonríe como nunca lo había visto.- Pa...para- murmuro entre risas.
Él me hace caso, nuestras respiraciones entrecortadas se mezclan entre sí, veo que Ed mira mis labios y sus pupilas se dilatan, pone una mano en mi mejilla y me acaricia suavemente, comienza a acercarse, está a unos centímetros de mis labios...y en eso suena el timbre. La magia acabó, Ed se levanta y me tiende una mano para ayudarme a levantarme también.
-Bueno, de perdida ya te hice reír.
-Gracias Ed, en serio gracias por todo- tomo mi mochila y antes de irme me pongo de puntitas y le doy un beso...pero en la mejilla. Cuando llego al salón las chicas me miran muy entusiasmadas, se ve que todas están con la duda de qué habrá pasado con Edison en el descanso.
-¿Te la pasaste bien?
-Excelente- murmuré creo que demasiado feliz e inmediatamente me pongo colorada, gracias al cielo las chicas no insisten más en el tema.
*****
Mamá enfrentaría a mi padre hoy, pero no quiere que estemos en casa así que aprovechando que es viernes me quedo en casa de Avril y Kristie en casa de Bonnie.
-¿En qué tanto piensas?- me pregunta Avril llegando con lo que parece un monstruo de comida.
-En Ed- ya le había contado brevemente todo lo que había sucedido tanto con mis padres como con Ed.
-Nunca te había visto así por un chico, debo de conocer a Ed y darle el visto bueno.
-Pues ojalá podamos salir algún día los 3.
-Que sea pronto por favor.
-Ahora no se puede...tiene novia
-¿Y? Saldríamos como amigos.
-Veré qué podemos hacer.
****
Espero a que mi madre llegue por mí, es un poco temprano y de nuevo tengo ojeras gigantescas, tengo bolsas en las bolsas de las bolsas de los ojos; y todo esto se debe a que Avril y yo nos quedamos hasta tarde hablando por videollamada con Edison, a Avril ya le cae muy bien.
Mi celular vibra y leo el mensaje de mamá avisándome que ya está esperándome afuera, me despido de mi amiga y de sus papás y salgo. Lo primero que hago al subir a la camioneta es ver la cara de mamá, sus ojos están hinchados.
-Hola- le doy un beso en la mejilla.- ¿Cómo te fue?
-Tu padre a veces puede llegar a ser un completo imbécil...es todo cuanto diré por el momento, cuando esté más tranquila hablamos.
-Vaalee...-contestó lentamente ante su ataque de furia.
Mi madre me deja en casa y se va por Kristie, debo admitir que me da un poco de pánico entrar y encontrarme con papá, siento como si este ya no fuera mi hogar. Cuando entró no veo a mi papá así que voy hasta su habitación para avisarle que ya llegué.
**
-Hola pa- me acerco a darle un beso pero él se quita.
-Necesito hablar contigo Shaleen- dice realmente serio, como si alguien se hubiera muerto.
-¿Qué pasa?
-Ya sé que sabes lo que está pasando entre tu mamá y yo- asiento para que continúe.- ¿Cómo pudiste hackear mi cuenta?- en el momento en que sus ojos conectan con los míos siento como si me diera un latigazo.
-¿Por qué dices que fui yo?- mamá ya me había preparado para este momento.
-Eres la única en la familia que es buena en computadoras, no soy tonto- por poco y suelto un bufido, veo que alguien está perdido aquí.- ¿Por qué lo hiciste?
-Quería ayudar a mamá- admito.- Pensaba que tú no tenías nada que ocultar así que no importaría...ya veo que me equivoqué.
-Claro que te equivocaste, es problema entre tu madre y yo así que no tienes por qué meter las narices en donde no te incumbe.
-Es mi madre, claro que me incumbe- digo de pronto enfadada.
-Y yo soy tu padre, no debiste de ponerte de su parte, yo sólo quería demostrar mi hombría, nunca hice nada. ¿Sabes cómo me hace sentir que mi propia hija me haya traicionado? Me clavaste un puñal por la espalda...
Sé que debería quedarme callada, sin embargo la furia dentro de mí gana esta batalla.
-¿Perdón? ¿Yo te traicioné?- grité.-Tú no debiste de haberle escrito a esa mujer, mi madre no sabrá si hiciste algo o no con esa, es estúpido de tu parte decir que yo te lastime cuando fuiste tú quien destrozó esta familia- de un momento a otro siento mi mejilla arder, mi padre acaba de golpearme por primera vez en mi vida.
Instintivamente llevo mi mano hacia mi mejilla lastimada, mis lágrimas comienzan a descender velozmente y me imposibilita ver al monstruo que ahora es mi padre. Abro la puerta y salgo corriendo.
-¡No eres quién para juzgarme!- grita detrás de mí.- Shaleen regresa aquí ahora mismo.
No le hago caso, salgo corriendo lo más rápido que mis piernas me permiten, el pecho me duele y cada vez más se vuelve más difícil respirar; no tengo ni idea de a dónde ir, lo único que sé es que tengo que alejarme de él ahora mismo, mi mejilla palpita y cada vez que recuerdo las palabras que me ha dicho lloró con más fuerza, que ironía, él dice que yo lo lastimé pero ¿qué hay de mí?¿Qué no se da cuenta del daño que me ha hecho?
Cuando creo que ya estoy suficientemente lejos de casa dejo de correr, no he podido parar de llorar, descanso en una pared intentado respirar; en el momento en que veo la calle me doy cuenta en dónde estoy. Tomó mi celular y marco su número.
-Hola pequeña- contesta Ed, su voz provoca que lloré más.- Shaleen ¿qué te pasa? ¿Estás bien?- dice preocupado.
-¿Estás en tu casa?
-Sí, ¿dónde estás? Joder, ¿estás bien?
-Estoy en la esquina de tu calle, llego en un segundo- termino la llamada y corro el resto del camino.
Edison POV
Mi corazón late desesperadamente, está más que obvio que no se encuentra bien, nunca la he oído llorar así pero no me gustó para nada escucharla tan mal. Apenas colgó la llamada y salí corriendo a la entrada, tanta ansiedad tengo que pienso en correr a encontrarla pero en eso ella llega.
Al verla mi corazón se estampa en el piso, su cabello está alborotado, su cara llena de lágrimas y una mejilla la tiene demasiado roja; ella al verme sale corriendo y yo simplemente abro los brazos para recibirla, se cuelga a mí y llora fuertemente. La aprieto junto a mí, ella entierra su cara en mi cuello y su cuerpo se sacude violentamente por el llanto.
-Tranquila, tranquila, ahora estás conmigo, todo estará bien- no consigo tranquilizarla, sólo llora más.- Nena, ¿qué paso? Por favor mi niña háblame- ruego desesperado.
Después de unos minutos ella pone los pies en el piso y se separa pero no permito que se separé mucho, miro su rostro y me doy cuenta que tiene la mejilla hinchada y en ella tiene la forma de una mano.
-¿Qué mierda te pasó? ¿Quién te ha golpeado?- toco su mejilla y ella hace un gesto de dolor.
-Mi papá- murmura y agacha la mirada, un fuego se enciende en mi interior y jalo de mi cabello para evitar ir a casa de Shaleen y golpear a su padre.
-Tenemos que ponerte algo ahí- la tomo de la mano y la jalo para que entre a casa, la dejo en la sala y entro a la cocina, voy directo al congelador y sólo encuentro una bolsa de verduras, eso deberá de servir así que lo envuelvo en un pañuelo. Regreso y lo colocó en su mejilla.- ¿Qué sucedió?
-Ya sabe que yo fui la que obtuvo su contraseña.
-¿Explícame cómo eso tiene que ver con el golpe que te dio?- me cuenta todo lo que sucedió desde que entró a su casa y por mi mente pasan miles de formas de golpear a su padre. Es raro pero nunca había sentido este odio.
-No sé cómo llegué aquí, sólo corrí sin parar...debo verme como una loca- agacha la cabeza y yo giro con delicadeza su cabeza para que me vea.
-Te miras hermosa.
-¿Llena de lágrimas y con el moco escurrido?
-Y con los dientes llenos de comida- ella sonríe y mi corazón se calma un poco al verla más tranquila.
Pienso en cualquier cosa para distraerla, así que la invito a jugar Xbox y debo admitir que es mucho más divertido jugar con ella que con Marlene, me gusta ver cómo Shaleen se emociona al jugar y grita cuando está a punto de morir, por otro lado, Marlene no hace sonido alguno y se enoja conmigo cuando pierde.
Y no sé por qué jodidos estoy comparando a mi novia con mi amiga.
Veo que su mejilla no está tan hinchada como antes y en eso suena el juego, me acaba de matar.
-¡Ja! ¡En tu cara! ¡Te maté!- baja de la cama de un salto y empieza a bailar.
-Hiciste trampa.
-Eres un mal perdedor- me saca la lengua y sonríe. Creo que mi sonrisa llega hasta el suelo, me gusta verla bien, feliz y todo esto lo hace más especial el saber que la pude ayudar y sobre todo que yo soy la primera persona en que piensa cuando está mal. En eso de su estómago proviene un sonido gutural.
-¿Tienes hambre?- pregunto elevando la ceja, ella se sonroja como un tomate.
-Un poco...
-Yo igual, vamos a pedir unas pizzas, el número está en la cocina- tomó su mano y llegamos a la cocina, aplasto el interruptor de la luz pero no funciona.- Juraría que el foco funcionaba más temprano.
-Quizás se fundió, ¿tienes velas y cerillos?
-Sí, espera- voy a la sala y me dirijo directamente al mueble donde mi madre pone muchas cosas. Abro uno de los cajones y encuentro las velas y los cerillos. Siempre le decía a mamá que era innecesario tener estas cosas en casa y ella siempre me respondía que algún día las podríamos necesitar...ahora veo que tiene razón.- Listo aquí están.
-¿Sabes prender cerillos?- pregunta.
-Umm no, nunca he tenido la necesidad de usar cerillos, siempre uso encendedor.
-¿Tienes encendedor?
-No- nos soltamos riendo aunque realmente no sé por qué.
-Bueno entonces sostén la vela y yo prendo el cerillo.
Ella intenta con uno y lo rompe a la mitad, suelto una pequeña risa al verla y puedo distinguir que de nuevo está sonrojada, lo intenta otra vez y sucede lo mismo.
-¡Maldición!
-Déjame intentar a mí.
-No, yo lo quiero hacer- dice haciendo pucheros, se ve tan hermosa que me dan ganas de robarle un beso.
¿Pero qué demonios? ¿Por qué estoy pensando eso?
Sacudo mi cabeza, creo que el almuerzo me ha hecho daño y por eso estoy pensando pendejadas.
Ella lo vuelve a intentar y ésta vez sí lo logra, pero no todo salió como esperaba.
-¡¡Mierda!!- grita y tira el cerillo, aprieta su dedo y cierra los ojos fuertemente. Piso el cerillo y dejo caer la vela, tomó su mano.
-¿Estás bien?- abre los ojos y me echa una mirada de furia que consigue hacerme reír, sólo consigo que me miré peor.- Vale, vale, lo siento. Ya capto que te has hecho más daño del que creía. Dame tu dedo- ella me tiende su dedo y yo trato de buscar un vaso con agua para meter su dedo pero no veo absolutamente nada.- Lamento lo que haré- y así sin más me meto su dedo a la boca.
-Estás loco pero al menos ya no me arde tanto- me suelto riendo y le muerdo levemente el dedo.
-¡Hey!- dice dándome un golpe con la otra mano y yo saco su dedo de mi boca, quito mis babas con mi playera. Ella no deja de sonreír y mis pies deciden por mí, me pegó a ella en un solo paso, entrelazo su mano con la mía y ella deja de sonreír, agacho poco a poco mi cabeza con un único objetivo.
Besarla.
Y suena el jodido timbre.
Me separo y suelto su dedo.
-Umm...ve al baño- me mira sorprendida.- En el baño colócate pasta de dientes en el dedo así tendrá un mejor resultado, yo mientras abro la puerta.
Ella asiente y yo me voy a abrir la puerta, cuando lo hago casi la vuelvo a cerrar.
-Hola, amor- dice Marlene que rodea mi cuello con sus brazos y me da un caluroso beso.
-Que tal.
-No hay pasta en...-dice cantarinamente Shaleen que al ver a Marlene colgada de mí deja la frase a medias.- Ups no quise interrumpir...
-Hola Shaleen, no sabía que estabas aquí- dice Marlene contenta.
-Hola.
-Debe haber una caja nueva en el cajón- le informo a Shaleen que asiente y se va.
-No me habías dicho que ella estaba aquí.
-Tenía problemas y vino, no la podía dejar sola- respondo enfadado a pesar de que Marlene no me está reprochando nada, ni entiendo por qué me siento enojado con mi novia, debería sentirme feliz de que ella esté aquí.
-Bueno yo me tengo que ir- dice Shaleen simulando una sonrisa que yo no me creí.
-¿No tenías hambre?
-Uh revise mi teléfono y mi mamá y Kristie me han dejado muchos mensajes y llamadas...hasta tengo de Avril así que es hora de que vuelva a mi cruda realidad.
-¿Quieres que te acompañe?- digo sin pensar, Shaleen abre sus ojos con sorpresa pero rápidamente se compone.
-No, está bien...yo creo que necesito aire para pensar que haré con mi padre.
-Cualquier cosa me llamas- digo tomándola de la mano antes de que se vaya, ella asiente y se va con la cabeza agachada, siento una punzada en el pecho.
-¿Pasó algo que deba saber?
-No te contaré sus problemas Marlene, ella es mi amiga y no le diría a nadie sus cosas.