Amarte fue mi mayor pecado
img img Amarte fue mi mayor pecado img Capítulo 4 Amarte fue mi mayor pecado
4
Capítulo 6 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 7 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 8 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 9 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 10 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 11 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 12 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 13 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 14 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 15 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 16 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 17 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 18 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 19 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 20 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 21 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 22 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 23 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 24 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 25 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 26 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 27 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 28 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 29 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 30 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 31 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 32 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 33 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 34 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 35 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 36 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 37 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 38 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 39 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 40 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 41 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 42 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 43 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 44 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 45 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 46 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 47 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 48 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 49 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 50 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 51 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 52 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 53 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 54 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 55 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 56 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 57 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 58 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 59 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 60 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 61 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 62 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 63 Amarte fue mi mayor pecado img
Capítulo 64 Amarte fue mi mayor pecado img
img
  /  1
img

Capítulo 4 Amarte fue mi mayor pecado

Fiorella

Varios días después

-Hola chicas buen día -dije al llegar a mi trabajo, en el edificio además de mi pequeña editorial había otras oficinas y siempre venía lleno el ascensor.

-Hola Fiorella ¿Cómo estás? -me saluda Laura al verme llegar a la revista.

-Muy bien y tú -le dije alegre, ya que el día de hoy me había levantado muy feliz.

-Veo que estás radiante ¿A qué se debe?

-¡No lo sé! Pero me siento tan bien ¡Es difícil de explicar! -dije al recordar a aquel hombre que no dejaba de dar vueltas en mi cabeza.

-Entonces la noticia que tengo te pondrá más feliz aún -me dijo Laura mientras encendía mi computadora.

-¡Hazme feliz! No te tardes... -ella cerró la puerta de mi oficina y luego se sentó al frente mío.

-Hoy recibí un llamado de un importante abogado...

-¿Yyy...?

-¡Que no es cualquier abogado! Además, tú lo conoces -se frotó las manos.

-¡Laura! Ve al punto ¡Pero ya! -le dije ansiosa por saber de quién se trataba.

-¡Carlos Estrada!

-¿Y quién es?

-Hay Fiorella es del bufete del abogado que te tiene temblando las piernas -al oír su referencia caí en cuenta de quién hablaba.

-¡Es en serio!

-¡Si! Y pidió reunión contigo -me quedé pensando en las continuas veces que coincidimos en diferentes lugares y supuse que él quería verme porque sentía lo mismo, aunque es muy absurdo pensar en ello.

-Pero llamó ese tal Carlos ¡No el! -dije desilusionada.

-Bueno sí, pero pidió una reunión para Dante Ponzio.

-¿Y cuándo vendrá? -preguntó rápidamente.

-Ahí sí tenemos un problema -dijo Laura y no entendí.

-¿Por qué? No estoy entendiéndote.

-Es que la reunión será en su bufete ¡No aquí!

-Pero él pidió cita ¡No yo! -dije confundida.

-Eso mismo le dije, pero según sus palabras es mejor ir hasta allí, también me dijo que enviará un coche por ti, para que te lleven.

-¿Y tú qué le dijiste?

-¡Pues nada! Quede en confirmar cuando tú me lo digas.

-Está bien, confirma, pero voy a ir por mis propios medios y tú me acompañaras.

-¿Yo? Pero si él quiere verte a ti ¡No a mí!

-Lo sé, pero tampoco puedo ir sola a un bufete, cualquiera pensara que me quiero divorciar.

-No lo pensé así, entonces a qué hora confirmó.

-Después del almuerzo -Laura se fue y mi cabeza comenzó a maquinar miles de escenarios, podía estar equivocada, pero asistiendo a esa reunión sobre sus verdaderas intenciones.

Terminé mi nota del día y fui a almorzar con Laura, desde que salí de la revista que mi estómago comenzó a dolerme de los nervios que sentía, pedí algo liviano ya que no podía comer mucho y no quería llamar la atención de Laura.

-Bueno ya es hora -me informa mi amiga mirando la hora en su reloj pulsera.

-Vamos a buscar un taxi ¿Tú sabes dónde queda el bufete?

-La verdad que no, pero aquí tengo anotada la dirección -me extendió el papel y quería morirme por mi terquedad y no aceptar el coche que él mandaría.

-Está al otro lado de la ciudad -dije un poco frustrada.

-Lo siento nena, pero te recuerdo que él quiso mandarnos un coche.

-No me lo menciones -apoyé mi mano en mi cabeza y con la otra sostenía el papel con su dirección.

-¡Solo decía! -pagamos la cuenta y salimos en busca de un taxi, luego de veinte minutos de viaje llegamos.

-Bastante lejitos a la próxima acepta su coche.

-¡No habrá próxima! -le dije segura.

-Está bien ¡Solo decía! -Ingresamos en el imponente edificio, al llegar a recepción una señorita nos detuvo.

-¿Disculpen? ¿A dónde van? -Nos detenemos con Laura y la miramos.

-¡Tenemos cita! -responde mi amiga.

-Muy bien, por favor díganme sus nombres y en donde es su cita, aquí les otorgaré un pase de visitante -nos acercamos y di mis datos al igual que Laura, la recepcionista nos entregó un gafete de visitantes y fuimos al ascensor y marcamos el piso del bufete.

-¿Pasa algo? -me pregunta de repente Laura.

-¿Por qué? ¿Tengo algo?

-Si, te veo muy nerviosa.

-¡No! Tranquila solo estoy pensando que hablaremos con él.

-¡Hablaras! Recuerda que solo vine a acompañarte

-¡Laura! No puedes dejarme sola.

-Fiorella no estarás sola, además así es mejor, y así sabrás sus intenciones.

-Olvidas que es casado, y si solo me estoy haciendo ideas que nada que ver y el solo quiere no sé ofrecerme solo su ayuda ¡Nada más! -Mis manos sudaban y era muy obvio que venía para saber qué era lo que él quería, era muy loco pensar que sintiera lo mismo, pero nunca me había pasado tal situación.

-Para eso estamos aquí -mire a Laura y en ese momento se abrió el ascensor dejando frente a mis ojos un elegante piso -Wow que hay plata aquí -dijo a mí oído Laura cuando bajamos.

Caminamos hacia la recepción por el extenso pasillo, sus pisos de mármol y su decoración con cuadros y esculturas costosas, me decían que esté lugar era de gente adinerada.

-¡Buenas tardes! ¿En qué puedo ayudarlas? -nos preguntaron en la recepción.

-Buenas tardes, mi amiga tiene cita con el abogado Dante Ponzio -habló por mí Laura.

-Por favor dígame su nombre así la anuncio.

-Eh sí Fiorella Estévez del magazine Woman -ella tecleó en su computadora, luego habló por teléfono.

-Bienvenidas al bufete Ponzio & asociados, el doctor Dante Ponzio la recibirá en su despacho, siga por el pasillo a mano derecha la puerta doble de madera es su oficina, espere en la sala que será llamada por su secretaria.

-Muchas gracias -dije y fui junto con Laura, mis nervios no los podía controlar, estaba al mismo tiempo feliz por verlo y a solas, también tenía miedo por lo que fuera a suceder, aunque él no era nada mío.

Llegamos a la pequeña sala de espera y tomamos asiento, en ese momento apareció el abogado que me presentó a Dante.

-Buenas tardes, Fiorella -se acerca a mí y me saluda con un apretón de manos, tanto a mí como a Laura.

-¡Buenas tardes! -le devuelvo el saludo.

-¿Ya te anunciaron con Dante?

-¡Muchas gracias! Estoy esperando -respondí y la puerta de la oficina se abrió, de allí salió una mujer.

-Buenas tardes ¿Fiorella Estévez?

-¡Soy yo! -me levanté al oír mí nombre.

-Por favor pase, el señor Ponzio la espera -mire a Laura y ella asintió.

-¡Muchas gracias! Con permiso -entré en su oficina y ahí estaba él, sentado en su sillón, perfectamente impecable con su traje oscuro, camisa celeste sin corbata, al verme ingresar el levantó su vista y esbozo una sonrisa que movilizó mucho en mí interior.

-¡Buenas tardes! -dije tímidamente, él se levantó de su lugar y señaló la silla vacía frente a su escritorio para que tome asiento.

-Buenas tardes, Fiorella, por favor tome asiento -hice lo que me dijo y tome asiento, él hizo lo mismo y en ese momento reinó por unos segundos el silencio.

-¡Muchas gracias! Antes que nada, quería agradecerle por su tiempo -dije rompiendo el hielo, pero no sabía qué hacía aquí ni porque vine, bueno eso sí lo sabía, era para verlo a él.

-No tiene que agradecer nada, es un gusto ayudarle, supe que Charly fue su abogado hace un año atrás cuando inició con su revista.

-Así es, él me ayudó mucho -esta reunión se trataba solo de trabajo, lo cual no era malo, me enfoque en mirar su rostro y examinar todos sus movimientos.

-Por eso quería ofrecerle, si usted acepta claro, un apoyo económico mensual.

-Disculpe señor Ponzio, pero no le entiendo, nunca solicite dinero -me sentí mal en ese momento, a lo mejor me hice ideas erradas y este hombre quiere darme dinero a cambio de sexo.

-No me mal entienda, aquí además de atender casos, tenemos una fundación de la cual soy el presidente, ayudamos a pymes y también contamos con varios comedores y casas para gente sin techo, sé que usted no me solicito su ayuda, pero cuando Charly me habló sobre su revista, creí oportuno ayudarla -lo escuche atenta y aun no me cerraba su supuesta ayuda.

-Se lo agradezco, pero que obtendría usted a cambio.

-¡Nada! Solo lo hago porque usted me cayó bien y quiero aportar parte del dinero de la fundación en buenas causas y creo que su revista es una de ellas.

-¡Muchas gracias! Le parece si lo pensó y le daré una respuesta en unos días.

-Por supuesto y por favor acepte mi propuesta, lo hago de corazón -me respondió y me miró a los ojos, en ese momento me sentí intimidada, pero sostuve la mirada y perdí ya que deseaba que suceda algo más que una simple conversación de negocios.

-¡Bueno! Muchas gracias -estiré mi mano para saludarlo, y él la tomó, la acarició un segundo y no la soltó, sentí tanto que las mariposas querían agujerear mi estómago.

-Espero su llamada -dijo y siguió sosteniendo mi mano hasta que la soltó y luego me entregó una tarjeta.

Salí de allí más nerviosa de lo que había venido, al estar fuera no encontré a Laura, mientras caminaba hacia el ascensor la llamé y al responderme me dijo que había bajado a planta baja, ya que creyó que me tardaría más.

-¿Qué rápido? -dijo y blanquee mis ojos.

-Fue un asco todo -le respondí y salimos fuera, al sentir el aire fresco en mi rostro me sentí aliviada.

-¿Por qué? ¿Qué pasó? -preguntaba Laura mientras caminaba sin rumbo, ya que no conocía esta parte de la ciudad.

-¡Nada! -le respondí y me detuve.

-No te entiendo ¡Por dios Fiorella se clara!

-Es que no pasa nada, me ofreció plata supuestamente para ayudarme y toda esa mierda.

-¿Es en serio? Pero porque te ofreció dinero.

-¡No lo sé! No entendí si lo hace porque me quiere dar una mano o meterme una mano -dije enojada.

-¿Fiorella que quieres entonces?

-Me enganche si y me odio por sentir esto de un hombre así, seguramente él se dio cuenta y usa su dinero para llegar a mí.

-¿Y si él siente lo mismo y así fue como pudo acercarse?

-No me hables, me confundes.

-Entonces qué vas a hacer -me dijo y recordé su tarjeta, la saqué de mi bolsa y se la di a Laura.

-Me dijo que lo llame.

-Pues llámalo, acepta el dinero y con el paso del tiempo averiguas que pasa, además tú sabes que nadie busca a una desconocida por que quiso ser solidario de repente.

-¡Está bien! ¡Aceptare! Y que pase lo que tenga que pasar.

-¿Y Lautaro?

-No lo estoy engañando -dije y para mis adentros sabía que, si el abogado avanzaba, me iba a hacer la mujer más feliz del mundo, aunque lo que siento este mal, nada me importa, solo quería una vez en mi vida sentir adrenalina y que alguien me ame como si fuera lo más preciado de su vida.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022