Capítulo 5 El Olor del Peligro

El aire nocturno estaba cargado de humedad y un leve aroma a lluvia. Ethan caminaba junto a Selene, todavía tratando de procesar todo lo que había escuchado. Los cazadores. Los clanes. Su linaje. Todo parecía sacado de una pesadilla.

Selene avanzaba con pasos seguros, con una confianza que contrastaba con el caos que Ethan sentía en su interior.

-¿Dónde vamos? -preguntó finalmente.

-A un lugar donde podamos hablar sin oídos curiosos -respondió Selene sin mirarlo.

Ethan frunció el ceño.

-¿No acabamos de hacer eso en el bar?

Selene soltó una risa baja.

-Ese lugar está lleno de oídos curiosos. Solo porque no los viste, no significa que no estaban allí.

Ethan sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

-¿Estás diciendo que nos estaban espiando?

-Siempre hay alguien escuchando, Varela -dijo ella con un tono despreocupado-. Aprende eso rápido y puede que sobrevivas más de un mes.

Ethan suspiró, frotándose la nuca con frustración.

-Bien. Genial. Mi vida está en peligro y ahora también tengo que preocuparme por quién me sigue.

Selene le lanzó una mirada de reojo.

-Tu vida siempre estuvo en peligro. La diferencia es que ahora lo sabes.

Ethan no respondió. Sabía que tenía razón.

Caminaron varias cuadras en silencio hasta que Selene se detuvo frente a una bodega abandonada en un callejón oscuro.

-Entra.

Ethan miró el edificio con desconfianza.

-Si quisieras matarme, este sería un buen lugar.

Selene sonrió con diversión.

-Si quisiera matarte, ya lo habría hecho.

Ethan gruñó con frustración, pero la siguió de todos modos.

Dentro, la bodega estaba más limpia de lo que esperaba. Había un par de lámparas industriales iluminando el lugar, viejas cajas apiladas en las esquinas y un amplio espacio en el centro que parecía haber sido despejado a propósito.

-¿Este es tu escondite? -preguntó Ethan, observando a su alrededor.

Selene se encogió de hombros.

-Uno de ellos.

Ethan arqueó una ceja.

-¿Cuántos tienes?

-Suficientes.

Ethan exhaló con frustración.

-¿Siempre eres así de misteriosa?

-¿Siempre eres así de terco? -respondió ella con una sonrisa burlona.

Ethan resopló y cruzó los brazos.

-Entonces, ¿qué sigue? ¿Una charla motivacional sobre cómo abrazar mi destino?

Selene soltó una carcajada.

-No. Lo que sigue es enseñarte a no morir en la primera pelea.

Ethan entrecerró los ojos.

-¿Crees que no sé pelear?

Selene lo miró de arriba abajo, evaluándolo.

-Sé que eres fuerte. Pero ser fuerte no significa que sepas pelear.

Ethan apretó los puños.

-Si quieres que me entrene, adelante. Pero no voy a dejar que me des órdenes como si fuera un cachorro.

Selene sonrió con un brillo peligroso en los ojos.

-Eso ya lo veremos.

◆◆◆

El primer golpe llegó más rápido de lo que Ethan esperaba.

Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar antes de que Selene se moviera como una sombra, deslizándose por su costado y lanzándole un golpe directo al estómago.

Ethan sintió el impacto como si lo hubiera golpeado un tren. Tropezó hacia atrás, llevándose una mano al abdomen mientras intentaba recuperar el aliento.

-¡¿Qué demonios fue eso?! -gruñó.

Selene sonrió, relajando la postura.

-Eso fue una lección.

Ethan se enderezó, con la mandíbula tensa.

-Podrías haber advertido antes de atacar.

Selene negó con la cabeza.

-Los cazadores no te van a avisar antes de intentar matarte.

Ethan sintió la ira burbujear en su interior.

-De acuerdo. Vamos otra vez.

Esta vez, estaba preparado.

Selene se movió de nuevo, pero Ethan logró reaccionar. Esquivó su primer golpe y trató de lanzar un puñetazo hacia su rostro, pero ella se agachó con facilidad y le propinó una patada en la pierna, haciéndolo perder el equilibrio.

Cayó al suelo con un gruñido de frustración.

-No está mal -dijo Selene, ofreciéndole una mano para ayudarlo a levantarse-. Pero necesitas mejorar.

Ethan la ignoró y se puso de pie por sí mismo.

-Otra vez.

Selene sonrió con aprobación.

◆◆◆

Horas después, Ethan estaba cubierto de sudor y con moretones por todo el cuerpo. Cada músculo le dolía, pero se negaba a rendirse.

Selene caminó hacia una de las cajas y sacó dos botellas de agua, lanzándole una a Ethan.

-Eso es todo por hoy.

Ethan tomó la botella y bebió grandes sorbos.

-¿Cómo sabes tanto sobre pelear?

Selene se apoyó contra una pared y bebió un poco de su propia botella.

-Porque tuve que aprender. No todos los clanes protegen a los suyos.

Ethan notó la tensión en su voz.

-¿Tu clan... te abandonó?

Selene guardó silencio por un momento antes de responder.

-Digamos que no me gustaban sus reglas.

Ethan sintió que había mucho más en esa historia, pero decidió no presionar.

-Gracias por entrenarme -dijo en voz baja.

Selene lo miró con sorpresa, pero luego sonrió.

-No me lo agradezcas todavía. Apenas estamos comenzando.

◆◆◆

La noche ya estaba avanzada cuando Ethan salió de la bodega. El aire fresco se sentía como un alivio contra su piel adolorida.

Pero algo en el ambiente lo hizo detenerse.

Un olor.

Era sutil, pero estaba ahí. Un aroma metálico y ferroso.

Sangre.

Ethan se tensó, sus sentidos agudizándose.

Giró la cabeza lentamente y sus ojos se posaron en un punto oscuro del callejón.

Una silueta estaba allí, de pie en las sombras.

Su corazón se aceleró.

No estaba solo.

                         

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