Capítulo 4 Llegada del Señor Comisionado Barnett

"¡Ja! Kaelyn ni siquiera está divorciada y ya está haciendo alarde de sí misma. ¡Mírala, está brincando como una bailarina barata! ¡Qué vergüenza para nuestra familia!", escupió Verena y dio un paso adelante con determinación. "¡Pero yo le daré una lección ahora mismo!".

"¡Basta!", espetó Landen, agarrándola del brazo para detenerla. "¿Quieres que todos aquí conozcan nuestros asuntos privados? No te estás comportando mejor que una callejera. ¿Dónde está tu dignidad como parte de los Barnett?".

Verena se quedó congelada y se sonrojó debido a la humillación.

Le avergonzaba profundamente que su hermano menor la reprendiera en público, por lo que abrió la boca para replicar.

Pero antes de que pudiera empeorar la situación, Claire intervino con una voz tranquilizadora: "Por favor, no peleen. Vinimos para divertirnos, no para hacer un escándalo. No dejemos que un asunto tan trivial nos arruine la noche".

Con un suspiro, inclinó ligeramente la cabeza como si estuviera preocupada y dijo: "Kaelyn pudo haberse enojado con Landen después de lo ocurrido anoche. ¿Por qué no nos disculpamos y vemos si nos perdona?".

Ante esta sugerencia, la expresión de Landen se volvió sombría, con la mandíbula tensa.

Al notar su reacción, Claire bajó la mirada recatadamente, pero un brillo de satisfacción se reflejó en sus ojos.

Sin darse cuenta del drama cerca de la entrada, Kaelyn abandonó la pista de baile, ya que su energía había menguado después de varias canciones. Tirando de Sebastian, comenzó a caminar de regreso a su mesa.

Pero antes de que pudieran sentarse, un hombre bajo y corpulento, con aspecto grasiento y calvo, se tambaleó hacia ella. Su aliento apestaba a alcohol. "Señorita, ¿por qué no nos acompañas a tomar una copa?", preguntó arrastrando las palabras. Sus ojos pequeños y brillantes la recorrían sin vergüenza.

El rostro de Kaelyn mostró un gélido desdén. Sin decir nada, pasó por su lado con la cabeza en alto, negándose siquiera a reconocer su presencia.

El hombre, imperturbable y envalentonado, fue tras ella. Su voz se estaba volviendo cada vez más fuerte y desagradable. Extendió la mano e intentó agarrarla por la cintura.

"¿Quién te crees que eres? ¡Una mujer como tú solo viene al bar a seducir a los hombres! ¡Deberías agradecer que alguien como yo se haya fijado en ti!".

Kaelyn esquivó sin esfuerzo su mano y esbozó una sonrisa burlona. "Te doy un consejo: si sigues comportándote así, podrías perder más que solo cabello".

"Tú...". El hombre se puso rojo como un tomate mientras la señalaba con un dedo, temblando de rabia. "¿Sabes con quién te estás metiendo? ¡Mi nombre es Kolton Dawson! Mi familia es dueña de este bar, ¡así que será mejor que te comportes o me aseguraré de que salgas de aquí en una camilla!".

Landen estaba muy cerca, acompañado de Verena y Claire, por lo que escuchó claramente la pelea. Su expresión se oscureció al instante.

Sin importar lo que estuviera sucediendo entre ellos, Kaelyn seguía siendo legalmente su esposa, por lo que fue un golpe bajo ver a un idiota acosándola en público.

Con la mandíbula apretada, empezó a caminar, pero la suave voz de Claire lo detuvo. "Landen, hay demasiada gente aquí", dijo acercándose con preocupación. "Si esto se convierte en un escándalo, las repercusiones serán caóticas. Y no olvides que Kaelyn sigue enojada contigo. Incluso si intervienes, es probable que ni agradezca tu ayuda. Sería contraproducente".

Landen vaciló. El razonamiento de la mujer atravesó su ira impulsiva. Claire tenía razón. Rara vez salía con Kaelyn, así que era probable que la gente de aquí no la reconociera. Si actuaba precipitadamente, podría meter en problemas a su familia. ¡Casi había perdido la cabeza!

Tomando una respiración profunda, se obligó a quedarse quieto, aunque su mirada permaneció fija en Kaelyn, sin poder apartarla.

De repente, vio que un hombre alto se colocaba protectoramente entre ella y Kolton.

La imponente presencia de Sebastian silenció los murmullos cercanos. Con una facilidad practicada, arrojó una tarjeta de presentación al pecho de Kolton. "Antes de amenazar a alguien, piensa si estás calificado. No eres tan poderoso como para ofender a todos aquí, y mucho menos a aquellos que pertenecen al Grupo Starbright. Te sugiero que tú mismo lo compruebes".

Kolton agarró la tarjeta con manos temblorosas mientras leía las elegantes letras en relieve. Se puso pálido cuando se dio cuenta.

"¿Tú... eres el vicepresidente del Grupo Starbright?".

¿Qué? Todos los espectadores se quedaron incrédulos, incluidos Landen y sus acompañantes, quienes intercambiaron miradas atónitas.

El Grupo Starbright no solo era poderoso, sino también era una de las corporaciones más influyentes a nivel mundial, superando incluso al Grupo Barnett en alcance y autoridad.

Landen sintió su pecho apretarse con ira y celos. ¿Cómo conocía Kaelyn a un hombre de tan alto estatus social? ¿Y por qué no lo había sabido?

Un pensamiento desagradable surgió en su mente. ¿Fue por eso que aceptó el divorcio tan fácilmente? ¿Había encontrado a alguien mejor?

Al observar la expresión melancólica de Landen, Claire entendió lo que estaba pensando y esbozó una sonrisa satisfecha. "Kaelyn parece ser muy cercana al vicepresidente del Grupo Starbright. Esta podría ser una buena oportunidad. Tal vez podría ayudar al Grupo Barnett a obtener una colaboración con ellos", murmuró.

"¡Ja! ¡Tal vez esa mujer desvergonzada se olvidó de nuestra familia hace mucho tiempo!". Landen apretó los puños y los dientes mientras una oleada de celos y frustración retorcía sus entrañas.

Una multitud había comenzado a reunirse y murmurar entre ellos a medida que más personas dirigían su atención a la acalorada escena.

Nervioso por la creciente atención, Kolton declaró con desafío: "Los ejecutivos del Grupo Starbright son muy reservados. Solo porque lo digas, no significa que sea verdad. ¡Podrías ser un fraude!".

A pesar de su inquietud, se negaba a dar marcha atrás en su territorio. Incluso si el hombre era realmente de esa empresa, no podía quedar en ridículo.

"Te lo advierto, niña, no me importa quién se interponga en mi camino. Te tendré esta noche", escupió Kolton vulgarmente. "Estarás rogando en la cama cuando termine...".

Sus palabras fueron interrumpidas cuando Kaelyn le dio una fuerte bofetada.

El bar se quedó en un silencio atónito. Todas las miradas se dirigieron al rostro de Kolton, ahora rojo con una huella.

Furioso, se dio la vuelta hacia ella. "¿Te atreves a pegarme?", gruñó. "¡Agárrenla!".

Su orden fue detonante. Los guardias de seguridad que estaban cerca entraron en acción y rodearon a Kaelyn y Sebastian con miradas intimidantes.

"Kaelyn, ¿deberíamos pelear?", murmuró él con los puños apretados.

Ella apretó los labios en una fina línea mientras su mente corría. Sus secuaces también estaban presentes, y si realmente llegaba a haber una lucha, sería difícil decir quién saldría vencedor.

Antes de que pudiera decidir, se escuchó un estallido ensordecedor cerca de la entrada del bar. Los clientes se dispersaron con pánico.

"¡Es un arma!", gritó alguien.

"¡Corran! ¡Alguien está disparando!".

La frenética multitud se dirigió hacia las salidas, pero entonces se escuchó una voz por encima de la conmoción, dominante e inequívocamente autoritaria. "¡El Señor Comisionado Barnett está presente! ¡Detengan este desorden y hagan silencio!".