¡Ayuda, mi esposo magnate se niega a divorciarse!
img img ¡Ayuda, mi esposo magnate se niega a divorciarse! img Capítulo 6 Estás hablando demasiado
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Capítulo 7 Estás tomándote esto muy en serio img
Capítulo 8 No llores img
Capítulo 9 William quiere el divorcio img
Capítulo 10 La recuperaré img
Capítulo 11 ¿Podrías quedarte a su lado img
Capítulo 12 ¿Y cómo planeas hacer eso exactamente img
Capítulo 13 Una pareja perfecta img
Capítulo 14 Hacer oficial su rivalidad img
Capítulo 15 No me divorciaré de mi esposa img
Capítulo 16 Discutir los términos de nuestro divorcio img
Capítulo 17 Eres la única aquí con un amante img
Capítulo 18 Sé una buena chica para mí img
Capítulo 19 Saluda a tu esposa de mi parte, ¿quieres img
Capítulo 20 ¿Alguna vez considerarías casarte conmigo img
Capítulo 21 Estoy segura de que puedo entretenerte bastante img
Capítulo 22 ¿Qué mano usó para sujetar la barbilla de Marvin img
Capítulo 23 Espérame img
Capítulo 24 Un equipo de fútbol img
Capítulo 25 Será mejor que te vayas img
Capítulo 26 En la vida todo se paga img
Capítulo 27 Gracias por dejarme tenerlo img
Capítulo 28 ¿Ya no me quieres img
Capítulo 29 Por favor, contesta img
Capítulo 30 Desapareció img
Capítulo 31 Deberías haberlo admitido antes img
Capítulo 32 Nunca encontrarás a Renee img
Capítulo 33 Conspirando durante años img
Capítulo 34 Como deseen img
Capítulo 35 Él quiere que me acueste contigo img
Capítulo 36 ¿No sabes que estás embarazada img
Capítulo 37 Rose img
Capítulo 38 Demasiado poco, demasiado tarde img
Capítulo 39 Una sombra que no se va img
Capítulo 40 Eres apuesto y me agradas img
Capítulo 41 Es papá img
Capítulo 42 Él no es tu papá img
Capítulo 43 Su incansable búsqueda para encontrar a Renee img
Capítulo 44 Descubriendo algo importante img
Capítulo 45 Pasemos un buen rato img
Capítulo 46 Golpeé a alguien con el auto img
Capítulo 47 Felix está desaparecido img
Capítulo 48 Tienes que ayudarme img
Capítulo 49 ¿Por qué hay tantos policías img
Capítulo 50 ¿Qué relación tiene Renee con Ryder img
Capítulo 51 Él nunca firmó los papeles de divorcio img
Capítulo 52 Yo soy su padre img
Capítulo 53 Corta los lazos con él img
Capítulo 54 Confrontación img
Capítulo 55 Eso quedó en el pasado img
Capítulo 56 A partir de ahora, yo seré tu papá img
Capítulo 57 ¿Qué piensas hacer img
Capítulo 58 Pensé que mis acciones me dejaban en evidencia img
Capítulo 59 ¿Te gusta img
Capítulo 60 Te quiero muerta img
Capítulo 61 Duele img
Capítulo 62 Solo un pequeño accidente img
Capítulo 63 Necesito besarte img
Capítulo 64 ¿Yo soy el padre img
Capítulo 65 Dime que me extrañas img
Capítulo 66 ¿Cómo sigues viva img
Capítulo 67 ¿Cómo pudo ser tan imprudente img
Capítulo 68 Te equivocaste de persona img
Capítulo 69 Compórtate bien img
Capítulo 70 Está condenado img
Capítulo 71 Tiene que obedecerme img
Capítulo 72 ¿Podemos invitarlo img
Capítulo 73 No quiero divorciarme de ti img
Capítulo 74 ¿Estás pensando en pegarle a mi esposa img
Capítulo 75 ¿Por qué debería importarme img
Capítulo 76 Lo persiguió como una desesperada img
Capítulo 80 Eso hará que sea más fácil para mí matarla img
Capítulo 81 Una prueba de paternidad img
Capítulo 82 Es a quien elegí img
Capítulo 83 Ella está oficialmente de vuelta img
Capítulo 84 Tu exesposo img
Capítulo 85 Llévala a casa a rastras img
Capítulo 86 Sospechoso img
Capítulo 87 Una madre soltera y divorciada img
Capítulo 88 Por favor, dame otra oportunidad img
Capítulo 89 Ryland cuida a Felix img
Capítulo 90 ¡Discúlpate con él! img
Capítulo 91 Irracional img
Capítulo 92 El amante de tu mamá img
Capítulo 93 Defenderlo img
Capítulo 94 No es prudente provocarla img
Capítulo 95 Afrontar las consecuencias img
Capítulo 96 Arrodillarse img
Capítulo 97 No te metas con William img
Capítulo 98 Te dispararé img
Capítulo 99 Reconquistarte img
Capítulo 100 Eres la única que me importa img
Capítulo 101 Trata bien a tu esposa img
Capítulo 102 Elegir entre William y Ryder img
Capítulo 103 Su único y verdadero amor img
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Capítulo 6 Estás hablando demasiado

Cuando William irrumpió en la sala de estar, Renee iba aferrada a sus brazos. Él le gritó a la niñera: "¡Llama de inmediato al doctor Newton!".

La empleada, visiblemente conmocionada, tomó el celular con torpeza, al mismo tiempo que con voz temblorosa preguntaba: "¿Qué sucede, señor? ¿Se enfermó la señora Mitchell?".

Renee, igual de confundida y ligeramente despeinada por la rudeza de su esposo, soltó: "William, ¿qué diablos estás haciendo?".

Ignorándola, el hombre la dejó caer descuidadamente sobre el lujoso sofá, encendió una cerilla y luego un cigarrillo. Inhaló profundamente. Un momento después, la estela de humo se enroscó alrededor de su cabeza, mientras sus ojos penetrantes se clavaban en Renee. "Es hora de que te hagan un chequeo", afirmó rotundamente.

"¿Un chequeo para qué?". La voz de la joven se elevó, teñida de una mezcla de ira y desconcierto.

William entrecerró los ojos, a la vez que una sonrisa gélida aparecía en sus labios. "¿Por qué fuiste al hospital tan temprano?".

Renee parpadeó, sorprendida por la mención del hospital. "¡Oh! Para pillarte con tu amante, por supuesto", replicó con dureza y sarcasmo, poniendo los ojos en blanco.

La atmósfera en la sala de estar se tensó a medida que su ira se reavivaba. Mirando fijamente a su esposo, le dijo en tono acusador: "Acordamos mantener la fachada de un matrimonio feliz y llevar vidas separadas. ¿Cómo es posible que Sylvia esté embarazada? ¿Qué pasará si la gente se entera? ¡Mi familia y yo seremos el hazmerreír de toda la ciudad!".

William, aparentemente imperturbable, continuó fumando, sin siquiera mover la mirada.

Un momento después, aplastó la colilla con los dedos y la dejó caer en el cenicero. "No te preocupes. Yo resolveré esto", murmuró.

No negó la paternidad del bebé de Sylvia. Su silencio posterior flotaba pesado en el aire que había entre ellos.

Renee se había aferrado a un delgado hilo de esperanza de que él no fuera el padre de ese bebé; sin embargo, en el fondo sabía que estaba engañándose a sí misma.

Su voz era firme y no delataba la agitación que había en su interior, mientras lo confrontaba. "Si insistes en que ese bebé nazca, entonces no puedo permanecer a tu lado. ¡Quiero el divorcio!".

Sus ojos brillaban con la misma determinación feroz que la había impulsado a cortejarlo incansablemente durante cinco años.

William la miró a los ojos; la resolución que vio en ellos le indicó que hablaba en serio. Realmente estaba preparada para ponerle fin a su matrimonio.

Su respuesta fue imperturbable, casi indiferente: "Comprendo".

El corazón de Renee, que ya estaba muerto, se convirtió en cenizas en este momento. Experimentó una necesidad apremiante de cortar todos los lazos que los unían.

Esa noche, tan pronto como el hombre salió de casa, ella marcó apresuradamente el número de Ryland, quien respondió con su habitual dramatismo: "¡Oh, querida! ¿Qué sucede? ¿Lo pillaste con esa mujer?".

Desviando el tema, la joven ordenó rotundamente: "Llama al chico de compañía de anoche. Necesito encontrarme con él en nuestro lugar habitual. Estoy decidida a quedar embarazada esta misma noche. Después de todo, no es como si fuera algo del otro mundo".

Al oír eso, Ryland jadeó. Luego, alzando la voz y con una mezcla de emoción e incredulidad, preguntó: "¿Hablas en serio? ¿Quieres vengarte de William de esta manera? ¿No te parece que tener un hijo con un desconocido es demasiado extremo?".

"¿Por qué querría vengarme de él? De repente, la maternidad me pareció algo fascinante. Ahora lo único que quiero es tener hijos... octillizos, para ser más precisa".

La declaración de Renee fue tan absurda que Ryland no pudo evitar estallar en una carcajada estridente, convencido de que solo estaba bromeando. Sin embargo, para su gran sorpresa, ella hizo acto de presencia en el bar más tarde esa noche.

Ryland estaba ahí, del brazo de dos hombres musculosos que coincidían perfectamente con sus gustos habituales.

Cuando levantó la mirada, vio a Renee, ataviada con un atuendo sencillo y sin maquillaje. Su belleza natural le daba un encanto excepcional que rara vez se veía en otras mujeres.

"¿Dónde está el chico que te pedí?", preguntó ella, yendo directo al grano.

Con un gesto despectivo, Ryland despidió a los dos hombres musculosos y le ofreció un cigarrillo.

Esbozando sonrisa aduladora, inquirió: "¿Hablas en serio? Pensé que estabas bromeando".

Renee tomó el cigarrillo. Puso los ojos en blanco con exasperación y replicó: "¿Qué te hace pensar que estaba bromeando?".

El otro soltó una risa sarcástica, antes de decir con una voz llena de incredulidad: "Nunca antes habías mostrado tanta seriedad. Todo el mundo sabe que te rodeas de chicos de compañía, pero nadie sabe que, en realidad, nunca has estado con ninguno de ellos. Me pregunto si esto se trata de algún tipo de perversión extraña o si simplemente estás fingiendo para darle celos a William".

Ella exhaló una espesa nube de humo. Su mirada era mordaz cuando respondió: "¿Por qué haría eso? Es solo que no quiero que piense que únicamente puedo acostarme con él".

"Entonces, ¿qué te impide divertirte con otros hombres?".

"Definitivamente estás hablando demasiado, Ryland. Ya deja de quitarme el tiempo y tráeme al chico de anoche. ¡Rápido!". Sintiendo que su frustración se desbordaba, Renee le dio una patada rápida en el trasero al hombre, quien hizo una mueca de dolor; no obstante, se apresuró a hacer la llamada telefónica.

Poco después, el chico de compañía entró en el bar, vestido con un llamativo atuendo de camuflaje. Tanto Ryland como Renee se quedaron boquiabiertos al verlo.

"¡Oh, por Dios...! ¿William?", preguntó él entre tartamudeos y con una voz cargada de incredulidad.

Acercándose con tranquila elegancia, el recién llegado asintió cortésmente. "Hola, señorita Carter y señor Flynn", dijo con una voz suave y respetuosa.

Ryland, incapaz de contener su asombro, le dio un codazo juguetón a Renee. Su voz se redujo a un susurro conspirativo cuando expresó: "Ahora sé por qué lo elegiste. ¡Es la viva imagen de William!".

Sorprendida y con sus pensamientos hechos una maraña, ella parpadeó. A decir verdad, la noche anterior no notó el parecido de ese chico con su esposo; simplemente le causó una impresión favorable. Sin embargo, ese día, con el pelo más corto y bien peinado y su atuendo militar, el parecido con William era asombroso.

"¿Cómo te llamas?", logró inquirir con una voz que era un suave murmullo.

"Michael Swain. Llámame solo Michael, por favor. ¿Puedo llamarte Nene?", respondió el chico. El apodo que eligió para Renee le provocó a esta un escalofrío inesperado en todo el cuerpo.

Su corazón se estremeció; ecos de familiaridad resonaron con el sobrenombre Nene, el cual William había usado en sus momentos íntimos, pero nunca a la fría luz del día.

La forma tan casual en que Michael lo pronunció parecía una provocación deliberada, o tal vez una mera coincidencia. Al mirarlo a la cara, la cual le recordaba tanto a la de William, Renee sintió una mezcla de nostalgia y un nuevo interés agitándose en su interior.

Con un ligero temblor en la voz, declaró: "¡A partir de ahora estarás siempre conmigo!".

                         

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