Capítulo 5 Puntos claves de un contrato

Se mordisquea el labio un instante antes de relajarse en los cojines, aparentemente satisfecha con mi respuesta. -Gracias. Por cierto, se habría horrorizado de saber que estaba pensando en quedarme embarazada fuera del matrimonio. Incluso fingir un embarazo.

-El embarazo no será fingido , le recuerdo, necesitando dejarlo perfectamente claro.

-No, solo todo lo demás de nuestra relación. -Estira las piernas, y desde luego no me doy cuenta de cómo se le sube el vestido por los muslos. Esos muslos que se sentían tan bien me envolvieron mientras la montaba como si fuera lo último, lo mejor que haríamos en nuestra vida...-. ¿Has considerado una gestación subrogada? Hay mujeres que se ganan la vida con esto, ¿sabes?

-Prefiero un toque más...personal .

-Ah, sí, nada dice más "toque personal" que pedirle a una desconocida a la que ignoraste hace meses y con la que no has hablado que tenga a tu bebé. -Se toma el resto de su bebida de un trago y me extiende el vaso-. Voy a necesitar que me lo rellenen para terminar esta conversación.

Me levanto para servirnos otra ronda. -No diría que somos desconocidos. Si no me falla la memoria, nos conocimos bastante bien durante esos tres días en tu apartamento...

¿Si no me falla la memoria? ¡Ay, por favor! Pasamos más tiempo viniendo que hablando. Y fue... fenomenal.

Dejé las copas en el carrito y miré por encima del hombro para verla mordisqueándose el labio inferior de una forma que me dieron ganas de hacer lo mismo. Tiene razón. Fue fenomenal, y no soy de los que usan esa palabra a la ligera.

Ella suspira y añade: -Eso es probablemente algo que deberíamos considerar antes de firmar en la línea punteada .

-¿Considerar de qué manera? , pregunto, añadiendo un chorrito extra de vermut a su bebida.

-Con una química tan intensa... , se queda callada mientras cruzo la habitación, aceptando su martini recién hecho, antes de añadir: -Solo no quiero que te confundas con tus hormonas descontroladas y te enamores perdidamente de mí. Supongo que eres un buen chico, pero no me interesa estar contigo para siempre, James . Sin resentimientos. Simplemente no eres mi estilo personal de "para siempre".

Sonrío, mi primera sonrisa genuinamente divertida de la noche. Es tan lista como la recuerdo, algo que me parece más atractivo de lo que debería. -Tu consideración es conmovedora.

Ella sonríe, con los ojos brillantes. -¿Sí? ¿Estás conmovida? Pareces conmovida .

-Muy bien -dije con seriedad-. Si hubiera tenido alguna duda sobre tu fuerza de carácter, se habría disipado por completo.

-Tranquila. -Dale un sorbo a su bebida, saboreándola antes de tragar-. ¿Te dije alguna vez que tu vocabulario, tan amplio y denso, es sexy?

-No, pero gracias -digo-. Una vez una amiga me dijo que sonaba como un diccionario de sinónimos.

Lauren resopla. -¿Lo dijo como un cumplido?

No, estoy bastante seguro, fue al contrario. Estábamos discutiendo en ese momento. También dijo que sospechaba que yo tenía autismo y que me beneficiaría del análisis conductual aplicado o la terapia cognitivo-conductual. Pero le expliqué que era un imbécil despiadado y le di una hora para que hiciera las maletas y se fuera de mi apartamento.

Lauren suelta un ladrido en voz baja. -¡Vaya, qué idiota! Y estoy de acuerdo contigo. Todas las personas con autismo que conozco son mucho más amables que tú. Y más conscientes de sus emociones . Ladea la cabeza.

-Pero la terapia no está mal, ¿sabes? Podría ayudarte a procesar lo que te asusta tanto que temes tener contacto con este niño que te sientes obligado a traer al mundo.

-No tengo miedo , le digo. -Soy realista. A estas alturas de mi vida, soy muy consciente de mis fortalezas y debilidades. He meditado esta decisión detenidamente y no cambiaré de opinión sobre cómo pienso seguir adelante. Solo queda decidir si estás dispuesto a aceptar mis condiciones .

Duda un instante antes de dejar su bebida en la mesa de centro, entre nosotras, y extiende el brazo, moviendo los dedos. -Bien. Contrato. Déjame verlo.

Me levanto, saco los papeles de mi maletín que está en la mesa de la entrada antes de entregárselos en el sofá.

Ella lo toma, pero sólo entrecierra los ojos durante un instante para mirar la página superior antes de arrojar el contrato sobre el cojín que está a su lado.

Arqueo una ceja.

-No tengo gafas para leer , dice, haciendo una mueca cuando sonrío con sorna ante la confesión. -Y sí, necesito gafas para leer, pero no es porque sea mayor de edad. Siempre he sido hipermétrope. Simplemente no me he revisado la vista en mucho tiempo, así que uso gafas para leer en lugar de graduadas .

-¿Por qué no los has hecho revisar?

Se encoge de hombros. -Mi plan médico no cubre la vista, y siempre tengo algo mejor en lo que gastar quinientos dólares. Como mi hipoteca o vestidos bonitos y joyas vintage.

-O gatos , digo, curvando el labio superior.

Ella niega con la cabeza, aparentemente divertida. -¿Cómo puedes odiar a los gatos? Son literalmente lo mejor del mundo. Sobre todo el Capitán Pantalones Crujientes. Es un encanto y te adoraba .

Me estremezco al recordar a su antiguo gato atigrado gris, el que tenía displasia de cadera y se retorcía por todo el apartamento como en una película de terror. Parecía tener algo por mí. Cada vez que entraba a escondidas en casa de Lauren por la puerta trasera, aparecía al instante, ronroneando mientras frotaba su pelaje gris sobre mis pantalones de traje negro y se daba la vuelta para que le rascara la barriga.

-Lo que me recuerda , dice, señalándome con su bebida. -Si seguimos adelante con esto, necesito que aceptes pagar la hipoteca de la cafetería de gatos durante un año, además de los salarios de un panadero a tiempo completo y una persona extra para atender el mostrador. No quiero vender la cafetería hasta que sepa que todo avanza con el bebé. Después de todo, puede que no podamos embarazarnos, y entonces habría renunciado a mi lugar seguro en el mundo a cambio de nada. No puedo permitirme eso. Soy la única que me protege. En el peor de los casos, tengo que asegurarme de estar protegida .

-Entendido -digo-. Y no hay problema. Llamaré a mi asistente mañana para que añada esa agenda. Mientras tanto, si quiere revisar el contrato y ver si hay algún otro cambio que quiera hacer, puedo prestarle unas gafas para leer.

-¿Tú también tienes visión de futuro?

Niego con la cabeza. -No. Soy mayor. Empecé a necesitarlos hace un año.

Su mirada recorre mi cuerpo de arriba abajo, haciendo que mi polla se erice por lo que parece la centésima vez desde que la vi en la playa. -No eres vieja. Eres... Se aclara la garganta, cambiando de tema antes de que pueda pedirle que complete el espacio en blanco. -¿Por qué no me das el vídeo de los mejores momentos mientras termino mi bebida? Lo revisaré yo misma por la mañana y te llamo si veo algo más que me gustaría cambiar .

La explico por los puntos clave: términos financieros, cronograma, acuerdos de confidencialidad, acuerdo de custodia, etc. Ella hace preguntas agudas sobre todo, desde gastos médicos hasta fondos educativos, lo que demuestra que es tan inteligente y astuta como pensaba.

-El plazo es muy ajustado , dice finalmente mientras vuelve a cruzar las piernas, regalándome otro tentador vistazo a la parte superior de sus muslos. -¿Quieres que empecemos a intentarlo la semana que viene?

-Como mencioné, a mi madre no le queda mucho tiempo .

Ella asiente. Suspira. -Bien. De acuerdo, pero necesito consultar con mi médico para ver si es seguro empezar a intentarlo justo después de que me extraigan el DIU. Probablemente me lleve un par de días llegar a la consulta para una cita, y de todas formas debería tomarme unos días para pensarlo.

                         

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