Capítulo 3 Lord Carlo

-¿Qué pasa porque lloras?- Dijo Lord Carlo sorprendiéndome de

nuevo, siempre llegaba como un fantasma.

-No es nada, mi Lord- Respondí secándome las lágrimas.

-No tienes que mentirme, estaba ahí cuando Noelia hizo que

te tropezaras- Dijo lo cual me hizo sentir mucha rabia, él la vio y no hizo

nada- Creí que podrías manejar lo pero ya veo que no, tendré que ponerla en su

lugar- Eso me hizo sonreír- ya no llores más- Dijo secando la última de mis

lágrimas, yo asentí y él partió de vuelta a la sala de estar donde todos

estaban disfrutando sus bebidas que otra esclava había repartido- Noelia que

esta sea la primera y última vez que te metes con mi esclava ¿te quedó claro?

-No sé a qué se refiere, Lord Carlo- Dijo desfachatadamente.

-No te hagas, todos vieron la zancadilla que le hiciste a

Sofía por lo que terminó mojando a Lord Bernard por accidente.

-No me culpes a mi por la torpeza de tu esclava- Dijo, Lord

Carlo la tomó de la muñeca y apretando agregó.

-Te lo advierto, que no se te olvide quién soy, puedo

desterrarte y dejarte en la calle cuando quiera- La amenazó.

-Bien, insisto en que yo no hice nada, pero no me meteré con

tu preciada esclava- dijo ella tratándolo de Ud de repente, zafándose de su

aguerre.

-Más te vale- Dijo Lord Carlo- Vámonos- agregó tomándome del

brazo y me llevó al otro lado del salón- Espera a que empiece la cena y te

arrodillas a mi lado- agregó y fue a conversar con lord Bernard.

Yo me quedé ahí sin saber que hacer con la mirada de Noelia

quemando sobre mi, decidí ir a la cocina a esperar, ahí sabría cuando empiece la

cena porque irían a buscar los platos.

La cena no tardó en empezar, así que tomé una charola con

cerdo y lo llevé a la mesa después de ponerlo, busqué a Lord Carlo con la

mirada y me arrodille a su lado, él dio unas palmaditas sobre la cabeza como si

fuera un perro luego dio su siguiente orden.

-Sirveme cerdo, con abundante sangre.

-Sí mi lord- Me levanté para poder llegar a la charola que

tenía el cerdo, corté un buen pedazo y le agregue "salsa" de sangre encima,

luego lo dejé frente a él sin decir nada, recordando que no le gustaba que

hablara de más.

-De rodillas- Dijo y empezó a comer.

En el suelo, al lado de cada puesto habían cojines para que

pudiéramos arrodillarnos más cómodamente, de lo contrario no hubiera aguantado

ni 5 minutos aunque de todos modos era una posición incomoda a la que no estaba

acostumbrada, supongo que ahora que era una esclava tendría que acostumbrarme a

ello.

Me pidió que le sirviera distintos tipos de carnes hasta que

terminó la cena, luego los invitados se quedaron un rato conversando y se

fueron poco a poco hasta que solo quedaron los 10 reyes, yo solo quería que terminaran

de conversar para poder levantarme y, eventualmente, irme a dormir entonces

recordé que decían que los vampiros no dormían "pero tiene que dejar que duerma

aunque sea un rato" pensé "no me dejaría sin dormir toda la noche ¿verdad?"

entonces Lord Carlo ve su reloj pude ver que eran las 1 am.

-Nosotros nos retiramos, mi esclava tiene que dormir- Dijo

lo cual me dio un gran alivio, me levanté con dificultad, tenía las piernas entumecidas,

él lo notó y me ayudó.

-Gracias mi lord- le dije con una sonrisa.

-Es lo mínimo que puedo hacer, quiero beber de ti antes de

que te vayas a dormir.

-Sí mi lord- Dije a mi pesar, nunca me acostumbraría a eso,

podía adecuarme a las tareas y al servicio pero nunca me acostumbraría a ser

una botella de sangre viviente.

Fuimos a los sillones de antes, me arrodille a su lado y con

resignación le pasé mi brazo, él me mordió hasta que empecé a sentirme mareada.

-¿Estás bien?

-La verdad me siento un poco mareada- Dije la cabeza me daba

vueltas.

-Tienes que comer algo ¿has comido algo?

-No mi lord, no me dio tiempo, además no sabía qué podía

comer.

-Tienes que comer apropiadamente o te sentirás mal cuando me

alimente de ti.

-Sí mi lord- Respondí.

-Bien, vamos a la cocina- Dijo, me llevó en brazos hasta la

cocina, me sentó sobre un mesón, buscó en el frigider, sacó un pedazo de pollo

desmenuzado, sin sangre y queso, luego sacó pan de una alacena y me hizo un

sándwich, por último me sirvió un vaso de jugo de naranja- Come- Dijo con tono

imperativo.

-Sí mi lord, gracias- Dije y comí el sándwich con el jugo,

estaba delicioso y me hizo sentir un poco mejor.

-¿Estás mejor?

-Sí mi Lord, gracias

-Bien, ahora ve a dormir.

Yo asentí, me bajé del mesón de un salto y caminé hacia mi

pieza mientras pensaba en Lord Carlo "supongo que no está tan mal, por lo menos

me defendió y se preocupó cuando me sentí mal" Pensé, "podría ser peor, podría

ser como Lord andré, a él no le hubiera importado que me sintiera mal, quizás hasta

me reproche por comer en vez de estar haciendo alguna tarea" pensé con horror

recordando las marcas de Natalia, entonces recordé que Lord Carlo había dicho

que la saliva de vampiro era cicatrizante eso quiere decir que a Lord André le

importaba tan poco Natalia que ni siquiera cicatrizaba sus heridas "supongo que

tengo algo de suerte dentro de todo" pensé mientras me acostaba "mañana será

otro día" fue mi último pensamiento antes de dormir.

-Despierta esclava, quiero desayunar- Escuché una voz era la

de mi Amo, Lord Carlo.

-¿Qué hora es?- Dije estirándome, sentía que no había

dormido nada.

-Eso es lo que menos importa, ya levántate

-Sí mi Lord- Dije despertando un golpe, me levanté y acomodé

mi cabello sin verme, no había espejos en ese lugar, lo cual tenía sentido ya

que los vampiros no pueden ver su reflejo y las esclavas no contamos para nada

para ellos.

-Ven conmigo- Dijo me llevó a los sillones donde los 9 reyes

estaban alimentándose de sus esclavas, pude reconocer a Katia, Natalia e

Ignacia, no parecían sentir dolor era como si solo estuvieran esperando que se

detuvieran, Lord Carlo se sentó en el único sillón libre, yo me arrodille a su

lado, sobre un cojín, él tomó mi brazo y empezó a beber, cuando terminó pasó su

lengua por mi herida- ve a desayunar y luego limpia mi cuarto.

-Sí mi lord- dije y fui a la cocina.

Ahí había todo tipo de comida, me hice huevos con jamón y

los acompañé con pan y un café con leche, eso definitivamente me devolvió la

energía, cuando terminé lavé todo lo que usé, fui a la habitación de Lord Carlo,

era muy lujosa, comencé a ordenar todo, partí por la cama y terminé aspirando

el polvo.

-¿Ya terminaste?- Dijo Lord Carlo apareciendo en la puerta-

Bien ahora quiero que limpies el jardín trasero.

-Sí mi Lord- dije y di un paso al frente.

-Pero antes... Hay algo más que quiero- Dijo tomándome en sus

brazos, yo me quedé quieta pensando que iba a morderme pero no lo hizo, en vez

de eso tomó mi rostro y me besó, luego empezó a recorrer mi cuerpo con sus

manos, mi corazón latía tan fuerte que pensé que se saldría del pecho, no sabía

que hacer, no podía resistirme y a decir verdad tampoco quería hacerlo Lord

Carlo era guapísimo, el más guapo de los 10 reyes y había demostrado ser

protector conmigo, eso bastaba para que quisiera que me tocara, pero no sabía

si debía responder o solo quedarme ahí- Abrázame- Dijo sacándome de mis dudas,

volvió a besarme y deslizó su mano por mi muslo hasta debajo de mi vestido,

siguió subiendo y cuando me tenía jadeando, de pronto se detuvo, yo lo miré sin

entender nada, pensando que había hecho algo mal- Alguien viene- Dijo y puso un

dedo en sus labios indicándome que guarde silencio, yo asentí.

Enseguida tocaron la puerta era Lord Bernard.

-Aquí estabas, tengo que hablar contigo, hermano- Dijo.

-Claro, dime

-En privado- Dijo mirándome- sin ofender.

-No me ofende- Respondí aún con el corazón alborotado.

-Ve a hacer lo que te dije- dijo Lord Carlo.

-Sí

mi lord- dije saliendo de la habitación sintiéndome como una pluma mientras

intentaba recordar qué era lo que me había pedido antes de que tomara mi cuerpo

de esa manera

            
            

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