/0/16379/coverbig.jpg?v=6f97574caa4a03896c550c8bf4efa458)
-Despierta, esclava, tengo hambre- Dijo con su habitual tono frío "Un día más" pensé mientras me despertaba y me ponía de pie, él tomó mi brazo y esta vez no me llevó a donde estaban los sillones, me llevó a su pieza, era la segunda vez que entraba, pero esta vez la vi con más detenimiento, era impresionante tenía una cama de la época victoriana de dos plazas en perfectas condiciones, dos veladores de madera del mismo estilo, un apoyapies de terciopelo rojo con patas de madera de pino, a los pies de su cama, un baúl de cuero gigantesco, un librero que cubría toda una pared, entre otros muebles
, un walking closet que conducía a un lujoso baño con Jacuzzi, todo era impresionantemente lujoso.
-Wow- Dije sin pensar.
-¿Impresionada?- Dijo con un tono algo soberbio.
-Algo- dije tratando se no sonar como una pueblerina (aunque en realidad, sí era una pueblerina).
-No tienen nada así en el pueblo ¿verdad?- Dijo con una sonrisa engreída, yo negué con la cabeza, el se sentó en un sitial y agregó- te dije que tenía hambre, arrodíllate aquí- Dijo señalando un lugar a su lado.
Obedecí enseguida y le ofrecí mi brazo, él lo acaricio con delicadeza, desde la punta de mi dedo hasta mi hombro lo cual me provocó un escalofríos agradable, luego con una mano tomó mi mano, la empujó hacia atrás y con la otra tomó mi antebrazo, podía ver las venas en mi muñeca y por supuesto que él también, mordió mi muñeca haciéndome lanzar un pequeño grito de dolor.
-Ah- grité mientras él mordía pero no pareció importarle porque siguió bebiendo hasta quedar satisfecho.
-Podría beber de ti todo el día- Dijo limpiándose la sangre, yo lo miré con terror- Tranquila, dije podría, no que lo haría, tú bienestar siempre va a estar primero- Dijo antes de soltarme- y hablando de eso, será mejor que vayas a desayunar.
-Sí mi Lord- Respondí y fui a la cocina mientras repasaba sus palabras en mi mente "Tu bienestar siempre va a estar primero" sonaba como una promesa, como una promesa de que me protegería sin importar qué "Soy afortunada" pensé, podría haberme tocado un Amo despiadado como Lord André, Lord Damián o quizás algo peor, pero Lord Carlo parecía bastante bueno, considerando que era un vampiro, era lo mejor a lo que podía aspirar.
Cuando llegué a la cocina saqué pan y otras cosas para un desayuno bastante abundante, necesitaba alimentarme bien o no resistiría cuando Lord Carlo se volviera a alimentar de mi, comí rápidamente y justo cuando terminé, como si hubiera estado esperando todo el tiempo, Lord Carlo apareció frente a mi.
-¿Ya terminaste?- Dijo.
-Sí mi Lord- Respondí.
-Bien, ven conmigo- Dijo en tono frío.
Me llevó de vuelta a su habitación, una vez ahí me tomó por la cintura y me dio un apasionado beso que me dejó sin aliento, antes de que pudiera procesar lo que había pasado me volvió a besar, esta vez recorriendo mi cuerpo con sus manos. Sentí que podría desmayarme de placer.
-Eres exquisita, el aroma de tu sangre me vuelve loco- Dijo y creí que me mordería, pero en vez de eso besó mi cuello.
Yo no podía moverme de la impresión además de que temía hacer algo mal y terminar con el placentero juego, luego deslizó una mano desde mi muslo hasta mi seno y empezó a amasarlo.
-Oh, mi Lord- Gemí.
- shhh, no digas nada- Dijo- solo déjate llevar- Agregó y volvió a besarme.
Luego me quitó el vestido, no llevaba ropa interior, pero esta vez no sentí vergüenza como la primera vez, esta vez me sentí sensual y deseable, Lord Carlo me tomó en brazos y me tiró a la cama, ahí chupo mis senos y mordió mis pezones suavemente haciéndome jadear mientras resistía el impulso de gemir como loca, luego al fin me abrió de piernas y me penetró, su falo se sentía frío y extremadamente duro aunque estábamos en llamas.
Sentí como entraba y salía de mi hasta el cansancio o al menos hasta que yo me cansé porqué el se veía como si nada, me dejó descansar un momento, sin dejar de tocarme y luego fuimos por el segundo Round, me volvió a penetrar esta vez con más ferocidad que la anterior moviéndose cada vez más y más rápido, hasta que no pude resistir y empecé a gemir, él puso una mano en mi boca.
-Silencio- dijo en tono frió que contrastaba con sus ardientes caricias, al parecer le preocupaba mucho que nos escucharan.
Luego me dio vuelta y volviendo a poner la mano en mi boca para ahogar mis gritos me penetró por detrás, yo sentía que moría de placer y el no poder gritar era algo frustrante, cuando terminamos nos acostamos uno al lado del otro, su cuerpo frío contrastaba con la fogosidad de sus acciones.
-Sofía- Dijo de repente- No puedes hablar de esto con nadie ¿entiendes? Aquí no ha pasado nada.
-Sí mi Lord- Dije con tristeza para mi había sido importante, era mi primera vez, pero el quería que hiciera como si nada ¿Cómo se supone que cumpla esa promesa?
-No me mal entiendas, disfruté mucho contigo y quiero seguir haciéndolo, pero... esta prohibido este tipo de interacción entre humanos y vampiros, por eso debes guardar silencio, por el bien de ambos.
Yo sonreí levemente
-Entiendo, mi Lord, mis labios están sellados.
-Buena chica- dijo, luego me acercó a su cuerpo, corrió el cabello para despejar mi cuello y me mordió.
-Creo que me haré adicto a tu sangre- Dijo después de beber, cicatrizó mi herida y agregó en tono imperativo- ya vístete y ve a comer algo, luego ve a dormir, es tarde.
-Sí mi Lord- Respondí me desconcertaba como podía ser tan candente y frío al mismo tiempo.
Yo me vestí y fui a la cocina no podía evitar tener una sonrisa de oreja a oreja, aunque sabía que eran pocas, por no decir ninguna, de las esclavas disfrutaban estar en palacio, cuando llegué a la cocina me hice pasta con salsa boloñesa y empecé a tararear una canción mientras cocinaba.
-Parece que alguien está de buen humor- Dijo Katia al verme.
-Sí, es una noche magnífica ¿no crees?- Dije mientras revolvía la salsa.
-Claaaro- Respondió ella- en serio ¿Qué bicho te picó?
Pensé en algo que pudiera decirle sin delatarnos.
-Supongo que valoras más tu vida cuando estuviste a punto de perderla, tuve una segunda oportunidad y pienso disfrutarla lo más que pueda.
-¿Cómo es eso de que estuviste cerca de la muerte?
-Lord André, me pilló hablando con alguien y me estranguló, casi me mata, si no fuera por Lord Carlo que llegó justo a tiempo no la hubiera contado.
-Entonces Lord carlo te salvó la vida.
-sí
-¿Quién lo hubiera pensado? De afuera se ve frío pero al parecer es muy protector, igual que mi Amo, me alegro por ti.
-Sí, soy afortunada- dije tratando de no sonrojarme al recordar lo ocurrido.
-¿Y con quien hablabas para que Lord André se enojara?
-¿Juras que no le dirás a nadie?
-Lo juro- Dijo ella levantando dos dedos como chica exploradora.
-Bien, hablé con mis padres, sobornaron a un guardia para que los dejara pasar hasta la valla del jardín trasero, querían asegurarse de que estuviera bien, Lord André no los vio pero los olió y me escuchó hablando con ellos, eso fue suficiente para que quisiera "castigarme"
-Menos mal no los vio o ahora estarían secos.
-Lo sé, eso intenté hacerles ver pero ellos insistían en hablar conmigo.
-De todos modos tuviste suerte de haber podido hablar con tus padres una última vez- Dijo ella con una sonrisa melancólica, seguro estaba pensando en su propia familia.
-Sí, ¿Ves? Tengo motivos de sobra para estar feliz- dije mientras enjuagaba la pasta.
-sí, tu solo sigue con esa actitud positiva que harta falta le hace a este lugar.
-¿Quieres pasta? Hice demasiada- le ofrecí con una sonrisa amistosa.
-suena delicioso- Dijo.
Serví los platos y ambas comimos en el comedor de la cocina mientras hablábamos de cualquier cosa, yo no podía dejar de pensar en Lord Carlo ¿podía ser que sintiera algo por mi o era solo sexo? Para mi fue mucho más que sexo, pero él era un vampiro de 500 años (aunque se veía de 20) y yo una simple esclava de 18 años, para él solo era una niña, menos que eso, solo era una esclava, debía tener eso en mente y no ilusionarme para no sufrir, pero era difícil no ilusionarme cuando él me trataba de la forma en que me trataba.
Tal como pasó en el desayuno, en cuanto terminé el último bocado apareció frente a nosotras.
-Esclava- Dijo con tono imperativo mirándome a los ojos- Ven conmigo.
-Sí mi Lord- Respondí.
-y tu, lava los platos- Le dijo a Natalia.
-Sí mi Lord- Respondió levantándose enseguida.
Él caminó en silencio hasta su habitación, yo lo seguía de cerca sin hacer ni un ruido, una vez dentro el se giró para quedar frente a mi, me tomó de la cintura y me pegó a su cuerpo.
-Ven aquí- Dijo mientras lo hacía, en seguida me besó con pasión, esa pasión que sólo él tenía, que con sólo él sentía, bastaba sólo un leve rose para lograr que me moje
Eso fue solo el comienzo de una seguidilla de besos y caricias.
-Desnudate- Dijo en su habitual tono frío e impositivo aunque sus acciones me tenían en llamas.
Obedecí en silencio con una enorme sonrisa en mi rostro pensando en lo que se venía, él empezó con suavidad, tocando aquí y allá, siempre evaluando mi reacción para finalmente terminar con sexo salvaje y desenfrenado donde me daba durante horas sin descanso, yo me preguntaba como podía aguantar tanto, la mayoría de los hombres en unos minutos están listos, o al menos, eso había escuchado de mis amigas mayores, pero él no parecía cansarse.
-¿Estás cansada?- dijo después de como 2 horas.
-Un poco- Admití pero enseguida agregué- Pero puedo seguir si Ud así lo quiere.
-Yo podría follarte toda la noche, literalmente, yo no me canso, no voy a entrar en detalles del porqué, pero no me canso, así que si necesitas descansar solo dilo.
-Quizás un pequeño descanso- Dije, en realidad estaba exhausta.
-Bien, puedes acurrucarte si quieres, sé que a los humanos les gusta eso- Dijo en tono frío.
-Si mi Lord, gracias- Dije y me acurruqué en su pecho que a pesar de estar helado me transmitía una sensación cálida en el corazón.
-¿Sabes? He estado pensando y ya no quiero que me llames "Lord" así le llamas a cualquier vampiro y yo no soy cualquier vampiro para ti ¿verdad?
-Totalmente usted es muy especial para mi, ¿Cómo quiere que lo llame?
-Creo que Amo o "mi Amo" estaría bien, después de todo eso soy ¿no?
-Sí mi Amo- Dije con una sonrisa, amaba tener una forma de llamarlo que sea solo nuestra.
Me quedé ahí, en silencio, disfrutando de su cercanía hasta que sin darme ni cuenta me quedé dormida.