Capítulo 5 Manuel

Los secretos de Lola.

Capítulo 5.

La graduación de Manuel.

Sentimos que alguien entró al cuarto, era mi tía, yo me hice la dormida.

-¡Hijo! -lo movió-. ¡Manuel despierta!

-¿Qué pasa madre? -aún con voz adormecida- . Déjame dormir.

-Alana anoche te estaba buscando, luego se fue ¿Dónde te metiste? Allá está al teléfono.

-Madre dile que me deje dormir, ahora le llamo.

-Vale, por cierto que caballero, milagro que te bajaste de tu cama, sabiendo que no se la prestas a nadie.

Mi tía salió y cerró la puerta. Manuel tomó su celular, le mandó un mensaje. Se puso de pie y se arrodilló frente a mí, creo que me veía dormir. Acarició mi cabello, rozó mi rostro con sus dedos, abrí los ojos de repente.

-¿Te desperté?

-No, que despertar tan lindo, abrir los ojos y verte.

-Te ves hermosa dormida, hasta pareces un ángel, sabiendo que en realidad eres un demonio.

-No me digas -hice un gesto de puchero-, yo soy un angelito.

Se quedó mirándome, me ponía nerviosa, dejé un beso en sus labios.

-¿Eso qué fue?

-Un besito de buenos días. Ven recuéstate aquí conmigo un momento.

-No - negó- , estás loquita, todos están abajo.

-Pero están durmiendo porque aún es temprano.

Acaricié su rostro, entrelazando mis dedos por su cabello. Se acostó a mi lado, deslizó su nariz sobre la mía, sintiendo nuestras respiraciones, susurró.

-Me encantan tus ojos, que lindo brillan. El verde es mi color favorito.

-Te los regalo, son tuyos, si brillan es por ti.

-¡Shhh!

Pegó sus labios a los míos, en un beso apasionado, como adoro sus besos. Succionando mi labio inferior, bajó por mi cuello, respirando en mi oído, se me enchinó cada centímetro de mi piel.

-¡Tienes frío! -sonrió.

-Si te hago lo mismo, también se te eriza la piel.

-¡No, no creo!

Pegué mis labios a los suyos, halé suavemente con mis dientes su labio inferior. Pasé mi lengua por su oído, sentí como toda su piel se enchinaba, cada vello de los brazos se le erizó. Un bulto empezó a crecer.

-¡No, que no! -sonreí-, mira- bajé mi mano hasta su sexo, apretándolo suavemente-. ¿Esto qué fue?

-¡También se erizó! - sonrió

-¡Qué rico! -me puse ahorcajadas sobre él. Pegué mis labios a los suyos, mientras movía mis caderas lentamente sobre su sexo.

-¡Para! -me puso las manos en las caderas-, ¡para ya, estás loca!

-Un poquito solamente.

Me tomó de las caderas con fuerza, esa fuerza salvaje que me vuelve loca. Entró en mi con fuerza, tapando mi boca para que nadie escuchara mis gemidos. Estar en sus brazos es el paraíso. Sentí como entraba y salía en un ritmo constante, haciendo mi cuerpo colapsar en orgasmos maravillosos llenándolo de todos mis fluidos. Lo empujé al sofá, me puse a horcajadas. Ahora yo tenía el control. Eso me encanta, verlo dominado ante mí. Su respiración aumentó, su cara llena de placer me enloquece.

-¡Joder! -con su voz ronca-, para, que me vengo.

-¡Dámelo todo! -susurré-. ¡Qué rico!

Me incliné, lo metí en mi boca, succionando con fuerza. Enrollé mi lengua a su alrededor, chupando con fuerza, estableciendo un ritmo constante. Sentí un gruñido entre dientes, sentí como llenó toda mi boca. Me lo tragué todo, me gusta su sabor. Se salió del cuarto mientras yo me daba una ducha. Me puse un conjunto deportivo, tenía que tapar las marcas que me dejó.

-Aquí cerca hay un lago hermoso. ¿Por qué no vamos? Llevamos algo para el almuerzo al aire libre.

Comentó mi tío.

-Está súper la idea, luego nosotros nos regresamos a casa.

Respondió papá.

Así lo hicimos. Preparamos todo, para pasar un momento agradable. Llegamos, era un lugar espectacular, hermoso y tranquilo

-¿Te gusta? -indagó él.

-¡Es muy hermoso! -miré todo el lugar.

-Que linda te queda esa ropa.

-Igual a ti -Sonreí-. Todo cubierto.

Estábamos todos reunidos, charlando muy felices, pero como lo bueno no dura, alguien se le aventó a Manuel. Era su novia, ¡Ay no! ¿Esa tipa qué hace aquí? ¿Quién le avisó? La expresión de mi rostro cambió, Manuel lo notó porque se puso incómodo.

-¡Amor, sorpresa!

-¡Qué sorpresa! ¿Cómo sabías dónde estábamos?

-Hijo yo la invité. Es nuestra futura nuera.

Intervino mi tía. Trataba de disimular, pero me hierve la sangre.

-¿Cómo así? -preguntó mi madre- . ¿Se van a casar? Ya hablaron de boda.

Manuel solo me miraba disimuladamente, yo sentía morir.

-Pues la verdad sí señora. Manuel y yo hemos tocado el tema, obvio cuando él esté consolidado en su trabajo, nos casaremos, ¿Verdad amor?

-¡Aja! Pero aún falta para eso, hasta que tenga un empleo fijo.

-Ni tanto hijo, ya tienes muy buenas propuestas.

Hablaron de matrimonio, no puedo creerlo. Tenía ganas de llorar.

-¡Ay si! Hemos planeado tanto juntos, ya solo falta el compromiso.

Lo besó, no podía con eso. Ahí estaba otra vez esa maldita sensación, un dolor que te oprime el pecho. No quería, ni podía seguir escuchando. Fingí responder una llamada y me alejé de ellos. Caminé por el lago y me senté en frente. Tenía un nudo en la garganta, eso quiere decir que me enamoré. Este maldito juego se salió de control.

-¡Lola! El almuerzo está servido.

Escuché tras de mí.

-¡No quiero! -respondí de mala manera.

-¿Qué te pasa? -arquea una ceja.

-¡Dímelo tú! -lo dije con sarcasmo.

-No entiendo tu cambio de actitud, cuando llegó Alana te cambió la cara.

-¿Te vas a casar? No me habías dicho -mis ojos se cristalizaron.

-Solo lo comentamos, no es un hecho, ok.

-¿Tú y yo qué? -cuestioné.

-¿Qué de qué? Tú sabes el lugar de cada quien.

-¡Para ti no es nada!

-La que empezó este maldito juego fuiste tú - levantó la voz-. Sabías que tenía novia, sabes que esto es imposible, además yo soy mayor que tú.

Por más que traté de controlarlas mis lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas.

-¿Para ti solo fue un juego nada más? ¡Entonces perdí! -exclamé.

-¿De qué hablas? No llores, no entiendo.

-¡Que te quiero como un carajo! Me encantas, me fascinas, que te a.. - me interrumpió.

-No sigas. Tú no puedes amarme.

-¿Por qué no?

-Porque eres una niña que no sabe lo que es el amor. Sólo estás encaprichada conmigo.

-No - negué, levanté la voz-, no entiendes, te quiero, no es un capricho, ¡ya para, no soy una niña!

-Aún eres muy chica para saber que es el amor. Solo eres una niña caprichosa.

Lloré no podía evitarlo, él secaba mis lágrimas. Sus ojos reflejaban tristeza. Como si tuviera un nudo en la garganta o serían imaginaciones mías.

-No, no llores, no lo merezco.

-Solo quiero que me respondas algo -lo tomé de la mano-, pero mirándome a los ojos. Dime que no sientes nada por mí. Dime que no me correspondes ni un poco, dime que es solo calentura lo que sientes, ¡dímelo!- grité, bajó la mirada, guardó silencio.

»¡Carajo, que me mires! - grité.

-¡Shhh! Baja la voz, te van a escuchar.

-¡La vieja esa! Es lo único que te importa. Pies no me importa, que se enteren.

Lo que escuché me destrozó. No sé si será verdad, porque no lo dijo mirándome a los ojos.

-¡¡Basta ya!! - levantó su voz- Pues bien, quieres escuchar, es solo calentura lo que siento por ti. Solo pasión, me atrae tu cuerpo, solo eso, olvídate de mí.

Sentí como si me clavaran una daga en la mitad del pecho, alguien le gritó.

-Amor, se les enfría el almuerzo.

Antes que ella llegara me alejé aún más hasta la otra orilla. Quería estar sola, Manuel se quedó inmóvil con un nudo en la garganta. Me dejé caer al césped lloré y lloré, ¿por qué, la primera vez que me enamoro pasa esto? Sentí que me faltaba el aire, no puedo explicar lo que estoy sintiendo, solo sé que es un dolor que me oprime el pecho. No podía respirar, sentía que me ahogaba, tampoco paraba de llorar.

-¿Lola, qué pasa? ¿Estás bien? -Felipe corrió hacia mí- . ¿Qué pasó? ¿Qué tienes? Estás pálida

Inventé que me dolía mucho la cabeza, por eso lloraba.

-Me duele mucho la cabeza -mi respiración disminuye -, no, no puedo respirar... ayuda...

Empezó a gritar, algo muy malo estaba pasándome, no se porqué.

-¡Ayuda, ayuda, tío!

Todos escucharon sus gritos, pensaron que me había caído al lago. Los primeros en salir corriendo fueron Manuel y mi papá. Manuel se dejó caer de rodillas a mi lado, tomó mi mano. La angustia se apoderó de él, luego llegó papá.

-¿Qué pasó Felipe? -Preguntó Manuel con una voz angustiada.

-Lola, hija ¿qué pasó? -preguntó papá.

-No sé, cuando llegué estaba acostada en el suelo llorando. Le pregunté que tenía, me dice que le duele la cabeza, que no puede respirar, pero yo la veo muy pálida y fría.

Respondió Felipe.

-¡Mi niña, háblame! -Papá me mueve.

-Papá, llévame a casa, no puedo respirar- susurré.

-Tenemos que llevarla al hospital -habló Manuel.

Me desmayé, los gritos de mis hermanas y mi mamá, la desesperación de Manuel, tal vez se sentía culpable, mi papá me hablaba.

-¡Lola!

Manuel me dio respiración boca a boca. Reaccioné, me senté pero tenía mucha dificultad para respirar.

-¿Cómo te sientes? -preguntó Manuel.

-Papá me falta el aire, no puedo respirar.

-Tranquila, todo va estar bien -Comentó mi padre. Me volví a desmayar, Manuel me tomó en sus brazos.

-Tío rápido, vámonos al hospital.

Mi papá conducía. Manuel me llevaba en los brazos. Mamá también venía con ellos. Camino al hospital, yo seguía sin reaccionar, estaba pálida. Manuel me daba respiración a cada momento.

-¡No entiendo! Hacía mucho no le pasaba -murmuró papá.

-¿Cómo así, antes le había pasado? -interrogó él.

-Como cuando tenía 6 años -respondió mamá llorando.

-¿Por qué le pasa? -volvió a preguntar él.

-Resulta que Lola tenía una mascota que adoraba mucho. El animalito se murió, ella le dio una crisis nerviosa, se puso morada y le faltaba el aire. Tuvimos que llevarla a urgencias.

Respondió papá y mamá agregó.

-Eso es lo extraño, Felipe dice que le dolía la cabeza.

-Ella no le dan esas crisis por un dolor físico, solo por un dolor emocional -respondió papá.

Manuel estaba en shock. Lágrimas rodaron por sus mejillas. Llegamos a urgencias, a ellos no los dejaron pasar. Mientras me atendían, estaban todos en sala de espera.

-Amor calma, tu primita va estar bien, estás muy preocupado.

-Sentí muy feo verla así, no podía respirar, desmadejada totalmente.

-La estimas mucho ¿Es la primita favorita de todos verdad? Veo que todos la quieren mucho.

-Sí, es la princesa de la familia.

Daba vueltas por toda la sala, estaba muy preocupado. Seguro porque se siente culpable, solo por eso. Me pusieron oxigeno y un calmante.

-Familiares de la señorita Lola.

Preguntó el doctor.

-Nosotros, ¿cómo está mi hija? -preguntó papá.

-¿Cómo está? ¿Qué tiene? -preguntó Manuel.

-Le pusimos oxígeno y un tranquilizante, ¿tuvo algún choque emocional? ¿una pelea con el novio? ¿pérdida de un ser querido?

-No, nada de eso -Respondió Mamá-. Eso es lo más extraño.

-Pues bien, como ustedes dicen solo le pasa por un dolor emocional, aunque ella dice que fue porque anoche tomó y no estaba acostumbrada, digamos que fue por eso.

-¿Va a estar bien? ¿Podemos verla? -indagó Manuel.

-Debe quedarse hasta la tarde, pero estará bien. Sí, pueden verla.

Primero pasaron mis padres, mis hermanas, obviamente uno a uno, por último Manuel.

-¿Cómo sigues? -preguntó él.

-Mejor -evité mirarlo.

-Fue mi culpa que te pusieras así, no quise...

Lo interrumpí, no pude mirarlo a los ojos, por eso me giré dándole la espalda. Lágrimas salían de mí, no quería que me viera llorar más.

-Olvídalo, aquí no pasó nada. Tú lo has dicho, quiero descansar.

No pude ver que sus ojos lloraron, tenía una tristeza enorme. Ya en la tarde me dieron salida. Me despedí de todos, menos de Manuel. Tenía que arrancarlo de mi corazón, esta era la mejor manera. Al parecer le dolió que lo ignorara, no sé porque, si yo no soy nada para él.

...

Llegamos a casa, pero antes entré a la farmacia. Dije que por pastillas para el dolor de cabeza, pero era por la píldora del día después. Me acosté, solo quería dormir y olvidarme de todo. Leila mi hermana mayor tocó la puerta.

-¿Puedo pasar?

-Sí, pasa.

-¿Cómo sigues? -preguntó mientras se sentaba en la cama.

-Mejor gracias.

-¿Lola tiene novio? Y no lo sabemos.

Soltó la pregunta de repente.

-No. ¿Por qué?

-Le pregunto por la reacción de hoy, después de esa llamada.

-No para nada, si me gusta un chico, pero... -guardé silencio.

-¿Pero? -me miró.

-Él no siente lo mismo por mí.

-Pues que bobo, porque tú eres hermosa.

-Gracias, lo de hoy solo fue porque anoche me puse a tomar, yo no estaba acostumbrada, me cayó muy mal.

-Pilas, nada de licor mira como te pone vale, te quiero.

Pues ojalá fuera el licor. Entré a mis redes, hablé con Ilse. Le conté algo de lo sucedido, me llegó un mensaje de Manuel.

Chat WhatsApp.

-¿Tanto me odias? 😯😥

Ay no, yo tratando de alejarme y olvidar, no aguanté le respondí.

-¿Por qué? 🤔

-En el hospital, me dolió lo que pasó 😏😣 💔

-Tú pediste que me olvidara de ti.

-Te despediste de todos, me ignoraste por completo 😑😮😮 eso dolió 💔

-😶😶😶

-No dirás nada, ¡perdóname! Sé que fue mi culpa que te pusieras así 😣

-Como dices tú , se me pasara. Solo es un capricho según tú 🙄

-¿Por qué todo es tan difícil? 😪😞😞😕😕

No sé a qué se refiere, pero es mejor dejar las cosas así. No quiero sufrir más por alguien que no me corresponde.

...

Pasaron los días, no volví a tener contacto con él, pero por más que trataba de sacarlo de mi corazón no podía. Lo tenía más presente que nunca, todo él.

Continuará ...

                         

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