Una niñera para el ceo
img img Una niñera para el ceo img Capítulo 2 Las necesidades no terminan
2
Capítulo 7 Las cosas empeoran img
Capítulo 8 El amor de una madre img
Capítulo 9 Mientras tanto en la mansión img
Capítulo 10 La vida para unos no es la misma que para otros img
Capítulo 11 Continuos sufrimientos img
Capítulo 12 Regresando a la mansión img
Capítulo 13 Elise, fuerte y de carácter img
Capítulo 14 El evento img
Capítulo 15 Inevitables cercanías img
Capítulo 16 Vente a vivir con nosotros img
Capítulo 17 Bienvenida Elise img
Capítulo 18 Las malas intenciones de los hermanos Rochefort img
Capítulo 19 Un gusto inevitable img
Capítulo 20 Una mentira oportunista img
Capítulo 21 Una posible rival en el amor img
Capítulo 22 Los celos se hacen presentes y son inevitables img
Capítulo 23 ¿Un rival para Lucien img
Capítulo 24 ¿Enredos pasionales img
Capítulo 25 Mientras tanto, los Rochefort img
Capítulo 26 La trampa img
Capítulo 27 Una tristeza inminente img
Capítulo 28 Mientras tanto en la mansión img
Capítulo 29 Todo comienza a estar en contra de Lucien img
Capítulo 30 Rompiendo corazones img
Capítulo 31 Malas decisiones por despecho img
Capítulo 32 Días de pesadilla img
Capítulo 33 Una pesadilla para Elise img
Capítulo 34 Ser madre no es un asunto fácil img
Capítulo 35 Una lucha continua img
Capítulo 36 Una noticia mal recibida img
Capítulo 37 De regreso a la mansión img
Capítulo 38 Una fascinante experiencia img
Capítulo 39 Un corto idilio img
Capítulo 40 Los planes de vengarse de Lucien aún están presentes img
Capítulo 41 Un mar de sentimientos img
Capítulo 42 Una profunda indiferencia img
Capítulo 43 Definitivamente Lucien la estaba pasando muy mal img
Capítulo 44 LOS CHANTAJES NO PARAN img
Capítulo 45 Cuando simplemente ya no quedan buenos sentimientos img
Capítulo 46 Un matrimonio arreglado img
Capítulo 47 Los contactos cercanos no son saludables img
Capítulo 48 El día antes del compromiso img
Capítulo 49 Un horrible día img
Capítulo 50 Consecuencias de un fracasado plan img
Capítulo 51 Un duro golpe para Lucien img
Capítulo 52 Olivier y Victorie, llegando a los extremos img
Capítulo 53 Una buena oportunidad img
Capítulo 54 Mientras tanto para Elise img
Capítulo 55 Un chantaje psicológico img
Capítulo 56 Yo te quiero ayudar de verdad img
Capítulo 57 Las sospechas podrían ser ciertas img
Capítulo 58 Un verdadero infierno img
Capítulo 59 Mientras tanto en la bodega img
Capítulo 60 Callejones sin salida img
Capítulo 61 No se puede confiar en nadie img
Capítulo 62 Los planes deben irse al piso img
Capítulo 63 No hay más salidas img
Capítulo 64 El regreso de Phillippe img
Capítulo 65 ¿Y Elise img
Capítulo 66 Elise, perdóname img
Capítulo 67 El perdón no es una opción img
Capítulo 68 Las traiciones y la maldad no paran img
Capítulo 69 Olvidarse de todo y comenzar de nuevo img
Capítulo 70 El destino se pone a favor de los malos img
Capítulo 71 El día Esperado img
Capítulo 72 Amor de padre img
Capítulo 73 Una decisión inapropiada img
Capítulo 74 Una mala convivencia img
Capítulo 75 El orgullo de Elise img
Capítulo 76 ¿quién es el padre img
Capítulo 77 Una sospecha sobre Lía img
Capítulo 78 Algo completamente inesperado img
Capítulo 79 Confirmando una triste realidad img
Capítulo 80 Quiero conocer a mi bebe img
Capítulo 81 Dolores extremos img
Capítulo 82 Una mala noticia para Lucien img
Capítulo 83 Buscando a Elise img
Capítulo 84 Aún existe amor en el corazón de Elise img
Capítulo 85 La maldad no descansa img
Capítulo 86 Queriendo que Elise caiga en sus redes img
Capítulo 87 Los celos y la desconfianza img
Capítulo 88 Confundida y ciega img
Capítulo 89 Sentimientos encontrados img
Capítulo 90 Sin opción a decir no img
Capítulo 91 Algo completamente inesperado img
Capítulo 92 Lucien no sabe cómo resistir a un golpe más img
Capítulo 93 Un apresurado casamiento img
Capítulo 94 Debo hablar contigo Lucien img
Capítulo 95 La verdadera cara de Pierre img
Capítulo 96 ¡EL TE ESTA MANIPULANDO! img
Capítulo 97 Una traición inesperada img
Capítulo 98 Realmente no acabamos de conocer a las personas img
Capítulo 99 Hasta cuando la maldad img
Capítulo 100 Una relación de maldad img
img
  /  2
img

Capítulo 2 Las necesidades no terminan

-Señor Rochefort, aquí está ocurriendo algo vergonzoso... pero vámonos, no vale la pena. Disculpe usted. -La mujer no apartaba la mirada despectiva de Elise, quien, incapaz de defenderse, solo podía bajar la cabeza, sonrojada de humillación ante aquel hombre.

Lucien Rochefort. El imponente presidente de Industrias Rochefort.

Como cada tarde, pasaba por el supermercado de Sam a comprar un café. Siempre el mismo ritual, siempre la misma expresión: rostro impasible, mirada gélida y desprovista de cualquier emoción.

Pero, por alguna razón, esta vez sus ojos se detuvieron en Elise. Solo un instante, pero fue suficiente para que, detrás de su aparente indiferencia, algo se agitara en su interior. La mujer, con su bebé en brazos, irradiaba fragilidad. No solo era hermosa, sino que había algo en esa escena-la desesperación, la vulnerabilidad-que tocó una fibra que Lucien ni siquiera sabía que existía en él.

Sin comprender del todo por qué, aceleró el paso, como si alejarse pudiera apagar aquella repentina inquietud.

-Sam, buenas tardes. Perdona a mi secretaria, siempre tiene la manía de meterse en asuntos que no le incumben.

-¡No hay problema, muchacho! -respondió Sam con una sonrisa indulgente, mientras la expresión de Clara se mantenía rígida, como si saborear la derrota le resultara insoportable-. Anda, Clara, déjame a mí encargarme de esto.

Clara y Lucien salieron del supermercado. Iban con retraso a la reunión, pero la mente de Lucien ya no estaba en su agenda. Las palabras de su secretaria seguían resonando en su cabeza, y, sin poder evitarlo, rompió el silencio mientras mantenía la vista fija en la carretera.

-¿Qué demonios pasó allá adentro? ¿Por qué tardaste tanto?

-No lo va a creer, jefe -respondió Clara, exhalando con fastidio-. Esa mujer con el niño en brazos... ¡Estaba robando! Yo misma la sorprendí, pero, como era de esperarse, se puso a llorar como si fuera la víctima. Sam, el muy blando, se dejó conmover y en lugar de llamar a la policía, decidió regalarle comida. ¿Y sabe qué más?...

-¿Qué? Dígame de una vez -respondió Lucien con impaciencia, aunque, en realidad, las palabras de su secretaria le resultaban irrelevantes. Su mente estaba en otro lado, dándole vueltas a un problema mucho más urgente: la niñera de su hijo había renunciado y, conociendo el carácter indomable de Phillippe, no sería fácil encontrar una nueva.

-Pues resulta que Sam, en lugar de echarla, se ofreció a ayudarla a buscar trabajo. ¡Imagínese! ¿Quién contrataría a una ladrona? No es alguien en quien se pueda confiar.

-Sí, tienes razón -respondió Lucien sin apartar la mirada del camino, como si la conversación no le concerniera. Sus pensamientos seguían anclados en la misma preocupación: ¿qué iba a hacer con su hijo? No confiaba en nadie y cada intento por encontrar a alguien que lo cuidara terminaba en fracaso.

Phillippe, con solo seis años, aún no lograba adaptarse a la pérdida de su madre. Su rebeldía era un grito silencioso de dolor, un desafío constante que ahuyentaba a cualquier cuidadora en cuestión de días. Ninguna parecía capaz de soportar su carácter indomable.

Desde la muerte inesperada de su esposa, Lucien había volcado su vida en dos pilares: su empresa y su hijo. Y aunque se esforzaba por ser un padre presente, el trabajo le robaba tiempo, dejándolo con la amarga sensación de no hacer lo suficiente.

La última niñera, Teresa, había llegado con buenas referencias y una paciencia admirable... hasta que se topó con Phillippe.

-¡Lárgate de aquí! No te quiero, quiero a mi mami -gritó el niño, cruzando los brazos con la determinación de quien se niega a ceder.

-Pero tienes que comer, pequeño. Si no, te vas a enfermar -suplicó Teresa, tratando de mantener la calma.

-¡No quiero! ¡No quiero comer! -Y, sin pensarlo dos veces, arrojó el plato de comida sobre el vestido impecable de la niñera, quien quedó paralizada por el asombro y la impotencia.

El caos no terminó ahí. Phillippe comenzó a lanzar todo lo que tenía a su alcance: juguetes, cojines, lo que fuera con tal de reforzar su punto.

-¡Ya basta, Phillippe! Por favor... -La voz desgarrada de Teresa resonó por toda la casa, alcanzando el primer piso.

Lucien, alertado por los gritos, subió las escaleras de inmediato, con el ceño fruncido y la paciencia colgando de un hilo.

Pero ¿Qué está pasando aquí? -el desastre hecho por su hijo, realmente no era una sorpresa para él.

-Que no quiero a esta niñera papi, yo quiero a mi mami.

-Ya lo hemos hablado pequeño, tu mami está en el cielo, es difícil que vuelva-Lucien lo abraza, aunque sabía que el comportamiento de su hijo no era el mejor, comprendía que al igual que él, el amor de la mujer que se había ido les hacía falta.

-Su hijo es un niño malcriado señor, ¡renuncio! -Teresa sale corriendo de allí, era la tercera niñera que desistía en estar con él en la última semana.

Aunque Lucien, era un millonario que tenía todo el dinero para pagarle a quien quisiera por la crianza y el cuidado de su hijo, no había encontrado a la persona idónea, que además de hacer eso, le diera el amor que un niño pequeño necesitaba.

Por otro lado, Elise volvió al super de Sam para encontrar un empleo.

-Buenas tardes, señor. ¿me recuerda?

-Claro que te recuerdo, ¿Cómo estás? Veo que ya está más recuperada y el pequeñito ¿Cómo está?

-Muy bien, creciendo mucho, pero también su apetito, quería preguntarle, ¿ha sabido sobre algún empleo?, la verdad necesito conseguir algo muy pronto ¿tal vez usted aquí en su super pudiera? -él la interrumpe.

-Bueno muchacha, no he sabido nada, y aquí por desgracia solamente vendemos para mi esposa y para mí, es algo pequeño es suficiente con nosotros, pero lléname tu currículo, posiblemente será más acertado si se lo entregó a los vecinos de por aquí, he escuchado que buscan empleadas de servicio.

-Muchas gracias, señor, claro que si-ella se dispone a llenar su hija de vida, pero nuevamente como una casualidad del destino, la puerta del super se abre, era la hora del café de Lucien, esta vez venía solo.

-Buenas Tardes Sam, lo mismo de siempre-él entra sin ni siquiera percatarse de la presencia de Elise.

-Hola señor Rochefort, claro que si-Sam sale directo a la máquina de expreso para traer su orden, Lucien está al lado de Elise, pero le es completamente indiferente, mientras que ella sí lo había reconocido por su olor, y sobre todo por su presencia, ¿quién podría olvidarse de un hombre tan llamativo como él?

Lucien siente como ella lo está mirando y aunque su rostro no demuestra una sola expresión, se incomoda, sin embargo, no le presta atención, saca un billete y se lo entrega a Sam.

-Aquí tiene-Lucien no podía disimular su cara de estrés, sentía como le hervía la sangre por no haber encontrado quien se hiciera cargo de su hijo y eso para Sam no fue indiferente

-Lucien, ¿estás bien? -él le pregunta.

-No Sam, ¿sabes de alguna mujer preparada para cuidar a Phillippe? No he podido encontrar a alguien que sea su niñera, y no tengo tiempo para estar con él cien por ciento.

-Es muy complicado recomendar a alguien para una responsabilidad así señor, pero si se de alguien que esté preparado para su hijo, inmediatamente le comunico.

Elise al escuchar una oferta de empleo, no escatimo en interrumpir la conversación de los dos hombres, tal vez las casualidades existen y si el destino los había puesto allí, era por algo.

-Yo señor, yo podría ser la niñera de su hijo-cuando él escucha su voz, mira hacia su lado y ahí estaba la menuda mujer, aunque no la reconoció de inmediato, por él bebe y su rostro sabía que se trataba de la mujer de la otra vez.

-¿Tú? -se queda viéndola de arriba abajo.

-Si, yo señor, no estoy preparada profesionalmente, pero puedo garantizar que se mucho de las labores del hogar y sobre todo de la crianza de un hijo-en eso ella estaba mintiendo, pues era madre solo de su pequeño y hasta ahora comenzaba con él.

En ese momento Lucien recordó las palabras de su secretaria.

¿Quién podría confiar en una ladrona?

Sin embargo, por prudencia no la llamó así en ese momento, simplemente decidió omitirla.

-No señorita, gracias por su ofrecimiento, pero estoy buscando alguien más calificado. -la mirada de Lucien era hiriente

Ella agacha su cabeza, se siente mal por sus palabras, pero por lo menos lo había intentado.

Lucien sale nuevamente del lugar, y aunque ella nuevamente lo había cautivado, no era una opción, ni siquiera sabía de quién se trataba.

-Qué tipo tan arrogante-ella le dice a Sam.

-No hija, él no es asi, solo que su pequeño tiene problemas comportamentales, además es viudo, está en tu misma situación, son padres solteros, así que confiar se le hace difícil, además su secretaria es quien te descubrió robándome el otro día, así que no creo que piense en qué puedes ser una persona de fiar.

-Si, lo sé-ella suspira decepcionada, hubiese podido ser una buena oportunidad.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022