/0/16617/coverbig.jpg?v=b2dd06b9394ff717ee8969abe85b4759)
Camila no sabía qué la había dejado más agotada: la larga jornada en el restaurante o la tormenta emocional que había vivido con Diego esa mañana. Había llegado a casa fingiendo normalidad, se había sentado con Sofía a cenar, la había ayudado con la tarea, y luego la había acostado con un beso en la frente y una sonrisa débil. Pero tan pronto la ni