La Farsa de un Amor Perfecto
img img La Farsa de un Amor Perfecto img Capítulo 1
2
Capítulo 5 img
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
Capítulo 18 img
Capítulo 19 img
Capítulo 20 img
Capítulo 21 img
img
  /  1
img

Capítulo 1

Isabella "Isa" Montes miró a su amiga Valeria "Vale" Giraldo, con los ojos llenos de una desesperación fría.

"Vale, necesito que me ayudes," dijo Isa, su voz apenas un susurro.

"Lo que sea, Isa, lo sabes."

"Quiero que simules mi muerte. Un accidente de avioneta en el Caribe. Necesito desaparecer de la vida de Mateo Velarde."

Valeria la miró, el shock evidente en su rostro, pero asintió lentamente. "Lo haré."

Isa venía de un barrio humilde de Medellín. Inteligente, con un don para la cocina, su corazón una vez rebosó de esperanza.

Mateo Velarde era el heredero de una de las familias más ricas de Bogotá.

Se conocieron por casualidad, o eso creyó Isa. Él, visitando Medellín por negocios familiares. Ella, trabajando de mesera en una fonda tradicional para pagar sus estudios.

La gente susurraba. ¿El millonario y la chica pobre? Imposible.

Mateo la cortejó con una intensidad que la desarmó.

Financió un centro cultural en Medellín a nombre de Isa.

Construyó escuelas en zonas vulnerables, diciendo que ella lo inspiraba.

Incluso trabajó con ella vendiendo obleas en La Candelaria, en Bogotá, para demostrarle que las diferencias sociales no importaban.

La familia Velarde se opuso ferozmente. Mateo amenazó con renunciar a su herencia. Cedieron, a regañadientes.

Isa se casó con Mateo, creyendo en su amor perfecto, viviendo una vida de lujos en Bogotá.

Un día, la verdad la golpeó.

Isabella descubrió que Mateo tenía dos hijos gemelos con Carolina Sáenz, su exnovia de la alta sociedad, una mujer que siempre la había despreciado.

La noticia la destrozó. El mundo se le vino encima.

Sintió un dolor agudo en el vientre, y luego la oscuridad.

Despertó en la cama, Mateo a su lado, cuidándola con una aparente desesperación en los ojos.

"Mi amor, ¿cómo te sientes?" preguntó él, su voz llena de preocupación.

Isa lo miró, el amor que sentía luchando contra la náusea de la traición.

Él no mencionó a Carolina ni a los niños. Actuó como si nada hubiera pasado, como si el colapso de Isa fuera un simple malestar.

Carolina Sáenz. Amiga de la infancia de Mateo. Su familia adinerada había caído en desgracia.

Astuta, resentida, siempre había deseado a Mateo y el estatus que él representaba.

Durante años, Carolina había sido una sombra, enviando mensajes anónimos a Isa, indirectas crueles, pequeños tormentos que Mateo siempre minimizaba, diciendo que Carolina estaba obsesionada y que no le hiciera caso.

Ahora Isa entendía. No era obsesión. Era la otra vida de Mateo.

Pocas semanas después, otra bomba.

Isa estaba embarazada.

Un milagro, le habían dicho los médicos. Una vieja fiebre tropical en su niñez le había dejado secuelas, dificultando la concepción.

Mateo se mostró eufórico. "¡Un hijo nuestro, Isa! ¡Un heredero Velarde Montes!"

Sus ojos brillaban, su alegría parecía genuina.

Pero Isa ya no confiaba.

El amor persistía, un eco doloroso en su pecho, pero la traición lo había envenenado todo.

Este bebé llegaba en el peor momento, un ancla a un hombre que vivía una mentira.

¿Cómo podía traer un hijo a este engaño?

Una noche, Mateo llegó tarde. Isa notó el perfume de Carolina en su ropa, un leve olor a leche de fórmula.

Él la abrazó, habló del futuro, del bebé.

De repente, el celular de Mateo vibró. Un mensaje. Lo leyó rápidamente, su rostro tenso.

"Tengo que salir, mi amor. Algo urgente de la oficina," dijo, besándola apresuradamente.

Se fue.

Minutos después, el celular de Isa sonó. Un mensaje de un número desconocido.

Una foto. Mateo, sonriendo, sosteniendo a los gemelos en brazos, en una finca de recreo. Carolina a su lado, radiante.

Era la gota que colmaba el vaso.

Isa llamó a Valeria.

"El plan sigue en pie," dijo con voz firme. "Necesito salir de aquí."

Su decisión de fingir su muerte, de escapar, se reafirmó con una claridad dolorosa. Ya no había vuelta atrás.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022