En la víspera de mi boda, el mundo se vino abajo.
Mi prometido, Mateo, desapareció con todos los ahorros de mi familia, dejando nuestra histórica peña flamenca en la ruina.
Se fugó a Buenos Aires con Isabella, una influyente crítica de arte.
La deshonra fue demasiado para mis padres, su coche se salió de la carretera esa misma noche.
El accidente los dejó postrados en cama, ahogados en deudas médicas que nunca podríamos pagar.
Rota y desesperada, fui a la finca de los de la Vega, la poderosa familia bodeguera de Mateo, para exigir justicia.
Sus padres, para silenciar el escándalo, me ofrecieron una copa de vino.
Lo siguiente que supe es que desperté en una habitación desconocida, en una hacienda aislada.
Un grupo de hombres de negocios, socios de los de la Vega, me rodearon.
Me agredieron.
Lo grabaron todo para chantajearme.
Cuando todo terminó, corrí hacia un acantilado cercano, el mar rugía debajo, llamándome.
Justo cuando iba a saltar, una voz me detuvo.
"Sofía, no lo hagas."
Era Alejandro, el hermano mayor de Mateo. Apareció como un caballero, envolviéndome en su abrigo, salvándome del abismo.
Se convirtió en mi redentor.
Alejandro se encargó de castigar a mis agresores, rompió públicamente con su familia por lo que me habían hecho y me ofreció una boda de ensueño.
"Siempre he estado enamorado de ti, Sofía", me dijo. "Tu pasado no me importa. Solo quiero protegerte".
Me casé con él, creyendo que había encontrado a mi salvador.
Cinco años después, estoy aquí, en la misma hacienda donde ocurrió la tragedia.
Ahora soy la respetada Señora de la Vega, embarazada de cinco meses.
Estamos en el festival anual del vino, un evento que Alejandro organiza.
Mientras busco a mi marido, escucho su voz proveniente de una terraza apartada.
Habla con un amigo.
"¿No es cruel? Después de drogar a Sofía y destruir su espíritu hace cinco años por Isabella, ahora que por fin está embarazada, la traes aquí para repetir la pesadilla", dice el amigo.
La sangre se me hiela en las venas.
"¿Cruel? Le prometí a Isa que su hijo sería mi único heredero. El bastardo que lleva Sofía no puede nacer. Además, una mujer tan manchada no merece llevar a mi hijo", responde Alejandro con una frialdad que me corta la respiración.
Mi salvación fue una mentira.
Mi matrimonio, una jaula dorada.
Y mi marido, el monstruo que orquestó mi infierno.
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